Partida Rol por web

Shivan preparo sus herramientas de cerrajero y se preparo a forzar la puerta, no sin antes comprobar que la puerta estuviera de hecho cerrada, no seria la primera vez que se topara con una puerta abierta.

La puerta estaba cerrada con llave. Sacas tus herramientas y trasteas un rato hasta que la cerradura finalmente cede. Se abre la puerta.

El interior está oscuro y no puedes ver casi nada...

Con cuidado Shivan cerro la puerta y observo el lugar esperando a que sus ojos se ajustaran a la oscuridad. También olfateo el aire, encaso de que por allí hubiera algo pudriendoce.

Observas cómo Shivan se acerca, cautelosa, hasta la puerta. Tras mirar que no viene nadie, saca sus herramientas, fuerza la cerradura de la puerta y consigue entrar, cerrando la puerta tras de si.

Pasan unos segundos hasta que tus ojos consiguen adaptarse a la oscuridad. Te encuentras en lo que parece ser la estancia principal de la casa, el salón que habíais visto por la ventana antes de que el hombre echara la cortina. Se trata de un salón-comedor bastante desvencijado, carente de decoración y mobiliario salvo una mesa de madera y unos pocos taburetes que el tiempo parece no haber tratado bien. Los escasos muebles están repletos de polvo, y los objetos se sitúan aleatoriamente sin orden ni concierto

Olfateas en el aire y salvo el olor de la leña quemada de la hoguera y de carne a la brasa, no hueles nada más. Tu estomago ruge.

Al fondo de la habitación hay una puerta entreabierta y un leve ronquido surge de ella...

La noche va avanzando y el cansancio empieza a hacer mella en ti. El sueño se va apoderando poco a poco de tu ser, más aun estando sentada, relajada y con las brasas de la hoguera caldeando la estancia...

Rodeo el edificio acompañado de las sombras que me procura por la noche, miro la puerta principal, y me digo:

mmm, mejor buscar la de atrás...

Camino rodeándolo, e intento abrir la puerta trasera para colarme por esta...

Rodeas la iglesia y das con una entrada trasera, una pequeña puerta de madera que está cerrada con llave. Tratas de abrir la puerta forzando la cerradura con tus herramientas de cerrajería, pero algo sale mal y la cerradura no cede.

En ese instante oyes unas pisadas y ves un resplandor que pasa cerca de tu posición. Se trata de dos guardias que, antorcha en mano, están patrullando la zona.

Has oido eso? - le dice un guardia al otro - Me ha parecido ver escuchar un ruido que proviene cerca de la puerta de la iglesia.

Me agacho en una sombra que hay cerca mio, mientras observo si puedo colarme por una ventana:

Me estoy volviendo descuidado, seguro que es culpa del enano loco que me ha pegado algo de sus marionetas...

Creo que te está afectando este turno de guardia. Antes te has asustado por una gata en celo y ahora crees oir cosas - le comenta el otro guardia y acto seguido reanudan su marcha, llevándose con ellos la escasa luz de sus antorchas y volviendo a sumirte en la oscuridad de la noche y la niebla nocturna.

Te fijas bien en las ventanas y parece ser que la única forma de entrar en la iglesia es por alguna de las dos puertas. No obstante por la puerta trasera ya has probado sin ningún resultado...

Espero a que se vayan los guardias, y e encaramo a la ventana a ver si puedo abrirla...

Si la abro, asomo la cabeza a ver que hay dentro...

Te encaramas a una de las ventanas, aunque más que ventanas descubres que son vidrieras, con dibujos religiosos de múltiples colores. Intentas abrirla dándole un empujón, pero no ves bisagras por ninguna parte. Si existe alguna forma de abrir las vidrieras, sin duda será empleando la fuerza bruta para destrozar el cristal.

Empujo un poco la vidriera...

mmm, no me parece muy buena idea romper una ventana a esta hora.

Voy hacia la puerta principal pensando:

Siempre hay una puertecita pequeña incrustada en la puerta grande, a ver si esa cede.

Si se abre, me asomo y luego me oculto en las sombras.

Intentas abrir la puerta pero ésta no cede. A pesar de que la cerradura has conseguido abrirla sin ni siquiera dañarla, parece que algo impide que puedas abrirla. Estás totalmente convencido de que la puerta está trabada desde el otro lado con tablón de madera...

Miau -digo para mi tristemente mientras golpeo un poco fuerte la puerta- nunca había tenido tantos problemas para entrar en ningún lado...

¿Podría probar otra vez la puerta trasera? -comienzo a plantearme-

Al parecer este lugar apenas y estaba abitado, pocos muebles, todo cubierto de polvo.
< ¡Mierda! Me muero de hambre > Pensó
Sin pensarlo dos veces Shivan busco la fuente del olor a comida, tener algo en el estomago le ayudaria a mantener la mente clara.

Te acercas a a la mesa de madera donde encuentras un plato. Aún quedan restos de comida, medio costillar de cerdo. Está frío pero huele muy rico.

Shivan toma un poco de la carne y la mastica, y mientras hace eso busca algo que pueda no haber notado antes.

Miras hacia arriba, sobre tu cabeza, en lo alto de la iglesia. No terminas de ver exactamente nada en especial ya que la oscuridad y la niebla impiden ver más allá, pero jurarías que algo se ha movido o se ha desplazado, pero sin generar más ruido que el de una leve brisa...

Mientras te deleitas con el sabroso y frío costillar, notas que todo esta en calma. Más bien en excesiva calma. Los ronquidos que provenían de la habitación han cesado.

- ¿Hay algún motivo para que una gata forastera irrumpa en mi casa durante la noche? - La voz malhumorada del hombre con el que habíais hablado por la tarde surge desde la puerta de la habitación, abriéndose esta de par en par. Lo observas detenidamente. Va en camisón, con el pelo revuelto y una cara a caballo entre el sueño y la rabia. En su mano derecha porta un candelabro de hierro macizo - Te sugiero que salgas de mi casa, ¡ahora!