Partida Rol por web

- Puede que no signifique nada malo, solo algo como "Libertad" o algo asi - opino el barbaro minetras caminaba tras sus compañeros - Pero habra que estar alerta por si acaso -

Con tanta gente dando gritos era imposible no haber alertado a cualquier bicho que habitase en aquellas cavernas, así que a juicio de Gerbo no quedaba otra solución que recorrer los pasillos aniquilandos a cualquiera que les plantase cara.

- ¡Ale, pues ya está! Lo habéis conseguido, a la porra con la discrección ¡Saquemos nuestras armas y bañémonos en sangre! - su tono era altamente sarcástico.- Dije que acabárais con ellos, no que tengáis que gritar cada vez que usáis un arma... ¡Ay! Cuánto os queda por aprender...

La pelea podía haber alertado a posible guardias que vinieran del otro ramal que habían dejado atrás, tomándoles por sorpresa, así que Gerbo se dio la vuelta y oteó el fondo de la caverna para comprobar que no venía nadie de esa dirección.

El elfo niega con la cabeza, se atusa sus prendas y se arregla el pelo.

- Con que panda de bárbaros me he ido a juntar- comentó mientras seguia a sus compañeros con el arco preparardo.

A lo lejos sólo se puede oír una palabra...  UKROMAAAAAAAAAAAAA!!

- Elfo, sabias a lo que venias ... y Gerbo ¡¡La mejor de atacar es gritando!! Ensancha los pulmones.

La sonrisa de Dench muestra una hilera de dientes desiguales y afilados, mientras avanza con el hacha dispuesta.

Seguís avanzando, unos entre el gentío de esclavos y otros mas atrás preocupados por cubrir la retaguardia o por aplastar al primer Osgo que se os ponga en medio. Dejais atrás una caverna pequeña vacía siguiendo a los esclavos.
Pronto el resonar de los gritos y las voces inunda el complejo cavernoso que, por los restos de paredes y losetas que con gran trabajo han desenterrado los esclavos humanos, hace mucho tiempo tuvo que ser una fortaleza, pues no se construyen ventanas en los subterráneos.

Los gritos se mezclan con el clamor de la furia y gritos de agonía. Una lucha ha comenzado. Dejais a un lado una estancia en la que hay almacenados trozos secos y semicongelados de animales colgados de varios postes de madera que atraviesan el techo de lado a lado. La lucha sigue en la estancia contigua donde los esclavos corren pasillo adelante con carras aterrorizadas en un caos incierto. Solo dos esclavos, vestidos con pieles hacen frente con sus herramientas a un grupo de Osgos.

Veis en estos esclavos algo distinto al resto. A parte de su valor y ferocidad, su mirada parece como mas inteligente y perspicaz. Caminan mas erguidos y saben luchar.

Borkar sigue avanzando con el hacha en alto hasta que ve a otro mastodonte que le barra el paso... por un momento piensa en pedirle que recapacite, que liberen a los esclavos y que se vayan de allí para siempre... pero luego se percata de que su hacha ya está bajando y pasando a unos centímetros de la oreja del enemigo.

- ¡A por ellos! - y con su espada en alto Xiombarg se lanzo contra los Osgos - ¡Por Tempus! -

Preparado como estaba con una flecha calada en la cuerda y presta para salir volando del arco, Annael hizo eso mismo al ver nuevos contrincantes en las proximidades.

La primera flecha la lanzó casi por instinto y casi le da a uno de sus compañeros que se cruzó en su camino. Pero la segunda tuvo más cuidado y consiguió hacer blanco.

El gnomo entró en la estancia después de que sus sanguinarios compañeros se lanzaran a la carga. Había un par de esos monstruos luchando contra los esclavos, lo que le hizo pensar que se habían metido en medio de una rebelión en toda reglas, pero no se preocupó mucho porque su destino estaba ya sellado por las hachas y espadas de sus compañeros.

Sin embargo, al entrar allí, se detuvo para observar bien a aquellos dos que parecían distintos. Sabían luchar e iban mejor pertrechados que el resto, que básicamente no llevaban nada con lo que defenderse. Había algo allí que no encajaba para Gerbo, pero rápidamente movió las fichas de aquel puzzle mental y llego a una conclusión.

- Dejadme adivinar... Habéis entrado aquí a través de un portal ¿verdad? - dijo finalmente, dirigiéndose a aquellos dos hombres.

-¿Un portal?.-contestó uno de ellos mientras esquivaba un ataque y miraba de reojo al Gnomo.-Nosotros guerreros. No picar en busca de portales.-

Ante todo el barullo que hay formado tardo un poco en reaccionar pero no lo suficiente para que los enemigos se me adelanten a mis movimientos. Al ver a los dos humanos que combatían contra los monstruos me dirijo hacia el que le estaba hablando con el gnomo, con la cuchilla psionica preparada y el escudo también, listo para el intercambio de golpes con los Osgos. Cuando estoy a la altura del humano le digo:

Tu pareces que entiendes nuestro idioma. No somos enemigos, cuando acabemos con nuestro enemigo común necesitaremos preguntaros algo. - Le digo al humano.

Dench se mueve en dirección a uno de los osgos.

"Más bárbaros... ¡Maldita sea! ¡A ver cuando me encuentro a alguien que se haya leido un libro alguna vez!" - pensó Gerbo.

Estaba claro, esos tipos no estaban allí por casualidad, pero lo que acababa de decir de cavar en busca de portales hizo pensar al gnomo. Por lo que habían podido comprobar, el portal por el que habían entrado no funcionaba en el sentido contrario, lo que no hacía muy probable aquello de buscar los portales...

"Seguro que hay pasta detrás de todo esto... este mundo se mueve por dinero ¡Si lo sabré yo!" - concluyó.

En cualquier caso, parecía claro que habían sido transportados a un lugar extraño y que lo mejor sería avertiguar todo lo posible sobre el lugar y el tipo de actividad que allí se desarrollaba.

- ¡Ayudad a estos hombres! - dijo Gerbo a sus hombres, pensando en que sería importante preservar sus vidas.- Pues nosotros hemos entrado por un portal y venimos a... - "¿A qué diantres venimos?".- venimos a ayudar... si... ¡Se ve que os hace falta una mano o dos!

El elfo tensó su arco entre la multitud lanzando una flecha en dirección al enemigo. La flecha cruzó el pasaje pasando a pocos centímetros de la oreja de Borkar. El enano perdió la concentración del ataque cuando el Osgo iba a contraatacar pero una segunda flecha acertó esta vez en el blanco atravesando la cabeza del ser.

En otro lado de la sala Xiombarg cruza furioso la estancia pero la multitud de esclavos se interpone frenando la carga. Eso le pone mas furioso todavía y de un solo golpe atraviesa de parte a parte al Osgo introduciendo el mandoble hasta la empuñadura. 

Los Osgos atacan. El bárbaro evita un ataque vertical pegándose contra la pared mientras su amigo va en su ayuda y el semiorco siente como la espada corta impacta contra su estómago pero no llega a atravesar la coraza. 

Los esclavos bárbaros siguen corriendo y gritando sin orden aparente hacia la supuesta salida.

Dench golpea con furia al osgo que tiene delante.

- ¡Cae bastardo!