Partida Rol por web

Entre paredes de piedras recorrieron al menos dos estancias más grandes. De cada una de ellas partían varios caminos accesibles, lo que arrojaba un laberinto de galerías que imponía a los dos jóvenes visitantes

- Tal vez debiéramos venir más preparados aquí abajo

- Sí. Puede que haya un mapa de este sitio en alguna parte de la casa

- ¿Tú crees? Lo mismo este lugar no ha sido transitado en siglos...

- ¡Mira eso!- dijo Harold señalando una lámpara de aceite moderna apagada sobre una roca... Aún está caliente... Hay alguien que baja por aquí... 

El miedo les hizo girar el candelabro en derredor y de nuevo ver las infinitas posibilidades que ofrecía el lugar. 

¿Debían seguir avanzando o volver donde estaban los demás ahora que aún sabían regresar sin problemas? 

En medio de una de las galerías que daba lugar a varios caminos, Piers encontró a Harold y a Rhona. Notó como su hijo se asustaba primero al ver una luz avanzando hacia ellos. "Casi como la muchacha", se lamentó. Además, el hijo no pareció relajarse cuando se dio cuenta que era su padre quien venía detrás de ellos con una cuerda y una lámpara de aceite más apropiada. También le acompañaba Charles. 

Piers se dio cuenta de que aquello era un verdadero laberinto

- Estábamos pensando que tal vez haya un mapa de esto porque hemos visto que hay más lámparas de aceite por aquí apagadas. Creemos que por este lugar alguien ha caminado recientemente. 

Piers asintió y le dijo a su hijo entonces al oído: 

Uno de los dos siempre debería estar a salvo. Yo soy un soldado, vivo en tiempo prestado desde los veinte. Tú... parece que al fin has decidido echarle arrestos. Si a mi me ocurre algo, ahora o cuando sea, vete con tu madre y protégela como era mi deber, y lo es el tuyo. Ahora eres un hombre. No el hombre que me hubiera gustado que fueses, lo sabe Dios. Pero eres un hombre, y eres mi hijo. Y en este mundo, eso tiene que contar para algo.

Un nuevo grito irrumpió en aquella galería... Alguien venía corriendo antes de que la luz se le alejase y se quedase perdido en aquel laberinto de galerías. 

El grupo de exploración se volvió y vio que era el pequeño Arthur. 

Dada la oscuridad y el silencio que reinaban en aquel pasadizo, inconscientemente Rhona caminaba pegada al joven Harold buscando algo de protección mientras sujetaba la vela que apenas iluminaba el camino. No hizo falta avanzar demasiado para darse cuenta que aquel lugar era un laberinto de pasadizos y que, si seguían avanzando, acabarían perdiéndose en ellos. La valentía que había mostrado en la cripta junto al resto, empezaba a desaparecer poco a poco al verse ante esos múltiples caminos que podían llevar a sabe Dios qué lugares.

Pero de lo que sí se dio cuenta fue de que aquellos pasadizos no estaban abandonados, alguien los recorría con frecuencia ya que, al tocar una lámpara de aceite en la pared, esta se mostraba caliente. Saber que no estaban solos allí abajo no ayudó a que se tranquilizara y, mientras giraba sobre su cuerpo con la vela en alto sujetada por una mano temblorosa, la otra agarraba con fuerza el brazo de Harold.

—Creo que será mejor que volvamos con los otros. Si seguimos avanzando quizás acabemos perdidos o no encontremos con... algo.

Rhona estaba dispuesta a dar media vuelta y arrastrar con ella al joven que tenía a su lado cuando, ante la visión de una trémula luz avanzando hacia ellos, pegó un respingo mientras intentaba ahogar un grito que a punto estuvo de escapar de su garganta. Se tranquilizó al ver al señor Knight y poco a poco fue recuperando el coraje.

—¿Un mapa? Eso estaría muy bien. Recorrer esos pasadizos sin saber dónde se dirigen o qué puedan ocultar es una auténtica locura. Volvamos a buscar el mapa.

Al ver como Piers se acercaba a su hijo, Rhona se alejó un par de pasos para dejarles intimidad, aunque no pudo evitar escuchar lo que le decía. Un estremecimiento la recorrió al imaginarse que la muerte de Molv no había sido casual sino la misma casa y el tal Harry los culpables de querer acabar con ellos de uno en uno.

Pero, en lugar de ser ellos los que dieran media vuelta de regreso a la cripta, parecía que los que se habían quedado arriba habían decidido bajar.

—Niño ven... Será mejor que no te alejes demasiado. Es muy peligroso.

Los minutos que anduvieron por los pasadizos subterráneos fueron una vorágine de sentimientos para el joven. Por un lado sentir tan cerca el cuerpo de Rhona le producía una sensación agradable y le infundía un valor que por regla general no tenía. Por otro lado estaba completamente aterrado ante la posibilidad de perderse en aquel laberinto que, para mas inri, parecía que no estaba tan abandonado como pensaban.

Cuando apareció aquella luz acompañada de pasos no pudo evitar da un respingo mucho mayor de lo que le hubiera gustado, pero cuando vio que el propietario de dicho pasos era su padre se clamó, no se relajó, pero al menos dejó de pensar en una muerte inminente.

Le acompañaba su tío abuelo Charles con la idea de buscar un mapa, a la que todos accedieron de mil amores. Mientras volvía sobre sus pasos su padre se acercó y le susurró unas palabras al oído. Al escucharlas se quedó muy quieto, eran las primeras palabras parecidas a un cumplido que escuchaba de sus labios desde que era un niño, no le pasó por alto el detalle de "No el hombre que me hubiera gustado que fueses", pero prefirió obviarlo. No dijo ni una palabra, se limitó a asentir ante la petición de su progenitor y continuaron su camino.

Al cabo de unos momentos nuevos sonidos de pasos a la carrera llegaron por el corredor frente a ellos. Era Arthur que, pese a su buena educación y su elocuencia propia de un adulto, seguía siendo un niño curioso. Rhona le cogió de la mano y le llevó de vuelta a la salida de túnel.

La hora de la cena estaba cerca.

La pequeña escalera se bifurcaba en un espacio mucho más amplio, lleno de pasillos y túneles. En aquel espacio, y perdido el ímpetu de la arriesgada decisión de seguir al grupo, Arthur empezó a sentir una preocupante falta de aire. Notaba el silbido rítmico en su pecho y caminó lo más rápido que le fue posible, para reunirse con los demás.

Abrió la boca intentando tomar más y más aire. Era muy cansado ser aventurero, ahora lo sabía.

Al fin la luz volvió a parpadear frente a él y se encontró con los Knight y la señorita Rhonda que lo tomó de la mano y él se dejó llevar. ahora lamentaba haber dejado atrás a madre, sabía que la habría entristecido y que tal vez hasta lo castigara.

- ¿Peligroso? - repitió esperanzado, de todos modos. - ¿Han encontrado algo?

Charles se permitió una sonrisa ante la revelación de que había indicios de que alguien había estado ahí.

- Rhona, ¿verdad? -comenzó dirigiéndose a la chica Alistair, y también a los demás-, el haber encontrado esto es muy interesante, sobre todo porque no nos encontraríamos con "algo", sino con "alguien". No creo que los fantasmas y apariciones necesiten usar lámparas. Esto nos dice que en todo caso estos pasadizos han sido utilizados por una persona, por alguien que haya sido o no el culpable de la muerte de Molv, sin duda sabe mas de lo que aparenta. Por supuesto todos los indicios remiten a Edward o a otro trabajador de la mansión, aunque no es la única posibilidad. 

Observó el laberíntico sistema de pasadizos, y preguntó a todos.

- Harold, creo que has sido muy impulsivo en lanzarte así a explorar. Denota valentía, pero también debes ser precavido, como te enseña tu padre. Con un posible asesino suelto en la casa, separarnos y actuar sin planear es una de las peores cosas que podemos hacer. A mi criterio deberíamos compartir con los demás este descubrimiento y venir mañana, ya preparados y con un grupo mas grande, a explorar este sitio. La ventaja sería cubrir mas terreno, y mas rápido, pero la desventaja es que quien quiera que lo utilice ya estará sobre aviso y esta noche podría borrar sus huellas. De lo contrario podríamos hacer una exploración preliminar, para ver si podemos encontrar a quien usó esta lámpara "con los pantalones abajo", por decirlo de alguna manera.

Harold miraba sus pies mientras su tío le reprendía por su falta de cuidado.

-Lo... lo siento tío Charles...- alcanzó a decir. Después ante las palabras que siguieron a la reprimenda solo pudo aportar su opinión.

-Tal vez podríamos preparar unas guías con cuerdas o algo así y tal vez algo de equipo, lámparas de repuesto y... armas- aquello último lo dijo algo más bajo, no quería que los Alistair pensaran que le gustaba resolver los problemas por la via rápida, pero desde luego, si tenían que volver allí abajo era mejor estar preparados.

-He de reconocer que el nombre de Edwuard también ha pasado por mi cabeza, por lo que no sé hasta que punto es buena idea airear este descubrimiento durante la cena. ¿Qué tal volver todos nosotros mañana y si no descubrimos nada alertar al resto de la gente?-

Asintió en silencio confirmando de esa forma a Charles Knight su nombre mientras escuchaba las palabras del hombre. Algo, alguien... lo mismo daba, lo importante es que estaban siendo utilizados y quizás la clave de la muerte de Molv estuviera allí abajo.

—Precisamente Harold y yo estábamos hablando de la locura que sería adentrarse por esos pasadizos sin el equipo adecuado. Nuestra intención no era avanzar a lo loco por ellos, sino dar media vuelta para contar lo que habíamos descubierto y poder venir más preparados.

Rhona quiso echárle un cable al joven ante la reprimenda del hombre. Tampoco es que estuviera mintiendo ya que en todo momento se habían dado cuenta de lo peligroso que sería adentrarse por aquel laberinto de pasadizos.

—Creo que la idea de Harold es buena. Se está haciendo tarde y será mejor que vayamos junto al resto para poder estar todos juntos durante la cena, además que Meghan estará preocupada por su hijo. —Apretó dulcemente la mano de Arthur mientras le dedicaba una sonrisa tranquilizadora—. Mañana tendremos todo el día para investigar. —Se mordió el labio pensativa antes de dirigirse a Charles—. ¿Cree que es buena idea decírselo a todo el mundo? —Su pensamiento estaba puesto en esos miembros de su familia de los cuales renegaba.

Esta vez el grupo estaba preparado para explorar de manera más segura aquellos pasadizos que partían de la losa movible de la cripta. Túneles excavados en la piedra a modo de laberinto y que habían descubierto rastros de que eran transitados en la actualidad. 

Charles y su sobrino el sargento lideraban la expedición sin siquiera esforzarse. Harold y Rhona les seguían y ahora se había unido el bastardo de los Knight... Johan. 

Charles avanzó con decisión cuando finalmente entraron en el pasadizo. Llevaba una lámpara de aceite en una mano, y un trozo de carbón en la otra, con lo que iba marcando la dirección elegida siempre que se encontraba con una bifurcación.

- Tengan cuidado -les había dicho a sus acompañantes. Si hay alguien escondido aquí que haya sido el responsable de la desaparición de Robert y Albert y del asesinato de Molv no estará feliz de que lo encontremos.

Charles albergaba la esperanza de que aún no hubieran dado con el responsable, pero las palabras que habían encontrado en aquel trozo de papel se repetían como un mantra en su mente, "sólo quedamos ocho, pero acabo de descubrir que uno de nosotros nunca estuvo vivo". ¿Qué demonios quería decir eso? Un detective amigo le había dicho una vez que no había que descartar ninguna pista, nunca, hasta que el caso estuviese resuelto. ¿Esta situación ya se había dado antes? Para teorizar sobre el tema habría que aceptar antes la idea de que los estuviese atacando alguien del mas allá, como parecía pensar Elizabeth. Si ese fuera el caso, Charles no pudo dejar de imaginar que alguien entre ellos era el responsable, y el nombre de su sobrino Harold era el primero en la lista. Pero era imposible, él conocía al chico, era un buen muchacho, incapaz de dañar a sus propios familiares. ¿Entonces qué enigma encerraban aquellas palabras?

Se concentró de nuevo en la exploración, en ver cualquier cosa fuera de lugar, o utilizada recientemente. Sugirió a Piers que no se separen, ya que si ambos (o mas de dos) grupos iban dejando marcas, podrían toparse con alguna hecha con anterioridad.

Como uno más en el grupo seguía al par que avanzaban delante, Johan no sabía que tipo de pistas buscaban ellos, tal vez pisadas marcas en las zonas mas polvorientas. El por su parte se esmeraba en no ir último cargando uno de los atizadores de chimenea, por tal de que si llegara alguien por detrás le diera tiempo a reaccionar y no golpear a un inocente. Si el fenómeno era paranormal, la vara metálica no le serviría de nada, pero aun guardaba alguna esperanza de que todo fuera producto de la superstición y estuvieran buscando a alguien físico, alguien que en caso de existir suplicaría por su vida, antes de ser entregado a las autoridades.

Por el momento él iba mirando más al techo que al suelo, no por lo sorprendente de la excavación, que también, si no porque era posible que si era muy utilizado, el humo producido por lámparas o antorchas tiempo atrás, les pudiera guiar por los pasajes más transitados.

Apenas se habían internado en los pasadizos cuando el tío Charles propuso que se separaran en grupos. Podía ser una buena idea para cubrir más terreno en menos tiempo, pero también mermaba sus fuerzas considerablemente. Se acercó un poco a Rhona, dejando claro que no la dejaría sola allí abajo esperando ver la decisión del resto.

-Durante la noche he estado pensando en como deberíamos actuar aquí abajo. Ayer nos dimos cuenta de que estos pasadizos se utilizaban habitualmente porque algunas lamparas conservaban cierto calor residual. ¿Por qué no tratamos de avanzar por el camino que conserve lámparas calientes? Eso sin duda nos llevará hasta quien las haya apagado...- esto último no le hacía demasiada gracia, pero creía que era la mejor opción en aquellos momentos. No tenían ninguna pista más que les guiase por aquellos corredores.

Aferró fuertemente el atizador que había cogido siguiendo el ejemplo de Johan, su tacto le reconfortó levemente.

Al escuchar la propuesta del muchacho asintió - separarnos sería peligroso, además diez ojos ven más que cuatro o seis, lo de las lámparas me parece acertado, yo miraba los techos para comprobar las mas concurridas bifurcaciones, no mirando solo la pista de que nos guíen por lámparas utilizadas recientemente, que podrían utilizar para guiarnos por donde les interese y después retroceder, si no buscando los rastros creados por restos de humo durante tiempos pasados. Puede ser una opción igual de correcta e incorrecta, yo les sigo señores.

Si alguien le hubiera preguntado el porqué se había decidido a adentrarse de nuevo en aquellos pasadizos, no sabría muy bien qué contestar. Por una parte sentía una morbosa curiosidad por saber qué podían ocultar, dónde podían desembocar o quién podía estar paseándose por ellos, preguntas todas ellas que aún no tenían respuesta pero que avivaban su imaginación. Por otra parte, necesitaba descubrir el motivo de toda aquella locura para, de esa forma, tener una mínima posibilidad de que su padre no empeorara de una enfermedad que, hasta que habían llegado a esa maldita casa, nunca había padecido.

Pero había algo más. Algo que, aunque cada vez fuera más evidente, jamás reconocería, y que no era otra cosa que el disfrute de la compañía de Harold. Por algún motivo en el cual no quería profundizar, se sentía cómoda y muy a gusto al lado del joven, a pesar de que apenas habían tenido oportunidad de cruzar más de cuatro palabras. Por supuesto, por su cabeza no había pasado la absurda idea de que él tuviera algo que ver en la muerte y la desaparición de tres miembros de la familia Knight.

Los Knight… Ni siquiera se había dado cuenta que estaba rodeada de hombres de ese clan y, después de las veladas acusaciones que se habían hecho durante el desayuno, quizás no hubiera sido buena idea acudir ella sola en representación de los Alistair. Pero por nada del mundo se quería perder lo que escondía el descubrimiento del día anterior.

—¿Separarnos? No, no… No creo que sea buena idea. —La mano que sujetaba la lámpara de aceite tembló ligeramente—. Si alguien se dedica a recorrer habitualmente estos pasadizos, tiene que haber dejado rastros con el tiempo. Las ideas de Harold y Johan me parecen buenas. Según lo que sabemos hasta el momento, por lo visto estos… acontecimientos llevan sucediendo desde hace muchísimos años, así que quizás haya algún desgaste en la piedra o cualquier otro indicio que nos permita saber qué túneles son los más utilizados.

Esa mañana había estado dándole vueltas al tema durante bastante tiempo, sobre todo mientras escribía anotaciones para otro de sus cuentos.

—Quizás estos pasadizos no sean los únicos que existan en la casa. Estos van bajo tierra pero, ¿y si hay pasadizos secretos por toda la casa que unan unas habitaciones con otras? Alguien podría entrar sin problemas en una habitación cerrada sin que nadie le viera.

Después de vagar durante un tiempo, siguiendo su ingenioso* sistema, una cosa queda clara... Si existen pasadizos por la casa, podrían perfectamente todos desembocar en las catacumbas, que parece una red intrincada de túneles que se extiende por toda la mansión y la finca. 

En ocasiones les parece que están bajo la mansión... creen oír pasos... en otras, sienten que el frío se cuela por las grietas. Avanzando con el método, amarrándose con la cuerda en pasajes estrechos e iluminando con cuidado algunas estancias, finalmente ven una escalera que asciende. 

- Seguramente llegaremos a otro lugar de la mansión...

- Espero que merezca la pena, creo que hemos estado dando vueltas en todas las direcciones y si al final salimos, no sé... a las cocinas, no veo tanta utilidad en pasar por aquí abajo

​- A no ser que tuviéramos un mapa de todo este laberinto y qué túnel conecta con qué... 

Johan vaga mientras los demás discuten la utilidad de los pasadizos cuando, de repente, el suelo cede bajo sus pies. 

Grita y los demás van hacia el boquete en el suelo, alarmados, tratando de iluminar y captar la profundidad y si el escriba se ha precipitado al abismo. 

Está a unos cinco metros de ellos, tirado en el suelo boca abajo. 

Piers le dice a Charles y a Harold: 

- Sujetad de mí con la cuerda, voy a buscarlo... 

Piers desciende mientras Johan poco a poco se va recobrando del susto... Tiene magulladuras y heridas en el rostro y en el cuerpo pero cree no tener nada roto cuando Piers desciende a la cueva donde ha caído. 

Pero pronto el estado de Johan pasa a un segundo plano cuando con su lámpara empieza a iluminar la estancia. Y así se lo hace saber a sus compañeros

- Esto es una capilla... una capilla antiquísima... Veo un altar... 

- Pero... sin imágenes sacras- añade Johan ignorando el dolor

- Y vacío... como si alguna reliquia santa hubiera estado aquí en algún tiempo... ¿te das cuenta? Es un lugar de veneración... en medio de estos túneles... 

- Mira esta inscripción... 1399.... Este lugar verdaderamente es de otra época.

Algo de polvo empieza a caer del techo mientras los de arriba sienten que otra grieta se abre en la pared... El sitio es verdaderamente inestable pero tal vez merezca la pena el riesgo de explorarlo más... 

Por momentos sentía que le dolía todo, y otros solo quedaba sorpresa - una cosa queda clara, podemos dos veces por paso en estos túneles - por un instante pensó que también se le llevaba a él esa casa - capilla, túneles, he leído mucho, pero no tanto sobre culturas paganas ¿creéis posible que todo haya empezado con el robo del ídolo de este lugar? ¿que ese tal Harry sea un falso dios pagano?

Charles no podía negar la excitación que sentía al explorar los pasadizos. Pensaba en su niñez, cuando había recorrido la casa sin saber que había mucho mas de lo que parecía. No obstante, estaba concentrado en encontrar al posible culpable del asesinato de Molv y de la desaparición de Albert y Robert, sin descartar que fueran estos últimos los culpables del primer incidente. En su profesión, había que evaluar todas las opciones. Sin embargo no comentó sus conjeturas con nadie, había que encontrar pruebas.

Pero lejos de las pruebas que buscaba, dieron con algo completamente distinto. Johan, a quien Charles consideraba algo "ajeno" a la familia, cayó sobre aquella capilla oculta. Piers bajó y comenzaron a contarles sus impresiones del lugar. La fecha fue lo que más llamó la atención de Charles, que bufó con incredulidad ante la imagintaviva, improbable y carente de pruebas hipótesis del mencionado Johan.

Lo cierto era que ese lugar merecía una observación lo mas exhaustiva posible. Ignorando por el momento aquella amenaza de desprendimientos quiso bajar a explorar, no sin antes pedir que al menos una persona se quede si o si en la superficie por si había que buscar ayuda. Ató la cuerda con fuerza en algún lugar que comprobara soportar su peso, y bajó a investigar.

Un nuevo descubrimiento, más misterioso, más antiguo que el del día anterior. ¿Qué era aquel lugar? Su padre decía que era una capilla. Desde allí arriba apenas se distinguían los contornos de un altar, pero sabía que debía permanecer allí con Rhona y al cargo de la cuerda para ayudar a sus familiares a subir de nuevo, por lo que tuvo que contentarse con escudriñar el fondo de la abertura desde su ubicación.

-1399... Esos son casi 500 años...- susurró más para él que para el resto -¿Qué clase de culto se practicaría allí? ¿Serían un culto católico?- eran preguntas a las que no esperaba obtener respuesta, pero las lanzó al aire viviado de las catacumbas.

-No creo que nadie tenga un dios llamado Harry. Tal vez fuese un sacerdote de ese culto o algún integrante de ésta "iglesia"- reflexionó.

Rhona empezaba a dudar si habría sido buena idea pasarse horas, o por lo menos lo que a ella le parecían siglos, caminando por aquellos pasadizos. Vueltas, nuevos pasajes, daba la impresión que aquel lugar no parecía acabarse nunca. Era increíble comprobar cómo alguien había podido excavar toda esa red de túneles bajo la casa. Con qué propósito, eso era algo que Rhona no podía saber, aunque su imaginación le ofreció muchas ideas a cada cual más descabellada.

Se sentía algo cansada, no tanto por todo lo que estaban caminando, algo a lo que ella estaba acostumbrada, sino por no encontrar ninguna pista, ningún rastro que les permitiera descubrir quién podía estar recorriendo los pasadizos a escondidas. Y, cuando ya creía que tendrían que salir de allí abajo con las manos vacías, sucedió el accidente de Johan.

—¡Dios mío!

Acercándose con suma precaución a la abertura, al igual que hacían el resto, Rhona respiró más tranquila al comprobar que Johan no estaba malherido pero, mientras los hombres iban descendiendo para rescatar al joven, ella se quedó observando el nuevo descubrimiento, o por lo menos lo poco que su vista llegaba a alcanzar desde su posición.

—Quinientos años… ¿Pudiera ser que los extraños sucesos de la casa tengan algo que ver con esta antigua capilla? —Hablaba casi en susurros impresionada por el descubrimiento que, de manera tan casual, acababan de encontrar—. Pero ¿por qué creéis que tiene que haber sido algún rito pagano? Pudiera ser simplemente que la hayan abandonado y se hayan llevado todas las cosas que había, o que alguien hubiera robado las imágenes. ¿Y si la casa fue levantada sobre restos santificados mancillando de esa forma el lugar?

Pudiera ser que todo fuera producto de su imaginación, o que el ambiente y el descubrimiento la empujaran a pensamientos de lo más asombrosos, pero Rhona cada vez estaba más convencida que aquel hallazgo era una pista muy importante para saber qué estaba pasando en la casa.

—Quizás en la biblioteca encontremos información sobre lo que había aquí antes de levantarse la mansión.

Por unos instantes dejó de mirar a los que habían descendido por el agujero abierto en el suelo para centrarse en el compañero que tenía al lado.

—Gracias por quedarte a mi lado y no dejarme sola.

Por fortuna, no había luz suficiente que delatara el rubor que acababa de cubrir el rostro de Rhona.