Partida Rol por web

Al ver a la doctora libre en un asiento me acerco hasta ella.

- Señorita, ¿es la doctora Laila? - La miro sorprendido del aspecto juvenil que posee. - Perdone la duda, es que parecer tan joven... El caso es que... - Me siento a su lado y adquiero un tono más íntimo. - tengo el Libro de Jeniffer, y me dijeron que usted podría darle buen uso...

La muchacha mira hacia el hombre que se había sentado a su lado escuchando lo que este le comenta para responder concrétamente y añadir una serie de preguntas en lugar de dejarlo estar:

-Si soy Laila, no se quien le ha hablado de mi ni lo que le ha contado y aunque tengo conocimiento del libro por lo que jennifer me ha dicho, no se aún como actuar en este asunto. Por lo de pronto pretendo ayudar a la muchacha y averiguar en que consiste dicho "asunto"-

Laila estaba un poco más relajada pero ahora tenía una mirada menos risueña, más bien neutra.

-¿Que sabe usted de Jennifer?, se que ha estado en la iglesia antes de ser enviada al hospital y que ha hablado con usted, si quisiese hacerle daño ya lo habría hecho por lo que imagino que también pretende ayudar-

La mujer que estaba tras el escritorio recibe una llamada y tras finalizarla, comienza a escribir en dos pequeños papeles que servían para notas rápidas.

Dichos papeles son entregados tanto a Vincent como a Laila, el cual citaba lo siguiente.

Cita:

La mujer que estaba tras el escritorio recibe una llamada y tras finalizarla, comienza a escribir en dos pequeños papeles que servían para notas rápidas.

Dichos papeles son entregados tanto a Vincent como a Laila.

Vincent mira con dudas a Laila Derav... sera ella la tejedora que le habia comentado el jefe de la tribu?

Viendo que la presencia del padre Jonas va a hacer que tardemos mas en hablar con la princesa, asi que tratare de ver el motivo por el cual ha venido.

Se acerca a ambos Laila y padre Jonas

- Buenas Padre Jonas... me alegro de verle de nuevo. ¿Que le trae por aqui? ¿No deberia estar en la iglesia a estas horas?

jejejeej sonrio mientros cruzo una mirada con Laila.

Dándose cuenta de algo y escuchando a aquel hombre que había llegado al mismo tiempo que ella lo había hecho, ya que parecía quería quedarse a solas con ella decidió hablar con el cura de nuevo para apremiarle a su vez:

-Muy bien, iré a recoger eso después a la iglesia... creo que si aparece algo que me interesa por lo que puede ayudar a Jennifer. Gracias-

Dicho esto Laila se apartó mirando hacia el dueño de la cafetería con intención de que este se acercase para hablar con ella.

Sorprendido por cuánto habla la joven doctora respondo pausado.

- Exacto hija... Me gusta considerarme el padre de todos y todas, sólo pretendo cuidar de los míos. Ella se apareció en un instante, medio desmayada y pidiendo auxilio. No tengo la más remota idea de qué le habrá pasado. Tengo el libro aquí. - Doy unos golpecitos en el anorak que tengo en el brazo medio enroscado. - Si lo prefiere puedo dárselo ahora.

Miro fijamente al hombre que ha irrumpido, el dueño de la cafetería que suelo frecuentar, me temo, y su sonrisa no me gusta un pelo.

- Debería estar cerrando la misa, sí, pero ha habido un contratiempo. - Sonrío secamente, no estoy de buenhumor.

Viendo lo serio que se pone el párroco con el otro interlocutor y oído que tiene allí el libro con él le comento me acerco de nuevo para hablar:

-Es su decisión... señor Jonas, puedo tomarlo ahora o después en la iglesia al fin y al cabo pretendo ir a hablar con usted más tarde sobre la chica-

Laila se mostraba ahora un poco preocupada por la tensión que se mascaba en el ambiente, obviamente la preocupación era fruto del desconocimiento y falta de control sobre la situación, claramente no era lo mismo tratar con enfermos y personal sanitario que con gente ajena al hospital en un sitio completamente diferente.

La muchacha esperaba a que el cura decidiese si entregarle ahora lo que había venido a traerle o si haría la entrega en otro momento, pero para suavizar la situación decidió inmiscuirse emocionalmente para que cesase la crispación y terminase el incómodo evento:

-Siento causar este revuelo entre ustedes que parecen conocerse... si es que es culpa mía-

- No pretendía sonar tan hosco, es que ha sido un día tan duro... - Las preocupaciones del día y de todos los días estaban llegando a límites altos, me seco un leve sudor de la frente y resoplo cansado. - Toma, aquí tienes el libro, Laila, ¿no? - Fuerzo una sonrisa cansada y se lo tiendo. - No sé en absoluto qué contiene o qué pasa con Jennifer, salvo que teme a un tal Ishiro... Mi intención no es meterme en medio de nada ni husmear donde no me llaman, pero me siento involucrado ya...

Laila sonríe un poco visto que los ánimos se han calmado ligeramente mientras agarra el libro que le tiende el clérigo.

-Muy bien, muchas gracias señor Jonas, después como le he dicho me pasaré por la iglesia-

La muchacha miró hacia el dueño de la cafetería para ver la reacción de este y suponiendo que el cura abandonaría el edificio en unos momentos después de haber hecho lo que se suponía venía a hacer.

- Disculpe padre no era mi intencion molestarle solo saludaba... Pero tengo que decirles que he oido algo relacionado con un libro ... extraño. Creo que no es desconocimiento suyo, pero soy librero especialista en libros viejos y extraños y no podia no preguntarles por ello. Perdone pero a sido simple curiosidad de aficionado y no he podido evitarlos. Ya saben lo dificil que es que llegue por aqui buena lectura...

Trato de calmarlos y hacerles ver que no es mi intencion nada mas lejos que darles una opinion de librero...

Tras calmarme de mi momento de cansancio puedo poner mejor cara ahora a Vincent.

- Sí que le tenía a usted por un experto, pero las indicaciones de la pobre Jennifer fueron claras, aunque ahora ya está a juicio de la doctora. - La miro de nuevo y asiento. - Estaré toda la tarde en la iglesia, así que no habrá problemas.

Después de dichas palabras me levanto del asiento, estiro los pantalones y empiezo a ponerme la chaqueta.

- Ahora debería irme... Seguro que nos vemos por su café, Vincent. - Añado tendiéndole la mano. - Hasta la tarde, doctora. - Ahora se la tiendo a ella.
 

Laila ahora de nuevo con una sonrisa en la cara le da la mano al cura para decir:

-De nuevo muchas gracias, nos vemos en un rato señor-

La muchacha miró ahora al "librero" para hablar con el ahora:

-No se trata de un libro en sí, sino un montón de notas por lo que tengo entendido-

La muchacha se dirigió a las sillas de nuevo para comenzar a echar un ojo al "compendio" aquel que había llegado por fin a sus manos.

Despues de que el padre se haya ido, y la chica se ha parado a ojear el libro con notas, Vincent aprovecha y se acerca a la recepcionista y le digo en un tono bajo pero serio

- Tengo que hablar con Vondick ya!!  Le importa ahora descolgar el telefono y avisarla?? Es importante!! Gracias.

Finalmente abandono el lugar y me dispongo a volver a la casa de Dios.

La recepcionista contaba con un escritorio, el cual abarcaba gran parte de la pequeña oficina en la que se encontraban sentados, a su costado se observaba una puerta de doble acceso con el nombre de Alana Vondick, y frente a dicha puerta se encontraba un elevador con un letrero que dictaba: "Fuera de Servicio".

Dicho ascensor se abre tranquilamente, y la mujer lo señala para que ambos cainitas puedan subir en él.

El ascensor baja hasta una sala muchísimo más amplia, con libros en algunas paredes, una chimenea con fuego vivo y unos monitores los cuales señalaban varios lugares en el exterior, siendo uno el que estaba dirigido a la oficina de la recepcionista el que contaba con un sistema de lectura térmica, del cual resaltaba la figura sentada de la recepcionista con vivos colores de tonos rojizos y ambarinos.

-Pido disculpas por la tardanza queridos, pero el cura ante la entrada al Elíseo, es una manera muy imprudente de dar acceso a un mortal a nuestro mundo…pero en fin, ¿en qué puedo ayudarlos? -

Hago una graciosa reverencia y me acerco a Alana mirando a todos los presentes en la sala.

-Disculpa Alana por aparecer sin avisar, traigo un mensaje de parte de "Corazon de Invierno", creo que lo conoceis. No se si es adecuado hablarlo aqui delante.

Mira a Laila y le dice:

- No es nada personal. (Vuelve a mirar a Alana) Aunque segun me han transmitido puede ser importante y de cierta urgencia.

Laila viendo la reacción del dueño de la cafetería imita sus acciones haciendo una reverencia a su vez para escuchar lo que este dice y después hablar ella:

-Yo solo venía a dar cierta información y a pedir un permiso, pero si tengo que esperar a que termine este caballero no será problema hacerlo-

La muchacha enseguida miró donde la podrían mandar esperar su turno para hablar con la príncipe. Parecía nerviosa hasta el punto de sonrojarse ligeramente.