Partida Rol por web

-Entendido señora-dijo Alice aceptando la respuesta de su superior. Si aquellos lobos eran tan buenos seguramente serían mas ayuda que ellos cinco.

Siguiendo las órdenes de Hadyn el grupo descendió por el túnel para tomar luego la otra ramificación. El túnel, igual que el anterior, era ascendente y en algún punto se estrechaba de forma que sólo podían pasar de uno en uno. La tierra caía del techo con las explosiones que se sucedían en el exterior.

Finalmente el túnel desembocó en una cámara más grande pero les pilló por sorpresa ver que lo hacía en una cornisa. El centro de la caverna estaba hueco y la superficie quedaba por debajo de ellos, a unos doce metros. La cornisa iba perfilándose por la pared mientras descendía creando una especie de rampa natural estrecha, por la que podrían bajar de uno en uno.

De abajo les llegaban cánticos, por lo que el grupo se desplegó silenciosamente para observar. En la zona inferior estaba la piedra negra: un enorme monolito perfectamente redondo que se encajaba como una gigantesca joya en un hueco del suelo. Debía tener al menos un par de metros de diámetro. Había algo raro en ella porque cuando al mirarla fijamente daba la sensación de que vibraba de una manera extraña: como si fuera una imagen desenfocada vista a través de una lente.

Los cánticos venían de cuatro figuras que rodeaban la piedra. Eran cuatro de los carroñeros, sin dudas. Figuras pálidas y delgaduchas, vestidas con chaquetas de cuero raídas y llevando gafas de piloto. Sus cabezas estaban rapadas y repletas de extraños tatuajes. Eran tres hombres y una mujer. Habían dejado sus armas - rifles - en un lado de la sala y se mantenían con los brazos en alto canturreando una melodía en alguna lengua desconocida, alrededor de la piedra. Estaban tan absortos en su ritual que ni siquiera se habían percatado de los soldados que observaban la escena por encima de sus cabezas.

Sheppard era un rastreador, no era quién tenia que tomar las decisiones, pero allí las cosas estaban muy claras para él. Poco a poco sacó una granada explosiva de su chaqueta, enseñandosela a Haydn. Sus intenciones eran claras, pero claro... no era una decisión que se pudiera tomar tan a la ligera.

Si acababan con aquellos tipos antes de que se dieran cuenta y se llevaran el monolito, desde luego que tendrían algo con lo que negociar más adelante en el caso de tener problemas.

Lucas sintió una fuerte presencia espiritual en aquel lugar y en seguida reaccionó como Sheppard, amartillando su arma y colocándose en posición de ataque. Aquella sensación, sin embargo, no dejaba de llamarle la atención y se preguntó si podría entrar en sintonía con sus ex-compañeros carroñeros. Él también miró a Hadyn pero levantó la mano para que le diera tiempo a pensar un momento.

Lo único que hace al ver el gesto de Sheppard es asentir mientras quita el seguro a su fusil. Hace un gesto al resto para que tomen posiciones y mira a Sailor esperando lo que sea que esté haciendo.

Sailor se concentra en uno de los individuos intentando entrar dentro de su psique. Ya ha usado en otras ocasiones esta habilidad y sabe que de este modo puede llegar a conectar con los sentimientos de su objetivo. 

Inicialmente siente tranquilidad, la seguridad y paz de una persona que está meditando, como si no hubiera un montón de explosiones ahí afuera. Está a punto de desconectar el vínculo cuando de pronto algo más entra como un cuchillo a través de su mente. Es algo que procede de otro lado. ¿De la roca? Sailor palidece. Es una llamada de auxilio.

Sacadnos de aquí, por el amor del Pancreator. ¡SACADNOS DE AQUI!

El mensaje es tan brutal, directo y desesperante que Sailor se desploma inconsciente. 

Sailor parece concentrado en lo que sucede abajo, junto a la roca. De repente su ceño se frunce y palidece. Abre la boca y murmura:

- Sacadnos de aquí, por el amor del Pancreator. 

Repentinamente palidece y sus ojos se giran para quedar en blanco, justo antes de desplomarse en el suelo boca abajo inconsciente.

La cara de Sheppard, que sonreía con malicia ahora se habia vuelto de sorpresa. ¿Sacadnos de aqui? ¿En serio? Miró a Haydn, aun con la granada en la mano. ¿Confabular con el enemigo? ¿Con los mismos que estaban acabando con sus compañeros?

Espero un poco más, no habia prisa por remover la anilla. Para él la solución estaba clara, pero estaban en una situación comprometida. ¿Cómo se comunicarian con ellos? Suspiró en silencio...

Hadyn reprimió una maldición. ¿Qué estaba pasando?

Le hizo una seña a Sheppard para que contuviera la granada. Se levantó sopesando la posibilidad de un asalto pero quería saber que estaba pasando así que se movió rápidamente para agarrar a Sailor y agitarlo con fuerza. Éste tardó un poco en reaccionar pero en cuanto recobró la consciencia miró confundido a su alrededor.

De abajo llegaba un zumbido intenso, como si un motor enorme estuviera trabajando por debajo de la superficie rocosa.

Alice intentaba no mostrase inquieta pero la última vez que estuvieron en un sitio como aquel por poco pierden la vida. Por suerte Nova parecía controlar la situación.

-¿Que hacemos, señora?-le preguntó con un susurro mientras esperaba que los soldados decidiesen el próximo movimiento.