Partida Rol por web

Muchacha Replica Heironeus en tono serio por las últimas palabras de Wayra Aunque entiendo que pueda haber duda de mi moral (pues comparto la misma sangre que una persona mezquina y vil) debéis tener en cuenta que pocos nobles encontraréis que arriesguen la sangre para rescatar a unos soldados, pues sin duda la palabra nobleza se ha desteñido a lo largo de los años entre otros palabros como riqueza, comodidad y codicia... Mi intención será la de redirigir este barco de mal rumbo que es la gobernabilidad hacia mejor puerto. Ojalá prueben mis actos todas estas palabras ante vuestros ojos y despejen vuestras dudas.

Respecto lo que aquí nos acontece: Me place tu plan, en cuanto te fundas en las sombras esperaremos un tiempo prudencial y SOLO atacarás al que se aleje del grupo hacia tu posición, a nadie más.

Trevor... dice Heironeus girándose hacia el grandioso semiorco. Si que necesitaremos de tu ayuda. Te acercarás con el yelmo descubierto, mostrando tu sangre orca del "peor" modo que puedas y deberás dirigirte a ellos con tono de superioridad, para así hacerles creer que trabajas para su mismo jefe, puedes decirles en tono enfadado "Escuchad escoria, la guardia de fuera necesita relevo" o algo por el estilo. En cuanto pasen por tu lado y se acerquen a nosotros comenzará el ataque. La loba te acompañará, si a su dueña le parece. ¿Puedo confiar en ti muchacho?

Trevor da un paso al frente haciendo una leve reverencia con su cabeza en cuanto oye su nombre. Luego escucha atentamente las palabras de su Señor, y se levanta la visera de su yelmo. Mostrando una cara más horripilante que la de su yelmo. Un rostro que solo una madre podría amar, a duras a penas. 

Aunque pueda parecer un acto casi vergonzoso, el bárbarp no muestra atisbo de pudor al descubrirse ante.sus.compañeros, pues entiende que la misión es más apremiante que su vergüenza. Además después de escuchar las palabras del noble sobre la moral de la realeza, Trevor confía más que nunca en su Señor.

Lo haré lo mejor que sepa, mi Señor.

Wayra había podido notar como Lyzala no era una persona realmente sigilosa, a pesar de la comodidad de sus ropas, sus pisadas hacían ruido y no parecía preocuparse mucho por ese aspecto.

Le habían pedido que dejara a su lobo, pero eso no le hacía mucha gracia, aunque por esta vez creía que accedería. Le dio una caricia a su lobo y miró a Trevor. -Cuídalo bien.- Para después agacharse y mirar al animal a los ojos, tenía que ir con el semiorco. -Ves con él, si hay problemas te vienes.-

Lyzala se incorporó para mirar al príncipe. -Respecto a los huesos, no sabría qué decir, creo que de momento no me viene nada a la cabeza. Lo siento.- Apesadumbrada desvío momentáneamente la vista al suelo, para luego volver a mirar a sus compañeros.

-Entonces ¿Dónde me quedo yo?- Acariciando el pomo de su cimitarra, próximamente habría combate y era necesario saber como actuar.

Mmmh... si el pasillo nos lo permite atacaremos dos de nosotros. Preferiblemente yo y Volte... no es cuestión de dejarte atrás ni dudo por un momento de tus habilidades... pero entenderás que nuestras armaduras son mejores para recibir los golpes que nos podamos llevar.

Si puedes unirte a nosotros mejor, si no hay lugar en el pasillo puedes usar la honda que llevas, o incluso puedo prestarte mi ballesta si sabes cómo usarla o incluso las lanzas de Volte...  ¿Qué te parece? Heironeus pregunta a modo educado, aunque sea el que da las órdenes siempre parece estar dispuesto a escuchar. Así fue de tal modo que siguió el plan aconsejado por Wayra.

Volte no decía nada, pero parecía estar totalmente de acuerdo con la situación y avanzó unos pasos para estar listo para la carrera que se podía acontecer.

-Lo entiendo.- Lyzala desvió la vista hacía la ballesta. Nunca he usado una de esas. -Creo que será mejor que os ayude con la honda.- Sacó la honda y la preparó para poder usarla llegado el momento, después miró a sus compañeros. Ella ya estaba lista.

-Cuando quieran.- Pero antes Lyzala le hizo una advertencia a Trevor. -Cuida bien de Logan.- Con una mirada seria, ya que el animal era realmente importante para ella.

Trevor se vuelve hacia la mujer, pero no la mira a los ojos. Ahora que se observa el rostro del bárbaro, los demás compañeros se percatan de que bajo esos músculos y un terrible rostro ocultado por una fea máscara hay un jóven bondadoso, inocente y, muy tímido.

Haré añicos a todo aquél que ose tocarle un solo pelo. Intentaré ser el primero en atacar, así el "perrito" estará más seguro.

Ante las palabras del príncipe, una pequeña sonrisa corre por su rostro, se alegra de haber participado en esta causa.

Wayra Avanza nuevamente por el pasillo e intento pasar sigilosamente por la habitación y esconderse en el rincón del lado contrario a la entrada por la que llegaran sus compañeros.

los veo allá en un par de minutos, dice antes de partir

Lo único que la había preocupado era no poder tener cerca a Logan, pero Trevor le había dado su palabra, por lo que suponía que la cumpliría, así que con lástima miró al lobo mientras le indicaba que siguiera al semiorco. -Ve con él.-

Lyzala tenía la honda en mano y esperaba a que los demás tomaran la iniciativa,  sin duda ella estaba preparada para darles apoyo con su arma desde la distancia.

Ya solo quedaba que todo saliera como habíamos planeado. 

Tras esperar un tiempo que Heironeus cree prudencial, se acerca al semiorco y le dice: ¡Ánimo muchacho, lo harás bien!

Trevor se adelanta en la sala unos metros, con su espadón apoyado tranquilamente sobre su hombro y el lobo a su lado. Intenta no alejarse mucho de sus compañeros, para no quedarse solo en caso de ataque. En cuanto ve a los Kobolds se detiene y atrae su atención*.

"Escuchad escoria, la guardia de fuera necesita relevo, ¡daos prisa o el jefe os dará por culo!". 

Wayra primero había ido a observar y ver qué había más adelante, había visto a los cuatro kóbolds que parecían distraídos, pero a pocos metros de internarse en la sala, los kobolds se percataron de su presencia y se prepararon para el ataque. Por suerte, Wayra logró colocarse en la posición ventajosa que quería pues sus enemigos estaban desarmados.

Segundos después apareció el semiorco junto al lobo, pero una criatura como aquella no haría que cayesen en la trampa. Así que el plan fracasó, por suerte Trevor se dio cuenta de que la cosa no iba a funcionar e hizo un gesto a sus compañeros para que avanzaran lo más rápido posible y se unieran a la batalla. El plan no había fracasado del todo, pero tampoco había sido un éxito.

Heironeus se queda estupefacto al ver la pifia del plan. Tanto es así, que pierde el tiempo discurriendo un nuevo plan mientras sus compañeros luchan por sus vidas.

Trevor no es menos que su Señor* y se queda patidifuso en la entrada de la cámara donde están los Kobolds. Se queda como un asno entre dos montones de paja. ¿Malditos dioses? ¿Qué hago?

 Tanto que demostrar y tanta mala fortuna...

-Mierda.- Dijo Lyzala por lo bajo cuando vio como el plan no salía de acuerdo a lo planificado. Parecía que se habían quedado todos helados, lo que puso a Lyzala nerviosa por la situación y por ver a su querido Logan en primera línea sin poder hacer nada por ayudarle.

Todo había salido mal y ahora tocaría pelear, nos habían pillado.

El rostro de Volte se tornó blanco rapidamente tras el gesto de Trevor. El sigilo de Wayra, impecable hasta el momento, había fallado; y con ello todo el plan de emboscada. Ahora tendrían que acabar rápido con aquellas alimañas antes de que fuese demasiado tarde. Estaban en superioridad numérica, pero aquello duraría lo que aquellas criaturas tardasen en dar la voz de alarma.

"Maldita sea."

El paladín se mantuvo a la defensiva, no obstante. Con Trevor y el lobo obstruyendo el paso poco podría hacer, y además no le agradaba la idea de lanzarse al combate y perder de vista al príncipe.

Wayra logro situarse en una posición estratégica. A pesar de tal hazaña, no le dio tiempo de hacer un disparo antes de que los kobolds notaran su presencia y tomaran sus armas, a pesar de esto considero que el plan no había salido tan mal, tenía una posiciones algo privilegiadas en el combate y si alguna de estas criaturas intentaba escapar, podría darle casa con facilidad.

La reacción de los kobolds fue totalmente previsible, con una humana dentro de su guarida, no era de extrañar que lanzaran absolutamente todas sus jabalinas contra ella. Por suerte dos de ellas fueron a parar contra ellos mismos, no parecían estar muy centrados. La otra se quedó clavada en la pared, y la última fue esquivada en el último momento.

Wayra la humana, se sorprendió al ver como todos los kobolds se concentraban en ella, esperaba que hubiesen dividido, su ataque, afortunadamente parecía que el hecho de haberlos cogido por sorpresa logro que su ataque fuera muy impreciso, golpeándose incluso a ellos mismos, solo una de las jabalinas estuvo por golpearla, afortunadamente sus reflejos fueron suficientemente rápidos para esquivarlos.

Al menos no habían intentado escapar o dar alerta, ahora es nuestra oportunidad de acabarlos, pensó, y tomando su arco y aprovechando su habilidad con el a poca distancia, lanzo dos proyectiles contra el kobold que tenía al frente 

El paladín de Heironeus no pudo evitar maldecir para sus interiores.

Las jabalinas de todas las criaturas habían volado en dirección a la chica, focalizándola y haciendola objetivo de los cuatro ataques. No había más tiempo que perder. Se había quedado allí esperando una brusca arremetida en la sala por parte de Trevor, pero viendo la lentitud en la reacción de este se resignó y se decidió a ser él quien fuese el primer paso. No sólo el semiorco se había quedado atrás, pues ni el príncipe ni la bestia de Lyzala se habían inmerso en el combate. El primero, probablemente, esperando a que sus seguidores lo hiciesen en primer lugar. Volte podía entenderlo. Debido a que destacaba en las capacidades arcanas, el príncipe Heironeus 

Sin dudarlo ni un momento más, el hombre asió con fuerza el pesado escudo de madera a su brazo, desenfundó su espada y se lanzó al combate. Los Kobold le habían dado la espalda, pero no fue tan cobarde cómo para atacar directamente por la espalda a su enemigo. En su lugar se hizo a un lado, buscando el flanco izquierdo del más cercano de los Kobold, y sólo entonces, descargó el primer corte.