Partida Rol por web

El poderoso coletazo de la mantarraya golpeó con fuerza en la mandíbula de Celion haciéndolo trastabillar hacia atrás. Un dolor punzante le recorrió todo el rostro a la vez que notaba cómo la sangra brotaba de la herida. Los reflejos del elfo le permitieron reaccionar enseguida aprovechando el empujón dio un salto no caer y coger un poco de distancia. Pero el dolor era demasiado intenso como para permitirle realizar un disparo acertado.

Por su parte, Huine por fin se vio libre de los molestos murciélagos y cargó contra la criatura que hostigaba al druida. El lobo hundió sus poderosas fauces sobre la bestia con la fuerza de un salto. Celion aprovechó la intervención de su compañero para coger su lanza y terminar de rodearla entre el semiroco y su compañero animal. Rápidamente y con presteza, el elfo soltó una lanzada directa hacia el enemigo.

Con decisión y un fuerte tirón desclavo mi propia flecha del mi propio muslo, mientras aprieto los dientes para aguantar el dolor y miro para otro lado para evitar el bochorno. Espero que, con la confusión, no se hayan dado cuenta del detalle.

No sé cómo ha podido ocurrir para que la flecha no haya acertado en semejante monstruosidad de cuerpo. Quizás la penumbra, los juegos de las sombras, la destreza de la criatura,...

En fin, excusas aparte, el caso es que el bicho ése sigue ahí, tan campante. Y después de ver que el salvaje ataque de Thokk apenas le ha hecho un rasguño, creo que es hora de pasar a mayores. He perdido demasiada sangre y comienzo a notar que mis fuerzas fallan.

Musito unos versos milenarios y mis manos comienzan a brillar en las oscuridad, levemente al principio para luego ir dando forma entre ellas a una bola de fuego, que va creciendo al compás del movimiento de amasado hasta que acaba teniendo el tamaño adecuado.

Con un impulso, la dirijo hacia su objetivo y la esfera comienza a rodar en espiral hasta alcanzar la criatura, produciendo una explosión. Procuraré mantener el hechizo activo todo lo que sea capaz (*).

De nuevo, el manto intentó golpear a Celion, pero el elfo era más esquivo de lo que se podría esperar. Mientras la criatura gruñía, enseñando los dientes a todos los presentes, Reluë se apartó. Sus manos comenzaron a hacer gestos extraños, y brillaron hasta crear una esfera de fuego. La bola se dirigió con velocidad hasta el manto, y le empezó a quemar.

Thokk seguía intentando atravesar a la criatura, pero sus técnicas anteriores no funcionaron con esa criatura. Pero, gracias a la situación en la que se encontraba su compañero, Celion y Huine atacaron a la vez y con certeza. Uno clavándo su lanza en las tripas del animal, el otro apresandolo con fuerza entre sus poderosas fauces.

Lordo, recién levantado del ataque del manto, cogió dos flechas y las preparó. Dejó que volaran hasta la criatura, pero sólo una acertó.

Mientras todavía arde la herida provocada por la bola de fuego y mantengo su incandescencia el rato que soy capaz, aprovecho la confusión que eso provoca en el bicho para tomar de nuevo mi arco y disparar contra él.

 Veo volar la flecha y pasar cerca del cuerpo de la criatura, pero sin rozarla. Miro con perplejidad el arco y comienzo a sentirme confuso por tamaña serie de fallos.

Estaba fallando y estaba perdiendo su "toque", además de que su porcentaje de ataques mortales estaba bajando de forma drástica, y eso no le gustaba al semiorco, por lo que cambió la técnica y en vez de realizar un arco amplio retrajo el arma hacia él y lanzó una tremenda estocada con el mandoble con la intención de ensartar al maldito ser. La idea parecía buena, el caso es que fuera efectiva.

Con el esfuerzo combinado de todo el grupo, habían conseguido hacer mucho daño a la bestia que les atacaba. Pero ésta aguantaba estoica la lluvia de golpes y fuego que le caía encima. 

El druida redobló su esfuerzo por abatir a la manta que les atacaba y se esforzó por estudiar la anatomía de su oponente mientras Thokk descargaba su furia sobre el animal. Parecía que todo ser con el que se habían cruzado en esta cueva tenía un especial interés en acabar con ellos o de expulsarlos de su hogar. Después de todo, eran invitados indeseados en este lugar. Pero tenían una misión que cumplir e información que obtener. De modo que Celion afianzó su posición y dio un paso al frente a la vez que asestaba un firme lanzazo a la bestia que les había atacado.

Lanzo una flecha al bicho enorme, pero con tan mala punteria que no llega a destino. Ohh mierda.

Si Celion habría podido tener alguna oportunidad para que el manto le dejara, su golpe tan agresivo hizo que la criatura se obsesionara con él. Pero la criatura, con tantos ataques recibidos por tantos lados, no podía golpear bien. Sus intentos por lanzar su cola a modo de látigo eran inútiles, ya no se acercaban a nadie.

Huine no pudo clavar sus poderosos colmillos en la criatura, pues se apartó justo a tiempo. La flecha de Relüe erró en su objetivo, pero su bola de fuego seguía consumiendo la piel.

Y, al final, Thokk consiguió hacer algo en ese combate. Su arma atravesó el cuerpo de la criatura, como si fuese un pincho de carne. Las alas y la cola cayeron flácidas, dejando al manto muerto.

¿quien carajos sabe que es esa puta criatura digo revisandola de cerca?... lamentaba ser tan malo con mi arco, lamentaba profundamente  ser tan torpe. Supongo que tenemos que continuar pero algo me dice que habra criaturas peores a donde nos dirigimos....

Lordo se sentia disgustado con su actuar, si estuviera solo seguro estaria muerto.

Los mantos son extrañas criaturas que acechan en los lugares más oscuros, lejos de la superficie. Matan a los intrusos sin remordimientos y sin detenerse, excepto para planear un entretenimiento cruel. Cuando descansan o permancen a la espera, estas criaturas son casi imposibles de distinguir de capas negras corrientes. Solamente cuando se despliega se descubre la horrible naturaleza de la cratura.

No recuerdas que sea vulnerable a nada ni especialmente fuerte contra ningún tipo de energía, pero su inteligencia los hace un rival temible. Además, sabe usar las sombras a su favor, ya que parecen responder a sus deseos. Sus gemidos provocan diferentes estados en las criaturas que los escuchan, y además su ataque envolvente aprieta con fuerza a su víctima hasta dejarla inconsciente.

-Es un puto bicho muerto que nos ha puesto en apuros, nada más -contestó el semiorco mientras pisaba el cuerpo asqueroso y sacaba el mandoble de él- lo que tenemos que hacer es salir de aquí de una forma u otra, y a ser posible cumpliendo el cometido de por qué hemos venido aquí.

Finalmente, con la intervención de Thokk, pudieron terminar de una vez por todas con el manto. Huine mantenía un gruñido en una actitud de alerta por si la criatura todavía no había perecido completamente. Celion relajó su postura llevándose una mano al rostro donde el manto le había propinado un fuerte golpe. Pudo notar la calidez de su sangre y una ligera hinchazón que todavía palpitaba. Pero además del dolor no parecía ser una herida demasiado grave.

-Se llama manto y es una suerte que lo hayamos matado antes de que nos pusiera las cosas más complicadas.- Respondió con un tono sereno a su compañero mediano. -Coincido en que deberíamos continuar, pero no sin antes echar un vistazo al grabado. Esta criatura...- Dijo señalando con el mango de su lanza al cadáver del manto. -...me ha interrumpido mientras trataba de descifrarlo.- Sin más demora, el druida regresó a su tarea para leer el mapa dibujado en la pared con la esperanza de hallar un camino para salir de estas cuevas lo antes posible.

Me acerco chapoteando en el guano a donde Celion intenta descifrar el mapa grabado en la pared. Sin más, espero a que nos diga lo que significa.

Aprovecho el momento para destapar uno de los frasquitos que llevo en mi mochila y ventilármelo de un trago, para curar las heridas de la batalla.

Mientras busco el frasquito con el líquido regenerador, me acuerdo del vial. Lo tomo entre mis manos y lo observo, intentando que me venga la inspiración a ver si puedo averiguar qué es.

En la pared de la cueva, el mapa muestra el altiplano y la ubiación de lo que puede que sea la tumba de Vórbyx. También muestra Zhar. El mapa tiene una rosa de los vientos, pero todas las direcciones tienen la N de norte. En el centro de la rosa, hay una pequeña depresión.

El vial tiene un contenido que no eres capaz de identificar. No sabes bien si es porque no la conoces o porque en estos momentos no caes.

Se acerca al simbolo de la rosa de los vientos y toca con sus dedos sucios el centro de esta a ver si pasa algo.

Curioso lo de la rosa de los vientos que indica siempre el norte. ¿Qué sentido tendrá? Veo que Lordo también se ha fijado en el pequeño hundimiento que hay en su centro y presiona con el dedo. Veamos si ocurre algo, o si, tal vez, falte alguna pequeña pieza que haya que incrustar ahí en medio.

Estaba claro que allí tenía que ir algo. Ese hueco tenía una forma particular, como si de una llave se tratara. Obviamente, tendría que ser del mismo material que la rosa, que es de jade.