Partida Rol por web

Mientras el grupo se dividía por la sala, Khaine se había hartado de esperar y se dirigió hacia la puerta de la izquierda y entonces sintió como un fuerte estallido abría la puerta y quemaba su mano. A veces Fur se equivocaba, pero otras era un acierto analizar si había trampas o no. Por eso siempre se decía que las prisas no eran buenas consejeras y Khaine lo pudo apreciar en sus propias manos. 

Con la puerta abierta, ahora se veía un camino de unos cuantos metros te terminaba en otra puerta.

Lanzó un gruñido enfurecido cuando la trampa se activó, quemando su mano y creando varias ampollas antes de que pudiera apartarla. Entrecerrando los ojos, observó el pomo ardiente y, de un golpe, lo arrancó de la puerta, molesto. Después abrió de una patada y observó el pasillo que se abría ante él, así como la puerta. Por un instante también miró a Fur, planteándose decirle algo al maldito gnomo, pero al final negó y avanzó hacia la siguiente entrada.

– Vamos. Arg.

-Parece que estas sabandijas no dejaron ninguna pista de nada, ni del camino ni de nada, como era de esperarse de las muy retrog....

no alcanza a terminar de comentarle su percepción al príncipe cuando una explosión le distrae .

-JAJAJAJ.

suelta una carcajada

-brazos fuertes, cabeza hueca, bien echo Khaine, contigo al frente llegaremos pronto, lo que no se es si logres sobrevivir.

Dice entre carcajadas. Luego continuar por el camino que Khaine ya había asegurado de la forma mas inteligente

Se detuvo en medio del pasillo, alterado por las risas del gnomo, y gruñó mientras se daba la vuelta, dando un par de pasos para encararse con el pelirrojo enano, impidiéndole avanzar. Durante unos segundos se le quedó mirando, desde arriba, con la cadena en una mano y la otra acariciando el brillante metal. Después desvió los ojos hacia Héxtor y cerró los puños.

– Si no haces que esta alimaña cierre la boca, sé quien seguro no sobrevivirá – sonrió, mostrando los dientes –. Pero ya que mi cabeza está vacía, me llevaré la cuya para compensar.

Apoyó una mano, la misma que se había quemado, en el hombro de Fur. Asintió, permaneció así un segundo, y luego se dio la vuelta y continuó el camino, abriendo también la siguiente puerta de una patada.

Hextor miró con desprecio aquel lugar, púes no había nada de utilidad en él. Seguro haría salta encontrarle sentido a porque habían 3 puertas en este punto de la cueva. Sin embargo, antes de que el príncipe pudiera pensar en otra cosa, Khaine abrió una de las puertas sin su autorización. -Sin tanto afán tienes en perder tus manos, las puedo cortar sin mas.- le espeta al impaciente guerrero. -Lo mismo le pasará a tu lengua, Fur.- le dice al gnomo al ver como sus palabras podrían terminar descontrolando a Khaine.

Llegado a este punto, lo único que estaba claro era que no tenían idea de hacia donde estaban yendo, de cierto modo daba igual que puerta tomar, pero por otro lado, parecía sensato saber que había tras cada una de ellas. Hextor dejó colgar su ballesta y se acercó a la puerta que estaba frente a él, sacó su mangual y luego dio un fuerte golpe contra ella, de forma tal que esperaba que abriera por la presión contra el picaporte. Krugtan, tu has que se abra la otra, destruyela si es necesario. le ordena al semiorco.

Seguirás por ese camino, no es así? le dice a Khaine de manera sugerente, pero al estar el resto ocupados tras de él, le debía quedar claro si si había algún peligro al pasar la puerta que deseaba abrir, nadie le ayudaría.

Krugtan emitió una risa burlona por lo bajo cuando escuchó maldecir a Khaine a causa de la quemadura. Sin embargo la gracia se le fue rápido. Krugtan no era astuto, pero sabía perfectamente que la siguiente puerta también podía llevar una trampa; sin embargo eran órdenes directas de Hextor. Él iba a obedecer.
El orco caminó por el pasillo que se había abierto tras el infortunio de Khaine, llegó hasta el fondo y se paró frente a la puerta. Se frotó las manos mientras una sonrisa se le plantaba en el rostro ¿Cómo iba a romperla? a Khaine no le había ido bien con las manos, tendría que ser el Mangual. Se lo descolgó del cinto, lo balanceó un poco en el aire y súbitamente levantandolo por sobre su cabeza, lo descargó en la puerta.

El sentía que había  pasado mucho tiempo desde que entraron y al parecer todos, incluso el rey Hextor, estaban de mal genio de seguro un poco de sangre nos calmaría pensaba mientras esperaba saber por cual camino se iban a dirigir o si por el contrarío se iban a separar, en todo caso simplemente espera la decisión del rey.

Por la puerta recién abierta se habían ido Khaine, Krugtan y Fur, que a pesar de la fuerte patada que le había dado el primero y el golpetazo que le había dado el segundo, parecía estar cerrada con llave, o al menos con pestillo, porque no parecía tener ninguna intención de abrirse.

Héxtor decidió golpear con su arma la puerta que había al otro lado, y ésta se abrió sin ofrecer mucha resistencia, para dar paso a una sala de condiciones similares a la que se encontraban. Esta vez, tenía otra puerta de frente, y una puerta a la derecha por donde continuar investigando. 

Miró la puerta, luego a Fur, después a la puerta de nuevo, y por último hacia atrás, por dónde se escuchaban los ruidos de los que estaban aún trasteando en la anterior sala. Tras un gruñido, negando con la cabeza y cerrando el puño, volvió a posar sus ojos, amenazador, sobre el gnomo. 

– Haz algo por una vez – dijo con brusquedad, mientras se hacía a un lado –. Abre la maldita puerta, al fin vas a ser útil.  Después apártate para que entremos nosotros, no sabemos lo que habrá detrás.

Miro a Khaine con una sonrisa burlona.

-parece que el fuego logra que seas sensato grandulón. Jajaja, ahora solo falta descubrir que elemento mejora tus modales, ¿quizá algo de veneno, o una descarga eléctrica? Jiji.

Estrujando un poco al grandulón se abrió paso hasta la puerta, luego de verificar que no tuviera trampas y en el caso de tenerlas intentar desactivarlas.

Continua por intentar abrir las serraduras, busca en su maleta sus ganzúas, pero para su sorpresa, parecía que no se las había traído, (mirada se me olvido comprar eso, mira que lo tenía en cuenta y luego no las compre. en fin), parecía que tendría que improvisar, usando lo que tiene a mano intenta abrir la cerradura.

El príncipe siguió con la mirada el recorrido de Krugtan y en un gesto total de extrañeza se llevó la mano al rostro, mientras intentaba negar la idea de que este no entendía nada de lo que le decía. Le había dicho que emprendiera contra la otra puerta que hacía falta de las 3 que habían visualizado en entrar en la sala.

Hextor dio una mirada a la nueva habitación que se abría tras la puerta, observando que estaba distribuida de forma parecida a la actual, con la diferencia de que esta última solo tenía 2 puertas. Aquello era un maldito laberinto y el príncipe comenzaba a hartarse de él, así que tomó su maza y volvió a repetir el procedimiento de apertura, para que la última de las 3 puerta mostrara que había detrás de ella, mientras esperaba que reportaba el resto del grupo, quienes aún seguían en el pasillo revelado tras la primera puerta abierta.

Krugtan miró con disgusto a la puerta que aun seguía en pie, pero cuando estaba por darle un segundo golpe, vio que el gnomo estaba sacando sus herramientas e iba a tratar de abrirla por medios más civilizados.
Aburrido, se recostó contra la pared y comenzó a hurgarse en la nariz.
 

Nebiros poco podía hacer en esa situación así que se va con Hextor y lo sigue con su ballesta preparada. 

Luego de abrir la última puerta, de las 3 primeras con las que se habían topado al entrar a la sala, el príncipe explorar un poco con la mirada, para ver si valía la pena perder el tiempo buscando algo en ella.

Fur se puso a analizar la puerta que tenía delante, y en seguida se dio cuenta de que había un conjuro sobre ella, recurrió a sus técnicas y habilidades y logró desactivarlo. Después, y tras algunos minutos fue capaz de abrirla sin hacer ni un solo ruido y sin provocar que la magia explotase en sus narices. 

Tras la puerta se encontraba un amplio pasillo que terminaba de nuevo en otra puerta de condiciones y aspecto similar a la que acababan de abrir.

Mientras Hextor se dirigió hacia el tercer lugar, esta vez no había puerta* sino que se trataba de un pasillo, se asomó pero no pudo distinguir absolutamente nada. Simplemente seguía varios metros de frente, pero no se podía ver el final del mismo.

Gruñó incómodo en cuanto el gnomo se apartó y les flanqueó el paso, con esa sonrisilla estúpida y altanera que tanto deseaba borrar de su rostro con un buen puñetazo. No lo hizo, se aguantó las ganas, y simplemente se asomó. De nuevo, volvió a gruñir, frustrado esta vez.

– Maldita sea. ¿Sólo hay pasillos, puertas y más pasillos en este lugar? – preguntó sin  esperar respuesta.

Dio un paso, titubeó, y retrocedió de nuevo. Con una mirada de soslayo observó a Fur, y al final se decidió.

– Recorre el pasillo y mira a ver si aquella puerta tiene trampas también – escupió, entrecerrando los ojos, esperando que le llevara la contraria –. Si no haces nada más no deberías tener problemas. Y mientras podemos ver que está haciendo Hextor. No se escucha nada.

De nuevo, sin esperar respuesta y con un gruñido de molestia esta vez, se dio la vuelta y regresó, con pasos pesadaos a la sala, a ver que pasaba allí y recibir, de ser necesarias, órdenes.

Hextor y Nebiros regresaron sobre sus pasos al ver que aquel pasillo se extendía bastante y había posibilidad de que al final se encontrase otro puesto de mando. No era prudente seguir ellos solos. Lo ideal hubiese sido que alguien habilidoso en el sigilo, se adentrara para investigar, pero en su equipo no contaba con algo así.

Al llegar al dormitorio de los kobolds, el príncipe se topó con el rostro de Khaine, al parecer este estaba algo curioso de saber que pasaba. Hextor no dijo una palabra, solo siguió por el camino por el que guerrero venía, hasa llegar cerca de los otros dos miembros del grupo. Finalmente tomó la palabra. El pasillo del centro debe conducir a algún sitio concurrido por Kobolds. No podemos darnos el lujo de seguir unos cuantos por ese pasillo. Lleguemos hasta el final de lo que sea que los kobolds estén escondiendo tras estas puertas y luego, sino nos revela nada de importancia, seguiremos por el pasillo hasta acabar con cada kobolds en este maldito lugar. declaró con molestia el príncipe.