Partida Rol por web

[ELdG]Brumas en lo más profundo

Día 9 del Éxodo - Las Colinas Finales

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19/02/2015, 04:10
Flame

Después de todos aquellos vómitos de Flame, la cuál aún seguía colgada del techo, decidió darle un buen golpe a la puerta para abrirla definitivamente. Pero antes el brillo de su escama se volvió negro y oscuro, haciendo que se extendiese hacia todos sus aliados. Aquello les protegería de cualquier resto de su vómito, no fuera a ser que por el mero contacto también los corroyera a ellos.
 

- Tiradas (1)

Motivo: Fuerza

Tirada: 1d20

Resultado: 18(+4)=22

Notas de juego

Máster, me ha dicho un pajarito que el conjuro de Alarma ya no debería existir, verdad? XD

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19/02/2015, 10:52
Mane

Joer, con la pota. Tenemos que ir un día de borrachera tú y yo, rubia.

La puerta no aguantó el peso con el que Flame chocó contra el metal, y lentamente se empezó a venir abajo.

¡UAAAAAAAAAAAACK!

Tranquilos, no es la alarma. Es tan solo un chirrido metálico de la puerta saliéndose a ralentí de su marco. La sala es rectangular, y no ocupa todo el ancho del barco, con lo que a izquierda y derecha debería haber algunas zonas reservadas a la "maquinaria" que hace al barco volar o sumergirse en el agua.

Salvo la pared por la que empiezan a entrar los aventureros y el techo, que está formada por planchas metálicas, el resto de las paredes y el suelo son de madera. En el punto opuesto a la puerta de metal hay una de madera, que probablemente dé a la rampa que lleva hasta la bodega de carga, y que habría evitado todo este rodeo innecesario.

La sala está vacía, salvo por siete cantos rodados de piedra luminiscente. Son grandes, unos cuatro pies de diámetro. Dos de ellas, alargadas, hacen de dintel de las puertas, en popa y estribor. Otras cuatro más redondas están en las cuatro esquinas de la habitación. La séptima piedra ocupa el centro de la sala, como una mesita con superficie redondeada.

Amos a ver, ¿cómo iba esto?

Mane rodeó la piedra central y se puso de espaldas a la puerta de madera. Al colocar sus manos sobre la roca de luz, todas se apagaron a la vez. Oscuridad. Un instante después, la piedra del centro recobraba su luz, y las seis rocas periféricas mostraban en su superficie imágenes del exterior: agua, agua, agua... Mane desliza la mano, y la imagen de la piedra de popa sobre la puerta de madera desciende hasta mostrar la ciudad de Li'Huriek. Se ve una pasarela que sale de la popa de una de las bodegas inferiores hasta la compuerta o esfinter de la muralla de la ciudad. Sobre la muralla a unos pies del comienzo de la pasarela, dos demonios Babau vigilan aburridos.

Listo. Y ahora el motó-vuelve a deslizar las manos sobre la superficie de roca iluminada.

Juas, juas, juas, juas... Ronronea como una gatita caliente.

Los babau giran sus cabezas ante el ruido del aparato mecánico al que Mane llama motó. La gran burbuja en la que se encuentra el Barco del Caos empieza a ascender, separándose de la muralla. Uno de los Babau salta cruzando la compuerta y se agarra a la pasarela, pero resbala y cae, saliéndose de la burbuja y sumergiéndose en el Mar de Salmuera. La burbuja sigue ascendiendo, y emerge por encima del nivel del mar.

Un escalofrío invade a Tybalt. La sobrecogedora sensación de libertad, para una bestia enjaulada. O la sensación de que el Horror Diletante ha percibido cómo su esclavo se alejaba de la ciudad submarina. Náuseas. Vómitos, como los de Flame, pero menos corrosivos. Y el presentimiento, no, la certeza, de que el Horror Diletante se acerca...

- Tiradas (3)

Motivo: Horror de Tybalt

Tirada: 1d20

Dificultad: 10+

Resultado: 6(+2)=8 (Fracaso)

Motivo: Horror de Tybalt

Tirada: 1d4

Resultado: 4

Motivo: Asaltos nauseado Tybalt

Tirada: 1d4

Resultado: 4(+1)=5

Notas de juego

Tybalt tiene náusea, no puede usar acciones parciales durante un rato:

-> Náusea: 1 acción de movimiento/asalto y todas las acciones gratuitas que quieras (salvo conjuros apresurados, rápidos, inmediatos...), así durante 1d4+1 asaltos.

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19/02/2015, 22:17
Tybalt Marr

Por fortuna para el grupo, la apertura de la puerta no conllevó a sufrir ninguna clase de explosión o trampa de otra índole. Todo parecía marchar sin ninguna clase de inconveniente. Una vez dentro, el Mane enseguida se puso manos a la obra e hizo lo que sólo él podía hacer y de lo que Tybalt no tenía ni la más mínima idea. Observó la sala de mandos con curiosidad y cierto asombro una vez la vio en funcionamiento. Sin duda era una clase de magia que jamás a visto u oído hablar, por lo que se limitó a ser un mero testigo del proceder del no muerto.

Por fin aquella mole de metal y madera se ponía en marcha con un ruido acompasado que enseguida alarmó a unos centinelas que vigilaban en el exterior. El tiflin contuvo una risa al verlos tropezar y fallar en su intento de subir a bordo en parte por lo cómico de la imagen y en parte por el alivio de haber podido marcharse sin inconvenientes. La nave se alejó de la ciudad submarina introduciéndose en las corrientes marinas y ascendiendo sin pausa hacia la superficie. El corazón de Tybalt estaba en un puño. No iba a ser hasta que no pusiese un pie en tierra firme que se consideraría por fin libre y dueño de sí mismo. Fue entonces cuando una sensación le recorrió el cuerpo como si un rayo le hubiese impactado de lleno. "¡¿Qué...?!" Pensó alarmado pues el vómito producido por aquella nausea no le permitió emitir sonido inteligible alguno. Cayó de rodillas al suelo mientras jadeaba por el esfuerzo y por el mareo. -No... no puede ser...- Consiguió decir mientras trataba de normalizan el ritmo de su respiración luchando contra las náuseas. En ese mismo instante se sintió como un estúpido por pensar que realmente sería tan fácil. Pero, ¿qué importancia tendría para su amo un esclavo del todo prescindible? Ninguno, por supuesto. Pero a alguien como el Horro Diletante no le gustaría saber que sus sirvientes se pasan su autoridad por el forro de los c... que sus esclavos no lo respetan. Sin duda se trataba de dar una lección a los pobres desgraciados que vendrían después de Tybalt, al igual que él recibió la suya el día en que pasó a ser de su propiedad. Un torrente de sensaciones contradictorias atravesaba la mente del espadachín. -Se acerca... no me dejará marchar...- Susurró mientras combatía contra su malestar, junto al charco de vómito, y se debatía entre sus mayores temores y su ansia de libertad.

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19/02/2015, 23:46
Aire

Ualaaaa... se le escapó a Aire al ver la sala y cómo Mane empezaba a toquetear aquellas piedras para que el barco empezara a moverse. Apenas vio cómo los demonios intentaban asaltar el barco, eso no era nada importante. Tampoco lo era que Aristóteles la decía que se estuviera quieta y dejara a Mane trabajar, y mucho menos que Tylbat casi se desplomara por un ataque de pánico. Ella quería conducir ese barco. No, peor. Ella TENÍA que navegarlo. Se acercó lentamente a Mane y le susurró

¿Me dejas un poquito a mi?

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20/02/2015, 07:25
Leiath

Por fín habían puesto rumbo hacia su destino; aquellas pobres almas que estaban esperando a ser liberadas.

Leiath miraba con cierta preocupación a las bestias que habían intentado saltar al barco. Qué otras se habrían encontrado atrapadas dentro? Muy pronto lo sabrían. No deberían bajar la guardia.

De repente el mestizo Tybalt pareció sufrir un ataque de pánico. Qué habría sentido él que el resto no sintiese? O quizás fuese que le daban miedo los barcos y lo había disimulado bien hasta entonces.

Pese a ser una pregunta obvia, se vio obligada a atender al guerrero.

- Te encuentras bién? Tranquilizate y bebe un poco del agua del odre de Onfale si queda. Debemos estar preparados por si entran por la puerta.

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20/02/2015, 09:39
Alice

La maga roja miro con sobresalto al demonio aliado. ¿Se acerca? ¿Quién se acerca? ¿Tu amo?. Las imágenes de la enorme mole que la había resucitado para luego intentar devorarla asaltaron la mente de la maga. Dime que no es tu amo, dime que no es esa masa de carne la que viene a por nosotros.  La maga empezó a ponerse nerviosa.

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20/02/2015, 20:07
Onfale

¿Por fin se movían! Lo habían conseguido. Pero como siempre, cuando la esperanza surgían cual pequeño haz de luz colándose por una rendija, había algo que lo estropeaba. Y es que Onfale fingía no interesarse pro los mandos de la nave cuando observó la extraña reacción de Tybalt. Se acercó a él pro la espalda, tan silencioso como un gato. El mestizo era enorme y el perfumista apenas tuvo que agacharse un poco. Había humedecido un paño con agua y lo presionaba contra la frente de Tybalt, sujetándole el pelo para que no se le pringara del apestoso vómito.

- Tranquilo. Háblanos de tu Amo.- Si alguien comprendía bien lo que era ser esclavo y el poder que ejercían éstos en sus pobres esclavos, ese era Onfale.- A mí puedes hablarme. Yo he pasado por lo mismo.- No exactamente. Por una parte su Creador no había sido un todopoderoso demonio, sólo un simple humano, pero sí se había llevado de Onfale algo más que su libertad. Después se dirigió a la maga roja.- Habladme de él, quizá sepa algo sobre él que nos sea útil.- El mago necesitaba tener su mente ocupada para olvidarse de su estrepitoso fracaso con la puerta.

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20/02/2015, 23:25
Tybalt Marr

Tybalt agradeció con un gesto la atención de Onfale y las palabras de Leiath. En cuanto se sintió capaz se levantó con cierta dificultad mientras todavía lidiaba con la náuseas. Visiblemente más tranquilo, se tomó un tiempo para comprender la sensación que se había apoderado de él. Sus años como siervo del Horror le habían aportado cierta frialdad en su comportamiento y el aplomo necesario para lidiar con sus quehaceres. Por lo que tenía sus dudas sobre aquel escalofrío. ¿De verdad, en lo más profundo de su ser, tenía tanto miedo de alcanzar lo que más ansiaba; o aquella sensación se debía a algo más? Sencillamente, no podía saberlo.

El malestar todavía persistía, pero Tybalt estaba ya visiblemente más calmado. -Sí, Alice, viene a por nosotros... a por mi.- Dijo tras escuchar a la maga. -No sé de donde viene este sentimiento, pero temo que no se detenga mientras sigamos en este plano.- Se atrevió a conjeturar. Pero realmente no era de extrañar que decidiese dar una lección a un esclavo desobediente que se atreve a desafiar su voluntad. En aquel mismo momento lamentó no haber podido escapar con la Githzerai. Incluso una pequeñísima parte de si mismo se lamentaba por haber insistido en su deseo de liberta, pero su yo consciente enseguida acalló ese rumor. Ya no había vuelta atrás y no ganaba nada renunciando a su libertad ahora. De modo que, si el Horror les daba alcance, estarían preparados. O todo lo preparado que se pueda estar contra semejante rival. -El Horror Diletante... es un demonio de un poder extraordinario. Durante toda mi vida he sido testigo de sus experimentos y juegos. Lo he visto torturar y devorar tanto por diversión como por convicción.- Les dijo a modo de introducción después de la petición de Onfale. -Ninguna barrera física puede contenerlo y no hay armadura que pueda protegerte de sus ataques. Incluso vi cómo encerraba a un pobre desgraciado en un pilar tras hacerlo incorpóreo.- Continuó relatando. -Durante todos mis años de servidumbre he tratado de encontrar una debilidad. Alguna manera de hacerle daño... de acabar con él. Pero no he sido capaz de saber cual.- Con esta descripción no les planteaba un panorama demasiado alentador si realmente llegaban a toparse con él. Pero era todo lo que podía decirles y de nada le iba a servir ocultar la verdad. 

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22/02/2015, 16:18
Mane

Bueno... pues a no ser que ese "horró de la lente" tuyo pueda volar, lo va tener difícil pa cogernos. ¡Morena!-dijo a Aire-Conduce tú. Ven que t'enseño.

Mane se puso detrás, arrimando cebolleta, con su nauseabunda cara puesta sobre el hombro de Aire. Con sus manos delgadas y tétricas fue deslizando las de la muchacha por la superficie de piedra. El tacto era suave y frío, en el caso del canto rodado, y rasposa y fría en las zonas en la que la piel de Aire entraba en contacto con el Mane.

En un movimiento brusco, Aire enfocó una de las piedras de la esquina hacia abajo, hacia el gran océano. De él surgió una criatura enorme, sin revolver el agua, como si en lugar de nadar estuviese flotando etéreo. Parecía un pez sin aletas, una especie de congrio gigante o un siluro con el cuerpo ahusado. Los ojos, como los de un caracol, coronaban un par de antenas. Agitaba sus bigotes en dirección al barco.

¡NYAAAAAARGH!

Iba recortando distancias, y haciéndose más grande. Por supuesto, no tanto como el Barco del Caos.

¡Mielda de turullo! ¡Que nos cogeeee!

Aire y Mane deslizan sus manos intentando zigzaguear en el ascenso para perder al Horror Diletante del calado del buque. Onfale se acerca a la piedra de la esquina, para ver al monstruo mejor. Interesante. No se trata de un demonio, como dijo Tybalt, sino de una aberración incorporal. Un Acechador Espectral. Pues sí que es grave la cosa. Solo le afectan las armas mágicas, pero tiene una resistencia innata a los conjuros. El frío, el sonido y la electricidad no le hacen absolutamente nada. Y la respuesta es sí, si les alcanza, están muertos.

- Tiradas (3)

Motivo: Persecución: tirada de destreza del horror diletante

Tirada: 1d20

Resultado: 6(+8)=14

Motivo: Persecución: tirada de oficio del Mane para darle +2 a Aire

Tirada: 1d20

Dificultad: 10+

Resultado: 10 (Exito)

Motivo: Saber de Onfale

Tirada: 1d20

Resultado: 14(+10)=24

Notas de juego

Aire: tirada de oficio piloto CD14, 1d20 +0 por tu sabiduría y +2 por ayuda del Mane.

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22/02/2015, 20:41
Aire

Aire estaba muy entretenida, pero lanzaba manotazos a Mane cuando sentía que se pasaba de listo. Pero la joven toqueteaba todas las piedras que el no muerto le decía, y las que no también. Estaba tan emocionada que casi no vio a la criatura que aparecía en el mar hasta que gritó con furia.

¡¡¿Pero qué es eso?!! ¡Aaaaah! gritó, levantando las manos de las piedras, pero rapidamente recordó que estaba pilotando la nave. Aristóteles le recordaba qué piedras tenía que tocar, pero para los que no podían escuchar al osito de peluche, parecía que Aire tocaba lo que más cerca tenía, presa de la locura y del pánico.

- Tiradas (1)

Motivo: Pilotar

Tirada: 1d20

Dificultad: 14+

Resultado: 20(+2)=22 (Exito)

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23/02/2015, 00:59
Tybalt Marr

Tybalt ya se iba recuperando poco a poco del malestar aunque su rostro se mostraba serio y un poco pálido, o todo lo pálido que podía ser la piel de un tiflin. El Mane parecía bastante confiado ante la imposibilidad de que el Horror le diese alcance y el espadachín no iba a tardar en sacarlo de su error. -La verdad es que...- No pudo terminar la frase. 

Allí estaba. Después de que Aire se pusiese a los mandos en calidad de aprendiz, una de las esferas mostró la terrible imagen de su amo surgiendo del agua. Tybalt se quedó perplejo y casi pierde el equilibrio en cuanto comenzaron las maniobras de evasión del no muerto y la esquizofrénica mujer. Un terror como nunca antes había sentido se abría paso a empujones desde su interior ante la terrible visión del Horror diletante yendo a por él. "¡Tienes que luchar por lo que es tuyo!" Una voz en su interior trataba de combatir contra el miedo que le atenazaba. Enseguida un nuevo brillo asomó en su mirada, un brillo de determinación. Si el Horror les daba alcance, su destino estaba sellado. Pero no entregaría su vida sin luchar.

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23/02/2015, 05:18
Flame

Cuando Flame vio aquella criatura se le erizaron todos los pelos que tenía, que no eran pocos. Sin poder evitarlo miró a Alice y después señaló con la cabeza al tiflin. Ambas mujeres sabían a por lo que venía aquel ser, y ese era el demonio inadaptado que llevaban consigo en el barco. Flame descendió por la pared lo más rápido que pudo y se pegó al tiflin lo máximo posible. Aún no hizo nada, pero si aquel espectro lo que quería era a su esclavo, a él sería al que tendría.

Tiflin, ¿qué es lo que quiere tu amo? Si es a ti, ya sabes lo que tienes que hacer. Dijo esperando que no fuera ella quien tuviera que acabar con su vida. Al fin y al cabo él era otro demonio más, y si en su día no habría dudado en matar a Babras, tampoco dudaría en matar a ése que encima ni siquiera era de un plano terrenal.

Notas de juego

Estoy con Ayash en la mano, y junto al tiflin. Pero no trato de hacer nada todavía, así que no debería verse como una acción hostil. Al menos no de momento.

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23/02/2015, 06:25
Leiath

Pobre Tylbalt. Ella no podía entenderle al cien por cien, ya que su vida, quitando estos últimos meses aunque pareciesen años, había sido apacible en su pueblo rodeada de sus seres queridos. Le dejó en manos de Onfale el cual parecía entenderle mejor.

Todavía observaba el rostro del tiflin cuando le vió cambiar de color. Siguió la dirección de su mirada y ahí estaba; una criatura espeluznante les estaba tratando de dar alcance. Tan valioso era el guerrero para semejante enjendro como para enfrentarse a un barco del caos?

Flame se puso al lado de Tybalt con no muy buenas intenciones. Leiath la taladró con la mirada. Era la primera vez que ofrecia una mirada tan dura a alguien del grupo. Ni siquiera a Fosco, que tantas veces la había sacado de quicio. La mirada le dejaba bien claro a Flame que si hacía algo malo al mestizo, Leiath no se lo perdonaría.

Pero de nuevo la diosa Hala pareció interceder en favor del grupo deshauciados y quizás no tuvieran que llegar a un enfrentamiento de tal magnitud. Guió las hábiles manos de la alocada Aire através de los mandos de la nave como si de un simple juego se tratara.

Ánimo Aire, lo estás haciendo fenomenal. Hala está muy orgullosa de tí, tú puedes!- dijo aún sin quitar ojo de la amenaza que sufría Tybalt.

En ese momento, y pese a estar concentrada en cualquier movimiento que pudiera hacer Flame, le vino una idea a la cabeza. Ese tipo de ideas que ya les había metido en algún lio anteriormente, pero que aún asi valia la pena intentar.

- Onfale. Las balizas o lo que fuera eso que encontramos... se podrían usar contra la bestia que nos sigue en el caso que recortara distancias?

- Tiradas (1)

Motivo: Averiguar intenciones

Tirada: 1d20

Resultado: 18(+4)=22

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23/02/2015, 15:47
Alice
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Saber (Planos)

Tirada: 1d20

Resultado: 2(+5)=7

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23/02/2015, 16:19
Onfale

Si no lograba imaginarse cómo sería ser esclavo de un demonio, la imagen captada por la piedra de la esquina le daba una idea. Un escalofrío recorrió el debilucho cuerpo del perfumista, recordando los momentos en los que una oruga casi lo devora en vida en la tienda de los abrianes.Tras contar a todos lo que sabía de los acechadores espectrales, sin darse cuenta se sorprendió dando gracias a Hala por haber tenido a un Amo como el suyo.

¡No!¡No!¡No!

Se resistía a conformarse, a reconocer que su vida, comparada con la de otros, como podía ser Tybalt, podía haberse considerado buena. Al menos no había muerto pero su hombría cercenada...el dolor, las humillaciones. El mestizo había cometido un error de principiante relajándose antes las melosas palabras del perfumista, algo que un esclavo en busca de libertad nunca podía hacer. Se separó del tiflin en cuanto Flame apareció amenazante con su espadón pues no deseaba ser ensartado en sus filos por una estocada mal dada. Él no era un mojigato como la Bruja de Hala aunque tampoco estaba de acuerdo con la actitud de Flame, al menos no en ese momento. Gracias a Aire, sorprendentemente, aún podían lograrlo.

- No creas que si se lo entregas nos dejará en paz.- Conocía demasiado bien a los comerciantes y tratantes de esclavos como para no darse cuenta. Ya fuera en el plano material o en éste, si esa cosa lograba hacerse con Tybalt acabaría sometiéndolos a todos. Se centró en cómo ayudar para lograr escapar de aquel ser, afortunadamente Leiath le dio pie a ello.

- No creo que podamos montar las balistas nosotros solos sin ayuda...- Miró a Flame y Tybalt pues ellos eran los más fuertes para acarrear los materiales.-...quizá Becky y yo pudiéramos ir indicándoos. Aún así necesitaríamos convertir la balista en un arma mágica. - Ahora eran Alice y Leiath las destinatarias de sus palabras. Había visto a la Maga Roja hacer ese burdo truco, que por otro lado ahora les sería tan útil, y puede que Leiath, a través de de Diosa, pudiese hacerlo también. El mago negaba con la cabeza. - Lo veo difícil y ya está aquí....- Entonces se le ocurrió algo. La intención de Flame de tirar a Tybalt por la borda era lo que le había dado la idea.- Si pudiésemos soltar lastre... quizá podamos deshacernos de la mayor parte de la carga de la bodega y así coger mayor velocidad.- Con un poco de suerte las enormes cajas obstaculizaran además el camino del Horror o explotaran con fuego de alquimista como les había sucedido a ellos.

- ¡Mane! ¿Desde aquí puedes abrir las compuertas de la bodega?- Se puso en guardia dispuesto a bajar de nuevo a las bodegas a empujar las cajas.

 

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24/02/2015, 10:17
Mane

El difunto Zeo, en sus escritos, tenía razón: Aire tiene un poder natural. Un don. Sin haber pilotado nunca antes un Barco del Caos, lo manejaba con maestría a base de puro instinto. Cuando Onfale propuso aligerar carga, Aire supo cómo hacerlo. Alzó la proa del barco, cuando estos vehículos están diseñados para permanecer siempre en vertical.

Las cajas de toda una bodega resbalaron hacia popa, cayendo por el compartimento abierto del que colgaba aún la pasarela sin recoger. También resbalaron el resto, contra la pared de madera. Solo Aire permaneció en su posición, agarrada a la misma roca que hacía de mandos. Flame cayó de espaldas sobre los pectorales del gran Tybalt, en una posición imposible para poder clavarle el espadón.

Un requiebro, y el barco esquivó de nuevo al Acechador Espectral. Habían ganado algo de velocidad. Ya casi habían alcanzado el portal en el techo de roca. Aire deslizó una de las "pantallas" del camarote para enfocar su destino. No era lo suficientemente ancho para pasar con el barco. Tenía que elevar más la proa, atravesar el agujero más en vertical.

Un tentáculo traslúcido atravesó la pared por encima de la cabeza de Leiath, y luego volvió a desaparecer. El Horror Diletante les había alcanzado. Aire tuvo que elegir: o cruzaba con todo el barco, o evitaba que todos sus compañeros apelotonados contra popa fuesen atravesados por el ser intangible.

Con brusquedad, la proa del barco descendió. Por unos segundos alcanzaron la horizontalidad y la marabunta de brazos y piernas cayó hacia delante, esparciendo a los aventureros por el suelo de madera. La cabeza del Horror Diletante asomó desde el suelo. Sus mandíbulas se convertían en una valla de tres pies de alto, con afilados dientes apuntando al centro del camarote y amenazando con cerrarse. Los bigotes de la aberración bailaban sobre las cabezas de los intrépidos viajeros de los planos.

El Horror Diletante tuvo que elegir. Estaba demasiado cerca de un agujero que tenía miedo de cruzar. Y paró en seco sin dar su mordisco fatal. En torno al agujero, la proa del barco se estrellaba contra unos riscos afilados. Medio barco se hizo pedazos. La popa siguió por inercia y atravesó el portal. Habiendo perdido a su sirviente, el Horror Diletante flota de nuevo en dirección a Li'Huriek. No está tan loco como para seguirles hasta la capa del Thánatos.

En un gran estruendo, medio barco llega hasta el otro lado del portal. Se eleva unos cien pies antes de volver a caer con una vuelta de campana. Después, el aterrizaje. El golpe. La inconsciencia...

Despiertan un par de horas después. Lo han logrado. Uno de los motores está silencioso. Otro ronronea a trompicones. La sala está girada casi noventa grados. Todas las piedras luminiscentes están apagadas, salvo una que enfoca el paisaje del exterior: un yermo frío. Hielo y nieve, asentándose sobre el suelo ondulante de colinas redondeadas, algunas de las cuales separadas por suaves valles o por glaciares llanos.

Ugh... Menúo golpazo. ¡Eh! ¡Lo conseguimos! ¡Hemos llegao al Thánatos de Orcus! !Estamos en las Colinas Finales!-exclama, sacándose una pierna de encima para ponerse de pie sobre lo que antes era pared, y ahora, por la inclinación, es suelo.

Notas de juego

Entre la tirada de Aire y la idea de Onfale os habéis librado de una buena. El Acechador Espectral reparte hostias como panes.

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24/02/2015, 12:06
Onfale

La visión de la mandíbula y tentáculos incorpóreos del Horror Diletante atemorizaba a cualquiera. Tanto que rodar de un lado a otro, golpeándose con esquinas y objetos esparcidos por todas partes, incluidos compañeros, le parecía un mal menor. De todas formas Onfale se contorsionaba como una serpiente evitando la mayoría de los golpes hasta que el tremendo choque hizo que perdiera el conocimiento.

Al despertar se llevó la mano a la cabeza e instintivamente miró alrededor comprobando el estado de todos.

- ¿Estáis bien?- La áspera voz de Mane le decía que lo habían conseguido. Se permitió el lujo de sonreír por una vez, a pesar de los dolores de su apaleado cuerpo. Tendió la mano hacia Tybalt con una mirada de comprensión hacia el liberado esclavo.- Parece que lo has conseguido.- Ese momento, en el que un esclavo es por fin libre, es algo que no puede explicarse con palabras. Cuando Onfale se vio liberado de su tiránico Amo, gracias a un oportuno naufragio, pasó días sin saber muy bien qué hacer, vagando sin rumbo, acostumbrado como había estado a no tener voluntad propia. Sólo le había guiado su fuerte instinto de supervivencia. Ahora lo veía todo desde una lejana perspectiva pero comprendía perfectamente al tiflin, pues compartían un pasado similar. 

Sin embargo, no había mucho tiempo para sentimentalismos del plano material, no hasta que no regresaran a él. Lo que les esperaba era una misión suicida, tan plagada de peligros, o más, que lo que habían dejado atrás. En cuanto vio a Aire no dejó la ocasión para felicitarla pro su extraordinaria conducción.

- Lo has hecho increíble. No me digas, Aristóteles te enseñó a pilotar así.- Después se acercó a Leiath, a Flame y a la Maga Roja Alice, las chicas de su "harén personal".-  Recuperemos el aire y pensemos qué hacer. Voy a ver qué puede sacarse de utilidad de este destrozo.- Y así se puso a buscar entre los escombros cualquier cosa que se hubiera salvado y pudiera servirles de algo.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Buscar

Tirada: 1d20

Resultado: 3(+12)=15

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24/02/2015, 14:51
Alice

La maga pelirroja se quitó los cascotes de encima y se puso en pie sacudiéndose el polvo. Yo estoy bien, esto me recuerda mucho a las borracheras de la taberna. Donde todo da vueltas y vueltas… Sabéis es una gran historia para contar a los nietos.  ¿Alice con hijos y nietos? Seguramente la maga se habría golpeado la cabeza. Gracias Aire, eres una experta capitana.

Bien, ahora solo tenemos que buscar la ciudad donde está la iglesia, tirar una piedra a una de las vidrieras y salir corriendo. ¡La parte fácil! Claramente la maga estaba siendo irónica. Mane ¿por dónde queda la ciudad y a que distancia?

Pero antes de nada, la maga también se dedicó a buscar entre los escombros del navío en busca de algo útil que pudiera utilizar, cosas simples como mantas, cuerdas, un odre…. Desde que le habían “cortado la cabeza” el equipo de la maga solo consistía en una túnica blanca que llano era blanca y la cual empezaba a caerse a torsos.

Notas de juego

Busco objetos comunes que pueda utilizar de “equipo básico”, si hay algo roto que sirva lo cojo y lo arreglo con el conjuro “remendar”.

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24/02/2015, 14:54
Alice
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Buscar

Tirada: 1d20

Resultado: 17(+4)=21

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25/02/2015, 02:13
Tybalt Marr

La última visión que tuvo antes de que todo comenzase a temblar, casi le hacer arrepentirse de haber huido con el deseo egoísta de obtener la libertad. Las fauces de su amo se abrían frente a él dispuestas a devorarlo por su atrevimiento y el insulto implícito en sus acciones. Pero toda la nave comenzó a estremecerse y entonces todo se volvió negro.

Tybalt se despertó con un pequeño sobresalto y un ligero dolor de cabeza. Hizo un pequeño esfuerzo por enfocar la vista y encontrarse con lo que ahora mismo serían los restos del Barco del Caos que robaron. No fue hasta que intentó incorporarse que vio que Flame estaba encima suya, todavía inconsciente, seguramente a causa del violento cambio de plano. -Eh, ¿te encuentras bien?- Trató de asegurarse empujándola con cuidado para hacer que la mujer volviese en sí. No se había olvidado de las duras palabras que le había dedicado en cuanto comenzó la persecución, pero para el tiflin resultaba comprensible. Sin quererlo, había puesto a todo el grupo en un peligro que seguramente habría desembocado en su muerte. 

Con cuidado, se levantó en medio de aquel desastre y comenzó a frotarse las sienes para tratar de eliminar la pequeña jaqueca causa por el turbulento tramo que supuso la recta final. Entonces Onfale le habló a la vez que tendía la mano. -Eso parece.- Hasta ese mismo instante no se había percatado del gigantesco cambio que había sufrido su vida. "Lo he conseguido... por fin soy libre." Este pensamiento resonó en su cabeza captando completamente su atención mientras trataba de asimilar esta nueva realidad. Ni siquiera se fijó en el frío paisaje que les rodeaba porque en este preciso instante no le importaba. Dónde estuviese era un detalle insignificante comparado con el hecho de que por fin era su propio amo. Ya no era una herramienta ni una propiedad. Cerró los ojos y respiró profundamente disfrutando aquel aire helado. Abrió de nuevo los ojos a la vez que una sincera y tranquila sonrisa afloraba en su rostro. -Gracias.- Dijo. -Os doy las gracias a todos. Especialmente a ti, Aire, por habernos conducido hasta este plano.- Su voz sonaba profunda y serena. Realmente les debía mucho a aquel variopinto grupo de humanos.