Partida Rol por web

Post reservado al DM.

RESERVADO DM

Por fin se ponían en camino. No tardó mucho en aparecer Sapo a medio trote sobre su inseparable lentejuela. Montaba con ambas piernas a un lado, en vez de ahorcajadas, pues llevaba túnica y si así lo hiciera se le subiría ésta hasta la cintura, dejando a todos anonadados. A él le daba igual, pero Licasto le había dicho que no era "decoroso". Luego tuvo que explicarle que era el decoro pues para Sapo poco significado tenía.

- Listo. -No se sabe cuántas veces pudo decir el gnomo que estaba preparado. Innumerables veces comprobaba de manera escrupulosa que todo su equipo estuviese en perfectas condiciones y, al finalizar el protocolo, volvía a indicar que estaba listo. Tenía un complejo sistema, que repetía siempre que tenía ocasión, para repasar todo el material sin que le quedara ni una sola cosa por revisar. Lo principal era la bolsita de componentes, con todos los materiales separados y a mano, fundamental para un mago que quisiese ser rápido. Lo segundo, y no menos importante, la ballesta a la espalda, siempre cargada. Después todo el resto en un meticuloso y concienzudo orden.

Con Lentejuela a su lado podía ser tan rápido como el mismo Shagar, así que junto a él cabalgada, gallardo en su montura, aprovechando como el semiorco su visión mejor en la penumbra que la de los humanos. Sapo no era un lince, desde luego, cada ojo apuntando en cada dirección, pero Lentejuela era mula vieja, y ayudaba al gnomo a seguir lo que suponía que era el rastro de los orcos.

- Prrrfffpp.- Resoplaba la mula a disgusto por acercarse a seres que no dudarían en comérsela, y no sólo se refería a los orcos, sino a los extraños compañeros de su amo.

Antes me dejo comer por gusanos que montar en estas cosas asquerosas, olorosas, peludas y esqualidas bestias. 

Shagar tenia claro que no subiria a eso, ni por todo el oro del mundo, bueno quizas por todo el oro del mundo si, pero no habia suficiente en el pueblo para eso.

Asi que ato bien la mochila en la espalda y se dispuso a marchar con el resto de gente que no iba encima de esas asquerosas, olorosas, peludas y esqualidas bestias.

Shagar llevaba su arma a dos manos preparada, tenia intencion de empezar a cortar cabezas tan buen punto como tubiera ocasion. 

A su lado se mantenia firme su perro, no su hermano permanecia encima de esas asquerosas, olorosas, peludas y esqualidas bestias. Sino su perro, que parecia que tenia hambre...de que era otra cosa.

PArtimos ya? o esperamos que crezca la iglesia?

No-no-no-no... ¡No quiero saber sus nombres! Luego parece que tienes algún vínculo con ellos y estás obligado a salvarles la vida o algo así. Bueno, por lo menos no ha dicho quién es quién, así que no sé cual es Hathol y cual Jerinor, y los dos son nombres de chico, ¿verdad?

¡No está tan mal, hermano! Yo también era reticente al principio, pero los caballos son como ratas gigantes, después de todo.

Espoleó con las rodillas a su montura. En realidad, estaba perdiendo el equilibrio, y el gesto de sus piernas iba encaminado a agarrarse apretando muslos, pero el caballo reaccionó con un trote lastimoso debido al exceso de carga. El semiorco chef condujo al animal hasta dar una vuelta entera alrededor de su hermano.

Psssst... Hermano, si no recuerdo mal, Ulthor es un arquero guerrero urbanita que no ha seguido un rastro en su larga y virginal vida de elfo. Eco es un humano panoli que de noche no ve un pimiento, y que además es un completo inútil en todos los campos y un gafe redomado tanto en los dados y las cartas como en la vida. Deberías guiarnos tú, oh, querido hermano, y rastrear a la horda de orcos. Así te podrás anotar un punto delante de la chica morena, que parece que el grandullón te la va a levantar...

Es que Shagar es tan tímido con las chicas, que lo suyo con Jerinor no tiene visos de ir a ningún lado. Además, ya ha quedado lo suficientemente mal delante de ella negándose a subir a un caballo, como si fuera un cobarde. Y el hermano de Estragón no es un cobarde, tan solo es un valiente infrecuente. Por otro lado... coooo-co-co-co-coooooock...

Te echaré una mano, Shagar. Si veo que tuerces para una dirección que no es, toseré para indicarte que vayas para el otro lado-guiñó cómplicemente el ojo, como si las bolsas de grasa bajo sus párpados no redujesen su campo de visión a una estrecha ranura horizontal.

Espoleó de nuevo al caballo, esta vez a posta, y abandonó Fairhill que no era tan "fair" como para echar cohetes, y era bastante llana para llamarse "hill". Pero su madre les llamó Shagar y Estragón, así que no son quién para criticar los nombres de las cosas.

Lilith dirigió una última ojeada al pueblo, pudiendo distinguir aún las llamas agonizantes de la iglesia. Se ajustó los guanteletes y echó a correr tras la compañía a la que, sin saber muy bien cómo, se había unido en pos de recuperar el objeto tan preciado de la Dama Shandrill.

Aunque hubiera preferido pasar una noche tranquila en la posada y conocer con calma a sus nuevos compañeros de aventura (durase lo que durase), no le desagradaba la idea de echar a correr persiguiendo orcos. Correr, preferiblemente detrás de una presa, era su pasatiempo favorito, después de prestar su ayuda a todo aquél que considerase necesitarla. Por eso había pronunciado el juramento.

Corrió a la cabeza de la compañía, donde se encontraban el tal Eco y la elfa Lauriel, adaptándose a su ritmo.

- Vosotros dos. - les dirigió una mirada seria, pero con los ojos brillantes. - Si por un casual debiéramos asaltar el campamento, contad comigo. No obtendréis mejor resultado de nadie más, salvo, quizás, de ti, Lauriel. - dicho esto y sin esperar respuesta, aminoró la marcha y se internó en el centro de la compañía, observando a los que tenía alrededor. Decidió que, acabada esta empresa, se presentaría como es debido.

Se sobresaltó un instante al darse cuenta de lo antisocial que había sonado su amable ofrecimiento.

A los pocos minutos de abandonar Fairhill, os rodea la más absoluta oscuridad y el silencio de la noche. Las únicas luces que iluminan vuestro camino son una lámpara de aceite que sujeta Hathol, el guardia musculoso que va adelantado una veintena de metros y otra que porta Galdar, cuyo cansino trote le mantiene a duras penas al mismo ritmo que los demás. Cuando Lilith se acercó a hablar con Lauriel y Eco, la elfa la miró de soslayo y simplemente asintió, sin demostrar ninguna emoción, su concentración estaba en el trabajo que tenían delante.

Tras una larga hora de camino, aún no habéis dado alcance a los orcos que han huído, pese a que Lilith, que a veces se adelanta al grueso del grupo y se detiene a observar las huellas mientras el resto le dais alcance, os indica con bastante convencimiento cuál es la ruta a seguir. Tampoco parece excesivamente difícil seguir el rastro de los orcos, aunque a la velocidad que vais, tiene cierto mérito que sea capaz de hacerlo. Múltiples señales indican con bastante claridad el camino que han seguido, y realmente, no parecen muy preocupados por una represalia, pues siguen el camino principal. A los diez minutos de cumplida la hora, y ya con algún miembro algo resollante tras el paso duro que estáis imponiendo, escucháis el correr del agua.

"El río...pronto llegaremos al vado." dice Lauriel, la elfa que os acompaña.

Apenas un minuto después llegáis a una zona donde un río cruza el camino (o viceversa). Sin mucha dilación seguís a los caballos de Hathol y Jerinor, la mujer morena, que se detienen al poco de cruzar.

"¿Qué sucede?" pregunta Lauriel, al reuniros con ellos.

"Parece que se pararon aquí un momento...pero....no....no vemos hacia dónde va el rastro...", contesta Jerinor, algo molesta por tener que admitir su desconcierto.

Una vez de adentraron en la oscuridad de la noche, Sapo quedó hipnotizado por las luces portadas por el grupo de avanzadilla y el propio Galdar, como una polilla a la luz de una llama. Afortunadamente Lentejuela sabía que debía seguir al grueso del grupo y así acomodaba su trote a la velocidad media de los demás.

Ya cerca del río, Lauriel hablaba de un río y un vado. Obviamente todos esperaban que los orcos, en su rápida huida, hubieran tomado ese camino, pero había discusión respecto al tema. Sapo apenas se metió en la conversación más que para remarcar lo evidente.

- ¿No han cruzado el río?- Se revolvía inquieto sobre su mula. No le apetecía desmontar pues cerca del río solía haber limo y los pies se le hundían en él haciéndole parecer aún más bajito. Pero el ruido del agua corriente le daba ganas de orinar y, cuando tenía esa necesidad, se ponía de mal humor y con una sensación de urgencia que debía satisfacer. La luz de Galdar le deslumbraba haciendo imposible hacer uso de su visión en la penumbra. El pobre gnomo se llevaba la mano a la cara a modo de visera.

- Me molestas.- Acabó diciendo a Galdar, con su habitual tacto.

Vaya, esto es un imprevisto del todo previsible pero.... de difícil resolución claramente. -Suspiro hastiado- Lauriel tu conoces esta zona, ¿que hay río arriba y río abajo?. Algo que pudiera servirles de escondite, otra desviación del camino... cualquier cosa. Si el grupo se separo no nos queda otra que jugárnosla a ir tras un grupo, dividirnos creo que complicaría el combate.

Deja de decir obviedades, Sapo. A todos nos molesta Galdar.

Como era el hermano listo, y no podía dejar que Shagar metiese la gamba tan pronto delante de la chica-humana, decidió meditar en profundidad sobre el tema. Así fue cómo sacó a su rata de meditar de debajo del sombrero y la empezó a acariciar en su regazo, como haría cualquier villano en su guarida, solo que sin el respaldo de un cómodo sillón. En serio, ¿qué utilidad tiene una silla de montar más allá de la de dormirle el culo a los jinetes? Habría que ponerle, cuando menos, un respaldo.

Rata, aprovechando que tenía a su semiorco de meditar, también se hizo preguntas. Como... ¿cual es el origen del plano material?, o... ¿quién se come el queso de los agujeros del gruyer? Pero sobre todo, se dedicó a olisquear el aire fresco de la noche por si había alguna criatura escondida a... ¿qué se yo?, treinta pies de distancia. O a sesenta pies, si llegaba una ráfaga caprichosa desde esa dirección.

Ya que la rata no transmitía a Estragón sensación de inquietud, el semicerebro del semiorco dió rienda suelta a su imaginación sin ningún tipo de interrupción.

Se han ido. Se han ido volando. En un globo, quizás. Ya sabéis, esos artefactos extraños que fabrican los gnomos con problemas para socializar-miró a Sapo-. Sapito, ¿cómo es que en todo este tiempo no has construído un globo? Ya sabes... como eres un gnomo...-con problemas para socializar, y mucho tiempo libre-. Podemos descartar que se hayan ido en barca si la hierba de la orilla no está apaisada y mojada, que es lo que pasaría si hubiesen encallado las canoas en tierra para subirse y apearse. También se puede reducir el número de posibilidades si ALGUIEN se TOMASE la MOLESTIA de vadear el río y ver si hay huellas del otro lado.

Tranquilo, hermano, no lo decía por ti. Era mi manera sutil de hablar de Hathol y Jerinor sin que se den cuenta. Tú lo estás haciendo muy bien.

Como os va a llevar tiempo buscar todas las pistas, mientras yo seguiré teorizando con lo más probable: el globo gnomo. Secuestraron a un gnomo... porque ya sé que se dice que son siete veces más fuerte que tú... pero seamos sinceros... ¿más fuertes? Quizás más fuerte que Eco, eso sí, pero nadie puede pensar que un gnomo como Sapo pueda ser más fuerte que los hermanos Leivn, por ejemplo.

Retomando... secuestraron a un gnomo y le obligaron a construir globos para poder huir después de asaltar Fairhill. Y le impidieron hacer todas esas cosas que la gente dice que hacen los gnomos, aunque puede ser otra trola como lo de la fuerza. Le prohibieron montar a lomos de un zorro... le prohibieron bailar encima de una seta... le prohibieron hablar con los animales de madriguera...

¿Tú qué dices, Sapo? Puedes ilustrarnos sobre los mitos de tu raza. ¿De verdad que podéis hablar con los animales de madriguera? Por ejemplo, en la noche, que es cuando salen más pequeños animales peludos a cazar insectos en el sotobosque, y lo sé porque soy un experto en todo lo que se pueda cocer en la cazuela, ¿tú podrías hablarle y preguntarle a dónde han ido los orcos? Jajajajaja... La sola idea me parece ridícula.

- Puedo construir un globo en cualquier momento. ¿Para que lo quieres?¿Comértelo?-  ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! Ahora lo entendía todo. Los hermanos Leivn. El 1 y el 0, todo cobraba ahora sentido. Las extrañas diferencias genéticas entre los dos hermanos, particularmente en el IMC*, que no era más que un indicador de la grasa corporal y que Sapo había atribuido a la razón más sencilla, es decir, un posible origen diferente de uno de los dos progenitores, ahora le resultaba obvio. La insistencia del cocinero semiorco por los globos no podía tener otra causa que su adicción por ellos. Sólo así entendería que alguien estuviera tan hinchado y, además, explicaría el problema de las flatulencias. Sapo metió las manos por entre las mangas negándose a usar su magia para saciar los apetitos insanos de su compañero de fatigas.

- Podría hacerte un globo cuando quierassss. Pero no te lo comas.- Orgulloso de haber mostrado su poder, estaba dispuesto a demostrar a todos que lo que decía Estragón no eran mitos, sino certezas. - Somos mas fuertes de aquí.- Dijo señalándose a la abultada cabeza, muy grande en comparación con el cuerpecillo que la sujetaba.- Lentejuela no essss un zorro pero como ssssi lo fuera.- Siseó. Iba montado en ella y Licasto, su mentor, siempre decía que la mula era astuta como una zorra. Aunque no entendía a qué se refería exactamente pues él la veía con todas las características propias de su especie.- Y claro que puedo hablar con los animales de madriguera, ¿verdad Ulthor?- Dijo mirando a Lilith. Ulthor ya había visto cómo Sapo hablaba con un tejón el día que se enfrentaron a los Leucrottas. El día en el que el TAN fuerte Shagar, el musculoso de los hermanos Leivn, había salido escaldado como un huevo de gallina echado sobre agua hirviendo.- El problema radica en encontrarlos.  Son animales huraños y temerosos de sus depredadores.- Dijo mirando de arriba a abajo al gordo semiorco de apetito insaciable.- Encuentra uno y yo hablo con él de lo que quieras.- Desde las alturas de la grupa de su mula, el gnomo miraba alrededor en busca de algún conejillo, tejón o similar. No le hacía falta hablar con las ratas para saber lo desdichada que era la que Estragón acariciaba de manera tan basta entre sus manos. NO era fácil para alguien con una percepción tan alterada como la de Sapo, así que miraba con sus ojitos saltones a quien podría hacerlo pro él, su amigo del alma, el elfo de cabellos plateados.

Shagar no decia nada, su hermano hablaba por el, por el mismo y por tres generaciones venideras y pasadas.

Aunque el habai relajado su paso para adaptarse al resto y parecia el menos cansado, dio un par de vueltas al lugar y donde parecia que habian parado, echo un vistazo alrededor.

Shagar y Mel su perro empezaron a rastrear, buscando algun rastro. De vez en cuando miraba hacia el cielo, el no era tonto pero su hermano podia tener razon sobre el globo gnomo.

Estaros quietos con las luces que haceis sombra. Sin duda era el motivo de no encontrar los rastros.

Lilith arqueó una ceja, un tanto molesta por que el extraño gnomo siguiera confundiendo su grácil y contorneada figura con la de un varón, aunque fuera de los de su especie. Aún con todo, sentía cierta lástima. El gnomo le recordaba a aquellos animales (parecidos al que acompañaba a Shagar, pero generalmente más... domésticos) que se pasaban horas sentados frente a una puerta esperando que su humano apareciera por ella, incluso después de que éste muriera. Aunque no le parecía el momento idóneo, decidió explicarle a la pobre criatura que ella no era su amigo Ulthor. Procurando mostrar el mayor tacto posible, dijo:

- Gnomo, yo no soy ese tal Ulthor. El elfo al que te refieres debe de seguir tirado bajo una montaña de malolientes... ¿eh? - se aclaró la garganta y fingió toser. - Sábanas. Sí. Es... este... En fin, mi nombre es Lilith, gnomo. Respecto a lo del animal... veo uno justo ahí. - dijo señalando a la mula que se tambaleaba bajo las posaderas del gnomo.

¡Por los huevos con chorizo! ¿Ahora resulta que Ulthor tiene personalidad múltiple? Es increíble que siempre acabe rodeado de pirados. En fin... El caso, Sapo, es que estoy completamente seguro de que puedes hablar con los animales. Cualquier trastornado es capaz de hacerlo, ¿a que sí, Rata? Lo meritorio sería que te respondiesen, y eso ya lo veo más difícil.

Lauriel bajó de su caballo y comenzó a inspeccionar los alrededores de la orilla del río¹, cuando Eco le hizo una pregunta mirando hastiado a su alrededor...."¿Río arriba y abajo? Hacia el norte hay unas pocas granjas dispersas de algunos que no quieren vivir tan cerca de un asentamiento más grande o si te vas más al norte aún, están las montañas. Al sur está el Río Greywash, éste es un pequeño río que baja desde las montañas y se une a él."

Mientras Lauriel y Eco debatían las posibilidades, el orondo de los hermanos Levin se dedicó a especular con lo sucedido mientras acariciaba su rata. Probablemente debido a la sensación de tranquilidad y distracción que ésto le causaba no se dió cuenta de que ya habían vadeado el río detrás de la Elfa y que estaban en la otra orilla. También era probable que fuera corto de vista, o que se hubiera distraído pensando en cómo iba a cocinar a la mula del Gnomo cuando éste se distrajera.

La cuestión es que el comentario hizo que Lauriel se girara y dedicara una mirada nada amistosa a Estragón, frunciendo el ceño más aún si cabe, pero absteniéndose de decir nada. La conversación entre él y Sapo la estaba poniendo de los nervios y lo demostró alejándose un poco para buscar huellas.

Shagar, por su parte, pese a las luces y sombras, encontró, con ayuda de algunas indicaciones de los guardias y de Estragón, un rastro entre los árboles. ¿Una vereda escondida? ¿Secreta? No lo sabían bien, pero lo obvio para Shagar era que los orcos habían pasado por ahí, sin dudarlo. Lo confirmó Sapo, que no encontró animalillos ni tampoco escuchó ningún ruído nocturno de los mismos, parecía que los animales del bosque se hubieran quedado mudos..... pero sí encontró una pequeña bolsa de cuero caída entre dos matojos de hierba. En el interior habían varios objetos pertenecientes sin duda al templo de Freya...algo de incienso, velas, un pequeño colgante de cuentas con el símbolo del crisól en su extremo, una pequeña copa de peltre con motivos de ciervos y lobos....

Finalmente, Lilith, que también buscaba junto a Sapo algún rastro de animales, al acercarse donde todos estaban observando, se dió cuenta que el rastro era muy reciente y que si se daban prisa, podrían alcanzarlos.

Lauriel se levanta de inspeccionar el suelo y mirando la trocha musita..."No había visto nunca ésta vereda....pero no importa. Se interna en el bosque y parece dirigirse al norte hacia el castillo en ruinas y eso nos retrasaría. Debemos seguir el viejo camino principal del castillo..." dice, girándose y señalando el camino que habéis seguido hasta ahora, que sigue hacia el éste entre los árboles "...podemos ir más rápido por ahí y llegar antes que ellos."

Tras observar el sendero que se mete entre los frondosos árboles una última vez, se separa varios pasos y subiéndo al caballo dice con mucho convencimiento "Yo digo que vayamos por el camino principal y les esperemos en el castillo."

Su tono sugiere que está esperando vuestra opinión o respuesta a éste problema. Hathol y Jerinor se mantienen al margen, vigilando los alrededores por si aparece algún peligro.

Si no conocia ese caminito, no tiene porque llegar al castillo, ahora tenemos atraparlos, si vamos por donde no toca quizas no los cojamos nunca.

Y el tiempo iba pasando, asi nunca conseguiria insertar a nadie con su hacha y hacia dias que tenia ganas de pillar esos orcos.

Mi hermano y yo mejor por el sendero. Aunque si te cansas al andar...como excusa es comprensible.

Pues si queréis mi opinión... y aunque no la queráis, la voy a dar de todas formas... mi primera opción sería volver a Fairhill con esa copa de las ratas con cuernos y las ratas sin cuernos que encontró sapo. Podría tratarse perfectamente del crisol que andamos buscando. Seamos sinceros... los pueblerinos que han venido con nosotros no tienen pinta de ir mucho por misa, no reconocerían el crisol así lo tuviesen delante de las narices, ¿o me equivoco, elfa? Volvamos... aunque solo sea para descartar que la misión esté cumplida...

Por arte de magia, como si fuese víctima de una maldición, o un bizcocho que se deshincha sin que nadie sepa porqué (es por abrir la tapa del horno antes de tiempo) se evocó en su mente la promesa dada: "...y llevar ante la Justicia a los culpables". Si Estragón no estaba siendo víctima de un geas, seguramente fuese el semiorco cocinero más hipocondriaco de Toril. Hasta le entraron picores, pero eso seguramente fuese por las condiciones antihigiénicas de tener a una rata bajo el sombrero las veinticuatro horas del día, sin otro lugar en el que soltar su...

Mierda. Está bien, está bien... Si de lo que se trata es de cazar a los orcos y pasarlos por el pasapurés, yo creo que...

Miró a su hermano. Era su hermano, y tenía que darle la razón, como tantas y tantas veces que Shagar ha hecho lo mismo guardando todos esos silencios que llevaban implícitos un "sí, mi querido hermano". Por otro lado, estaba Lauriel, y la imperiosa necesidad de la aprobación por parte de un desconocido que tenía Estragón, y más viniendo de otra alma gemela con nombre de especia.

¿Qué? No. Yo nunca fui tan influenciable.

Vamos a ver, cenutrios, no descartéis tan pronto mi teoría de la fuga en globo. Las huellas en el sendero, y las baratijas dejadas "casualmente" como pista, no son más que un cebo, como el zumo de plátano en un batido de huevo. Que sí, que has exprimido un plátano, pero no por eso va a saber a plátano, no te engañes.

Si me desvío del tema, me decís, ¿vale?

Lo que tenemos que buscar es una zona de aterrizaje para un montón de globos. ¡Sactamente! ¡Lo que dijo Rata! Rata, puedes repetirlo para que lo escuchen todos... ¿No? Es tímida, jujujuju... ¿O tímido?-Estragón levantó a Rata para ver sus atributos, pero estaba todo tapado por el pelo-Es igual. El patio de armas de un castillo en ruinas es el lugar perfecto para aterrizar. Y ese sendero que Lauriel no conocía, no sabemos seguro que vaya al castillo, se puede torcer más adelante. Así que yo digo, y estaréis todos de acuerdo conmigo, que tomemos por el viejo camino principal hacia el norte, hacia las ruinas del castillo.

Y que conste que mi hermano opina igual. Es solo que no tuvo suficiente tiempo para meditarlo. ¡Globos, hermano! ¡No olvides que ha sido una fuga en globo!

El viaje estaba siendo arduo, sentía el cuerpo entumecido y la tensión de sentir que en cualquier momento tendrían que saltar a la acción. No esperaba nada de esto, no deseaba que las cosas fueran a peor.

Me preocupa que parte del grupo de los Orkos halla proseguido por este sendero detrás de los arbustos y el resto delante del camino, si intentan tendernos una emboscada por ambos lados en caso de que parte de los orkos del camino dieran la vuelta y prosiguieran por el sendero esperando darse la vuelta, en cualquier caso seria o un enfrentamiento que nos retrasaría o pillarnos por la espalda si alcanzamos el resto del grupo por el camino principal. Me fió de tus consejos Lauriel pero ciertamente me preocupa un intento de emboscada.

-Miro desinteresadamente alrededor,se bajo del caballo para luego acercarse a los bordes del camino con actitud de mayor interés.

Si crees que debemos ir por el camino principal confío en tu consejo.

- Un momento, Lauriel- exclamó Lilith, que oteaba el césped bajo sus manos. -Creo que tengo el rastro. ¿De verdad crees que es buena idea adelantarnos tanto? Es decir... -se aclaró la garganta e intentó bajar el tono de voz, que sin quererlo ni percibirlo se había elevado como si fuera una reprimienda. - Éste rastro parece muy reciente. Al parecer van bastante lentos. Tal vez podamos alcanzarlos antes de que lleguen al castillo, pero sólo si nos damos prisa. -aclaró mirando de reojo a la mula de Sapo y al orco de dimensiones, a su parecer, desproporcionadas.

- Sin embargo, como bien ha dicho Estragón, o como se llame, el rastro que han dejado es demasiado acentuado, pero los orcos no son estúpidos. Tendremos que estar atentos a una posible emboscada, tanto si seguimos este rastro como si nos dirigimos al castillo. Estoy casi segura de que han pensado en ambas opciones. - Lillith miró al resto del grupo un momento, sopesando las probabilidades de caer en una emboscada orca, con pocas esperanzas. - En mi opinión, seguir el rastro por el bosque es lo más seguro y rápido. Tenemos a dos elfos, que se manejan bien en el bosque. Incluso si nos tendieran una emboscada, podemos aprovechar los recursos de la espesura mejor que los muros de un viejo castillo. En cualquier caso... démonos prisa.

Mientras hablaba, no obstante, acechaba con sus ojos argénteos la próxima negrura del bosque, que parecía una puerta entreabierta, invitándoles a entrar.