Partida Rol por web

Me acerco hacia la bolsa de contención.

Yo llevaré las cargas del grupo, así todo lo que nos encontremos por el camino y puedan ayudar a salir adelante... 

También puedo hacerme cargo de la varita, pues su uso nos sacará de grandes apuros, aunque no soy ducho en su uso... no obstante cuando yo no pueda curar más alguien puede hacerse cargo de ello con este objeto.

Por lo demás, no existe mejor arma que la que me otorga mi dios, bajo la cual me permite matar y defender bajo su nombre... levanto el espadón, mostrando el símbolo de Kelemvor en la empuñadura.

Venga amigos, movámonos antes de que la vejez nos convierta en carroña de nuestros enemigos...

Sin coger objeto mágico alguno, Aruna y el soulspark parecen preparados para el viaje subterráneo.

Todos salvo Aruna habíamos cogido parte del material que nos había proporcionado Kippenvall cuando de repente baje mi vista a mi compañero espiritual lobo, que olisquea el aire, algo esta pasando, pero antes de que pueda preguntar que ocurre, sus palabras se clavan en mi cerebro como una aguja al rojo. Están aquí.

- Kippenvall, parece que tenemos compañía, se acercan nuestros enemigos. Debemos ponernos en camino para llegar cuanto antes ante la dama Alustriel. ¿Qué camino tenemos que tomar? – preguntando mirando hacia atrás inquieto.
 

Desenvaino Hielo de Duende ante las palabras de Washakie y al sentirla en mis manos, me giro hacia Kippenvall como si acabase de recordar algo.

¿Sabes que poder tiene la espada?

¿Luchamos o partimos hermanos?

¡Corred conmigo, te lo explicaré por el camino! - dice kippenvall mientras comienza a correr, retrocediendo hacia el salón del trono - recordad el muro de fuerza, pegaos al lado derecho para no caer en la zanja.

Esa espada, muchacho, es un objeto de gran poder, al menos más poderoso que los objetos que yo logré reunir para vosotros... - veis como los otros dos ratatosk, y algunos trasgos, saltan la zanja para dejaros pasar, en dirección contraria, camino al tunel por el que viniesteis.

... está forjada con hierro frio - continua kippenvall mientras entra en el salón del trono - ideal para acabar con fatas y demonios, aunque espero que no la tengas que usar contra ninguno, al menos de momento. Su hoja puede volverse fria como el hielo simplemento con tu deseo, tranquilo, el hielo no te dañará y por último, es especialmente util contra lanzadores de conjuros arcanos.

Bien muchachos, tocad el trono, todos, en breve os encontrareis lejos - kippenvall comienza a quitarse las túnicas, y bajo ellas podeis ver que lleva una armadura de cuero, asi como unos guantes que empuña y saca una vara que crece hasta medir 10' - mientras tanto evitaré que lleguen a vosotros, no solteis el trono en ningún momento, correis el riesgo de quedaros aqui y sería terrible. Mucha suerte. Volveremos a veros, os buscaré, mientras tanto, cuidad unos de otros.

La puerta del salón del trono comienza a temblar por unos golpes dados desde el exterior de la sala...

Miro mi cota de escamas... y vuelvo a sopesar la cota de mallas en mis manos... Bah, lo que llevo me sienta mejor... Así que la meto en la bolsa de contención. 

Luego me acerco al trono... vacilando durante el camino cuando oigo los golpes en la puerta... ¿Debería quedarme a luchar? al ver a mis compañeros moverse sigo mi camino y me acerco al trono, tocándolo y esperando a mis compañeros...

Adelante hermanos sigamos nuestro camino...

Resignado y preocupado por lo incierto del viaje, Zisintharax revisa por última vez sus cosas.

Mientras me colocaba la armadura unos tremendos golpes rompieron mi concentración, ate los últimos cierres de esta y guarde la vieja en mi bolsa, me coloque el escudo en la espalda y me levanta afrontando lo que quisiera cruzar para atacarnos…

Escuche las palabras de Kippenvall y reflexione…No era momento de dejarse la vida, teníamos que hablar con la Dama.

- Vamos hermanos, no perdamos tiempo continuemos nuestro camino dije mientras me acercaba al trono para tocarlo y desplazarnos seguramente mediante magia.

No hagais locuras ni os sacrifiqueis inutilmente.

envaino de nuevo mi espada y toco el trono preocupado

-¿Que no hagamos locuras?--espeta Aruna mientras se encamina hacia el trono--¡Ja! ¿Y cómo llamarías tú a dejarse teleportar a no sabemos exáctamente dónde por indicaciones de un auténtico desconocido?

-En fin, al menos estaremos juntos, hermanos--sentencia la mujer de los guanteletes eléctricos al tiempo que posa una mano sobre el sitial.

Sigo los pasos de Kippenvall mientras echo un vistazo a mi espalda, esperando que nuestros enemigos aun tarden bastante en aparecer, alcanzamos por fin la sala del trono y allí, el que hasta ahora había sido nuestro protector se prepara para la lucha, no sin antes decirnos la forma de escapar de aquí. Agarro con fuerza al trono, mientras mi mano izquierda toca a mi compañero espiritual.

- Cuando quieras y espero volver a verte pronto, amigo – digo a Kippenvall.
 

La puerta, a pesar de su gran tamaño y de ser de manufactura enana, estalla dando paso a un hombre, de complexión delgada, vestido con una armadura de cuero de color negro pero surcada de lineas rojas similares a venas. En su mano lleva un espadón, que a pesar de su tamaño, no parece que sea muy pesado y su rostro, está cubierto por una mascara similar a la armadura. A su lado aparecen dos enormes minotauros, con armaduras de malla, pero de igual diseño, blandiendo dos descomunales hachas.

Kippenvall sonríe, a pesar de su estatura comparada con la de los minotauros, parece que llena toda la sala, su inactividad detiene a las bestias apenas han dado un paso, lo que conlleva un gran enfado por parte del hombre de la armadura de cuero.

¡APARTAOS DEL TRONO! - brama el encapuchado dando unos pasos hacia vosotros hasta que Kippenvall le intercepta - ¡Pequeña criatura! - escupe - apenas levantas del suelo y te interpones en nuestro camino a pesar de que sabes que vas a morir, a morir por unos completos desconocidos

Desconocidos para ti, amigos para mi - dice kippenvall moviéndose a la par que él para impedirle llegar hasta vosotros - ya esta hecho, al menos por un tiempo estarán lejos de ti, mas tarde, ya veremos...

En ese momento todo parece acelerarse, kippenvall y el desconocido comienzan a combatir, no podéis adivinar como acabara, pero parece que el ratatosk tiene ventaja aunque una simple herida del arma podría ser fatal. El trono tira de vosotros arrastrandoos hacia una oscuridad que ahora os parece mas aterradora que nunca, pero al menos estáis juntos....