Partida Rol por web

Finalmente pudieron pasar el día descansando y recuperándose del día tan agotador que habían tenido. Por fortuna nadie los había descubierto en aquel lugar, por lo que podría decirse que habían encontrado un buen refugio donde guarecerse. Estaba claro que ese era el nido de las moles sombrías que habitaban allí y que nadie querría encontrarse con ellas. Ahora que Kendra se había ocupado de poner vendajes en los heridos ya estaban recuperados y sanados por completo, era hora de ponerse en pie y comenzar el siguiente día. Aquello parecía enorme y aún tenían mucho que investigar. 

Salieron de la guarida, esquivaron los dos cadáveres de las moles sombrías que ya habían empezado a descomponerse y continuaron por el único camino que les quedaba. Descendieron unas escaleras y entonces se toparon con otro gran cadáver, solo que mucho más reseco y comido por los gusanos. Su piel negra, cubierta de placas protectoras y sus largas garras son todo lo que queda, ya que no hay rastro de su cabeza. 

Un olor agrio flota en el aire y algunos insectos vuelan por la habitación. 

Sin más peligro que el hecho de casi terminar vomitando continuaron avanzando. En ese momento, escucharon sonidos de una conversación cuyo idioma era desconocido, pero parecía un idioma tosco y bárbaro*.

-Nivel 0 (CD ): 5 crear agua, detectar magia, luz, purificar comida, leer magia

-Nivel 1 (CD ): 3+1 Inflingir heridas leves, bendición, arma mágica, escudo de la fe

-Nivel 2 (CD ): 2+1  Fuerza de toro, retener persona, arma espiritual

-Nivel 3 (CD):1+1 Semblante menor de la Deidad,Luz abrasadora

Galimatías encabezaba la comitiva, preparado para cualquier tipo de ataque. Sus heridas se habían cerrado, el colgante que llevaba en el cuello lucía como la primera vez que se lo puso, y sus compañeras estaban sanas. Parecía que había pasado mucho tiempo desde que Elvar y Alexis hubieran muerto. Pero cuando te estás jugando la vida, hasta lo que acaba de ocurrir caía en el pasado y el olvido.

Alertó a sus compañeras de la masa que estaba en el suelo, esperando ver a otro enemigo preparando una emboscada. Por suerte para ellos, pero no para su olfato, estaba más que muerto. Comido por los bichos, que ya hasta tendrían sus nidos en el cadáver, ese rival ya no era problema suyo. Tapándose con las plumas la boca, avanzó sin mirar atrás.

Y una vez más, dio el alto a sus compañeras. Afinó el oído, pero el lenguaje que utilizaban iba más allá de su comprensión. Miró hacia ellas por si alguna podía entenderlos o usar algo de magia para comprender.

Cassandra hizo el signo de silencio, saco las dagas y se adelanto al resto, usando su habilidad para no hacer ruido. El hecho de que fueran voces lo que se escuchaba la tranquilizo un poco. Preferia luchar contra seres inteligentes que contra monstruos gigantes.

Una vez recuperados sus hechizos Kendra estaba más tranquila, ahora podía garantizar la integridad de sus compañeos, así iniciaba el día con más animo, esperando encontrar una salida para escapar de este lugar tan inhóspito y peligroso.

Las voces no presagiaban nada bueno, por lo que dejo que se compañera mas sigilosa se encargara de rastrear.

En la parte central de esta cueva hay un foso de unos tres metros de diámetro y casi dos de fondo, lleno de huesos de animales y de excrementos. En la parte más oriental hay dos parches de hongos desarraigados y muertos, machacados en forma de lo que parecen ser grandes camas o nidos.

Dos criaturas humanoides, altas y musculosas están de pie junto al pozo; sus pieles son escamosas y de tono verdoso con numerosas cicatrices y marcas de muchas batallas.

Ambas están hablando entre sí mientras vigilan el lugar. No parece que hayan visto a Cassandra.

Cass tomó buena nota de las características de aquellos dos titanes y regresó de vuelta con sus compañeros para informar.

-Hay dos figuras humanoides altas y con la piel cubierta de escamas. Hay un gran agujero en el centro de la cueva, repleto de huesos y excrementos. En la parte oriental, los dos monstruos esos se han hecho unas camas con restos de hongos. Diría que viven ahí.

Sólo tenemos dos opciones. O continuamos y nos enfrenamos a esos seres, sean lo que sean miró hacia atrás o volvemos sobre nuestros pasos y nos encontramos con el dragón. Y creo que lo mejor sería ir a por esos dos seres. Siempre hay tiempo para huir.

Si estáis conmigo... Es el momento de continuar

- Quizás podamos dialogar algo con ellos, siempre damos por echo que todo lo que nos encontramos nos va a matar, encontrar aliados en este lugar nos vendría bien, seguro que hay alianzas y facciones por aquí.

Eso es cierto, pero todo lo vivido en este templo nos predispone a pensar que el mal ampara sus movimientos contestó Galimatías pero haremos lo que dices, aunque me temo que si no hablan nuestro idioma, no podremos tratar con ellos

No tenían mucha pinta de hablar. Pero... Eh! Que no se diga que no lo intentamos por las buenas! - dijo encogiendose de hombros.

- Bien para combatir siempre hay tiempo, si podemos avanzar sin gastar recursos será mejor para todos. No os mantengáis alejados.

Antes de caminar hacia las criaturas, Kendra invocó el poder de su deidad para aumentar sus defensas, una cosa era habla y otra no tomar precauciones. En cuanto estuvo a la vista de las criaturas habló con claridad.

- Saludos! Sólo somos un grupo que está de paso, no buscamos problemas.

Si te sobra uno de esos escudo mágicos a mi me vendría de perlas -dijo la mediana enseñando las espadas cortas que tenía en ambas manos. La pequeña buscó con la vista la manera de situarse a la espalda de aquellos monstruos y se fijó en el foso de huesos. Iba a ser apestoso pero quizás le sirviera.

En la parte central de esta cueva hay un foso de unos tres metros de diámetro y casi dos de fondo, lleno de huesos de animales y de excrementos. En la parte más oriental hay dos parches de hongos desarraigados y muertos, machacados en forma de lo que parecen ser grandes camas o nidos.

Dos criaturas humanoides, altas y musculosas están de pie junto al pozo; sus pieles son escamosas y de tono verdoso con numerosas cicatrices y marcas de muchas batallas.

Ambas están hablando entre sí mientras vigilan el lugar. 

¡Entonces marchar de Templo! Gritó una de las bestias a Kendra en un común muy bárbaro. 

Templo? Aquí hay un templo del mal, entonces no puedo dejar pasar esto sin más, hago un gesto discreto ha mis compañeros para que ataquen cuanto antes mientras preparo mi hechizo.

- Claro nos vamos en cuanto acabemos con vosotros!

Con un gesto lanza su arma espiritual detrás de las criaturas.

Galimatías esperó la respuesta de las dos criaturas, aunque no tenía fe de que fueran amistosas. Parecía que todo lo que estaba allí estaba corrupto o era maligno. Con resignación, abrió las alas ante su contestación y se adelantó para empezar el combate.

Entonces no tenemos más que hablar dijo al tiempo que agitaba su ala para golpearle.

Mientras Cristal y Cassandra se quedaban estáticas en su puesto de combate, Kendra conjuraba de nuevo el arma de su deidad y Galimatías se lanzaba al ataque. Con el conjuro de la clérigo convocado al otro lado, ambos golpes lograron ser efectivos y pudieron encajar un duro impacto a uno de sus dos rivales.

Entonces, el primero se enfrentó al avoral usando sus garras y encajándole un buen mordisco.

El otro dio unos cuantos pasos para enfrentarse a Cassandra y golpearle con su zarpa.

Cassandra sintió el mordisco de la bestia y aulló de dolor. La pequeña se revolvió de dolor, golpeando con ambas armas pero sus golpes eran como gotas de agua sobre la piel de la bestia.

-Cristal, échame una cura y me colocaré a su espalda!

Galimatías se sacudió con velocidad del mordisco y vio cómo su ala empezaba a sangrar. Sintió como su cuerpo aumentaba la temperatura corporal por el enfado. Sus plumas se erizaron nuevamente y golpeó con ferocidad a la criatura que tenía frente a él