Partida Rol por web

Al ver a la chica vestida de blanco sonrío, se veía linda me preguntaba si podría ser su guardián, sin embargo el otro que sale es extraño, acaso tenía orejas? Y la forma de pararse y caminar era extraña, no podía decir que era pero ciertamente parecía una extraña cruza.

En ese momento me percaté que algo se dirigía a la mente de él y luego otra.

Observando me puse a buscar a bien de quien se trataba, si ya comenzaban las charlas mentales en lugar de formalizar un acercamiento la cosa podría tornarse interesante.

Observas como las matrices tienen como fuente a una mujer de aspecto algo peculiar... Va vestida por completo de negro, a juego con su cabellera larga, la cual tiene dos mechones blancos en el flequillo.

La primera matriz la dirige ha uno de los monjes, mientras que la segunda la dirige al invocador Khenta. 

Cuando la multitud se calma, el monje se acerca un momento a los jóvenes invocadores, tras lo cual se vuelve a dirigir al público alzando la voz.

- Vosotros sois la semilla de la esperanza... La semilla del cambio... Como tal, ahora puede que estéis asustados o tengáis miedo, pero tenéis que crecer fuertes y echar raíces en los templos que os aguardan. Dificultades y aventuras os aguardan, pero lleváis con vosotros la esperanza de Spira... 

Tras estas palabras hay otra ovación.

El monje se aleja un par de pasos de los invocadores y, mirando hacia ellos, realiza la señal de Yevon quedándose inclinado un par de segundos. Practicamente todos los asistentes le imitan.

- Que Yevon guíe vuestro camino.

Y tras otra ovación, el monje se dirije hacia la puerta mientras la gente se empieza a mover.

Algunos se acercan a hablar con los invocadores para desearles suerte, otros acuden a ellos pidiendo ser sus guardianes, mientras que otros permanecen sentados en su sillas observando la situación.

Miro con curiosidad a los nuevo Invocadores. "La chica parece bastante capaz, por el contrario, el llamado Khenta... he oido rumores sobre él nada halagadores por la ciudad. Sin embargo, nunca me he fiado de los rumores, la mayoria surgen por envida hacia otras personas, que buscan la destruccion de sus victimas para ponerlas a su mismo nivel. Personalmente no me parece mala persona, aunque seguramente por causa de esas malos rumores le puede costar conseguir guardianes. Ire primero, asi rompere el hielo, a ver si luego otros siguen mi ejemplo." pienso para mi.

Mientras que la multitud atiende a la mujer, me acerco a Khenta y me presento:
-Invocador Khenta, mi nombre es Yusuke y ofrezco mi escudo como guardian durante su peregrinaje-le digo con un tono de voz serio y respetuoso

Vaya sorpresa. Era obvio que Darla, la hija de uno de los hombres más importantes de Bevelle, saldría elegida como invocadora. Pero que el otro invocador fuera el medio ronso... Jumai ocultó su sonrisa bajo la túnica. Los venerables debían estar rasgándose las vestiduras de la rabia. Los ronso eran respetados como guardianes del monte Gagazet, pero entre el clero tenían fama de simples y torpes. Como era de suponer, la multitud se reunía al rededor de Darla, mientras que Khenta estaba sólo, a excepción de un guerrero con armadura. Quizá mereciera la pena acercarse a hablar con el joven mestizo...

Cómo siempre nadie me hace caso, ni siquiera me han visto. No me gusta, me tendré que acercar. Hago tripas corazón y me acerco, mientras pienso que sólo es gente, no me harán nada así que avanzo hasta llegar. Cuando llego sólo digo cuatro palabras mirando a Kentha: -“Soy Lilith tu guardiana.” 

La ceremonia transcuria con relativa calma cuando una voz penetra en mi mente, lo cual me deja aturdido, asi que mi mirada se pasea entre la multitud buscando algo que delatase quien era, sin embargo hay demasiada gente y es imposible, asi que centro mi atención al discurso hasta que este finaliza con el saludo de Yevon.

La multitud se acerca a Darla para felicitarla y seguramente para pedirle ser su guardian, yo debo permanecer esperando hasta que todo acabe y pueda retirarme, sin embargo, la primera sorpresa del dia asoma en forma de un hombre que se presenta como Yusuke que al parecer quiere ser mi guardián, dirijo una mirada hacia Darla sin saber muy bien como actuar, finalmente hago el saludo Yevon a Yusuke.

---Yusuke....es un honor que seas mi guardian.....-digo entrecortadamente, la verdad es que no sabia como reaccionar, ya estaba a punto de preguntar por que queria  unirse a alguien como yo teniendo a Darla cuando otra figura se acerca, esta vez una mujer que se presenta como Lilith, la voz de su cabeza...segun ella nos conociamos de la aldea auqnue no tenia mucha idea de que me estaba hablando...-Asi que tu eres Lilith... ¿Quien te envia para que seas mi guardiana?

A través de la comunicación mental hablo con Khenta:

-"Felicidades Khenta, estaré encantada de hablar contigo, pero por favor, aquí no, no puedo estar con tanta gente. Dame la oportunidad y vayamos a hablar en un sitio más tranquilo, también con Yusuke y si quieres alguien más, pero no con toda la muchedumbre. Gracias."

Observo a Lilith durante un rato, al parecer la muchacha se empeñaba en comunicarse mentalmente, si no fuese por que la ha oido hablar diria que es muda...

--- Ahora no puedo abandonar la ceremonia, pero cuando finalice podemos hablar en un lugar mas tranquilo- digo a Lilith mientras me vuelvo a centrarme en la multitud.

Parece que Khenta ya tenía un par de guardianes, a juzgar por su compañía. Con él estaban el guerrero de la armadura y Lilith, la extraña mentalista. Semejante grupo despertó la curiosidad de Jumai, así que se acercó para felicitar al joven invocador:

-Enhorabuena, invocador -dijo mientras hacía la señal de Yevon- Me alegra poder conocer a la nueva esperanza de Spira. Disculpe el atrevimiento, pero me gustaría preguntarle ¿Por qué ha elegido el camino del invocador? Quiero decir, es fácil sacrificarse por un mundo hermoso donde se es feliz todo el mundo te trata bien -añadió mientras miraba en dirección a Darla, que no daba abasto respondiendo a las alabanzas de todo Bevelle- pero, con todo el respeto, no creo que este mundo os haya tratado con la misma bondad a ambos

---Gracias, monje- digo imitando el saludo-Sigo el camino del invocador por que quiero seguir los pasos de mi madre, aunque no lo hago solo por ella, lo hago por la gente que estimo...- digo dirijiendo una mirada a Darla y luego vuelvo a mirar al monje-...aunque muchos de estos no lo merecieran, a veces pienso que quizas derrotando a Shin dejen de recordarme como un mestizo y mas como un invocador y si no es asi...bueno.....al menos sabré que he podido dar paz durante unos años a Spira...

Sacudo la cabeza, no sabia como expresarlo mejor lo que sentia y el por que de su camino...

Entre el movimiento de la gente que se acercan a los invocadores y todo el revuelo que se está montando, se te ocurre levantar un momento la vista...

Y allí, en lo alto de uno de los edificios que bordean la plaza, sobre el resto de personas, veis a una mujer. En primer lugar os llama la atención el lugar en el que está, porque, que vosotros sepáis, no hay ningún acceso ni escalera a un sitio tan alto.

Por otro lado, os llama la atención sus ropas. Llevan unos pantalones y unas botas negras, una camisa blanca, una chaqueta azul remangada y unos guantes negros, blancos y azules... En definitiva, algo fuera de lo normal. No lleva ni la túnica ni traje de gala típicos en Bevelle, ni nada más ligero típico de otras zonas... 

Además, te das cuenta que parece que está apuntando algo... Aunque por la distancia, no sabes si escribe en un libro, un pergamino o en qué... 

Observo a la desconocida durante un rato, en primer lugar me pregunto que está haciendo alli y luego al ver que está apuntando algo ( o eso parece) me pregunto el que... permanezco mirandola un rato para ver si hace algo mas y luego vuelvo a mirar a los presentes, aunque de vez en cuando vuelvo a echar un ojo.

La gente parece enloquecer por momentos con tan solo ver la silueta de los Invocadores y Urumi se contagia de ese entusiasmo. Era inevitable permanecer impasible un día como ese. Cesó su atención sobre los ciudadanos para deleitarse con la triunfal vista que ofrecían los elegidos.

-Darla… no me lo habría imaginado.- Pensó Urumi al ver a la chica. Se rumoreaba su potencial y sus raíces indicaban que acabaría siguiendo el camino del Invocador, pero nunca habría esperado que fuese en esta ocasión. Se alegró por ella, pues con su reputación, su encanto y su belleza no le faltarían seguidores. Dado su “enclaustramiento” por parte de su padre resultaba extraño verla tan accesible.

Urumi se separó del tumulto y se acercó a ella. Se miraron. Darla tal vez supuese quién era Urumi por su expresión, pero no le dio tiempo a hablar. Cuando llegó a su altura Urumi le dedicó una reverencia y el saludo de Yevon, inclinándose levemente para hablarla y captar su atención.

-Mi más sincera enhorabuena, Invocadora Darla. Estoy convencido de que llegará muy lejos. Estoy aquí para ofrecerme como Guardiana. Sin embargo… no es por vos por quien vengo. Seguro que habrá montones de personas deseando hacerlo. Te deseo lo mejor.-

Cuando terminó su breve pero educada conversación, se separó de ella y con la frente bien alta se dirigió al otro elegido, mucho más discreto y menos popular. No fue la única. Aunque no mucha gente, también tenía sus seguidores. Repitió el gesto de Yevon con respeto y, en vez de reverencia, en esta ocasión hincó la rodilla en el suelo. Demasiados formalismos para un mestizo Ronso, pensarían algunos, pero Urumi veía más allá.

-Saludos Khenta. Mi nombre es Urumi, monje guerrera de Bevelle y me ofrezco para ser su salvaguardia. Sería un honor.-

La chica te mira y sonríe ante tus felicitaciones. 

- Muchas gracias a ti señorita Urumi. - Y te hace como agradecimiento la señal de Yevon. - Khenta tendrá mucha suerte de contar con una guardiana como tú... 

Parece que va a añadir algo más cuando un hombre de dos metros, con una armadura que le cubre por completo, se interpone entre los dos.

- Espero... - Sigue diciendo desde detrás del hombre. - Que nuestros caminos se vuelvan a encontrar... 

y tras esto te dirijes hacia Khenta.

-Un corazón capaz de perdonar... eres justo lo que Spira necesita, joven invocador. Todos tenemos mucho que aprender de tí -"yo el primero", estuvo a punto de añadir.

Jumai no era una persona muy impulsiva, era más bien de los que piensan todo dos veces. Sin embargo, hay unas pocas situaciones en la vida en que parece que los astros se alinean, el mundo cobra sentido y uno tiene muy claro lo que debe hacer. Y ese, para Jumai, era uno de esos momentos:

-Mi nombre es Jumai. Veo que ya estás bien acompañado, pero de todas formas... ¿Crees que podría serte útil este pobre servidor de Yevon como guardián? No soy un fiero guerrero, pero algo sé de magia.