Partida Rol por web

Claus se encogió de hombros, exasperado. Después de lo que se había esforzado en ser educado y no decir ni una jodida palabrota. Estúpido humano con su jodido mal humor y sus idioteces.

Cuando salió encontró que el grupo estaba de nuevo allí reunido, esperándole.

- El capullo este no va a ayudar. - Les dijo, amargamente.

Justo cuando Claus sale por la puerta, notáis como alguien se acerca a vosotros, aunque se queda a cierta distancia. Carraspea para hacerse de notar. Al girar, os encontráis con una mujer de aspecto similar.

Es la misma con la que habíais combatido en el almacén. Ella también tiene la marca de la lámpara.

Levantando las manos, os dice

No vengo con ganas de pelea. Vengo a ofreceros un trato

Karen retuvo el impulso de abalanzarse sobre aquella zorra que había intentado herirla en un par de ocasiones. Lo primero es librar a sus compañeros de aquella extraña maldición y puede que uniendo fuerzas en un fin común lo consiguieran.

Después ya habría forma de limar sus asperezas.

Se fijó en como reaccionó la pequeña Queane cuando apareció aquella mujer.

Adelante, te escuchamos

Queane entrecerró los ojos como si la conociera y acto seguido dio un paso atrás.

Una buena ladrona con buenas intenciones. Roba por codicia, no porque lo necesite. Pero está claro que está desesperada, no tiende al diáologo.

La otra joven miró mal a Queane. Hizo gesto de llevar la mano a su arma, pero se contuvo y se digno a ignorarla.

Esas criaturas me han seguido atacando. De hecho, viniendo hacia aquí me he tenido que enfrentar a dos. E imagino que a vosotros os está pasando lo mismo dijo al tiempo que dejaba ver la marca.

Tengo información. Bueno, se quién se llevó la lámpara. Y si la lámpara empezó todo esto, la lámpara debe terminarlo.

Nos la robó un fantasma. Othere es su nombre. Se dónde vive. Os ofrezco ir y acabar con él, recuperar esa maldita lámpara

La pequeña elfa tenía el arco dispuesto mientras Claus Scifo hablaba con el mago y al girarse y toparse con la ladrona del almacén, su reflejo fue instintivo.-¿Que demonios quieres decir. Nos ofreces una alianza?-El arco estaba tensado y dispuesto para disparar.

Mi cara, ya de por si poco expresiva,pone una expresión completamente neutra.Hoy no estoy de humor para esto.

La apunto con la ballesta

-Yo no voy a ningún sitio hasta que nos lo expliques todo.Y tu tampoco.

La mujer se cruzó de brazos.

A ver, ¿qué es esto? Entráis en un lugar que no os corresponde y, por vuestro ataque, nos roban algo que ya nos pertenecía. Nos atacáis, nosotros nos defendemos y encima matáis a mi compañero. Vengo a ofreceros un pacto y encima ¿me apuntáis con vuestras armas?

Bajadlas AHORA mismo. Si no, daos por muertos. No podréis ni lanzar vuestras flechas o virotes sin que os acribillen. ¿De verdad pensáis que soy tan idiota?

Karen hizo un gesto con las manos para que bajaran las armas.

No nos amenaces porque te juro que antes que lleguen las flechas que dices que nos apuntan te habría abierto la garganta de oreja a oreja, me has visto y sabes de lo que soy capaz. Pero tienes razón, tenemos un problema común y lo mejor es que trabajemos juntos para solucionarlo. Te ofrezco una tregua, nos ayudamos mutuamente ante nuestro problema, si encontramos algo de valor nos lo repartiremos a partes iguales y le devolveremos la dichosa lámpara al mago loco para que la arregle.

¿Se puede saber en qué pensabais para robar un artefacto mágico inacabado?.- el tono de Karen fue suavizándose a medida que iba hablando, para terminar en uno amistoso

¿Tú crees? Mi gente no me acompaña a ver al fantasma porque cada uno se encarga de sus problemas. Pero no por eso me dejan desprotegida. Fijate bien en los tejados y verás que tu amenaza está más vacía de lo que piensas.

Si os fijábais en los tejados, una gran cantidad de arcos y ballestas os estaban apuntando. Podían estar ahí antes de que la amenazáseis o no, pero no parecía que estuviera de farol.

La mujer aguardó a que los otros guardaran sus armas. No iba a decir nada hasta que no lo hicieran.

- ¡A callar! ¡Joder! - espetó el halfling, que había agotado toda su paciencia con el mago - Calmaos todos ahora mismo.

Esperó a que todos dejasen de amenazarse y entonces empezó a hablar:

- Esta mujer está en la misma situación que vosotros dos, y no me parece tan descabellado que busque nuestra ayuda, pues es una maldición jodida. ¿Cuánto tiempo creéis que aguantaréis sin poder dormir? ¿Cuánto tiempo creéis que OS aguantarán las posadas, la guardia o las mismísimas ciudades cuando vean que a vuestro alrededor aparecen monstruos? ¿Cuánto tiempo tardarán en mataros, por el bien mayor? Ahora compartimos un objetivo: eliminar esa maldición. Así que, ¿Por qué no nos llevamos todos bien hasta entonces? Después os matáis si queréis, que yo me sentaré a un lado fumando con la pipa y dirigiendo las apuestas.

Bajo la ballesta y me dirijo a mi compañera y a la ladrona.

-Mira, igual lo mejor  si que va a ser que todos bajemos nuestras armas,con un aspaviento señalo a los arqueros de los tejados, ellos incluidos.Lo único que digo es que no pienso ir a por este fantasma simplemente porque nos digas que él es quien la tiene, no se si te habrás dado cuenta, pero hasta ahora tu información te ha llevado a tener en posesión un artefacto mágico inestable a medio hacer  del cual desconoces el funcionamiento, no se tú pero yo no quiero acabar peor de lo que ya estoy.

A medida que hablaban sus compañeros, proliferaban los enemigos en los tejados con arcos y ballestas. Bryzz destensó el arco lentamente, para que nadie pudiera ponerse nervioso o confundiera su movimiento. Aquello parecía una organización, un gremio de ladrones. Seguro que su jefe estaría detrás del robo y querría recuperar el dichoso artefacto. Como bien había señalado la mujer,"cada uno se encarga de sus problemas" y ese problema era suyo, pero también de su jefe. 
La elfa se llevó la mano al pecho y recitó en élfico una oración por los humanos caídos en el almacén.-Las venturas y desventuras hacen extraños compañeros de armas,-dijo mirando a la humana.-Creo que aquí comienza mi balada de nuevo, hablemos entonces.-   

La información que poseo es mía. ¿Quieres que te de el nombre de mis informadores para que vayas a interrogarles? Si quieres puedo hacerlo, pero no vas a volver de una pieza... Bueno, mejor dicho, no vas a volver. le dijo a Bzzak.

No os fiáis de mí al igual que yo no tengo intención de fiarme de vosotros. Me habéis intentado robar algo que yo había robado, así que os hace peores que yo. Pero no voy a debatir la moralidad del asunto, me da igual.

Si queréis me seguís. Si no, es cosa vuestra. Yo voy a ver a ese fantasma a recuperar la linterna para devolvérsela al mago de pacotilla y las sabandijas dejen de atacarme.

Y dicho esto, pasó entre vosotros y caminó calle arriba

Tras un sinfín de numerosas calles y callejones, parece que os alejáis un poco de la ciudad. Cuando pensáis que es una trampa, pues allí no hay casas, unas risas de unos niños os hacen mirar hacia arriba.

En lo alto de los árboles hay casas de madera. Desde la base del árbol hay unos peldaños que, subiendo en caracol, llegan a las entradas. Hay casas "normales, que están sobre una estructura de madera, mientras que otras continuan la subida de caracol creando casas extrañas.

La mujer se detiene y señala el árbol que tiene delante.

Esa es la casa de nuestro fantasma

Ya sabes que quien roba a un ladrón..... Karen sonrió y se encogió de hombros mientras miraba a los demás.

Creo que deberíamos aunar esfuerzos por un fin común, así que yo voy con ella, y me gustaría que vinierais conmigo.

Después sacó una bolsita con las 40 de oro que le había guardado para Queane. Sabía que era mucho dinero, pero quizás con eso tuviera una oportunidad de encauzar su vida.

Queane, es hora de separarnos, espero que uses bien tu recompensa por ayudarnos

Y echó a andar detrás de aquella ladrona. 

A ella le gustaba trabajar sola, pero quien sabía si podía trabajar conjuntamente con aquella organización

¿Y cual es tu plan? ¿Entrar y robársela o te quieres encargar del fantasma? En ese caso ¿como se mata a alguien que ya está muerto?

Esta es una ciudad distinta a las otras. Estamos encima de unas antiguas ruinas donde se encuentra el Velo. Un lugar místico entre la vida y la muerte. Cuando alguien muere, su fantasma viene hasta aquí a pasar por ese Velo. Pero, si deciden quedarse, toman una especie de cuerpo físico. Así que matarle no sería muy complicado.

Pero ese no es mi intención. Quiero amenazarle si es necesario antes de llegar a las manos. Pero, si no lo hace, pues... Esa será su última muerte.

Lo triste es que parece que ninguno de tus compañeros nos ha seguido. Siendo más, seguro que le asustábamos mejor, pero bueno.

¿Tienes otras ideas en la cabeza?