Partida Rol por web

Un nuevo dia comienza y es un nuevo dia de guerra, el dia anterior pudiste comprobar que tus oponentes no dudan en luchar y tamquien que hay master que comenten grandes imprudencias como llamar a un Dragon a una lucha por el Grial, pero ahora todo eso no importa solo puede haber un vencedor y para cumplir tus deseos no puedes hacer mas que ganar.

Cuando te levantas te das cuenta de que tu master no esta en la cama, ni segun parece en ningun sitio de la habitación, podrias pensar que a escapado pero no es demasiado realista, no parecia tan estupida como para intentar huir de ti y poner en peligro la vida de mas gente.

10 minutos despues la observas entrar por la puerta cargada con una bolsa con comida.

No deberías haber salido sin mí, ahora que eres un master corres peligro en todo momento. - comento. Me acerco a la mesa donde ha dejado la bolsa con la comida y le echo un vistazo.

No llevo la armadura puesta, tan solo una camiseta gris de manga corta, unos pantalones sedosos holgados y la máscara plateada de relieves.

Ya no se puede remediar, cuando termines de comer iremos a comprarte algo de ropa y nos enteraremos de dónde podemos encontrar al arbitro.

Me sorprende que no me diga nada mas que eso, esperaba que al volver de comprar comida me gritara o intentra hacerme daño, pero realmente solo parece preocupado por que no me pase nada, es raro pero siento que tengo que ayudarle, aunque no entiendo muy bien por que ni siquiera se de que va todo esto, pero si mi madre esta sana y salva gracias a esto y logro que cumpla su deseo tal vez sea suficiente.

- Yo solo tenia hambre, no pense que fuera peligroso ir a comprar al supermercado y pense- estaba un poco colorada- Que tal vez tuvieras hambre- no le dije nada mas, solo saque de la bolsa comida, un par de bollos zumos en brick una barra de pan y algo de embutido, nada demasiado ostentoso y todo de la marca mas barata que pude encontrar, no tenia demasiado dinero y no creia que el tuviera demasiado y tampoco queria arriesgarme a que hiciera algo en un supermercado.

- ¿Por que es tan importante encontrar a ese Juez?-

Vaya, gracias - respondo en un tono más agradable del que debería. No es muy frecuente que nadie se preocupe por mi. Cojo de la mesa un bollo y un brick y dejo que coja el otro.

Realmente no es obligatorio ir a verle. Tan sólo es recomendable puesto que tú no tienes ni idea de lo que significa luchar por el Grial, y tampoco conoces nada acerca de las habilidades que se te han concedido. - la miro detenidamente mientras se sienta y come un bollo - No necesito tu ayuda, pero mientras lucho tu vida podría peligrar... sería mucho mejor que supieras defenderte hasta que yo llegue.

Extraigo la pajita del brick y doy un largo sorbo. Me ahorro el comentario sobre el desagradable sabor del zumo.

Hay casi mil euros encima de la mesa, cógelos para tus gastos. También encontré unas tarjetas de crédito y unos carnet de identidad, mira si alguno de ellos te puede servir, por el momento sería mejor que no uses el tuyo.

- Puedes volver a explicarmelo todo, ayer no me encontraba muy bien y creo que no entendi en que consitia esto, se que es una lucha para conseguir el grial y que te conceda un deseo, pero ¿quienes luchan?- no tenia idea de nada sobre el mundo del que el hablaba, habia que ir a ver a un Juez para que me explicase las habilidades que tenia, siempre habia escuchado de Jueces trabajando por la justicia no de jueces que te explican nada de poderes, asique todo tendria que ser diferente a como yo lo creia.

Agarro un brick de zumo y comienzo a beber, no esta muy bueno pero es al que estoy acostumbrada, en casa jamas habiamos podido permitirnos nunca comprar algo mejor, cuando pienso en casa los ojos comienzan a llenarseme de lagrimas, recuerdo la muerte del que era mi padre y eso realmete no me afecta pero si la cara de terror de mi madre, el dolor en su rostro, me da panico pensar en que abra sido de ella.

- Vale usare el dinero para comprar comida- intento centras mi mente en otra cosa olvidar todo lo que estoy pensando.

Intentaré ser más claro: Se lleva librando una guerra por el control del Santo Grial desde tiempos inmemoriales, siete parejas luchan unas contra otras. Un mago y un siervo. Los siervos siempre han sido espíritus de héroes o villanos que han trascendido en el tiempo a lo largo de generaciones, mientras que los magos son humanos que los invocan para luchar a su lado.

Mientras que el siervo posee habilidades y poderes que le sirven a la batalla, es el mago quien únicamente puede coger el Grial. La pareja victoriosa tiene la posibilidad de solicitar un deseo y el Grial cual lámpara maravillosa concederá sin mácula.

Existen siete siervos esenciales: Archer el arquero, Saber el espadachín, Assasin el asesino, Berserker el guerrero, Rider el caballero, Lancer el lancero, y Caster el mago. Además existen varios servants apócrifos que en ocasiones somos también convocados a la guerra para equilibrar la batalla: El Monstruo, el Gobernante, la Bestia, la Tentadora, el Salvador y yo, el Vengador. 

Solo existe una forma de ganar, y es derrotar a todos los demás grupos. La única forma de derrotar a un servant es matarlo mientras que la forma de derrotar a un master pasa por matarlo o bien hacer que pierda todas y cada una de las marcas que haya en su cuerpo... digamos que las marcas simbolizan el derecho a controlar el Grial. Normalmente es mucho más fácil matar al master.

Cada uno de los siervos posee habilidades o poderes propios de quien es, además somos capaces de usar un poder especial denominado Noble Fantasma que en ocasiones tienen el poder destructivo de una bomba. Es importante conocer el nombre del siervo al que te enfrentas porque te puede dar una idea de cuales son sus habilidades y por tanto también cuales pueden ser sus debilidades.

Por otro lado los masters suelen ser magos, por lo que poseen conjuros de ataque, curación, defensa o encantamiento. Pueden usarlos para apoyar a sus servants, para protegerse a sí mismos o para matar a otros masters. Además de los conocimientos mágicos, pueden usar cualquier arma a su disposición además de usar las habilidades especiales que les provean las marcas místicas sobre sus cuerpos.

Estas marcas les dan cierto control sobre sus servants, además gracias a ellas podemos intercambiar energía mística, necesaria para usar conjuros... motivo por el que ayer estuvieras tan cansada es que habías agotado tus energías al invocarme.

Un master las recupera descansando... mientras que un servant las recupera matando gente, drenándola de personas hasta dejarlas inconscientes o tomándolas de sus masters.

Espero para saber si ha entendido todo y así continuar o no.

Escuche atentamente sus palabras sitiendo terror en muchos momentos, seres del pasado y legendarios, grandes heroes o villanos que habian aparecido traidos de la historia para luchar en una sangrienta guerra por un deseo, un deseo que se consigue a costa de la vida de los demas, los sirvientes matan para conseguir energia, tienen que matar gente eso era algo horrible, no podia permitir algo como eso.

- NO QUIERO QUE MATES, NO QUIERO QUE MATES A MAS GENTE LA GENTE DECENTE NO MERECE MORIR POR EL DESEO DE NADIE- seguramente mis palabras harian que fuera ya la que terminara muriendo, pero segun entendia el me necesitaba para seguir en la guerra aunque yo no le hubiera llamado, aunque aquello fuera simplemente una locura el tenia que tenerme cerca y yo no queria que matara a nadie y trataria de impedirselo, no podria evitar que luchara contra los otros seres invocados y posiblemente mataria a esos magos, pero no a la gente inocente que no sabia nada de aquello.

Esta chica era sorprendente. Había entendido que el que ganase podía pedir lo que quisiera... y tan sólo le importaba que no muriera nadie. ¿Era ésto otro castigo de Dios o una muestra más de que la humanidad es buena por naturaleza y se corrompe a medida que pasa el tiempo? 

Su padre pegaba a su madre y a ella, y aún así no había habido aquiescencia en sus ojos sino preocupación y miedo cuando lo maté. Qué ironía.

Y esa chica me había rogado que no matara a nadie. A mí, un asesino consumado... qué macabro llegaba a ser el destino. No pude más que echarme a reír a carcajadas.

Cuando dejé de reírme aún me miraba con una mezcla de súplica e ira en sus ojos. A pesar de lo que parezca no soy un asesino indiscriminado... de hecho no me gusta involucrar a gente inocente. Solo puedo prometerte que matare sólo si hay una razón de peso para ello...

Su risa me pillo por completo por sorpresa, se reia de mi por querer salvar a la gente, suponia que era normal yo poco o nda podia hacer, el tenia las armas era poderoso y ni tan siquiera sabia que clase de ser traido del pasado era el, habia miles de asesinos en la historia y este parecia no tener ninguna piedad ni remordimiento por matar.

Mi mirada de desprecio era notable pero tambien inutil por que solo podia hacer eso mirarlo con asco y desprecio sin poder evitar que hiciera lo que quisiera, entonces cuando hablo senti algo de alivio, al meno prometia no matar si no era necesario, pero claro que entenderia el por necesario, segurmente simplemente encontrarlos.

- No, no quiero que mates a nadie, si tienes que luchar contra esos magos vale pero no te dejare matar a nadie mas- una proteste estupida que no funcionaria yo no tenia nada para detenerlo.

Esta vez me puse serio tras su última amenaza y me acerque a ella, le agarré de un brazo y le arremangué la manga descubriendo los tatuajes que portaba - Entonces salvarás a tantos como marcas tengas porque no pienso renunciar a matar sólo porque tú me lo pidas... - la solté y le di la espalda - Puedo hacer excepciones, pero mataré si es lo que debe hacerse para alcanzar mi objetivo.

Sonrío bajo la máscara - Y no creas que me preocupa que dejes de ser mi master, para empezar, el Grial no puede concederme ningún deseo... únicamente te protejo porque no eres más que otra víctima inocente involucrada en este absurdo juego.

Cuando lo vi levantarse y caminar hacia mi supe que habia llegado mi hora que mis palabras solo habian conseguido hacer que el se enfadara y ahora me llegaria la hora de la muerte, mi corazon se acelero y yo respiraba entrecortadamente, sabia que moriria sabia que mi demencia solo habia logrado que me ganara eso, pero no podia hacer otra cosa no podia permitir que matara que hiciera daño a los demas, si tenia que morir por ello no tendria mas remedio.

Cuando me agarro el brazo casi vi mi vida pasar por delante de mi ojos pero no me mato, en su lugar solo miro mi brazo y hablo de las marcas, fue en ese momento cuando lo recorde sus palabras del dia anterior fueron que podia gasta una marca para darle una orden, esa era la razón por la que seguia viva tenia esas marcas en mi cuerpo y podia decirle que hiciera lo que yo queria.

- Te... te...- me temblaba la voz apenas si era capaz de decirlo en voz alta ni siquiera sbaia si funcionaria - Te ordeno que no mates a nadie que no tenga que ver con la guerra por el grial- lo solte de golpe y entrecortadamente pero lo habia dicho le habia dado la orden.

todo mi cuerpo volvio a iluminarse las marcas volviero a cruzar nuevamente todo mi ser y sentia como una de ellas se esfumaba de golpe, aquello tenia que funcionar tenia que servir de algo.

Si es lo que quieres... - me acerqué a ella y la obligué a mirarme a la máscara - pero cuando necesite energía para potenciar mis habilidades, algo tendré que hacer. Y puede que te guste mucho menos. - No estaba enfadado, y no me preocupaba en absoluto. Tan solo quería asustarla un poco, que se diera cuenta de cuan serio era lo que me pedía.

Mientras tanto, intentemos pasar un buen día. - Dije en un tono más jovial y simpático, sinceramente no me importaba lo más mínimo: lo que ocurre con las ordenes o los deseos que abarcan un amplio abanico de posibilidades es que se puede aprovechar cualquier "resquicio legal" para hacer lo que uno quiere. - Prepárate, saldremos a comprarte algo de ropa.

Si quería matar a alguien tan sólo tendría que involucrarlo en la Guerra... algo mucho más sencillo de lo que parece. Fui al dormitorio y cogí una camisa grande y holgada y una chaqueta, y bajo ellas me coloqué el cinto con los cuchillos.

Salvo por la máscara parecía una persona normal, alta, de complexión robusta y fibroso de haber ido mucho al gimnasio.

De nuevo suponia que mis intentos no habia servido de nada, que se volveria contra mi y esta vez no se contentaria con amenazarme, pero asi fue me miro desde dentro de su mascara ni tan siquiera pude ver odio dentro de esa mascara, en la que solo podia ver sus ojos, quien seria el hombre encerrado tras una mascara, que cosas tan horribles abria tenido que vivir para tener que esconderse tapando su rostro completamente.

- Voy- dije solamente a lo de salir a compar ropa, ya me habia enfrentado demasiado a el, mas de lo que una persona en su sano juicio abria hecho jamas, pero ya parecia que todo eso no importaba - Podrias decirme tu... tu... nombre- tenia curiosidad por conocerle por saber quien era esa persona tras la mascara, pero sabia que no me lo diria.

Puedes llamarme Erik, aunque estoy seguro que ya habrás imaginado que no es mi verdadero nombre. - la acompañé al ascensor tras cerrar la puerta de la habitación con llave.

Pedimos una limusina y una vez fuera oteé el horizonte, henchido de satisfacción. No me gustaba participar en los juegos del Santo Grial pero eso no era excusa para disfrutar de la ciudad donde se desarrollara.

Ah, Venecia. Cuánto ha cambiado desde que vine la primera vez... y qué hermosa sigue siendo. - Me vuelvo hacia la niña -  Si aun sigue en pie te llevaré a una tienda que conozco bien... por otra parte supongo que siendo una joven tan guapa te habrás interesado por las tiendas de moda de por aquí.

Tal y como imaginaba no pensaba decirme su verdadero nombre, aunque suponia que era mejor asi tal vez me fuera mas facil estar a su lado sin saber quien era, por que estaba claro que tubo que ser alguien muy peligroso y despiadado, puede que ni siquiera conozca su historia olgo parecido, sea como era tendria que llamarlo Erik.

- Es un placer conocerte Erik yo soy Iria- era algo estupido el presentarme ante el seguro que ni tan siquiera le importaba mi nombre, dudaba siquiera que le importara nada que no fuera ganar para cumpir su deseo, tendria que ser un deseo poderoso algo imposible si alguien como el necesitaba de la magia para conseguirlo - Me temo que no voy casi de compras casi toda la ropa que tengo es de segunda mano asique no conozco demasiadas tiendas de la ciudad-

Encantado Iria - dije al tiempo que hacía una elegante reverencia y le cogía su mano. Pues eso habrá que remediarlo, eres una joven hermosa de corazón bondadoso, no podemos dejar que vayas por ahí así. - entramos en la limusina y pedí que nos llevara a la zona de Castello, el barrio mercantil más comercial de Venecia. Allí cientos de tiendas de ropa, joyas y máscaras luchaban por conseguir los clientes que se agolpaban con franco entusiasmo frente a sus escaparates.

Entramos en una de las tiendas de ropa más famosas y dejo que se maraville con lo que ve. Elige lo que más te guste, luego iremos a la tienda de Fendi, de complementos de lujo. Así que diviertete - una vez está enfrascada en buscar algo que le guste para probarse salgo y me dirijo a una antigua tienda de máscaras.

Hace siglos trabajé allí hasta que durante la guerra de gremios entre dos familias fue asaltada y se quemaron muchos trabajos, entre ellos los míos. Al acarcarme observo con asombro que una de mis máscaras, aun ennegrecida y requemada se encuentra en el escaparate, valorada en varios miles de euros. Me reconforta saber que aunque nadie pueda descubrir su origen, algo ha quedado de mi paso por allí.

Entro en la tienda y comienzo a buscar una máscara adecuada para mi joven master.

Me dejo guiar hasta la tienda de ropa, me sorprende que el conozca la ciudad ya que no recuerdo ningun heroe legendario o villano de su calibre que pertenezca a la historia de la ciudad, pero todo eso puede ser causado simplemente por mi ignorancia, aun asi trato de no plantearmelo mas, no tiene sentido pensar en algo que no tiene solución.

Cuando entramos en aquella tienda de ropa sencillamente no sabia que hacer, acostumbrada a comprar ropa de poca calidd y mirar simplemente su estado y no si era bonita o me quedaba bien, no sabia por donde empezar, rebuscaba por la tienda buscando cosas sin saber que coger o que usar sin pensar siquiera en si tenia que usar algo o no usarlo, que debia hacer o decir a la gente de la tienda que me miraba con cara de que aquel no era mi lugar, y no les faltaba razón.

Al final seleccione un vestido negro que me gusto, la dependienta decia cosas acerca de su tela y su alta calidad pero para mi era simplemente ropa y ya esta, ademas no lo compraba por gusto si no por que el me obligaba.

Despues me mostro 2 mascaras y no supe que decirle eran bonitas pero no entendia a que se debia que quisiera que me pusiera mascaras - Por que ...-

Es por dos motivos, el primero porque seguramente te quedan muy bien, y el segundo porque si nos encontramos con otro master y su servant, es mejor que no conozcan tu rostro. Te será mucho más fácil protegerte e incluso huir si llegamos a ese punto.

Una vez pagado los vestidos y las máscaras nos dirigimos a donde se ubicaran todos los lugares sagrados. - Habrá que visitarlos de uno en uno para encontrar al árbitro.

- ¿Entonces quieres que me ponga esa mascara todo el tiempo?- aquello sonaba muy absurdo por que si vale nuestros rivales o mas bien los suyos no me reconocerian pero toda la gente de la calle sospecharia de mi o pensaria que estoy loca, con eso puesto ambos llamariamos muchisimo la atención - la gente por la calle se nos quedara mirando-

Que piensen lo que quieran... puede que no seas más que una chalada, o quizás una entusiasta de tan elegantes costumbres o simplemente una turista excéntrica. ¿por qué alguien te iba a mirar raro cuando hay gente que viste, lleva tatuajes y piercings y hasta se dan el lote en mitad de la calle y nadie les mira así ni les dice nada? - argumento. La cojo por el brazo y nos dirigimos a la iglesia de San Paulo.

De todas formas queda a tu discreción, si prefieres que sea fácil dar contigo... no voy a poner objeciones, a fin de cuentas yo ya doy la nota bastante.