Partida Rol por web

-Y nosotros, mientras tanto, descansando ahí al lado...--deja caer Aruna sin demasiado convencimiento--Apuesto a que aquí hay gato encerrado. 

- Oh, por favor, que no sea otro maldito viaje en el tiempo...- suplicó Zoren. Estaba más que harto de que lo zarandeasen de un lado a otro sin saber que pasaba. Aplastó una de las arañas con el pie, a ver si al morir se convertía en una persona o algo, se le acababan las ideas.

- Vayamos a la sala del trono y a ver si hay algo debajo- propuso.

regresais a la sala del trono y por pura fortuna, washakie descubre una pequeña porcion de la pared, a un lateral del trono que parece que puede abrirse.
En el suelo aparecen raspaduras que verifican una puerta oculta, pero la capa de polvo asentada asi como algunas hebras de telas de araña en la union entre la puerta y la pared real, garantizan que esa puerta hace tiempo que no ha sido usada
 

-¡Qué asco!--reprende Aruna a Zoren cuando éste pisa a la pobre araña.

Sin embargo, el rostro de la joven enseguida cambia de cariz cuando Washakie descubre la puerta secreta:

-¡Bien visto! Descubramos ahora a dónde lleva esa entrada oculta, hermanos.

Muy bien, veamos a donde nos conduce este pasadizo, espero que a la salida de este condenado laberinto subtérrraneo, para finalmente continuar con nuestro camino.

La puerta se abre en absoluto silencio a una pequeña estancia de apenas 10’*15’. La oscuridad es total y nada se oye en el interior, os internais lentamente en ella y poco a poco seguis avanzando por anchos pasillos hasta unas puertas dobles.

con cierto recelo, decidis abrirlas, preparados, y casi esperando, que algun enemigo o algo que rompa la mortal monotonia de este laberinto se vea alterado de alguna forma.

Las dobles puertas se abren a una sala pequeña pero sobrecogedora. Las paredes irradian un extraño color Violaceo y en el centro de la sala, hay lo que en otras circunstancias habría parecido un horno, pero este brilla con el mismo color de las paredes. En los laterales, se distinguen varias ranuras, tantas como cuatro, de apenas un pie de alto y solo unas pulgadas de ancho. El interior del horno, está lleno de una sustancia, que permanece en un estado entre líquido y solido, pero que no se desliza al exterior por las ranuras a pesar de que las cubren completamente.

—Yo no me acercaría demasiado a esa cosa viscosa. He oído que hay criaturas hechas de babas, líquido y grumos, y que se dedican a comerse aventureros pues su interior está formado por ácidos que podrían derretir hasta el metal más duro. Lo mejor será o bien ignorarlo o quemarlo directamente. ¿ Qué me decís?—

- Hmmmm- reflexionó Zoren, sopesando su cuchilla mental, que arrojó al limo con fuerza, antes de hacer aparecer otra.

Zisintharax observa inquieto lo que hay en la estancia.

¿Eso está vivo?

La hoja de Zoren se unde en el liquido sin que este se inmute ni reaccione.

Asombrada como el resto del grupo por la extraña estancia, Aruna echa una ojeada a su alrededor en busca de una herramienta con la que manipular el horno de algún modo. En la oscuridad de la sala, la bola de incarnum que flota sobre los hombros de la joven incarnate resulta casi igual de curiosa que la ominosa luz que emana tanto de las paredes como de la misma forja.

Tiradas en el suelo, cubiertas de polvo descubres unas pinzas de las usadas por los herreros para manejar el metal cuando está caliente

Aruna se agacha y recoge algo del suelo. Cuando el polvo se vierte de nuevo, imbuido por la gravedad, vuestra hermana os muestra unas pinzas de forja:

-Igual con esto podemos trastear mejor en esa cosa--sugiere mientras tiende la herramienta a quienquiera cogerla.

-Bien. dice Link -Esto lleva mucho tiempo abandonado, no creo que pase nada por extraer algo de ese material. Link recoge las pinzas y se acerca cuidadoso intentando extraer algo del extraño material. 

Yo no lo haría si fuera ustedes, creo que lo mejor es buscar la salida por otro lado, porque si es uno de esos limos que comen gente, lo mejor dejarlos estar. - sugiero mientras me giro sobre mis talones listo para buscar otro camino.

Venga chicos, tengo entendido que esas cosas sólo son sensibles a la magia y golpearlas sólo empeora el problema. Venga no perdamos tiempo.

Las pinzas, manejadas torpemente por link, se introducen por una de las ranuras y tratan de coger el extraño fluido. Varios intentos infructuosos después saca las pinzas. El color se mantiene durante unos segundos en la parte de la herramienta que se introdujo en el horno pero no parece haber ningún cambio en ellas, hasta que, pensando que es inútil el intento, las deja caer al suelo para que sigan oxidándose. Al tocar el suelo, la electricidad recorre el metal liberando una pequeña carga que no daña a ninguno de los presentes