Las flechas de cupido os han unido en una unión más allá de lo carnal. A partir de ahora estaréis juntos en la vida y en la muerte.
Como lobo puedes o no decírselo a tu amada, pero recuerda que sólo ganaréis la partida si ella y tu quedáis vivos, nadie más (o sea, ninguno de los lobos o del resto de pj)
Me acerco a Arien con una sonrisa, materializo una rosa roja entregándola a mi amada. Por fin tengo mi propio pedacito de cielo solo para mi, la tomo de la mano atrayendo a Arien hacia mi terminando rodeando su cintura con mis brazos.
Acepto con una sonrisa la rosa, apreciando su aroma y su belleza y después mi mirada se dirige al ser al que ahora siento parte de mí. Por quien daría mi vida eterna sin dudarlo ni un instante.
- Nunca pensé que podría sentir algo así... - Murmuro entonces, perdiéndome en la profundidad de los ojos de Erundur. - ¿Qué tipo de magia mora en estas tierras que hace que las pasiones mortales afloren de esta manera? - Incrédula y abrumada por todos los sentimientos que llenan mi espíritu, correspondo a su abrazo, rodeando su cuello con mis brazos, esforzándome por no liberar mi esencia y quemarlo.
Lo miro fijamente a los ojos mientras enredo los dedos en su pelo por detrás de su nuca. - Me siento tan unida a ti... - Musito con mi boca muy cerca de la suya. - ¿Lo sientes igual tú?
En un hilo de voz apenas audible, ¿podría no sentirlo?, mis labios se aproximan después a los de Arien rozándolos suave y ligeramente. La magia que mora aquí se llama vida, quien vive siente, quien siente ama y quien ama es que vive.
Siento nuestros labios rozándose con cada palabra pronunciada y un suspiro se escapa de entre los míos al sentir millones de escalofríos recorriendo todo mi cuerpo. - ¿Vida? Sí... Me siento viva a tu lado. Más viva de lo que nunca pensé que podría sentirme... Saber que hay algo que moriría por proteger... Me hace sentir la vida latiendo por mis... ¿venas?
Algo en mi interior se muere por sentirlo más cerca, por empujarlo hacia mi boca, pero trato de mantener esta dulce sensación un instante más.
Sonrío ligeramente, si venas, mi mano derecha se coloca con suavidad sobre la suya, la tomo por arriba y la arrastro con delicadeza hasta el corazón de la propia Arien, ¿lo sienes?, con mi otra mano dejo al descubierto su rostro concluyendo besando sus labios.
Siento un suave latido bajo mi mano, pero me resulta imposible concentrarme en eso teniendo a Erundur tan, tan cerca de mí... Cuando posa sus labios sobre los míos siento mi interior encenderse y tengo que hacer un esfuerzo para contener las llamas. Con los ojos cerrados, me pego todo lo que puedo a él, sujetando su nuca firmemente con la mano libre, apretándolo contra mí, mientras mis labios muestran una dulce ansia por los suyos.
Tras unos segundos de absoluto deleite aflojo la presión en su cuello y vuelvo a perderme en sus ojos de nuevo, con la respiración agitada y la vida latiendo por todo mi cuerpo. Acaricio suavemente su mejilla con la palma de la mano mientras mi mirada se alterna entre sus ojos y sus labios. - Oh... - Un tenue suspiro es lo único que puedo emitir ante toda esta amalgama de nuevos sentimientos entremezclados.
Me pierdo en el beso con Arien, ese poco tiempo me parece gratamente eterno. Con mi mano libre vuelvo a coger de la cintura a Arien sin separarme lo mas mínimo de de ella, clavo mi mirada en la suya sonriente.
Con un gesto de mi mano materialicé una capa de plumas sobre el suelo lo suficientemente gruesa para estar cómodos los dos, llevo junto a mi a Arien para tumbarnos sobre las plumas.
Una vez tumbados beso una vez con suavidad y dulzura su cuello, después llego hasta su oído para susurrarle lo siguiente, deja que tu corazón te guíe.
Curiosa, permito que me lleve hacia la capa de plumas y me tumbo allí a su lado. Me estremece un escalofrío, que se extiende por toda mi espalda, cuando sus labios rozan mi cuello.
Ante sus palabras giro mi cuerpo hacia él, atrapando sus labios con los míos incluso antes de que termine de hablar. Lo beso con fuerza, con el ansia de quien descubre una nueva sensación y quiere exprimirla al máximo. Llevo una mano a su espalda y la acaricio con las uñas, preguntándome si su piel será tan cálida como sus labios, que no soy capaz de soltar. Mi espalda se arquea de manera inconsciente para acercarme a él todo lo posible.
Ehm, visto cómo va el asunto, preguntaré por si acaso la cosa sube de tono... ¿Todos tenemos +18 aquí? o.o
Me sorprende su respuesta aunque no lo refleje, correspondo a su beso con la misma intensidad, mis manos recorren superficialmente todo su cuerpo sin llegar a centrarse en un lugar en concreto reconociendo su cuerpo, su figura y liberando su cuerpo de su túnica si no pone resistencia.
Jajajaja si soy mayor, chica atenta jajajaja.
Cuando sus manos recorren mi cuerpo, durante unos instantes, mi piel se ilumina con una luz parpadeante, como de llamas. El calor aumenta, pero consigo contenerme antes de que llegue a quemar.
Suelto una risita suave después. - Dicen que jugar con fuego puede ser peligroso... - Susurro en su oído, con la voz ligeramente ronca, mientras me libera de la túnica.
Su susurro logra sacar una sonrisa de mis labios, los beso en primer lugar mientras acaricio su vientre con suavidad su vientre con mi dedo indice, los besos pasan a su cuello hasta llegar a su oreja mordiéndola sin hacerla daño y terminar con un susurro divertido. Jugar con fuego peligroso..... ¿me vas a quemar?.
Miles de escalofríos me encienden con sus caricias y un suspiro se escapa de mis labios al sentir su boca en mi oreja. - También dicen que jugar con fuego es la única forma de aprender a no quemarse... - Me río mientras me permito liberar mi esencia durante un pequeño segundo, volviendo a encenderse levemente mi piel.
Cojo su mano y lo atraigo hacia mí, haciendo que se acerque más. - Nunca imaginé que podría sentir otro ser como una parte de mí misma... - Con una mezcla entre ternura y pasión meto mis manos por el interior de su camisa, acariciando su espalda, buscando sentir su calor igual que le he mostrado el mío.
Mis ojos vuelven a contemplar la imagen mas hermosa cuando Arien muestra su verdadera naturaleza, con la mano que acariciaba su vientre sube hasta su tronco, desde los hombros hasta sus pechos y la otra acaricia su espalda disfrutando de ese calor tan agradable que desprende dejando apenas la distancia justa de separación para acariciarla.
Acabas de describir como me siento ahora.
Con una media sonrisa le escucho confirmar lo que ya pensaba, que ambos compartimos sentimientos. Lo miro unos instantes, recreándome en su belleza mortal, sabiendo que nuestras almas están irremediablemente entrelazadas. Y feliz de que sea así. Sensaciones nuevas me desbordan, llenando cada poro de esta nueva piel de una extraña lujuria que no había sentido antes. ¡Por Valinor! Ni siquiera era capaz de entenderla en otros. Y yo, que después de la violación de Melkor nunca imaginé poder sentir algo así por alguien, ahora me veo embargada de pasiones mortales. ¿Cómo ponerle freno a algo que se siente por primera vez? ¿Cómo hacerlo cuando se es un espíritu libre, sin prejuicios, ni tapujos humanos? ¿Y por qué debería frenar mis impulsos?
Lo atraigo hacia mis labios, enredándolos con los suyos mientras tironeo de su camisa para quitársela y poder pegarme a él, para sentirlo aún más cerca. Intentando, por imposible que sea, fundir mi piel con la suya.
Si en algún momento te incomodas, dilo y sin problemas corremos la cortina XD.
Si eso va por mí, vosotros a lo vuestro... La master también es mayor de edad así que no hay problema
Bien ^^.
Lo mismo para ti, Erundur, que nada más lejos de mi intención que nadie se incomode. Pero, la verdad... No veo a Arien conteniéndose XD.
No lo podía creer, después de renunciar a vivir como un elfo termino encontrándome con ella que hace que encuentre mi lugar.
Me fundo en un intenso y apasionado beso con ella, con nuestros cuerpos pegados. Tras nuestro apasionado beso la tumbo boca arriba sobre las plumas comenzando a besar todo su cuerpo, inclusive sus pechos, su sexo y la zona interna de sus muslos.
Vuelvo después a enfrentar mi rostro con el suyo besándola apasionadamente estimulando y jugando con sus pechos sin desatender un solo centímetro de ellos.
Tranquila que no pasa nada, Erundur en principio tampoco.
Una maraña de increíbles sensaciones se desenreda en mi interior con el contacto de sus labios, que parecen saber exactamente dónde ansía mi cuerpo que se posen en cada momento. Mi espalda se arquea involuntariamente mientras mi respiración se agita, provocando pequeños destellos de luz por todo mi cuerpo.
Mi mano se aferra a la capa de plumas, buscando algo que me sujete a la realidad, que me permita mantener la cordura en la miríada de estremecimientos que recorren mi piel. Los suspiros se suceden sin que pueda, ni quiera, hacer nada por controlarlos.
Cuando vuelve sobre mí, posando la mano sobre mi pecho, un gemido ronco escapa de mis labios, pegados a los suyos. Mi pelvis se alza de forma instintiva, buscándole, tratando de unirnos en un solo cuerpo, mientras mis manos recorren su espalda, dibujando suavemente círculos con las uñas.
Abro mis ojos que brillan con la fiebre del momento, fundiéndolos con los suyos, perdiéndome en su mirada. - Creo... que os amo, Erundur. - Susurro con voz profunda, separando mis labios de los suyos tan sólo un pequeño instante.