Partida Rol por web

Parte de mi familia es mi jefe, Ulblyn Negroalciervo. Si me preguntáis por qué soy yo quien se presenta aquí y no él, la respuesta es muy sencilla.

Toca unas pocas notas de nuevo

La palabra es mi instrumento, mi vida y mi pasión. Ulblyn es un poco más hosco, basto y sin delicadeza. Se le da bien golpear con el puño, pero no sabe tratar muy bien con la gente. Pero se preocupa, se preocupa mucho.

Volvió a tocar unas notas más lentas y tranquilas, melancólicas.

Ulblyn sospecha que en esa taberna se produce un contrabando. Pero no de mercancías. Trafico de personas. Y eso, señores, puede ser algo peligroso.

Ulblyn intentó hablar con la guardia de la ciudad. Pero sus malos modos casi le provocan su encierro. Así que me pidió que buscara ayuda de rostros nuevos y que pudieran pasar desapercibidos. Como los vuestros.

Quizá una sola persona podría hacerse cargo del trabajo. Pero si Ulblyn paga 150 piezas de oro es por si surge alguna dificultad, sea una pelea o cualquier cosa. Y si sois cuatro, pues seguramente tengáis más posibilidades de éxito

- Echaré un vistazo- sentenció Healio con su usual calma-. No parece un tema que deba ignorar, aún a expensas de lo que pueda pasar- siendo lo que pueda pasar desde una trifulca hasta un chantaje, pasando por la estafa-. Me imagino la respuesta, pero, ¿y la autoridad competente?- añadió esto con reservas, pues sabía que competente sería un adjetivo que le quedaría grande.

Y con esas, se revolvió en el sitio, sacudiéndose un poco de aquella naturaleza. Lo cierto es que el grupo era de lo más variopinto. El pequeño parecía estar rematadamente loco, el otro, amargado, y el último parecía necesitar un poco de higiene con urgencia.

Por mi esta bien.

Digo de manera concreta, dudaba en confiar en el sujeto, y más bajo el comercio de esclavos...

Sin embargo solo pienso que debemos hacer un plan con estos desconocidos a los cuales tampoco conozco.

¿donde lo encontraremos al concretar la misión?, ¿desea pruebas de que tipo?

- Bueno, está bien. Al fin y al cabo, ¿qué más da una posada que otra? -pregunto despreocupadamente, extendiendo hacia afuera las palmas de las manos. Aunque lo cierto es que el asunto ha conseguido intrigarme.

Cargo de nuevo al hombro con el petate que había dejado en el suelo y aparto el pelo de mi cara para poder contemplar bien a los que parece que van a ser mis compañeros. Dan la impresión de buena gente, en particular mi congénere, aunque mejor seguir atento.

Cojo el bastón apoyado en la barra de la taberna y, con una sonrisa en la cara, avanzo unos pasos hacia la puerta.

- Cuando queráis, compañeros. -Espero a que Whitealciervo conteste a sus preguntas y a que nos dé instrucciones más precisas de cómo encontrar El Fuego del Diablo.

La autoridad... La autoridad está al mando del dinero, señor. A veces hacen algo bueno... Pero sólo a veces.

Las pruebas que necesita son saber si hay esclavos realmente implicados en la aventura comercial de Jaffe y, si es así, dónde los tiene presos. No aceptará parte la primera parte de la información sin la segunda, es muy estricto.

Tiene una tienda. Cuando consigáis la información, preguntad por la tienda de Trueques, sabrán guiaros sin problema.

Vuelve a tocar su instrumento

Id con cuidado y suerte, esperamos los resultados

Salís de la taberna para buscar la del Fuego del Diablo. Tras dar un par de vueltas por la ciudad y preguntar un par de veces, llegáis.

Esta taberna está situada en el empobrecido extremo oeste de la ciudad. Su nombre deriva del brillo rojizo que escapa mágicamente de las ventanas de la taberna después de la puesta del sol, un ornamento añadido por el propietario actual

Es mejor que no nos vean juntos. Digo a todos muy bajo antes de entrar. Puede que dos de nosotros lleguen juntos pero cantidad de gente puede ser sospechosa...

¿alguno tiene algún plan?

- Lamento decir que yo no- respondió Healio-. Sólo mirar y curiosear. O emborrachar algunas lenguas.

Se encogió de hombros, a expensas de su animalejo de su compañía. Ciertamente Healio era un hombre de gustos sencillos, y métodos iguales. No era un hombre que acostumbrase a andarse con subterfugios ni tapaderas, pero esperaba poder hacer algo útil.

No debía ser tan difícil. Healio tenía poco dinero, pero con el dinero se compran cosas, y por suerte, a él no le importaba en qué usarlo. Si tenía que gastarlo en sobornos velados, así lo haría. Un plan sencillo y con fallos, sí, pero no le pidas peras al olmo.

- Bueno, al fin y al cabo se trata de una posada, así que no hay nada de sospechoso en que unos viajeros se queden unos días descansando en ella.

Podemos pedir acomodo para un par de días, y decir que luego reemprenderemos nuestro camino. Una vez dentro, mirar y estar atentos a todo.

Sólo falta la opinión del gnomo pero, sea cual sea, el caso es que tendremos que entrar ahí, juntos o por separado.

- Si queréis entrar por parejas, o en solitario, de acuerdo. Aunque yo sería partidario de entrar en grupo.

Healio mira sin disimulo hacia las afueras de la ciudad. Un bosque verde está en esa dirección.

Da un paso, después otro... Para pararse en seco. Sus ojos están iluminados y con grandes esperanzas. Gira la cabeza hacia vosotros para hablar.

Temo decirles esto... Pero no puedo continuar. El bosque me llama, me está reclamando. Me debo a la naturaleza... Adiós.

Y, sin mediar más palabras, sale corriendo.

Antes de que podáis reaccionar a la huida de Healio, una joven belleza elfa entra en vuestro campo de visión. Parece mirar hacia la entrada de la posada y también en los alrededores.

No tarda mucho en cruzar su mirada con vosotros. Se queda pensativa mientras os contempla y lentamente se acerca hasta vosotros.

No le incomodaban las miradas, le incomodaban ESAS miradas, miradas de consternación y duda. Lúthien apretó las manos alrededor del objeto que llevaba entre ellas haciéndolo crujir, arrugándolo notablemente. La descripción del grupo coincidía con ellos y su intuición no podía fallarle.

Se acercó a ellos con pasos breves y rápidos, y , cuando estuvo ante ellos despegó los labios cogiendo aire para decir algo.

¿Y qué les vas a decir que no esté escrito?

Dejó los labios entreabiertos en una adorable mueca de inseguridad, creando una imperceptible "u" con ellos y apretó de nuevo el objeto que volvió a crugir, llevando las manos a la altura del pecho, titubeando. Antes de que la despacharan como se despacha a un mendigo extendió la carta al trío, sin ofrecérsela a ninguno en concreto ya que ninguno tenía pinta de claro portavoz.

La carta dice lo siguiente:

Mis queridos señores.

Al partir, me di cuenta de la debilidad de su grupo. Ustedes cuentan con una gran variedad de virtudes, pero ¿quién representa la inocencia, la dulzura y la belleza?

Pues esta es mi respuesta. Esta joven elfa representará esas tres virtudes.

Trátenla bien y tengan cuidado.

Es posible que en breves también les envie una fuerza guerrera.

Firmado:

Erryn Whitealciervo

¿inocencia?

Pienso de manera pícara...

Si quiere yo le puedo quitar esa inocencia.

Con la boca abierta, sonrio un poco, heee una mujer... perfecto, ¿eres buena con alguna arma o solo eres una cara bonita preciosa?..

ohh en fin,sabra el motivo de la misión o es tan muda como parece.

¡Ja! ¿O sea que al tal Whitealciervo no le parecemos suficientemente representativos de la inocencia, la dulzura y la belleza? Echo un vistazo a lo que queda a mi alrededor, después de la espantada del joven elfo rubio que nos ha dejado abandonados en la puerta del local.

Bueno, pues la verdad es que a mí tampoco me lo parece, así que daremos por sabias las palabras del arpista.

- Pues... bienvenida señorita. -le saludo, tras leer la carta y soplar sobre los mechones que caen sobre mi rostro, apartándomelos de los ojos.- Yo me llamo Reluë. ¿Cuál es vuestro nombre?

Y, tras recibirlo, le informo de cómo está la situación.

- Os supongo al corriente del encargo que tenemos entre manos. En estos momentos, estábamos decidiendo si sería demasiado sospechoso entrar en la posada a pedir acomodo todos juntos. Yo sostengo que no, pero aquí el amigo -señalo a Lordo- piensa que es mejor que entremos por separado o por parejas.

Bien, pensándolo mejor y visto el repentino giro que han dado los acontecimientos. quizás no sea tan mala idea lo de entrar por parejas, siempre que la mía sea la belleza recién llegada, claro está.

Esta taberna está situada en el empobrecido extremo oeste de la ciudad. Su nombre deriva del brillo rojizo que escapa mágicamente de las ventanas de la taberna después de la puesta del sol, un ornamento añadido por el propietario actual