Partida Rol por web

Si, creo que es probable que se haya suicidado. Responde tras un momento pensandolo. David, de verdad, estar juntos o separados no nos hace estar mas a salvo. Marina se quedara conmigo. Cerraremos el camarote desde dentro y registraremos el cuerpo de Juanjo. Vosotros tres podeis ir a ver el cadaver de Benjamin, y no tardareis mas de unos minutos en volver ¿verdad? cuando llameis hablad los tres y sabremos que no ha ocurrido nada.

- Esta situación se nos va de las manos y ¿quién huevos se supone esta realizando tales atrocidades?he visto muchas cosas a lo largo de mi carrera pero esta persona a la que nos enfrentamos es muy astuta y sigilosa. -digo rapidamente ya que la situación me comienza aponer de los nervios. Neceito un trago para aplacar la ansiedad que me hace sentir esta situación.

- ¿En serio se van a quedar solas señoritas? Como ustedes crean y no olviden buscar la famosa pista que suele dejar nuestro asesino en los cuerpos. Pero- me giro y miro a David- ¿por qué cree que va a ser Benjamin el asesino?

David se encogió de hombros.

-Me parece una posibilidad tan buena como cualquier otra, no debemos confiarnos sólo por creer que los muertos están muertos.

Notaba que se repetía, pero no le importaba. Miró seriamente a Elena durante unos segundos.

-Está bien, lo haremos como dices. Llevad mucho cuidado.

Después, se dio la vuelta dispuesto a salir del camarote, esperando a que Ana y Antonio le acompañasen.

-Yo ya no sé que pensar...- digo en un susurro y sigo a David-Tened cuidado chicas.-digo sin girar la vista atrás.

Demasiados cadáveres. En un momento como este no podía saber ni qué sentía, o si, de sentir algo, era pena por los demás o por mí misma, si corría la misma suerte que ellos. Escuché a los demás, con el rostro pálido: a lo mejor era mejor morir en el agua que pensar en cuándo morirías, en cuándo serías la siguiente.

Me agarré al brazo de Antonio, asustada; notaba que, sin querer, mis uñas se clavaban en el brazo. Es... esto es una locura... no... no podemos seguir así. Al final vamos a...-  tenía que serenarme, aunque me resultaba imposible. ¿Quién me decía que uno de ellos no era el asesino?

-Sí...será mejor que vayamos. No tardemos más. -Sin decir nada, esperé a los otros hombres para acompañarles.

Subis hasta el camarote de Benjamin. La puerta se encuentra cerrada tal y como la dejasteis, pero al abrirla la escena ha cambiado. El cadaver de Benjamin no esta en el camarote.

Rapidamente recorrí el camarote tanto fisicamente como con la vista cada último rincón.

- Donde coñ... -En ese momento levante la mirada y miré a Ana. Recordé como clavó institivamente, segundos antes, sus uñas en mi brazo el cual me yo mismo acariciaba con la otra mano. Decidí no decir groserias delante de ninguna mujer me parecía una falta de respeto muy grande y asi nos le daba seguridad ninguna.

-No está ha desaparecido ¿dónde puede aver ido?

-¿Dónde coño está Benjamín?-Completa David, sin importarle lo mas mínimo la presencia de Ana.

Inmediatamente entra dentro del camarote y rebusca frenéticamente en los armarios, aún a sabiendas de que no iba a encontrar absolutamente nada. Sólo quedaban dos posibilidades, o que Benjamín hubiese vuelto de entre los muertos y les estuviese jugando una broma muy pesada, o que el verdadero asesino hubiese movido el cuerpo para hacerles pensar precisamente eso.

-Perfecto-Se pasó las manos por el pelo-Esto es perfecto. Como si no tuviéramos bastante con preocuparnos por quien está en el barco como para tener que hacerlo también por quien no está.

Se giró hacia Antonio y Ana.

-Vamos a avisar a Marina y a Elena, pueden estar en peligro.

Bastante más agotado de lo que querría estar, David sale a la carrera hacia el camarote donde habían dejado a las dos mujeres, una vez más temiéndose lo peor. Llegado a aquel punto, el estado de tensión que sentía en el cuerpo había pasado de ser algo excepcional a convertirse en algo normal. No eran pocas las veces que la idea del suicidio se le había pasado por la cabeza, y no era para menos, aquella situación no se la desearía ni a su peor enemigo.

Casi instintivamente cojo de la muñeca a Ana y sigo a David.

-Espera no corras tanto uno no está para estos trotes.-digo entrecoratdamente mientras me esfuerzo en tirar de Ana y correr.

Me quedé en blanco unos instantes al ver que el cuerpo no estaba. No me dio tiempo a pensar cuando el hombre me cogió de la muñeca y me guió junto a ellos- Sí... será mejor que estemos todos juntos... 

Cuando llegais al camarote de Juanjo, la puerta se encuentra cerrada.

David llama y al cabo de un momento se oye la voz de Marina.

Hablad para que sepa que sois vosotros.

Soy David, venimos del camarote de Benjamin y traemos malas noticias-Dice el hombre a modo de respuesta, y después insta a Ana y a Antonio a que hagan lo mismo.

Se hace el silencio durante unos segundos, aunque os parecen realmente largos.

Un momento, en seguida abro.

Tras unos momentos en los que ois algunos ruidos como de mover cosas escuchais el girar del pestillo de la puerta y veis de nuevo a Elena y Marina.

Al veros Elena niega con la cabeza.

Me temo que no habia ninguna nota, creo que Juanjo se quito la vida... o alguien quiso que pareciese que lo habia hecho.

Tras las dos mujeres veis el cadaver, que sigue en el suelo, solo que ahora tapado por una sabana impregnada de sangre.

Voy a cerrar esta puerta. Dice Elena mientras os muestra una llave que seguramente es la que tenia el propio Juanjo. Os propongo que revisemos cada estancia y la cerremos despues. De esa forma sabremos si alguien ha entrado en algun lugar sin la llave.

Me parece bien

David asintió, reforzando sus palabras.

Peinemos el barco, pues. El asesino cada vez está más cerca.

Marina asintio, para luego preguntar.

¿Como lo hacemos?

David se rascó la barbilla, pensativo.

-Podemos hacer lo que dijo Elena. Revisar todas las habitaciones de arriba abajo y cerrar la puerta después para asegurarnos de que no ha podido salir o entrar.

Bajó la voz con tono de complicidad.

-Tampoco nos vendría mal tener algún plan alternativo para saber si ha entrado. Quizás tiene copias de las llaves de los camarotes. ¿Se os ocurre algo?

Una vez más, David miró a los ojos a todos los presentes. En cierto modo, estaba cada vez más convencido de que ninguno de ellos era el asesino, aunque Marina y Elena…