Partida Rol por web

Rashaniel observó aquel presente con evidente sorpresa y agradecimiento. Ya no se trataba de unas palmaditas en la espalda, un ramo de flores, un abrazo sincero o una espada consagrada. Se trataba de una casa, una casa donde, si quisiera, podría asentarse y vivir en Fairhill durante el resto de sus días, preparando pociones y ayudando a que lloviera sobre las cosechas. Una vida tranquila. Si quisiera, claro.

Sin embargo, la propia naturaleza del joven mago decidió hacer aparición. Una sensación de vergüenza le llenó por completo, a sabiendas de que probablemente, sin su reprimenda, nada de esto habría sucedido. ¿Era un regalo sincero, o una sobrecompensación? ¿Realmente quería el Magistrado, y Fairhill con él, hacerles ese regalo, o era una manera de disculparse por lo sucedido? ¿Habría gente sin un techo bajo el que resguardarse en aquel lugar al que le vendría bien ese sitio?

Encogiendo el cuello para medio esconderse en su nueva túnica, Rashaniel no dijo nada, y con un tímido disculpad se levantó cuando se marchó el Magistrado. No le había pasado desapercibido la actuación de Fendrin, y se temía que era por su culpa. Tenía que solucionar la situación con ese hombre. Con gesto preocupado se acercó al hombre, arrastró una silla hasta su mesa, y se sentó frente a él.

- No le gusta que estemos aquí, ¿verdad? - dijo, con su suave voz.

Te despiertas y te parece escuchar algo de jaleo de gente abajo, en el comedor de la posada....al parecer, por los olores que entran por la puerta y los sonidos, es la hora de comer, con lo que llevarás durmiendo ya unas pocas horas...pero claro...siempre puedes dormir un par más....¿estarán abajo tus compañeros ya? 

Se está tan a gusto en la cama....pero tu estómago ruge de hambre, además, tienes ganas de ir al baño...¿qué hacer?

Groland se extrañó cuando vio que el magistrado no se sentaba para hablarles, y lanzó discretas miradas a sus compañeros cuando el hombre comenzó disculpándose, pero pronto la desconfianza dio paso, primero, a la grata sorpresa (ante la revelación de la nueva recompensa) y, luego, a la incomodidad. Había llegado a la conclusión de que tanto Arlen como Shandrill no estaban siendo más insistentes, con el tema de la trampilla, que cualquier otra persona a cargo del bienestar de un pueblo entero, pero no podía evitar que aquello le resultase algo enervante. Con su habitual economía comunicativa, Groland tan sólo necesito un par gestos -una inclinación de la cabeza, su jarra en alto- y unas pocas palabras -un “gracias por todo”, un “pensaremos en ello”, un “y a vos”- para agradecer el regalo, agradecer y aceptar la invitación y despedir al fairhilliano.

No sabía cómo valorar el obsequio: hacerles huéspedes del pueblo mientras Arlen fuera el alcalde (por supuesto, ese era el regalo: la llave no se la podrían llevar y estaba sujeta a la palabra del magistrado) era obviamente un honor, pero también sospechaba que nadie, en el fondo, esperaba que se asentasen allí. Además, ¿para qué usaba el pueblo aquella casa? ¿Tenía Fairhill muchos invitados nobles? No lo parecía. Se encogió de hombros mentalmente: “Un regalo es un regalo”, se dijo. Respecto al tema de los orcos, las palabras del magistrado fueron lo que el cormyriense necesitaba para quitarse el tema de la cabeza: “Si los responsables del pueblo no lo consideran algo relevante, en fin... ¿Por qué darle más vueltas?”

Por lo demás, la insistencia del magistrado por lo del castillo era lo que necesitaba para sacar el tema. Iba a hacerlo cuando Rash se levantó de la mesa y se sentó con el herrero un viejo campesino borracho. Groland puso los ojos en blanco y soltó un resoplido, claramente a causa del mago. “¿¡Es que nunca voy a poder tenerles a la vez en el mismo sitio...?” Se encogió de hombros.

—Bueno —se dirigió a los otros dos—, mientras Rash consuela a ese viejo, subiré a despertar a la hermana.

¿Para eso tanto teatro? ¡Por todos los Dioses! ¿Y a mí qué me importaba? Ya me iba bien la posada, la cuál encima estaban pagando por mí. ¿Para que quería un caserón? Nunca quise uno ni ahora lo iba a querer sólo porque me lo "regalaban" (temporalmente).

Agh, por favor.. por esto prefiero los trabajos humildes...

Y nos invitaban A OTRA comilona. A este paso iba a tener que pedirle al herrero que añadiese extensiones en mi armadura.   Me pincé el puente de la nariz cerrando los ojos, evitando que mi lengua dijese algo inapropiado e intentado mitigar el dolor de cabeza que me estaba dando tanta pomposidad, cortesías e invitaciones. No estaba hecha para estar rodeada de gente y menos para integrarme en la sociedad. 

Paciencia, paciencia...

No podía perder más tiempo de maneras tan estúpidas. Iba en contra de mi naturaleza y mis principios.

- Lo que ha dicho de los batidores. ¿Están ahora patrullando las afueras? Si es así me gustaría acompañarles. - dije antes de que el magistrado se fuera. 

No puedo estar más tiempo con el culo en la silla.

Acabándose de un trago la jarra Brand decide que ya es hora de moverse.

-Pues yo me vuelvo a mi habitación, tengo cosas que hacer -dice el hechicero mientras se dirige a las escaleras-. No tardare mucho así que no os vayáis a ningún lado sin mi, y si os corre prisa subidme a buscar.

Mierda!, debería dormir mas y rezar a mi diosa, pero mi cuerpo pide otra cosa, así que decido levantarme, voy al servicio, y después de vestirme bajo hacia el salón, buscando a mis amigos entre la gente, las mesas y las jarras de cerveza que van de un sitio a otro.

Al escuchar la silla, el hombre levanta la mirada de su jarra de cerveza, y te encuentras con un par de ojos turbios que te contemplan ceñudos. El hombre se pone recto en su silla y apoya ambos codos, cogiendo su jarra con ambas manos, su hablar denota que está cercano a estar borracho, pero que aún mantiene cierto grado de "lucidez"...."Ni me gusta, ni me (hic) disgusta...lo que me (hic) gustaría saber es si alguien va a se...(hic)...ser lo suficientemente valiente como para acabar con esa (hic) Mantícora que mató a mi mujer y mi hijo....(hic)." Pega un trago a la cerveza y te contempla por encima del borde y cuando habla no se percata que su voz reverbera ligeramente debido a la oquedad de la jarra....."¿Irás a ma(hic)..matar a esa bestia? Dicen que (hic)...matáis monstruos..." al hacerte la pregunta, el hombre se echa ligeramente hacia adelante, esperando tu contestación, mirándote fijamente a los ojos.

El magistrado agita una mano, como restando importancia al comentario de Arue..."No hace falta querida...y menos siendo mi invitada ésta noche. Deja que los...chicos se encarguen hoy de batir los campos. Descansad". El magistrado no esperó más y salió por la puerta de la posada...puerta donde se cruzó con la pequeña elfa con la que habéis estado hablando ésta mañana, que entraba en ése momento, encapuchada y mirando con curiosidad a todos lados. "Buenas tardes" le dijo el magistrado mientras salía. Justo al pasar por al lado de las mesas al lado de la puerta, Ailith ve a Rashaniel sentado en la mesa de Fendrin, al parecer, manteniendo una charla con él. En la otra punta del salón hay una mesa más grande donde están sentados Brand (que se levantaba y se dirigía a las escaleras que suben al primer piso en ése momento), Arue (con cara de frustación) y Groland, que se levanta tras Brand y sube con él. 

Justo cuando empiezan a subir, se encuentran a Kerri bajando las escaleras, que viene bostezando y con el pelo algo mojado....*

Las palabras del hombre le conmovieron, y el sentido más puro de la entrega brilló en el pecho de Rashaniel.

- Os acompaño en el sentimiento, y os seguro, mi señor, que mis amigos y yo daremos caza a esa Mantícora. Ya era un objetivo, pues sospechamos que la hija de Fendrin ha podido caer en sus garras, pero ya sabiendo que habéis sufrido tanto mal por su existencia, me aseguraré personalmente de traeros una muestra de su muerte. Decidme, ¿tenéis alguna información que nos sea de utilidad?

La elfa cruzo el alfeizar de la puerta con tranquilidad mientras observaba a quien esa mañana en el mercado acompañaba a Rashaniel. La manera que tenía de intentar analizarle con la mirada no le gustaba nada, pero parecía alguien importante.

-Buenas tardes -Dijo ella con su voz apagada- Muchas gracias... Por aguantar la puerta. No acabo la frase cuando se dio cuenta de que ya estaba entrando en la posada y dejando atrás a dicho personaje. Ni su subconsciente se fiaba.

Mientras atravesada la estancia su mente barajaba varias posibilidades sobre que hacer ahora, si irse a dormir o comer algo antes. Evito girar la cabeza hacía ningún lado y acabo por sentarse pegada a la barra en una parte apartada de los demás a la espera de que la chica que esa mañana la había atendido se acercase.

El magistrado se fue deprisa, muy deprisa... Por suerte para él. ¿Cómo que "los chicos" se encargarían? ¿Qué narices insinuaba con eso? ¿Tenía que recordarle que yo acababa de salvar a su puñetero pueblo? Apreté los puños sobre las empuñaduras de mis armas, haciendo que mis nudillos se pusiesen blancos. ¿Por qué habái aceptado toda esta mierda? ¡Yo nunca he querido regalos, festines, casas o guardias que vigilen por mí! Debería haber seguido mi camino en solitario ayudando a quién me pareciese, pero gente de a pie, nada de ricachones pomposos como éste.

- Tssk. - chasqueé la lengua por no escupir en el suelo de la posada (la posadera no tenía culpa alguna). Después me acerqué a Groland y Brand, quién parecían ir a subir a sus habitaciones cuándo se encontraron con la nueva sierva de Freya. - No sé vosotros, pero yo estoy harta de sentarme y comer. ¿Alguien quiere hacer ejercicio conmigo? - dije dándole un sutil golpe a la empuñadura de la espada.

Después de la ducha me había puesto unos pantalones y una camisa ligera, sin secarme del todo el pelo baje cuando me encontré una escena al menos curiosa, El Magistrado Arlen estaba hablando con Arue y se marchaba.
Esta no parecía muy contenta con las palabras que le dijo.
Cuando llegue a la mitad de las escaleras me encontré con Brand y Groland a los que pregunte:- ¿Que ha pasado en mi ausencia?, ¿que quería Arlen?, Por cierto, tengo un hambre del demonio, ¿habéis comido ya, o aun no?
Luego preguntare a Arue que le pasa

Pese a las nuevas llegadas al comedor, Brand continua subiendo las escaleras hasta su habitación sin detenerse.

Una vez el magistrado se marchó, y viendo aparecer a Kerri por las escaleras, Groland vio por fin la oportunidad de reunir a los aventureros, pero los acontecimientos se precipitaban rápidamente: la nueva amiga de Rash acababa de llegar al local, Arue podía largarse de un momento a otro y Brand, por algún motivo, se dirigía hacia su habitación.

—¡No! —exclamó junto a Kerri, sin poder ocultar cierta ansiedad—. Quiero decir: no, hermana, aún no hemos comido. Iba a despertarte. Estamos allí —añadió rápidamente, señalando la mesa donde habían estado sentados. Al ver a Arue al pie de las escaleras, le dijo:— Espera, Flowright: antes de nada, reunámonos y hablemos. Tengo algo.

Tras esto, subió unos escalones más detrás de Brand, se colocó a su altura y le puso la mano en el brazo. No se había dirigido al hechicero directamente desde el castillo, y no quería parecer débil, así que no le resultó fácil decirle lo siguiente:

—Espera: si tus tareas pueden esperar, comamos antes. —dijo. Sabiendo que esto no sería suficiente, añadió:— Debemos hablar. Todos.

Si sonó grave, no había sido su intención.

La forma en la que paso Brand sin decirla ni siquiera hola no gusto a Kerri, pero los hechiceros eran raros. Así que cuando le respondió Groland,(mucho más simpático),se olvido del desagravio del mago y se centro en las palabras del guerrero al que responde:- Gracias Groland, tengo hambre, luego hablamos.
Si, tendremos que hablar, aquí pasa algo más.
luego se giro hacia Arue mientras Groland subia a por Brand y le dice:- Que tal Arue?, Estas enfadada?, que ha pasado con el magistrado?.
No sabia si la ignoraría como Brand o la respondería, aunque tampoco sabia de que manera, parecía que habían pasado cosas mientras ellas dormía y no precisamente felices.

En las escaleras, un Groland algo más alterado de lo normal intercambió unas palabras con la clériga recién levantada y luego con la exploradora. A continuación, Groland siguió subiendo hacia el primer piso, interceptó a Brand y le dijo también algo.

Llegaste a la puerta de tu habitación y lo primero que notaste fue la cercanía de ése vínculo que te ataba a tu familiar, cómo el vínculo se restablecía más fuerte que antes, como todo estaba más claro, no tan confuso. Al abrir la puerta, viste que tu cuervo te esperaba encima de la cama, visiblemente agotado.  

Al entrar y preguntar, tu cuervo te habló con palabras torvas y directas..."Yo ver Orco-Negro, yo sigo Orco-Negro, él salir castillo y viajar por bosque, luego ir a montañas, lejos, él querer engañar, querer que yo no ver, pero yo listo....yo volver....cansado...comida...comida...¡¡Crack!!"*

Tu cuervo miró esperanzado en tu dirección, observando tus manos, esperando encontrar en ellas alguna migaja que llevarse al pico. 

Las únicas montañas que están cerca son las que están al norte de aquí, probablemente a 2 o 3 días de viaje y conociendo el camino. Las Stoneheart. 

Cuando le contestas, él te mira extrañado..."¿Qué sin sentido (hic) es éste? ¡¡Yo soy Fendrin!!" dice, golpeando con la jarra en la mesa y derramando parte de su contenido. "No tengo (hic) hija....tenía hijo...y mujer. Ahora (hic) se han ido...por culpa de la m..(hic) mala bestia y si vais....vais a ir a por ella...(hic)...burrpp...yo también iré. Os guiaré hasta la bestia...sé don...donde (hic) encontrarla...." por su voz, el hombre parece muy dispuesto a acompañaros. 

Al final de la sala, ves que Groland sube las escaleras un tramo, se cruza con Kerri, que baja con apenas unos pantalones y una camisa y el pelo mojado, les dice algo a ambos, Kerri sigue hacia abajo, tras sonreír a Groland y poner mala cara a Brand, y se pone a hablar con Arue, que está abajo del todo de las escaleras mirando hacia arriba y diciéndoles algo tocando la empuñadura de su espada. Groland sigue a Brand, e intenta pararlo a mitad de las escaleras cogiéndolo de un hombro, pero Brand, con un movimiento brusco, se deshace de él y sigue hacia arriba, desapareciendo en las habitaciones...Groland se queda unos instantes mirando hacia donde se ha ido Brand y baja las escaleras moviendo la cabeza negativamente....y mientras tanto, Ailith había entrado y tras decir un escueto "Buenos tardes", se sentó en la barra, lejos de tí y de ellos.