Partida Rol por web

Mientras que a Darla se le está acercando mucha gente, a Khenta no hay nadie para felicitarle. 

Tras observar aquellas matrices pude notar que la chica de negra finalmente se acercaba pero parecía no querer hablar mucho.

Luego de eso note que algunas personas más también hacían lo mismo.

Ciertamente me sentí atraído por ofrecerme a la joven invocadora, con su atuendo y su porte se veía como la futura salvadora de Spira, pero estaba ya rodeada de muchas personas, todos humanos por lo que veía, en cambio el de las orejas solo era rodeado por un par.

Vi que una hermosa joven se acercó a la invocadora y luego se apartó para hablar con el joven.

El también es rechazado salvo por unos pocos, debe ser él a quien debo proteger...

Me acerqué sin quitarme la capucha, había un monje y un caballero además de las dos jóvenes que vi.

-Hola invocador, mi nombre es Dynamo y me gustaría ser tu guardián, es decir...si me lo permites- dije levantando un poco la vista para mirarlo a los ojos.

Ya he hecho lo más difícil, presentarme. Ahora me queda lo que se me da mejor: esperar. Sin abandonar a Khenta y sus futuros guardianes me aparto un par de metros, buscando la sombra.

Observo la chica que hay arriba del edificio. ¿Cómo ha llegado? No parece del cuerpo de seguridad, ¿es simplemente una observadora o ha venido a interferir en la ceremonia? Pero... ¿Quien soy yo para calificar a esa mujer? Yo no, pero a lo mejor uno de mis futuros compañeros sí. Ya sé qué haré, hablaré, así me ganaré su confianza. Trago saliva y empiezo a vocalizar:

-"Khenta, Yusuke, Jumai, Urumi, Dynamo. Mirad allí arriba. ¿Sabéis quién es? Es un sujeto sospechoso..."

Estoy muy contenta, he podido hablarles sin tener que usar la comunicación mental. Seguro que esto es el comienzo de una gran amistad...

Para mostrar mi satisfacción sonrío.

Asiento ante las palabras del monje.

---Tu ayuda será bien recibida, es bueno tener a alguien capaz de manejar la magia...el honor es mio- digo algo mas calmado y luego miro a Urumi- Tu ayuda tambien será bien recibida...

Por ahora todo iba bien, tenia 4 guardianes, lo cual era todo un logro, la verdad es que se esperaba que como mucho solo fueran uno o dos....mis pensamientos son interrumpidos por la segunda sorpresa del dia, un joven llamado Dynamo que pide ser mi guardian tambien.

--- Encantado Dynamo, soy Khenta y  pue.....- me paro un segundo quedandome con la boca abierta al ver que Dynamo es un albhed¿ Que hacia este chico aqui? Si le pillaban los monjes podria tener serios problemas... rapidamente  sacudo la cabeza y sonrio, aunque parece un poco forzada- Si, puedes ser mi guardian...

Me he acercado a la gente, les he hablado y he sonreído, pero nadie me hace caso.
Me esperaré un poco más, les seguiré mirando, quizás se den cuenta de que estoy, de lo que he dicho y de que aquella sospechosa mujer está allí... Espero que no se trate de un ataque, pues ganaría el factor sorpresa.

Mientras los presentes se agolpan para felicitar a Darla y un pequeño grupo de futuros guardianes se acercan a Khneta, alrededor de Lilith aparecen pequeñas esferas de luz que la empiezan a rodear mientras levitan a su alrededor.

Al verlo, varios de los presentes se apartan y algunos, incluso, se llevan las manos a la empuñadura de sus armas. 

Me sonrojo, ahora sí que se han fijado en mí, y no me gusta.

Grito: "¡Mirad ahí arriba!" Y señalo donde he visto a la mujer.

Pego un salto al ver semejante espectaculo de luces alejandome un poco de Lilith, cuando grita señalando un punto miro hacia aquella dirección ¿Quizas sea lo mismo que habia visto él?

Todo está pasando muy rápido. Hace un segundo todo el mundo sonreía y felicitaba a los invocadores. Ahora, Lilith está gritando y señalando hacia alguna parte mientras una energía extraña la rodea. Pero en vez de seguir la dirección en la que apunta, todo el mundo la mira a ella como si fuera un monstruo que se ha colado en Bevelle.

- Calma jovencita, no te conviertas tú en la amenaza- intento tranquilizarla, aunque con todo el mundo mirándola y con sus armas desenfundadas no iba a surtir mucho efecto. Al mirar hacia donde señala Lilith, en dirección a lo alto de un edificio, me parece distinguir la figura de una mujer joven. Ciertamente es muy sospechoso que alguien observe el acto desde aquel lugar.

-¿Quién es esa mujer?- pregunto en alto, señalando hacia el edificio igual que Lilith. Quizá así la gente deje de pensar que está loca. O quizá piensen que la locura es contagiosa.

Al ver las esferas que creaba Lilith di un salto hacía atrás, tomando con una mano la capucha para que no se me apartara y con la otra la empuñadura de la daga.

Luego de las palabras del monje levanté la vista, buscando encontrar a la susodicha mujer y de paso calcular la distancia de salto para llegar allí en caso de ser necesario.

-Al menos me aceptó rápido- pensé sonriendo para mis adentros.

No todos los presentes miran en la dirección en que apunta Lilith, puesto que están más centrados en ella.

Sin embargo, para los que miran... Está apuntando a un lugar muy concreto, encima de uno de los edificios que bordean la plaza. En un sitio bastante alto, a unos veinte metros de altura, por lo que costaría bastante subir. Sin embargo... Allí no hay nadie... Lo que hace que los que han mirado se vuelvan hacia la mujer enojados. 

Definitivamente la locura debía ser contagiosa. Quizá la figura sospechosa se hubiera desvanecido, o quizá nunca hubiera estado allí y los nervios le habían jugado una mala pasada. Lo que estaba claro es que ahora ambos estaban señalando a un espacio vacío y la gente estaba cada vez más enojada. Jumai baja la mano poco a poco, bastante avergonzado y sin saber qué decir.

Al ver que ya no habia nada alli siento enrojecer un poco las mejillas , los guardianes empezaban a dar algo el canto y las miradas de enojo dirijas hacia la chica comenzaban inquietarme un poco, sin embargo todavia habia que esperar, asi que miro a todos.

---Permaneced cerca mio y en silencio, no creo que tardemos mucho en acabar...-digo entre susurros.

El jovencito invocador estaba gozando del variopinto grupo que se había ofrecido como su guardián. Un grupo de lo más extraño y seguramente más aún serían sus motivos para elegir al "segundo candidato", como opinarían algunos. Aunque claro, con lo sobreprotegida que estaba Darla tampoco había muchas posibilidades de escoger. Seguramente sus guardianes fuesen seleccionados por su propio padre.

Urumi se sintió muy especial al recibir la aprobación de Khenta y tras ello se puso en pie y cambió sus modales a unos mucho más relajados y cercanos. Le dedicó una sonrisa cariñosa y luego se dispuso a compartirla con todos los demás. Pero la otra mujer, Lilith, parecía inquieta por algo. Alzó la voz y dio la alarma señalando a la cima de un edificio e inmediatamente Urumi apartó a Khenta interponiendo su cuerpo en la dirección que Lilith señaló. No vio nada, pero ella seguía insistiendo. Tal era su convicción que preparó sus efectos sobrenaturales para contrarrestar la amenaza.... Pero nada sucedió. 

La gente se apartó y los guardias se prepararon para acabar con ella si intentaba algo más extraño. Eso fue todo. Urumi sintió como sus músculos se tensaron cuando Lilith usó sus poderes, pero se contuvo al ver que no era una amenaza. Su rostro, sin embargo denotaba que realmente estaba convencida de una amenaza.

-Lilith, tranquila. Estamos en Bevelle, la seguridad hoy es inigualable. Nuestra misión a partir de hoy será la de salvaguardar al Khenta- dijo posando su mano en el hombro del chico. -Pero que alguien intentara un atentado en este momento sería como si un albehd se convirtiese en Guardián- Bonita manera de decir "improbable, pero no imposible" de una forma que sólo ellos  entenderían. -Aquí hay demasiado alboroto en general, no es el momento de estas cosas. Mejor hablemos en privado más adelante, ¿de acuerdo?-

Observo el revuelto con una mezcla de curiosidad y precaucion. En el momento que se dio la alarma, cogi mi escudo y me puse delante de Khenta dispuesto a protegerle de cualquier cosa hostil que se mostrara, sin embargo, no habia nada. Miro a Lilith y a Jumai, no parecen del tipo de personas que les guste bromear con este tipo de cosas, asi que sigo mirando a mi alrededor buscando donde se pudo haber ido esa persona que decian haber visto. Tras un leve periodo de busqueda y no encontrar nada, me relajo un poco y digo a los presentes:

-Parece un poco pronto para un ataque enemigo, en el caso de que realmente lo sea. No voy a decir que imaginasteis cosas, sino que visteis a una persona que no queria ser vista, escondiendose de nuevo cuando disteis la alarma. En el peor de los casos se trata de un simple explorador que evaluaba a los nuevos invocadores, pero no creo que llegase a hacer nada mas, tratalo como un simple cotilla -miro a Lilith cuando digo esas palabras.- Ademas, al Invocador no creo que le gustase que montemos una escena ahora, que suficiente tarea tiene ya encima como para empezar llamando la atencion de forma innecesaria.

Al ver que parece ser una falsa alarma, las personas se relajan y parecen que sueltan sus empuñaduras y se relajan.

Con esto se consigue que la gente se empiece a alejar, abandonando la plaza, dejando unicamente a los invocadores y sus guardianes en la plaza. 

Cuando la zona se despeja, Darla se acerca al grupo.

- Khenta, veo que has conseguido unos guardianes entregados. - Dice al ver a dos de ellos justo delante del invocador. - Me alegro por ti. - Y os ofrece una cálida sonrisa. - Y espero que nuestros caminos se crucen más adelante... Que Yevon guíe vuestros pasos, Invocador y Guardianes. - Y hace el símbolo de Yevon. 

Tras esto, retrocede y regresa junto con sus dos guardianes, los cuales os miran con cara de pocos amigos. Intercambian un par de palabras y, de esta manera, comienzan a alejarse.

Al ver que el peligro pasó, si es que había alguno, me quedo un poco más tranquilo.

Mis ojos inspeccionan el lugar que la chica de negro señala, buscando algún atisbo de algo, pero anda encuentro, por lo que suelto la empuñadura de la daga.

Escuchando a la chica bonita sonrío de costado al hacer referencia a lo del guardián albhed, pero no llego a decir nada al ver venir a la otra invocadora a presentar sus respetos.

Al ver como los otros dos guardianes nos miran solo me cruzo de brazos, estirando ligeramente el dedo mayor de la mano izquierda en un gesto disimulado, si querían rivalidad la iban a tener.

Bonito comienzo para el peregrinaje, un escándalo público en medio de una plaza abarrotada. Quizá no hubiera sido tan buena idea presentarse como guardián... pero ya no había vuelta atrás. La gente ya se había dispersado y reinaba de nuevo la calma.

Demostrando su exquisita educación, la otra invocadora no hizo mención al incidente y se despidió respetuosamente. Jumai respondió con el saludo de Yevon mientras ella y sus guardianes se alejaban.