Partida Rol por web

El disparo del mediano y el ataque foribundo del guerrero me sirven como respuesta. Cierro un ojo, apunto, y la flecha vuela por entre medio del aguacero, directa a su destino. El orco de al lado del que Thokk había arremetido será quien reciba el impacto.

Los orcos no vieron el ataque. La flecha llegó justo cuando Thokk destrozaba y partía por la mitad a uno de ellos. La flecha se clavó en el cuello del otro orco, matándolo en el acto. La flecha de Lordo se perdió entre la lluvia.

Los orcos no lo habían visto venir el ataque, así que no supieron responder.

Nuevamente trato de lanzar, pero parece que cada vez lo hago peor. Demonios, los dioses de la fortuna me han dado la espalda.

Animado por mi tiro certero, repito la operación, apuntando a uno de los dos orcos del otro lado del camino. Oigo el sonido sordo de la flecha al clavarse.

En un tronco de un árbol, me temo.

Thokk estaba salpicado de sangre, había casi destrozado a un guardia por completo y vio como otras flechas abatían a otro rival. Guió a la montura con las rodillas de nuevo y lanzó otro arco devastador hacia uno de los otros guardias.

El mandoble silbaba durante su trayectoria en dirección al pobre infeliz para acabar con su vida.

Aturullada por el combate, Lúthien se mantuvo a la retaguardia, cerró los ojos e inspiró hondo mientras colocaba su arco en el regazo con una nueva flecha. Tarareó ladeando la cabeza haciendo bailar el cabello oscuro que le enmarcaba el pálido rostro de muñeca y, cuando por fin cantó lo hizo en su lengua natal, no todo entenderían lo que decía pero aun así la  melancólica cadencia de su canción les ofrecía un sentimiento de pérdida. Habían perdido algo por lo que habían de luchar, lo tenían ahí, frente a ellos.

Thokk parecía disfrutar en ese baño de sangre. Estaba sacando su arma de los restos de su primer enemigo cuando se giró a por el siguiente, que no tuvo tiempo ni para parpadear. Thokk rasgó su garganta como si cortara un poco de hierba.

La canción de Lúthien llegaba a los corazones de sus compañeros, pero Lordo Y Reluë parecían distraídos. La flecha del primero por unos pocos centímetros no atravesó a Thokk, mientras que la de Reluë se alejó de su objetivo, clavándose en un tronco.

El último orco no huyó. Se enfrentó a sus rivales con fiereza. Con un rugido por ver a sus compañeros muertos sin poder defenderse, alzó su alfanjón y se lo clavó en la pierna a Thokk. El semiorco no se había recuperado de las heridas recibidas en la lucha contra los esclavistas y ese arma consiguió que se terminara desangrando, desmayándose.

Con todas mis fuerzas me lanzo hacia el orco que ataca a nuestro amigo y trato de golpearlo en la cabeza con  mi cuerpo con el fin de hacer que él pierda el equilibrio.

Maldito, ya verás.

Mientras Lúthien cantaba su triste lamento, imbuyendo del extraño toque de su voz a sus compañeros, tomó una flecha y apuntó al semiorco que se le antojaba más cercano, haciendo chasquear la cuerda del arco al dispararle.

Thokk estaba en peligro y si había de ir allí a salvarle más le valía hacer algo más que cantar y disparar.

Thokk cayó al suelo, no fue capaz de mantenerse consciente mientras su caballo se alejaba.

Lordo se lanzó contra uno de los orcos, fallando el ataque, no ocurriendo lo mismo con Lúthien, que atravesó con una de sus flechas al otro orco, desangrándole en el acto.

El único orco que quedaba vivo se enfrentó a Lordo, atravesando con su alfanjón la pierna del joven. Lordo no aguantó tanta sangre y se desmayó.

Mis compañeros caen como moscas y eso me sulfura. Cuelgo mi arco de nuevo a mi espalda cuando noto mis manos arder casi al margen de mi voluntad.

Una incipiente bola de fuego se está preparando para que la estampe en los morros del orco que queda en pie.

Su voz se quebró dejando de cantar pero el efecto de su voz aún helaba el aire. El ver como su compañero se desplomaba inerte en el suelo la paralizó y , al lanzar la flecha, ésta salió sin fuerza, destinada a perderse sin llegar a su objetivo.

La flecha voló del arco de Lúthien, sin llegar a su objetivo. En cambio, Reluë alzó la mano y empezó a invocar su magia. Una pequeña bola de fuego salió de sus dedos, que impactó en el pecho del orco, haciendo un pequeño agujero que le atravesó todo el cuerpo. La criatura murió en el acto.

La oscuridad me invade constantemente, lo único que me pregunto es ¿donde estoy?...