Partida Rol por web

Entre sombra y sombra

El principio del principio

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22/06/2017, 03:17
Mujer

Durante el tiempo que Cosette tardó en responder la mujer simplemente aguardó, sin reaccionar a su pestañeo o a su extrañeza. Era como si esas cosas fueran ajenas para ella. Sin embargo su rostro sí cambió un poco en cuando la chica empezó a hablar, y al escuchar sobre su puntualidad una de las cejas de la mujer se alzó hasta lugares impensables. La piel se arrugó y estiró con ella, realizando con sus líneas oscuras un dibujo casi hipnótico.

[color=#572364]—¿La policía? —[/color]preguntó extrañada, en el tono de quien oye algo fuera de lugar. Su ceño se frunció un poco, cambiando de nuevo el dibujo de su rostro.e

[color=#572364]—La policía, niña, la policía —[/color]enunció negando con la cabeza, como si hablase más para sí misma que para Cosette. Después tomó aire, como si estuviera dispuesta a responder a cada cosas que la chica había dicho.

[color=#572364]—Nueva Nueva York está a un pestañeo —[/color]dijo antes de estirar un dedo en dirección al camino que se perdía hacia el frente[color=#572364]—. Así que podrías llegar caminando unos días en esa dirección, niña.[/color]

[color=#572364]—Nueva Vieja York está más cerca. —[/color]Volvió a señalar hacia el mismo sitio que antes[color=#572364]—. Así que tendrás que caminar unas semanas en esa dirección, niña —[/color]

Acto seguido su brazo descendió y sus ojos se centraron de nuevo en Cosette. Había algo en ellos extraño, que hacía que apeteciese quedarse mirándolos fijamente.

[color=#572364]—No voy a una fiesta, porque ya no hay fiestas aquí. Pero mi disfraz es el que es, con y sin disfraz. Como el tuyo, niña. Como el de todos.[/color]

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29/06/2017, 03:38
Cosette Mercier

La mirada de Cosette siguió el dedo con el que la mujer señalaba y se mordió la punta de la lengua con los dientes para no responder nada a las chaladuras de las que acompañaba ese gesto. En resumen la chica concluyó que tardaría entre algunos días y algunas semanas en volver a Nueva York caminando, pero tenía la esperanza de encontrar algún pueblo por el camino o al menos una estación de servicio, desde donde poder usar un teléfono o conseguir comida. 

Lo que tenía cada vez más claro era que el viaje iba a ser más largo de lo que esperaba y, siendo de noche, no parecía muy sensato lanzarse al camino a lo loco. 

Así que suspiró entre dientes y volvió a mirar a la mujer. Sus ojos eran raros, tenían... «algo». Seguramente, viendo su atuendo, serían lentillas de fantasía o alguna mierda de esas. Con cuidado se llevó la mano a los cabellos para colocarlos y asegurarse inconscientemente de que las orejas quedaban bien tapadas entre el pelo. Era un gesto que solía repetir varias veces al día, como un método de defensa interiorizado que solía salir a relucir cuando la chica estaba pensativa o preocupada. Y en ese momento estaba ambas cosas. Brad se había pasado tres pueblos dejándola tirada en un lugar como ese, joder. Ni siquiera tenía encima material para evadirse un poco y parecía que iba a tener que aguantar varios días sin una dosis. La puta idea hizo que su humor empeorase un poco más. 

—Ya —fue todo lo que respondió a la trans antes de encogerse de hombros con cierta frustración—. Bueno, gracias por las indicaciones«de mierda», le habría gustado añadir—. Creo que me voy a largar a buscar algún sitio donde pasar la noche porque dudo mucho que haya un motel en este sitio abandonado. —Hizo un gesto de despedida con la cabeza hacia la mujer y giró sobre sus talones, repasando de nuevo con la mirada los edificios del pueblo—. Nos vemos —dijo por encima de su hombro, echando ya a caminar mientras pensaba en que sería agradable volver a mirar las lentillas de la drag-queen por última vez. 

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03/07/2017, 01:29
Mujer

En el momento en que Cosette se llevó las manos al pelo para asegurarse de que sus orejas estaban bien tapadas la mujer no llegó a desviar sus ojos de los de la chica. Su pupila vertical se confundía con las vetas de su piel, haciendo confuso para quien no mirase atentamente dónde acababa el ojo y dónde empezaba la carne.

Una vez la respuesta de la stripper llegó la mujer sólo aguardó, prácticamente inmóvil. No parecía entender del todo los razonamientos de la chica, pero tampoco considerarla idiota. La miraba casi como podría mirar a un animal a través del cristal, con una mezcla de curiosidad y distancia.

[color=#572364]—Nos vemos —[/color]repitió una vez que Cosette se despidió, aunque parecía más la enunciación de algo evidente que una despedida. No así sus siguientes palabras.

[color=#572364]—Cuida tus pasos, niña y encuentra tu sombra —[/color]dijo a su espalda[color=#572364]—. Perderla es más que un descuido, niña. Perderla es un peligro.[/color]

Y una vez la mujer terminó de hablar un brisa helada llegó directamente a Cosette. Venía del frente y aunque no era muy fuerte su temperatura sí la hacía desagradable. En caso de que la chica se voltease después de eso se daría cuenta de que la mujer había desaparecido, dejando detrás de ella sólo la creciente oscuridad de la noche por venir.

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03/07/2017, 23:24
Narrador

En los escasos minutos que habían pasado desde que Cosette había recorrido aquel camino en dirección contraria la luz había cambiado casi con brusquedad. Las sombras no sólo eran más largas, sino también mas densas, y se mezclaban hasta crear una oscuridad uniforme y presente en cada superficie. El cielo seguía cubierto de una gruesa capa de nubes grises y entre ellas sólo podía intuirse la luminosidad difusa de la luna.

La temperatura había bajado. Aquella leve brisa había sido sólo el principio. Ahora que desandaba el camino Cosette podía sentir con claridad el frío sobre su piel. A su alrededor no se oía más sonido que el de su respiración, pero aún así era inevitable la sensación de estar siendo observada.

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06/07/2017, 14:47
Cosette Mercier

La chica puso los ojos en blanco al escuchar cómo la trans a su espalda insistía una vez más con lo de la sombra. «Que sí», pensó, «que encuentre mi sombra si no quiero quedarme chiquitaja para siempre». Si la situación no fuese tan desesperada, tal vez habría encontrado el humor en esa idea, pero tal y como estaba el asunto, se limitó a suspirar y apretar el paso. Cosette no tenía miedo a la oscuridad, pero había aprendido hacía mucho que estar cubierto por las sombras era la excusa perfecta para hacer daño o recibirlo. 

Tras un repaso rápido del camino que había recorrido a la ida terminó por decidirse a volver a la casa que había visitado en primer lugar, la de la chalada que había dejado una carta. Al menos allí había una habitación que no tenía polvo y mierdas. Desde luego no había visto ningún sitio con mejor aspecto para resguardarse en el resto del pueblo.

«Ojalá tuviera una dosis, joder», se dijo mientras se rascaba el brazo, anhelando la dulce evasión de la heroína en su sangre, «una puta dosis para pasar esta noche».

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20/07/2017, 00:25
Narrador

El tiempo que a Cosette le llevó desandar el camino andado se hizo más largo que a la ida. La noche había traído una oscuridad muy diferente a la de la gran ciudad. Mientras que allí siempre había alguna luz encendida que arrojase algo de claridad a la noche aquí todo era cada vez más y más negro.

No le costó dar con el lugar. El coche destartalado a sólo unos pasos de la casa la diferenciaba de todas las demás. Para entonces la temperatura había bajado algunos grados, pero el frío que Cosette llegaba a sentir no venía de fuera, sino de dentro. Era como si necesitase antes que nada tomar algo caliente para devolver su temperatura a estómago, huesos y sangre.

Ya dentro de la casa todo parecía tal y como lo había dejado. Todo salvo una cosa: la habitación impoluta del piso superior. Seguía limpia, tanto como antes de que Cosette llegase al lugar. Ese era el punto: todo allí estaba exactamente como antes de que ella pusiera un pie en el sitio. Alguien se había molestado en recoger la ropa, colocar el calzado y dejarlo todo exactamente como antes.

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20/07/2017, 00:36
Desconocida

En ese momento la chica sintió un escalofrío y un sonido a su espalda. Al girarse pudo ver una imagen familiar, una que le sonaba lejanamente pero era difícil de ubicar. Ahí estaba la mujer con ese cuerpo que mostraba todos sus tendones. En su cabeza seguía esa máscara de conejo y sus movimientos eran antinaturales, como si no hubiera aprendido a moverse al tiempo correcto.

La chica ladeó la cabeza, mirando a Cosette con lo que parecía curiosidad.

Ehdijo con una voz metálica. Parecía una protesta—. Eh, eh, eh. Eh.

Aguardó unos segundos más antes de decir nada. Al volver a hablar negó con la cabeza.

—Tú aquí no. Tú aquí no. Tú. —Ladeó la cabeza—. ¿Por qué aquí?

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28/07/2017, 12:46
Cosette Mercier

El cuerpecillo delgado de Cosette se estremeció cuando por fin puso un pie dentro de la casa, pero el frío que sentía parecía nacer de sus propios huesos, sin que el abrigo sirviese para atenuarlo. Necesitaba una ducha caliente. O tomar una sopa y meterse en la cama. Pero ahí estaba, en una mierda de pueblo abandonado donde la habían dejado tirada. «Puto Brad, joder», pensó por enésima vez mientras subía los escalones en busca de la habitación que parecía en mejor estado. 

Al abrir la puerta se quedó parada en el marco, con el ceño frunciéndose poco a poco y expresión de no entender una puta mierda. Sus ojos recorrieron el cuarto, fijándose en el armario en su lugar, la ropa que ya no estaba en el suelo... todo estaba en orden y ella no había sido, eso seguro. 

—¡¿Hola?! —exclamó entonces—. ¡¿Hay alguien aquí?!

Esperó un par de segundos antes de entrar en la habitación. Quien hubiese colocado las cosas tendría que aparecer en algún momento, ¿no? Probablemente tendría que dar explicaciones, quizás incluso devolver lo que había encontrado detrás del armario... Pero al menos podría hablar con alguien que quizá no estuviese tan chalado como la trans de fuera. Quizá alguien que pudiera enseñarle un mapa de carreteras o dejarle un teléfono.

Lo que no se esperaba ni de coña era ver a esa... cosa. Porque le resultaba difícil pensar en eso como una mujer, con esa piel repugnante. ¿Estaba alucinando? Tenía que estar alucinando. Pero no se sentía colocada y la mierda de Bill era de buena calidad, daba un cuelgue tranquilo, sin alucinaciones chungas como esa. 

Dio un pequeño paso atrás, con los ojos clavados en el ser. Le sonaba de algo, pero lo recordaba como en una nebulosa, como parte del viaje cuando aún estaba en su casa. 

—¿Quién... q-qué eres? —preguntó, apretando las manos en puños por si tenía que defenderse—. ¿T-tú me has traído aquí? —añadió, sin saber muy bien por qué decía eso. Había sido Brad quien la había llevado allí, no una jodida alucinación. ¿O acaso todo era producto de su imaginación? Se rascó el brazo de nuevo. Necesitaba una dosis, joder. O iba a perder la puta cabeza del todo.

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15/10/2017, 04:16
Desconocida

Los pasos hacia atrás que dio la bailarina no sirvieron para poner distancia con su acompañante, pues esta se movió exactamente la misma distancia al tiempo. Si escuchó las preguntas de Cosette no lo demostró. No, al menos, al principio, pues se limitó a negar con la cabeza de nuevo.

—Tú aquí no —repitió—. Tú aquí no. Tú. Aquí. No.

Entonces dio otro paso al frente, y aunque la chica no llegó a ver el movimiento de su brazo de repente estaba señalando el interior de la habitación. Fue como si por un instante la mujer se hubiera vuelto borrosa, y al momento posterior estuviera en una postura diferente.

—Tú desordenaste y no recogiste. Tú fuiste, pero tú aquí no.

Dio otro paso más adelante y se inclinó hacia ella, inquisitiva. Su voz se volvió entonces aún más metálica al volver a preguntar.

—¿Por qué aquí?

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18/10/2017, 12:43
Cosette Mercier

Cosette pestañeó rápido mientras seguía retrocediendo. Aquel ser era terrorífico, salido de la peor de las pesadillas, y la chica sentía su corazón latiendo con fuerza en su garganta. 

—L-lo s-siento —dijo entonces, dando otro paso sin mirar—. I-iba a recoger ahora. 

Mentira. No había contado con recoger nada, claro. ¿Para qué iba a recoger una habitación en un pueblo abandonado? Pero de repente no estaba tan abandonado como había parecido y, con esa cosa allí, cualquier otra de las ruinas parecía una opción mejor para resguardarse durante la noche. 

—Ya me voy, p-perdón. No molesto más. 

Con esas palabras se dio la vuelta y echó a correr escaleras abajo, intentando llegar lo más rápido posible a la puerta que daba a la calle. Correría y correría hasta poder esconderse en cualquier otro de los edificios. 

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22/10/2017, 02:50
Desconocida

Volvió a suceder lo mismo una vez más. Un movimiento de aquella mujer —si es que lo era— que Cosette no llegó a ver del todo. Mientras la chica hablaba la otra debió dar un paso adelante, pues de repente estaba más cerca. Aquella figura grotesca negaba con la cabeza mientras ella afirmaba que iba a recoger, y negó más fuerte cuando dijo que se iría.

—No, no —sonó la voz metálica detrás de ella en cuanto Cosette se dio la vuelta—. Tú aquí no. Tú no, tú aquí no.

No importaba que Cosette corriera escaleras abajo: parecía que la oyera directamente en su cabeza.

Y apenas había empezado a descender cuando, de repente, la tuvo delante. Apareció de la nada. En un momento la chica tenía en frente sólo los escalones que le quedaban de camino a la puerta, hacia la salida, y un instante más tarde estaba allí esa figura a menos de un metro.

Detener su carrera a tiempo fue imposible, y también continuarla. Cosette trastabilló y empezó a descender los escalones rodando. Su cuerpo delgado chocaba contra la madera en cada giro, y por más que ella intentase agarrarse a algo no tenía tiempo suficiente para ello.

Lo último que sintió fue el golpe en la cabeza, aunque ese sólo llego a notarlo un instante antes de notar cómo su cuerpo se llenaba de frío y su mente caía en una espiral oscura hacia la inconsciencia.