Partida Rol por web

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Cuando el sidhe despertó, se encontró con su propio reflejo. En realidad no era un espejo, sino un cristal que permitía verse a sí mismo. Al otro lado había más personas, claro.

Sir Ashler distinguió a un doctor (porque llevaba bata blanca) muy apuesto, con el pelo castaño peinado con raya a un lado y una sonrisa amable. A ambos lados había dos enfermeros, muy serios los dos. Se encontraban separados, el sidhe y ellos, por un grueso cristal transparente que dejaba ver la otra habitación. Las luces blancas eran suaves. A su alrededor había mobiliario cómodo, sofás, sillas, mesas y hasta una mininevera. En el techo pendían dos altavoces y frente al sidhe había un micrófono de mesa. El doctor tenía otro junto a su boca.

-Por fin has despertado, Dwayne. Me alegro. Puede que te duela un poco la cabeza, pero con un trago de algo fresco se te pasará. Tienes soda en la nevera -dijo el doctor muy amablemente.

Sir Ashler seguía confundido... Alguien le llamaba por su nombre mortal...

- ¿Dónd...?

La Banalidad que emitía aquel hombre era abrumadora, al igual que toda la habitación. Había cierto Glamour en el aire, muy tenue, pero casi sofocado por completo.

-Estás en el Instituto Denholm. ¿No lo recuerdas, Dwayne? Viniste esta mañana para pedir que te ingresaran.

"Y una mierda." Eso fue lo primero que se le vino al Sidhe a la cabeza, pero decidió usarlo en su favor, para salir de allí cuanto antes, como los prisioneros por buena conducta.

- Yo... S-sí... Lo recuerdo. Sí, doctor... Doctor... Discúlpeme, no recuerdo su nombre...

-Joseph Chapman. Puedes llamarme doctor Chapman. Ahora dime, Dwayne, ¿recuerdas por qué estás aquí? ¿Recuerdas el motivo por el que pediste que te internásemos?

"Así que esto le hicisteis a Terry Wood... Cabrones."

Ashler se llevó la mano a la cabeza, fingiendo jaqueca.

- Yo... Mis psicólogos decían que mi esquizofrenia iba a peor... Y bueno... La medicación hace lo suyo, pero no es suficiente. Cuando tengo mis crisis... En fin. Ya van varias novias, ¿sabe? No hay muchas mujeres que aguanten muchas historias propias de El Señor De Los Anillos...

-Detecto cierta ironía en lo que has dicho, Dwayne. Creo que no estás tan abierto a la terapia como creíamos en un primer momento, pero eso es cuestión de tiempo. En primer lugar, lo que padeces no es esquizofrenia, sino lo que el doctor Stark llamó "El sindrome Quijote", consistente en una alucinación constante que hace creer a los pacientes que forman parte de una raza de hadas. ¿Te suena?

"¿Alucinación? Somos reales, hijo de puta."

Ashler sonrió amargamente.

- Sí. Yo soy Sir Ashler, Sidhe de la casa Liam y miembro de la Corte Oscura. ¿Le vale? Claro que sé de lo que habla, y cada vez me lo creo menos, de veras, pero mi reflejo me devuelve a alguien que no soy yo... Y empiezan las dudas...

-Ése sí que es un buen comienzo. Bien, Dwayne, te diré que el primer paso es reconocer lo que a uno le ocurre. La enfermedad está bastante extendida y se presenta de manera parecida entre pacientes. Parece que tienen las mismas alucinaciones colectivas, y demuestran un conocimiento del folklore sorprendente. Con el tiempo se van dando cuenta de que son sólo mecanismos de defensa. ¿Por qué no me hablas de tu infancia? Tal vez así encontremos el detonante.

"Dios mío, qué tío más repelente."

La paciencia de Ashler se iba agotando poco a poco, pero decidió seguir fingiendo.

- Veamos... No era un niño muy sociable. No me gustaba jugar acompañado. Lo cierto es que siempre tuve amigos imaginarios. El resto de los niños me parecían muy normales. Luego, en la adolescencia, fui rechazado varias veces, tanto por amigos como por chicas, pero no sé qué tiene eso que ver...

-A veces el Síndrome aparece como un medio de expresar la creatividad y la fantasía. Por desgracia, es un medio poco idóneo y adecuado para la Sociedad. Probablemente te hayas puesto en peligro alguna vez o hayas puesto en peligro a otros, ¿no es así?

Ashler suspiró y fingió tristeza. Ya no se le ocurrían más cosas. Era bueno mintiendo, pero necesitaba una tregua, así que fue escueto.

- Sí...

-¿Por qué crees que tu subconsciente crea monstruos... quimeras para dañarte? ¿Por qué crees que permites a tu mente torturarte con cosas así cuando sería mucho más fácil dejar de imaginar?

La Banalidad de Chapman estaba agobiándole demasiado, y el Sidhe no iba a aguantar mucho más.

- Porque... Quizás es más fácil crearme un mundo imaginario donde soy útil.

-Es muy posible. Has dicho que eras un sidhe, ¿verdad? Según mis informes, en la alucinación colectiva se tienen por los nobles, los mandamases. Sería perfectamente normal que eligieras pertenecer a esa casta con tal de ser aceptado por los demás. Una infancia dura, con el rechazo y la aversión de los demás, explicaría ese ansia de gobernar y de ser querido por los así llamados plebeyos.

Suficiente.

- Ya basta, doctor. No tengo ningún tipo de problema. Me llamo Sir Ashler ap Eiluned, y he venido a cumplir una misión. He hecho un Juramento, y no voy a errar en mi cometido. ¿Estoy loco? Sí, estoy loco por soñar. No, no pedí estar aquí. No, no tuve una infancia de mierda. No, no hay lógica para que me crea un changeling. SOY un changeling. Así que le invito a meterse su Síndrome Quijote por el culo.

Y se dirigió a la mininevera a ver qué podía encontrar para refrescarse.

-Parece que hemos llegado al límite de resistencia por hoy, ¿eh, Dwayne? Bueno, es doloroso descubrir que todo lo que uno ha creído hasta ahora es mentira. Siempre duele, siempre cuesta. Pero tarde o temprano todos acaban dándose cuenta de que es necesario reinsertarse en la sociedad como una persona de bien.

El doctor se levantó y los enfermeros con él.

-Te llevarán a tu habitación y mañana volveremos a hablar. ¿Qué te parece?

Abrió la mininevera y cogió una soda. Se la tomó de una sola vez, y la apretujó en su mano.

- Que haga lo que le plazca. Venid a buscarme.

Los enfermeros salieron junto al doctor, y al poco tiempo la puerta que comunicaba la habitación de Sir Ashler con el pasillo se abrió. Los enfermeros se acercaron a él para escoltarlo a su habitación ante la mirada atenta de Chapman.