Partida Rol por web

Supongo entonces que es buena chica. Me conformo con ello, como dice Di, si fueran chicos probablemente habrían llegado a las manos muy rápido. De camino a un hueco libre me toma otra vez de la mano y logra hacer que sonría por segunda o tercera vez hoy. No lo había echo desde hacia 4 meses que me ingresaron aquí.

Por desgracia toca el único tema que no quería tocar yo. La fecha de mi cumpleaños. Se que aunque lo pregunta, lo conoce tan bien como yo. Ella era la única en casa que llevaba la cuenta de los cumpleaños y las fechas señaladas. Si hubiera sido por nuestro padre, no habríamos celebrado nunca nada y ni nos acordaríamos de ello.

Gano tiempo tomando una cucharada de comida y masticándola con pausa. Tomo otra y se la pongo a Di en su plato.Apenas queda una tercera en mi plato, pero me bastara con eso. Bueno...todavía falta mucho tiempo...casi un mes si no me confundo.

Negué con la cabeza, aún sonriendo, cuando Finn bromeó. Solo él era capaz de mostrarse optimista en un lugar como aquel. Aún no me lo creía, pensaba que no iba a volver a verle, pero ahí estaba. Había robado un traje de vacío y se había puesto a hacer el tonto... Antes le habría recriminado esa actitud, pero simplemente no podía en aquel momento. Estaba demasiado contento de volver a verle, de volver a ver una conocida.

Pensaba que no volvería a verte, tío. Le di un capón aún así. Había arriesgado mucho, pero la verdad era que no podía ser duro con él. No me extrañaría. Si algo he aprendido en todo este tiempo es que a estos guardias les falta de sesera lo que les sobra de músculo. 

¿En qué planta estás? Pregunté, con interés. Esperaba que no estuviese demasiado elevado. A menos peligrosidad más posibilidades de que no le flotasen. Han debido averiguar mis intenciones de hacerme con la nave y establecer el Segundo Reich. Me han metido en la quinta. Sonreí, encogiéndome de hombros. La quinta planta, la peor de ellas. Aquello significaba que había casi cero posibilidades para mí. Probablemente sería porque el objeto que pillé al azar para salvar a mi amigo fuese una pistola, ya que no escucharon mis explicaciones. Tal vez se pensasen que iba a haberla usado para matar a alguien.

Cuando me presentó a su amigo lo evalué con curiosidad. Tal vez demasiada. Intentaba evaluar de que palo iba y se me notaba. No me caracterizaba por ser precisamente bueno en las relaciones sociales. Encantado. Dije, en un tono bastante más formal mientras le tendía la mano. Con la gente que no tenía confianza no me mostraba como con Finn.

Cuando mi mejor amigo comentó la razón, de coña, de porqué se llevaban bien Scott y él, se me ensombreció la mirada visiblemente. La imagen de Hansel vino a mi cabeza durante un instante y mi semblante se tensó. Sin embargo, me obligué a sonreír. Es el pasado. Finn está aquí, eso es lo que importa.

Vamos! Tienen los días contados esos consejeros. Comenté, divertido. Echaba de menos aquello.

Al ver como ponia parte de su comida en mi plato suspire poniendo lo ojos en blanco y ladee la cabeza mirandolo con cariño pues el siempre hacia eso, ante ponerme a sus necesidades incluso - Come anda... Tienes mucho mas cuerpo que alimentar que yo... - Di un bocado a mi comida y me quede pensativa mientras lo miraba, no sabia que hacer, que podía hacer para alargar el tiempo o para que saliera de allí y aquello me consumiría. 

Al menos podré verlo cada día...

- ¿Te ofrecieron alguna opción..? - Pues había veces que por buen comportamiento o cosas así ofrecian un trabajo vigilado en vez de ser flotado...

Tu lo necesitas mas que yo Di, ya sabes que me mantengo grande incluso comiendo como un pajarito.Y tu estas creciendo. Necesitas comer bien para pasar de una muchachita mona a una mujercita hermosa. Trato de mantenerme serio mientras la pico.Casi como en los viejos tiempos.Era cierto que me bastaba la misma ración que a cualquiera para poder mantenerme, por mucho que me hubieran echado mil veces en cara que comía por dos, pero si algo estaba seguro es de que mi hermanita recibiría un pequeño extra cada vez que coincidiéramos juntos.

Tardo un poco en responder cuando me pregunta si tengo opciones, estoy pensando mas en que decir que en esas presuntas opciones. Tal vez hace un par de años la habría tenido, pero últimamente flotaban a todos. Es posible que tenga suerte...el supervisor del taller esta contento conmigo. Era lo mejor que le podía decir sin mentirle a la cara o decirle que en un mes seria un residuo congelado que flotaría libre por el espacio.

No dije nada respecto a la comida pues sabia que discutir de eso con el era imposible, por no decir que el primer día que lo vea en meses no quería perder mi tiempo con esas cosas. - Aunque tu no te des cuenta ya soy una mujercita - Le respondi picando y sacándole la lengua, aun recordaba esos momentos en los que me decía que cuando creciera tendría que amenazar a todo chico que se me acercara hasta que apareciera el bueno.

Pero entonces me dijo lo del jefe de taller y bese su mejilla con cariño - Gracias... - Le susurre volviendo a mi comida - Pero siempre se cuando me ocultas cosas no lo olvides, apartas la mirada a la derecha - Siempre lo hacia.

Frunzo el ceño cuando dice que ya es una mujercita. Eso es algo que me da mas miedo que el que me floten en un mes. Mucho mas. Y se quedara sola, en medio de una cárcel. Al menos en el nivel de mínima seguridad... Le tiro suavemente de un mechón cuando me saca la lengua, como hacia siempre que me lo hacia de niños. Para mi seras siempre mi hermanita pequeña y una criaja impertinente , Di. Y no hay un solo hombre en este sitio de mierda, en toda el Arca, que sea bueno para ti.

No miro hacia la derecha, eso te lo inventaste para chincharme siempre que te diera la gana.Murmuro algo enfurruñado con ella. Nos conocemos demasiado bien. Por algo habíamos compartido techo durante tantos años y habíamos sido los mejores amigos ademas de hermanos. Hablando del hombre bueno...hay alguno que te interese?. Lo digo como por casualidad, aunque es importante saberlo.

-Presos, separaos y al suelo, ¡Ya!- se oye la voz atronadora de la Agente Mercy, que viene acompañada de otros tres guardias más. Su mirada lo dice todo, o cerráis el pico y obedecéis u os pasareis los próximos meses en aislamiento o limpiando letrinas con la lengua. Se la ve muy capaz de ordenador eso y hacéroslo cumplir a base de golpes. Aunque la Sala esté llena, os han visto. No habéis sido precisamente muy discretos que digamos. Y siempre hay ojos y orejas dispuestos a garlar por los codos a cambio de "cosas". Realmente esperabais pasar desapercibidos del todo? Han tardado en daros con vosotros y eso os ha dado un tiempo precioso, pero era eso, cuestión de minutos que se dieran cuenta de que estabais de cháchara.

Mercy y los guardias, se dirigen hacia el núcleo de reclusos que está generando el conflicto. Se genera un vacío repentino que les permite avanzar rápidamente, creando un pasillo directo hacia donde están Diana y Loki charlando alegremente.

-Reclusos, ¿¡acaso se creen que están en un campamento de verano?!- les gruñe ésta, mirándoles severamente como si fuera capaz de fulminaros sólo con posar sus ojos en vosotros. Hace un gesto de cabeza y dos guardias de su comité avanzan hacia los dos jóvenes, mientras otros dos se dirigen hacia donde están Finn y Sean.

La agente pelirroja que antes había estado en el registro de la celda de Diana se acerca con otro agente masculino hacia Diana y Loki. Les lanza una mirada de "lo siento" antes de usar la porra eléctrica y obligarles a caer al suelo de rodillas. La descarga cuando les alcanza no es muy fuerte pero lo suficiente como para que el dolor les obligue a ceder y caer al suelo por la sacudida repentina.

Una mujer rubia y alta, con una sonrisa cínica, acompañada de un tipo enorme y de aspecto poco inteligente, se acerca a los dos amigos, Finn y Sean, para cumplir las órdenes emitidas por la agente Mercy.

-Oh Cupcakes, no intentéis nada y sólo tiraos al suelo sin rechistar, odiaría tener que romperos algunos dedos, pero cumpliré con mi deber si es necesario- les advierte la atractiva mujer joven. En cambio su compañero no tiene aspecto de que le vaya a saber mal romperos algo. De hecho, casi podríais adivinar que está deseando que os rebotéis para tener la excusa perfecta para librarse de vosotros. Dos bocas menos que alimentar en el Arka, ¿a quién le importaría?

Scott el solitario es el único que parece que va a librarse de los malos tratos, dado que no ha incumplido ninguna norma.

-No te des la vuelta...- le susurra una voz conocida al oído. El chico la reconoce en seguida, es Abel -No te muevas ni gesticules. Ha llegado el momento compañero...- continúa susurrándote. Recuerdas levemente que tu ex-compañero y amigo de reclusión había hablado de cómo tirar abajo el sistema, rebelarse contra los guardias....-Es ahora o nunca. ¿Estás con nosotros?

—Pero bueno... ¡Si sólo estábamos hablando!— dijo Finn con una sonrisa. —Decíamos lo rico que estaba todo y lo mucho que apreciábamos la estancia en este sitio tan maravilloso. ¿Es que está prohibido hablar? ¿O sólo podemos hablar en susurros en plan "Pásame la sal".

Se fue agachando poco a poco, como veía al resto de presos hacer. Disimuladamente se puso delante de Sean y de Loki. Si le daban a alguien por algo, no quería que sufrieran sus amigos. 

Joder, hay más guardias casi que reclusos, y casi todos están aquí por tonterías, si los usaran en mantenimiento del arca estaríamos a salvo todos y seríamos felices. 

Scott paró cuando oyó a Finn llamarlo y devolvió el saludo a su amigo con un –Encantado- era un tipo delgaducho y un poco demacrado, se preguntaba que habría hecho para estar allí, no parecía para nada un tipo peligroso como para estar en la quinta planta, así que supuso que habría sido cualquier cosa exagerada o sacada de contexto, la Skybox estaba llena de gente que había cometido algún error y recibido a cambio una condena exagerada con respecto a su delito. A pesar de la presentación Scott decidió darles espacio, seguro que tenían que contarse muchas cosas y tenía la sensación de que Sean se sentiría más como sin un desconocido como espectador.

Se sobresaltó cuando escuchó a Finn alzar la voz y a su amigo acompañarlo, no era buena idea y menos decir aquello cuando tenían a los guardias tan cerca, quiso decirle que se calmara y que fuera discreto como le había dicho ya por enésima vez, en aquel lugar pasar desapercibido era la mejor forma de no meterse en problemas y aún haciéndolo siempre te caía alguno. Vio como se acercaban los guardias abriéndose paso entre la multitud antes de que pudiese decirle a Finn que se controlara, pero ya era demasiado tarde, habían llamado su atención…

El tipo grandullón y la chica que se habían mostrado tan cariñosos en mitad de la sala también habían llamado la atención de los guardias y de echo fueron los primeros en recibir su atención en forma de descarga eléctrica haciéndolos  caer al suelo. La mujer rubia y el grandullón que se acercaron a Finn y Sean parecieron algo más diplomáticos pidiéndoles que se tiraran al suelo, la cosa hubiese sido fácil no fuese por la bocaza de su compañero de celda, estuvo a punto mandarlo a callar en un intento de que no fuese a peor pero entonces escuchó la voz de Abel detrás suya.

-Es ahora o nunca. ¿Estás con nosotros?- cuando Scott escuchó eso se le pusieron los pelos de punta, su compañero había hablado algunas veces de hacer un cambio, desde dentro. Era evidente que hacía falta un cambio en la Skybox y en muchos aspectos de la estación, nunca le había parecido que un motín fuese la solución, al menos no al principio, cuando solo era una simple idea susurrada en una celda, pero mentiría si no reconociera que últimamente lo había pensado… quizás porque estaba a punto de cumplir los dieciocho, o por los rumores, bastante creíbles, sobre que todos y cada uno de los juicios habían acabado con la misma sentencia, porque sabía de no pocos casos en los que los reclusos estaban allí por pequeñas faltas o quizás, era simplemente que la prisión finalmente había podido con él, la cuestión es que últimamente se había planteado las palabras de Abel, sin embargo… no creía que fuese a servir y meno que fuese el momento apropiado, si había un motín seguramente involucrarían a Finn y Sean, además del tipo grande y la chica, podrían incluso considerarlos precursores, quien sabe…

-Estoy contigo Abel- Comenzó intentando ganar su confianza para que lo escuchara- Pero no ahora, ahora no es el momento. Aplázalo y te ayudaré en todo lo que pueda, te lo prometo-

Bueno, al menos el tal Scott no me había negado el saludo. Ya era un punto. Algunos de clase ni siquiera se dignaban a mirarme aunque les intentase hablar, cosa que tampoco hacía demasiado, la verdad. Y educado, se había retirado un poco para que pudiéramos hablar tranquilos. 

Cuando escuché a los guardias juraría que el corazón se me paró unos segundos para empezar a latir con una fuerza enorme. No, no, no, joder! Hacía mucho que había aprendido a no molestar a los guardias y a no llamar la atención. Siempre estaba callado y solo, sin molestar a nadie y, últimamente al menos, sin que nadie me molestase a mí. Todo iba bien.

Pero al volver Finn había bajado las barreras y me había permitido mostrarme más contento y jovial. Incluso bromear. Mal asunto, los agentes no soportaban demasiado bien las bromas. Finn, cállate. Vas a conseguir que te metan en aislamiento después de darte una paliza! Podía sentir mi corazón en el pecho. Juraría que podía escucharlo después de que se hubiese generado el silencio tras la actuación de los guardias. Y lo que era peor, empezaba a agobiarme por los guardias y por las miradas de los presos. Adiós a mi plan de pasar desapercibido.

Pese a que me empezaba a costar respirar, hice caso a los guardias. No quería enfadarlos más.

Gruño por lo bajo cuando los malditos guardias aparecen y lo fastidian todo. nosotros intentando portarnos bien y ellos decididos a hacerse notar dando una "lección" a los presos solo porque les apetece. Me queda menos de un mes, así que no tengo nada que perder en realidad, pero me fastidia y mucho que me encierren en aislamiento simplemente por hablar con mi hermana. Eso no es justo y no me gusta cuando la gente no es justa o se mete con mi hermana. Me da igual que crean que están haciendo bien, porque en el fondo no es así.

Aguanto tranquilo, al menos de cara al exterior hasta que la pelirroja le aplica una descarga a Di sin venir a cuento. Simplemente porque le apetece. Antes de que salte sobre ella me aplica una a mi, haciendo que caiga de rodillas en el suelo ,con los dientes apretados en una mueca e intentando que mis dedos no se cierren en un gesto involuntario. Trato de contener el dolor, no es peor que una quemadura en la Fundición y tras un segundo para tomar el aliento trato de moverme hasta colocarme entre la sádica guardia y mi hermanita.

No....le....ha..gas...daño... Me fuerzo a hablar, pero creo que es lo mejor que puedo lograr por el momento.

-Claro Cupcake, y yo estoy de vacaciones en una de esas islas paradisiacas de los libros en vez de aquí, encerrada con una panda de sudorosos- sonríe cínicamente la chica rubia mientras vigila como os agacháis tal como se os ha ordenado. Aunque no queda muy claro a quien se refiere con "sudorosos". Su compañero se impacienta y mientras hace crujir los nudillos saca la porra eléctrica.

-Necesitan que les ablanden un poco las carnes, Val. Hazte a un lado- dice éste, medio gruñendo. Aunque su rostro denota más bien que se está relamiendo con la idea de machacar unos cuantos huesos. En el Arca se propugna la no violencia, pero está claro que es algo que ha calado muy poco en los cuerpos de seguridad.

-Perdona?- la joven guardia se interpone entre Sean, Finn y el guardia grandullón -Harris, se han tumbado- le dice ésta muy firmemente, tratando de impedir que se lance a un festín de ostias -No es necesario- señala a Finn y Sean.

-Estás bien chico?- hace un gesto de querer acercarse al ver que a Sean le cuesta respirar -Agente Mercy, hay que llamar a la enfer...- se ve interrumpida bruscamente al ser apartada de un tirón por Harris.

-Es una urgencia médica, Harris- dice con frialdad y toda la autoridad de que es capaz la joven agente.

-Te he dicho que te apartaras- el tono de voz de Harris sube cada vez más, junto con la tensión a su alrededor. Ambos agentes se encaran el uno al otro, aunque el agente Harris le saca unas cuantas cabezas a la agente Valary, que parece una enanilla frágil a su lado. Pero eso no amedrenta a la joven.

-No hermano, es ahora. Este es el momento. O te unes o te apartas- te susurra con mucha convicción. No sabes cómo va a empezar todo esto, pero sí sabes cómo va acabar, nada bien. Oyes algunas murmuraciones más por detrás tuyo, con timbres de voz diferentes. Están intercambiando mensajes cortos entre sí. Están iniciando la cadena de mando para el amotinamiento. Y tú estarás en primera línea de tiro cuando todo estalle.