Partida Rol por web

¡No se sabia quien seria el campeon, pero la carrera parecia decidida a que fuera entre los dos pilotos que parecian dispuestos a destrozar al contrario!

¡Tanto Krull como Sholk, descargaron toda su ira, hiriendo a su contrario! ¡¡Esto parece mas una batalla que una competicion!!

Por detras, los pilotos, a pesar de no tener apenas posibilidades, parecen dispuestos a terminar la carrera, y es que acabarla, ya da un reconocimiento social (aunque estas palabras no signifiquen mucho, fuera de sus planetas)

Acelero la moto en pos del maldito orco que me marca el camino que ha trazado con su olor y de mi compañero, el marine servidor del Emperador.

Espero que el marine destroce rápidamente a ese ser y llegue primero a la meta. Tal vez después de esta carrera quiera venir conmigo a luchar por el Emperador por toda la galaxia.

Tarareando algo al son de los cadenazos que repartía en el metal del necrón, Alana avanzaba a paso tortuga por un capricho del motor. Un capricho demasiado frecuente ya para su gusto. No había nada que hacer en cuanto a la victoria, pero al menos podía pasarse el rato con algo de diversión.

El cigarro ya se había consumido casi, así que mordisqueando la colilla se puso a pensar en un nuevo núcleo para el vehículo. Quizá ya estaba bien de no restaurarla y esa la forma del montón de chatarra de decir "basta!".

Por fin consiguiendo sacar un mínimo de distancia con su contrincante orko, Sholk se gira en su moto y apunta cuidadosamente su arma, inflingiendo de nuevo heridas frescas al Krull. Con su enemigo cada vez mas herido y su moto desmontándose por momentos, el Lobo vuelve a concentrarse en sacar mas distancia de Krull y sus armas.

Mientras se prepara para tomar la curva, una luz roja en los controles le avisa de que el ataque del orko ha conseguido dañar a la moto, pero por suerte el artefacto restante proporcionado por los Sacerdotes Runicos consigue mantener la velocidad de la moto.

La moto cada vez esta más dañada y aunque sigue avanzando a buen ritmo, temo que en cualquier momento explote el motor o sencillamente se desmonte. Acelero recuperando parte de la distancia y para el último empujón abro el segundo deposito de Nitro que tengo, produciendo este la fuerza necesaria para alcanzar de nuevo a mi rival en la cabeza de carrera.

En el trayecto intento sin ningún éxito impactar en la moto de mi contrincante.

Grumkush maldice al goblin que le vendió la moto y sigue su paso avergonzado por delante del público que se mofa de él. Grumkush agacha la cabeza para evitar que le vean la cara y sea la comidilla de la tribu un año entero.

Las motos se separaron, aunque estaba claro que estaban dañadas. Cada uno salió despedido hacia un lado, pero eso no evitó que siguieran atacándose con furia.

El Emperador guia las armas de Sholk, que con gran precision dañan la moto de Krull, que mas parece un colador con ruedas. Desgraciadamente para el Orko, su respuesta no es tan efectiva (como lo lamentamos los imperiales).

Desde atras, las rivalidades personales se mantienen, peleando por conseguir llevarse algo de gloria y ser recordados en los anales de este fabuloso deporte, pues la victoria se les escapo de las manos.

Voy a matar al adepto mechanicum que construyó esta bazofia, soy un siervo del Emperador, no un estúpido hereje. Esperemos por lo menos que Sholk se encargue del sucío orco y que este último no llegue a la meta.

Las motos seguían a paso tortuga y de a poco se iban recolectando nuevas heridas. Su vehículo avanzaba a desgana apenas, pero se desquitaba abollando la carrocería del Necrón. La colilla de su cigarro ya estaba agotada, pero igual seguía mascandolo algo.

Ua, como echo de menos a Ojo-Rojo al final. Aunque fuera un maldito demonio loco al menos hacía mas entretenidas las cosas.

Las puas se encargaron de arañar, abollar y llevarse algún otro componente del cableado de la chatarra, como era de esperar.

Sholk sigue con su implacable avance hasta la meta, pero por desgracia para el Krull hace un amago y sus disparos no logran alcanzarle.

Grumkush sigue golpeando su moto con rabia y esta sigue sin funcionar.

Viendo a lo lejos al otro orko aporreando su moto con furia, Sholk se ríe. Debajo de el, en su moto, un deposito de combustible de aspecto demasiado extraño para ser de creación imperial chapotea lleno de combustible extra.

El conseguir esquivar los disparos por parte de Sholk, el cual se va alejando de mi, y mantener la moto en una sola pieza requiere de mi completa atención por lo que no puedo acelerar como desearía y avanzo lentamente esperando estabilizar la moto a tiempo para poder competir por el primer puesto.

Mientras que controlo la moto, veo que el humano que va en cabeza se me pone a tiro, por lo que sin dudarlo aprieto el botón activando las armas delanteras, para hacerle un bonito agujero en la carrocería.

Apreto el acelerador y intento adelantar a maxima velocidad. Pero algo no sale bien.

La moto empezaba a repararse, y poco a poco cogía velocidad. 101010001 disparó sobre la imperial, al tiempo que la dejaba atrás. Ahora venía lo dificil, mantener la posición y tratar de alcanzar al tercero...

¡Sholk, se aleja! Gana metros de distancia, dejando atras al orco! Dispara y falla! el orco, atento a sus disparos logra evitar todos y cada uno de los proyectiles que le lanzaba el marine.

Ahora es su turno, apunta y... ¡impacta! el Lobo espacial se tambalea pero no cae!

-¿Adonde vas trozo de lata? -dijo pegando un acelerón repentino, la jodida moto al menos esta vez estaba de acuerdo en seguir arreando al necrón. Volvió a pegarle dos veces, pero demasiado suaves para su gusto. Quizá debería dejar de intentar que las cadenas impactaran de forma rítmica, a lo mejor era eso. Durante casi todo el rato procuraba que el sonido de metal impactando metal sonara parecido a una estrofa de uno de los tantos himnos al emperador.

Grumkush oye a lo lejoz como zu gente grita de emozión, por lo menos su compañero Orko eztá haziendo laz cozaz bien.

Esto ya es de risa. Miro a mi alrededor buscando la razón de porque mi moto no reacciona. Algún servidor del caos debe estar usando sus poderes contra mi. Un momento, ese joven de las gradas me esta mirando fijamente mientras se rie. - Maldito servidor de los dioses oscuros, la ira del Emperador caerá contra ti en cuanto acabe esta estúpida carrera - me digo a mi mismo en voz alta.