Partida Rol por web

Harry Potter y el Elixir de la Resurrección

El Elixir de la Resurrección (Gran Comedor)

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29/11/2016, 01:52
Nikolay Mijaílovich Poliakov (Kolia)

Cuando veo a Bobrinsky empuñar su varita me preparo para lo peor pero descubro con gran alivio y no menos asombro que la deposita en el suelo. No puedo estar más de acuerdo con su afirmación de que no es un contrincante digno de mí, pero parece insinuar que sus escasas medallas se deben a su propio mérito en tanto que las mías se deben a otra cosa que a mis sobresalientes aptitudes. Sin embargo, si discutiese sobre estos temas con un loco, ¿en qué me convertiría eso a mí? En otro, por supuesto.

Yo tengo muy claro mi objetivo aunque mi compañero de escuela parece un tanto desconcertado. Tal vez yo estuviera en lo cierto desde el principio y esa veela de Beauxbatons con la que se junta lo tiene bajo el influjo de algún hechizo.

—Claro amigo, te entiendo perfectamente y te lo agradezco —miento dedicándole la mejor de mis sonrisas forzadas—. Te mantendré vigilado y estoy seguro de que tú también me cubrirás las espaldas.

A propósito de lo cual, retrocedo lentamente sin darme la vuelta, asegurándome de tenerle controlado en todo momento hasta que lo pierdo de vista.

—Buenas noches, Bobrinsky, deberías descansar, no tienes buena cara —me despido de él mientras me alejo, esta vez con sincera preocupación. Pobre chico...

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29/11/2016, 23:56
Vitaly Baburin Bobrinsky

Para cuando Nikolay terminó de hablar, el muchacho suspiró mientras lo veía ir nuevamente al barco. Por unos segundos, Vitaly quedó mirándolo, mirando aquella figura caminar hacia su hogar, aquel brillante alumno que, sin embargo, no le inspiraba suficiente confianza para llamarle un "amigo". En la misma dirección, sus ojos se desviaron a un barco cuya luces de farol lo destacaban entre la oscuridad; viendo que era hora de dormir, entonces fue cuando vió un pájaro atravesar el barco, una de manchas cafecinas y blancas yendo demasiado cerca del agua, pero cuya fisionomía la hacía imposible aterrizar en el agua. En ese momento, Vitaly se puso en marcha hacia su habitación.

Sus compañeros en Durmstrang no ignoraron el hecho que había sucedido en la premiación. Algunas semblantes eran nuevas para el muchacho, como eran el miedo y, en otros, la pena; sin embargo, no llegaron a inundar el barco de malas vibras, así las risas y las constantes riñas y juegos sonaban en total normalidad. Al llegar a su litera, se encontró con la sorpresa que, en la ventana, esperaba una lechuza con una carta. Un escalofríos corrió por su espalda mientras abría un poco la ventana para extraer la carta, abriéndola y leyéndola rápida.

Entonces, empezó nuevamente a recordar.

Los pequeños pasos del muchacho quedaban grabados en la nieve, mientras seguía a la muchacha de cabello floreado, atravesando las calles desiertas de Leningrado; en su espalda sentía un escozor enorme, una presión que le hacía retroceder a medias: la oportuna señal inconciente de que estaba lejos de su padre; y sin embargo la belleza de la muchacha le hacía seguirla sin importarle su persona. Para cuando quiso parar de una vez, el muchacho vió con asombro que estaba al borde del mar, mirando al frente el imponente castillo de Vyborg, mientras la muchacha de cabellos dorados le miraba desde la orilla de éste, parpadeando sus enormes ojos verdes al pequeño. El muchacho, hipnotizado por su mirada, empezó a embarrar sus zapatos con lodo, acercándose a la orilla.

Vitaly agitó su cabeza, mientras una presión en su garganta lo hizo suspirar de asombro. Aquella repentina reacción le había causado un espanto lo suficientemente fuerte para poder recordarlo completamente. Al ver la carta, suspiró nuevamente, pasando su mano en el rostro antes de agarrar su frasco de tinta y su pluma desde el estante y escribir la respuesta en un inglés decente, las letras siendo un poco menos legibles del común. Para cuando contestó la carta, suspiró y enrolló el papel, envolviéndolo nuevamente en el cordel. Pasándosela a la lechuza, vió cómo ésta volaba en medio de la oscura noche, perdiéndose en la oscuridad. Cerrando la ventana, el muchacho se hechó en la cama por unos segundos, cerrando los ojos y sin previo aviso, su conciencia se desvaneció, yaciendo en la cama dormido.

Notas de juego

Señorita Aline:

Agradezco la preocupación. Lo de la sala fue un avatar del destino y nada más. No debería preocuparse por cosas que apenas son controlables. Lo importante fue que estás a salvo. Disculpa por no estar motivado en la premiación, no me sentía de buen humor... en fin, disculpas aceptadas.

Es un gusto comunicarme contigo, y espero que no sea la última vez. Para la próxima prueba, sin embargo, procuraré ser más prudente. Igualmente, si ustede desee, puede visitarme mañana en la sala de duelo, para un enfrentamiento pacífico entre ambos, si no le moleste. Espero verla con la misma determinación que con la prueba pasada.

Atentamente, Vitaly.

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07/12/2016, 14:25
Aline Dunne

Intentó continuar la lectura del libro que trataba sobre la historia de Hogwarts, pero era incapaz de concentrarse. Cerró el libro, y lo devolvió a la estantería que le correspondía. Consideró que debería volver al carruaje de Beauxbatons y descansar, ya que había sido un día muy intenso. Cuando llegó, vio que la lechuza que le había enviado la carta a Vitaly la esperaba. Se dirigió corriendo hacia ella, para ver su respuesta y, con las manos temblorosas, extendió el papel, y reconoció la caligrafía de su amigo. Había aceptado sus disculpas, y le proponía encontrarse mañana en la sala de duelo. Aline esbozó una sonrisa, contenta al ver que Vitaly la había perdonado. Le escribió rápidamente por el reverso de la hoja, aceptando su propuesta, y fue a su dormitorio a buscar un sobre donde guardar la carta, así el ave podría entregársela y volver a la lechucería.

Salió del dormitorio, y se encontró con su compañera de clase, Clarisse. Apenas la conocía, ya que cada una pertenecía a un grupo diferente de compañeras, pero parecía maja. Sacaba muy buenas notas, y era muy inteligente.

—¡Hola! ¿Qué tal todo? Ya hace varios días que no nos vemos, ¡esta última prueba nos ha tenido absorbidas!

 

 

 

Notas de juego

Disculpad por no haber posteado antes. No he tenido mucho tiempo, y se me estropeó el ordenador (estoy usurpando uno XD) Tengo una tablet, pero me resulta muy incómodo escribir en ella ^^U Tardaré un poquito más en postear mientras no me devuelvan el mío (aunque intentaré hacerlo de un día para otro).

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07/12/2016, 14:57
Eileen Mc Griogair

Había ganado si, pero mi mejor amigo había muerto. No podía creerlo, Artemis ya no estaba entre nosotros, ¿cómo...?. Rompí a llorar y me dirigí al patio, sentía que me oprimía el pecho y no podía respirar.

Habíamos pasado tantas cosas juntos que todo parecía irreal, como una mala pesadilla de la que no despiertas. Por un segundo pensé en el hechizo obliviate, pero me percaté de que sería un insulto a su memoria.

Entré de nuevo en el castillo y me dirigí al gran comedor con intención de encontrar alguna cara amiga con la que poder encontrar consuelo.

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07/12/2016, 17:02
Clarisse Delacroix

Clarisse iba de camino a su dormitorio, absorta en sus pensamientos después de lo ocurrido en la entrega de medallas. Pasó cerca de una compañera, pero no percató mucho en ella. Pero en ese instante, la chica se dirigió a ella. Le pilló desprevenida y pareció estúpida seguro, al menos eso pensaba ella. Se llevó la mano al pelo ligeramente abochornada y sonrió a la muchacha. — ¡Oh! ¡Hola! Sí, la verdad es que esta prueba ha sido... dura. — Murmuró la última palabra tras haber tardado unos segundos en encontrarla. — Lo cierto es que no esperaba haber ganado una sola medalla... — Dijo sonriendo mientras se llevaba la mano al cuello orgullosa. Pero era cierto, creía que esa prueba había sido superior a su nivel de destreza. Pero no. — ¿Crees que la siguiente prueba será...? Bueno... ¿Peligrosa? — No sabía como decirlo sin sonar a que era una cagada, pero después de la muerte de un alumno... Estaba preocupada.

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12/12/2016, 16:03
Aline Dunne

—Sí, sí que ha sido dura...—suspiró profundamente—, pero bueno, ¡aquí estamos! ¡Cómo no ibas a ganar una sola medalla, con lo buena estudiante que eres! Y seguro que te alzarás con la victoria más veces, ¡ya verás!—le dijo, sonriendo, y le acarició un par de veces el brazo para infundirle ánimo.—Ya no sé qué pensar... No creo que sea peligrosa después de lo que pasó. Más vale... No sé cómo han podido permitir que sucediese esto.

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12/12/2016, 21:26
Clarisse Delacroix

La expresión del rostro de Clarisse fue de pura satisfacción al escuchar los elogios que su compañera le dedicaba, como no. A ella siempre le gustaba que le comieran la oreja, o mejor dicho, que supieran reconocer sus logros. Sonrió a la chica, pues a pesar de esto, no quiso pavonearse demasiado. En el fondo, la chica le caía bien y parecía lo suficientemente humilde como para que le pudiera hacer competencia, así que, sin problema. En cuanto al siguiente tema, aquello cambió por completo. La sonrisa se borró y miró al suelo, cabizbaja. — Lo cierto es que es bastante fuerte... De hecho... No quiero contarle nada a mis padres, porque como se lo cuente... Me sacarán de aquí en menos de lo que se dice Alohomora. — Asintiño bastante convencida. Sus padres no permitirían que su hija predilecta estuviera en peligro, mucho menos su tío. Suspiró. — Por eso, creo que no les contaré nada... Y espero que no se publique nada de esto en los periódicos... — Se encogió de hombros, prefería cambiar de tema. — Pero bueno, mejor dejar ese tema... Es bastante deprimente. — Recuperó su sonrisa y se colocó la perfecta melena. — ¿Qué opinas de los Durmstrang? — Aquella era la pregunta del millón, desde que había estado pasando tiempo con Nikolay, había estado pensando en ello.

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16/12/2016, 17:28
Aline Dunne

Ver a su compañera animada al escuchar sus palabras alegró a Aline. Sabía que era una chica muy capaz, y no iba a permitir que pusiese en duda sus habilidades.

 

—Ya me imagino... Yo no tengo ese problema, como mis padres son muggles... Pero tampoco les voy a comentar nada, no quiero preocuparlos.— Durante unos segundos, volvió a pensar en los ashwinders, y un escalofrío recorrió su espalda. Clarisse sugirió cambiar de tema, y se lo agradeció internamente. Le preguntó su opinión sobre los estudiantes de Durmstrang.

 

—¡Solo conozco a Vitaly! Nos tocó el mismo huevo, así que trabajamos juntos en algunas partes de la prueba. Si no fuese por él, no la habríamos terminado... Es muy amable y atento, estoy muy contenta de que me hubiese tocado hacer con él la prueba—dijo, entusiasmada, sonriendo, y recordó el momento en el que lo conoció—¿Y tú qué opinas? Los demás parecen majos, aunque ni idea.

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16/12/2016, 17:57
Clarisse Delacroix

Clarisse al escuchar que la chica era de padres muggles no quiso hacer ningún comentario e incluso intentó lo máximo posible que no se viera cambio alguno en su expresión, pero interiormente no le hizo demasiada gracia, hubiera preferido que su compañera fuera de sangre limpia. Para disimular en cambio, sonrió. Continuó escuchándole mientras hablaba de los chicos de Durmstrang y olvidó el tema de la sangre en cuando fue hablando y llegó a la pregunta final. — Creo que.. Bueno, creo que est... son muy buenos, sí. — A continuación una carcajada irrumpió por su garganta. Había estado a punto de decirlo, y sabía que su compañera no era tonta así que era obvio que se había dado cuenta por donde iba Clarisse. Las niñas pijas siempre eran las peores. — Estoy bastante contenta con Nikolay. Hicimos también la prueba juntos. — Sonríe de medio lado para después encogerse de hombros.

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25/12/2016, 22:46
Aline Dunne

Tal y como respondió Clarisse a la pregunta que le había formulado, entendió que había algo con Nikolay. No quiso comentar nada al respecto porque su compañera no se lo había dicho literalmente, pero su reacción había hablado por sí misma. También ella comenzaba a aflorar sentimientos hacia su compañero de prueba, pero prefería seguir conociéndolo antes de poder confirmarlo. Era muy cauta con las relaciones amorosas.

—Me alegro de que vaya bien con Nikolay y que sea tan majo— dijo, asintiendo.—Una de las cosas que más me gusta del torneo es esto: conocer a gente nueva—puso la mano sobre la boca mientras bostezaba— Tengo un poco de sueño, y mañana tengo que madrugar. Si quieres, hablamos otro día. Si necesitas algo, ya sabes dónde estoy. ¡Buenas noches! ¡Y gracias por esta charla!

 

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26/12/2016, 13:14
Clarisse Delacroix

Clarisse también se despidió de la chica, también quería descansar así que una vez ambas se despidieron, ella se marchó hacia su dormitorio.

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05/01/2017, 00:16
Director

Unas semanas más tarde, el castillo amaneció completamente cubierto por una espesa capa de nieve de más de medio metro de altura. Era casi Navidad y el Gran Comedor se había llenado de luces de colores, enormes árboles navideños y velas que titilaban al son de los villancicos del coro del colegio. Cientos de serpentinas doradas, rojas, verdes y azules se enroscaban por la Gran Escalera y un olor dulzón a azúcar y canela impregnaba todo el ambiente.

El revoloteo de un centenar de lechuzas encima de vuestras cabezas os sacó del ensimismamiento y una carta aterrizó sobre vuestro desayuno. Una vez más, os citaban aquella noche para asistir a la entrega de medallas. El día pasó volando mientras unos ayudaban a decorar los últimos rincones del castillo y mientras otros recogían sus cosas y las metían en sus baúles para ir a pasar las vacaciones de Navidad con sus familias. Unas horas más tardes, os reunisteis puntuales a la espera de la entrega de medallas.

—¡Bienvenidos todos otra noche más! Como bien sabréis, mañana a primera hora, todos los alumnos que tengan permiso para pasar las vacaciones con sus familias podrán marcharse, por lo que procederemos esta noche a la entrega de medallas de la Tercera Prueba: Pociones. Seguidamente, daremos paso al tradicional banquete navideño con platos de todas las nacionalidades presentes.

Como ya estabais acostumbrados, las luces se atenuaron y la estancia se iluminó poco más que con las miles de diminutas lucecitas de colores que adornaban la estancia. El techo encantado mostraba un cielo limpio y plagado de estrellas, y podíais ver a menudo alguna que otra fugaz.

En el tercer puesto, con medalla de bronce... ¡Aline Dunne!

En el segundo puesto, con medalla de plata... ¡Nikolay Mijaílovich Poliakov!

Y en primer lugar, con medalla de oro... ¡Eileen McGrigoair!

Y, tal y como había prometido la Directora McGonagall, las enormes mesas se llenaron de humeantes fuentes de cremas espesas, bandejas relucientes con carnes estofadas y multitud de postres tradicionales de cada territorio.

 

Notas de juego

Enhorabuena a los premiados. Me ha resultado muy, muy difícil escoger a los ganadores, lo habéis hecho genial todos :)
Podéis ver las pociones de vuestros rivales en el post correspondiente, ahora mismo los hago públicos.

Lo de las vacaciones de Navidad podéis tomároslo casi literalmente, ya que ahora empieza la peor época de exámenes para los que estamos en la Universidad en España y tengo muchísima carga de trabajo. Aun así, esto no se acaba ni se para, simplemente va a un ritmo más lento. Recordad que tenéis disponible a vuestro total antojo el Patio Empedrado y el Club de Duelo para rolear todo lo que queráis sin necesitar mi presencia.

Aprovecho también para desearos unas estupendas vacaciones (o lo que queda, al menos) y que hayáis sido buenos y los Reyes os traigan muchas cosas :)

 

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05/01/2017, 05:54
Nikolay Mijaílovich Poliakov (Kolia)

Las jornadas que me separan del día de Navidad los paso sumido entre los vapores etílicos de la poción que estoy destilando. Prácticamente no como y apenas duermo de forma continuada. Ni que decir tiene que no me aventuro a salir de mi camarote durante todo el trascurso de la prueba por temor a que alguien arruine mi bebedizo, salvo lo esencial para reunir los ingredientes que la pócima requiere.

Esta falta de sueño unida a la exposición prolongada de la neblina tóxica que flota sobre mi caldero se combina para producirme un insoportable dolor de cabeza, una paranoia patológica y un exacerbado sentimiento de nostalgia y soledad. El tener que probar la poción en diferentes momentos para analizar su grado de avance y tratar de corregir las inexactitudes únicamente ayuda a que estos síntomas adversos del proceso de elaboración se magnifiquen, sumiéndome de vez en cuando en letargos alucinógenos en los que me veo perdido en medio de un laberinto por el que caminan muertos estudiantes de Hogwarts y llamando a voces a la única persona que ha logrado hacerme sentir vivo últimamente.

El ruido de algo golpeando con insistencia contra el ojo de buey de mi camarote logra arrancarme un poco de mi delirante duermevela. A pesar del agotamiento físico y mental, acojo con cierto alivio la irrupción de la lechuza enviada por los organizadores de la competición. Eso significa que la prueba por fin ha acabado y, con ella, este período del curso académico.

Me miro en el espejo y éste me devuelve un reflejo de mí más pálido, ojeroso y demacrado del que yo recordaba. El pelo revuelto, los pómulos marcados y los ojos inyectados en sangre me hacen parecer alguien realmente enfermo y peligroso.

Llave de San Mungo... Deberían llamarla "Ariete de San Mungo".

Etiqueto la poción, me doy un baño y hago lo imposible por adecentarme antes de emplear mi varita de ébano con núcleo de fibra de corazón de dragón para empaquetar mis cosas. Mañana me marcharé para pasar las vacaciones en familia y, aunque no tengo demasiadas ganas, siempre será mejor que estar aquí, pasando las fiestas navideñas encerrado en el barco de Durmstrang.

El viento invernal y la nieve que me reciben en el exterior me ayudan a espabilarme de camino al Castillo de Hogwarts, donde entrego el frasquito con mi poción junto con el correspondiente pergamino. A continuación, dirijo mis pasos al Gran Comedor y allí observo con fascinación y aire de fingido aburrimiento los adornos de la estancia. Algunos de mis compañeros de Escuela ya están sentados a la mesa, esperando con más interés la cena que la ceremonia de entrega de medallas. Muchos de ellos me dan palmaditas en la espalda y me aseguran que tienen fe en que conseguiré un nuevo oro en esta prueba pero qué saben ellos. Decir que he logrado puntuar en todas las pruebas es tan cierto como que he sido superado en la mitad de ellas. Este oro podría ser de cualquiera...

«¿Qué he hecho con mi poción? ―pienso, mientras mis manos buscan la poción en el bolsillo interior de mi túnica y descubro alarmado que ésta ha desaparecido―. ¿Ese crío de Hufflepuff me está mirando a mí? Seguro que me la ha robado él o sabe quién ha sido...»

Me levanto de la silla dispuesto a darle una buena lección y entonces recuerdo que ya he entregado la poción y que por eso no la llevo encima. Estoy irritable y nervioso, lo reconozco. Es normal estar nervioso cuando tienes que demostrar delante de todos una y otra vez que sigues siendo el mejor. En serio, ¿por qué me mira tan fijamente ese crío? Vale... puede que también tenga un poco de manía persecutoria.

Me siento otra vez, despacio, sin quitarle los ojos de encima al niño hasta que éste se aleja despreocupadamente con un grupo de amigos. Aaron viene a sentarse a mi lado y lo hace en silencio. Tardo un rato en entender por qué está tan cariacontecido. Las navidades no son la mejor época del año para ser huérfano, si es que hay alguna época buena para serlo. Durante un instante pienso que estaría bien tratar de animarle pero lo cierto es que no se me ocurre nada agradable que decir que no sea que todo es una mierda. Ni siquiera me atrevo a mentirle diciéndole que seguro que gana alguna medalla esta vez, a estas alturas está claro que no tiene demasiadas posibilidades contra la mayor parte de los contendientes de la competición y ni siquiera estoy seguro de que haya presentado su poción a tiempo.

Un grupo de bulliciosas chicas de Beauxbatons irrumpen en el Gran Comedor. Busco con la mirada a Clarisse y no puedo evitar sentirme decepcionado al no encontrarla entre ellas. Es posible que Vity no sea el único que ha comenzado a perder la cabeza con la competición.


La última ceremonia de entrega de medallas del año da comienzo pero no parece muy alegre a pesar de que marca el comienzo de las vacaciones de Navidad. La gente tiene demasiado cerca el recuerdo del difunto Flamel y no hay luces ni banquete que puedan cambiar eso.

Rubia consigue la medalla de bronce demostrando ser una adversaria digna de consideración. Si no me equivoco, es ya su tercera medalla consecutiva y en esta ocasión la obtiene sin la ayuda de Bobrinsky. Me sorprendo deseando que el nombre que suene a continuación no sea el de éste último, ni el de Aaron sino el de Clarisse pero el que escucho es el mío.

Un involuntario tic nervioso en mi ojo derecho delata mi estado de ánimo. Esto de ser el segundón amenaza con convertirse en una desagradable tradición. Los aplausos me suenan a broma de mal gusto y vuelvo a mi sitio con una sensación de vacío en el estómago. Después de tanto esfuerzo...

Cuando me dispongo a regresar a mi mesa puedo ver a mi antigua socia de Beauxbatons sonriendo y aplaudiendo a rabiar. Supongo que la plata no está tan mal si es ella quien se alza con el oro. Después de todo, ya logró derrotarme una vez en el club de duelo.

Para mi decepción, es la listilla de Eileen quien consigue la medalla de oro, igualando así el número de oros que yo mismo he logrado. Imagino que sus vacaciones serán las más afortunadas del mundo. ¿Habrá alguien que no hable de la heroína de Hogwarts, la que ha conseguido poner en jaque la supremacía de Durmstrang en la competición a pesar de que en ella únicamente participan ya dos alumnos de esta escuela?

La sonrisa de Clarisse ha desaparecido para ser reemplazada por la decepción; al menos eso es lo que me parece a mí desde la distancia. Si a mí me ofende la plata, se me parte el corazón al pensar en cómo debe sentirse ella después de que tanto esfuerzo haya quedado sin recompensa.

Tal vez se deba a que los embriagadores efectos del Bloodydown todavía circulan por mi organismo, o tal vez sea el espíritu navideño, o quizá puro egoísmo por mi parte o puede que un afecto sincero que está floreciendo en mí. ¿Quién sabe? Lo cierto es que espero a que la cena esté tocando a su fin para acercarme a la mesa de Beauxbatons y, haciendo caso omiso de las miradas curiosas y las risitas nerviosas de las alumnas de esta escuela, poso mi mano izquierda sobre la de Clarisse, agito mi varita y exclamo:

¡Muffliato!

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05/01/2017, 05:55
Nikolay Mijaílovich Poliakov (Kolia)

Me inclino sobre mi interlocutora y puedo sentir cómo su cuerpo se pone en tensión debido a mi proximidad. Todos pueden verme pero sólo ella puede oírme. Que esas chismosas que nos rodean cotilleen cuanto quieran, ¡qué me importa a mí!

―Esos tramposos de Hogwarts nos han robado otra vez ―le digo en un susurro enronquecido por la falta de uso―. ¿Cómo se explica esto si no?

Aprieto su mano entre la mía con un poco más de fuerza de la necesaria.

―No quiero irme de vacaciones. No quiero que te vayas ―le confieso con una nota de ansiedad en la voz―. Quiero que te quedes conmigo y ganemos este torneo juntos.

Notas de juego

Me ha llegado al alma el turno de Clarisse llorando en su habitación y he pensado que, aunque no tenga medalla, se merecía que su poción surtiera efecto. Es su regalo de Reyes.

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05/01/2017, 11:03
Clarisse Delacroix

Al fin, llegó el gran día. La lechuza que había pillado desprevenida a Clarisse en el patio, le anunciaba en un pergamino que la entrega de medallas sería esa misma noche. El corazón de la chica saltó en su pecho. Estaba realmente nerviosa, pues quería ganar al menos una medalla, pero en el fondo, sabía que no estaría a la altura. Que no se lo había currado tanto como debería. Respiró profundamente y se encaminó al carruaje de Beauxbatons para terminar de guardar todas sus cosas y arreglarse un poco para la ceremonia.

Al estar en su dormitorio, guardando las cosas, empezó a sentirse bastante triste. Conocía el motivo de ello, pero prefería hacerse la loca y autoengañarse, pensando que lo desconocía. Finalmente, apenas maquilló ligeramente sus ojos para ocultar las ojeras que tenía de estos últimos días y salió en dirección al Gran Comedor. Seguramente llegaría de las últimas, se había entretenido mucho y hacía rato había escuchado salir a las compañeras de las habitaciones contiguas.

Como bien imaginó, entró de las últimas y corrió a sentarse en la mesa de Ravenclaw sin que se notara su llegada. Ya estaba ahí todo el mundo, y ella comenzó a ponerse de nuevo nerviosa. Buscó a su compañero de Dumstrang, podía verlo entre dos de las chicas Beauxbatons que tenía sentadas en frente, pero si estas se movían (lo cual no paraban de hacer) se metían en su campo de visión y dejaba de verlo. Atendió a las palabras de la profesora cuando comenzó a decir las medallas de los ganadores. Bueno, el bronce no sería suyo. Lo cual... Era un gran alivio. Espera que la plata tampoco lo fuera, a decir verdad. Ya que pedía... Prefería el oro. Nikolay fue nombrado. El rostro de Clarisse se iluminó, por un instante se olvidó de ella misma. Se olvidó de ganar o no ella esas dichosas medallas y se alegró enormemente de su compañero. Aplaudió sonriendo mientras lo seguía con la mirada en su recorrido hasta el escenario y vuelta a su mesa. Estaba realmente emocionada por ello y se alegraba francamente de su triunfo, a pesar de no ser lo normal en ella. Finalmente, se pronunció el nombre del ganador. Y para su desgracia, no fue el suyo. 

Totalmente decepcionada, la sonrisa se borra de su rostro. Baja la mirada a la mesa, mirando ahora sus inmóviles manos que no aplauden. El barullo de la gente aplaudiendo, silbando y vitoreando a las campeona de Hogwarts se queda de fondo, en un segundo plano. Los ojos de la chica comienzan a arder y a escocerle. Se lleva las manos a la cara y comienza a respirar profundamente. "No. No vas a llorar aquí, Clarisse. No." Se repetía en su mente para no hacerlo. Acto seguido, apareció en su mesa toda la comida. La chica, no estaba de animo para comer nada ahora. Todo el mundo parecía bastante contento y sin duda los alumnos de Hogwarts hacían bastante ruido, para recordar quien había ganado.

Clarisse apenas probó bocado. Se le había cerrado por completo el estómago y no habría nada que pudiera comer próximamente. La decepción, la vergüenza de si misma, eran imposibles de ocultar. Seguía pensando en eso y fustigándose cuando sintió que muchas chicas que estaban sentadas cerca suya la miraban entre risitas. ¿Qué? ¿De qué se estaban riendo? Segundos después se percató de que no era a ella a la que miraban, sino justo detrás de ella. Iba a girarse para ver que era lo que llamaba la atención de todas las chicas, pero justo cuando iba a hacerlo, una mano se posó sobre la suya.

La primera reacción fue la de confusión. No sabía quién era, ni por qué hacía esto. Seguidamente observó la mano con detenimiento y la reconoció. Además, justo en ese momento, pudo oler la corriente de aire que esta persona había hecho al caminar hacia allí. Aquel olor le era familiar. Aquella mano también. Y... aquella voz... Sí. También. Nikolay acababa de realizar el hechizo muffliato. Estaba tras ella, y cogía su mano. La cabeza le empezaba a dar vueltas.

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05/01/2017, 11:19
Clarisse Delacroix

Justo cuando se sentía como si estuviera mareada por toda aquella extraña situación, sintió como el chico se inclinaba sobre ella. Oh... Dios... Ahora sí que podía olerlo. Nunca había tenido tan cerca al chico y no sabía como debía reaccionar a ello. En un primer momento, sentía la necesidad de separarse, incómoda. Realmente, no era alguien que mantuviera mucho contacto físico con nadie y eso no le hacía sentir a gusto. Pero entre aquel olor y el calor que emanaba de su cuerpo, la sensación era agradable y embriagadora. Sintió como el chico le susurraba algo. Tuvo que poner especial atención en concentrarse en sus palabras y saber lo que decía. Pero había que admitir, que le fue muy difícil atender con él tan cerca. 

No sabía realmente que contestar a eso. No quería que el chico sintiera lástima por ella y que intentara consolarla de esa manera. Quería responder, pero lo cierto es que sentía la garganta como si no fuera suya. No le salía la voz. La mano de Nikolay apretó la suya y el chico comenzó a hablar con urgencia. Las palabras que escuchó a continuación ya si que la dejaron atontada. ¿Era en serio? Tenía que estar de coña sin duda. Se giró para poder verle la cara y trajo su mano consigo, poniendo ambas manos entre los dos. — N-No... No sé que decir... — Le temblaba la voz y el corazón le martilleaba en las sienes. Realmente se sentía estúpida al quedarse paralizada de esa manera, pero estaba tan nerviosa, tan confusa, tan sorprendida que no asimilaba la situación y no conseguía encontrar palabras para él. — Q-Q.. Q-Quiero decir... Que... Bueno... Yo también quiero quedarme contigo.. — Bajó la mirada de su rostro, le era casi doloroso mirarle a los ojos. 

Notas de juego

Qué puto mono jodeeeeeeeer. Te juro que cuando he leído tu post estaba como una quinceañera gritando y diciendo: Me muero de amooooor! xDDDD. Me ha encantado, en serio <3

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06/01/2017, 23:55
Vitaly Baburin Bobrinsky

Mientras muchos de los alumnos de Durmstrang se dirigían al salón principal eufóricos por la entrega de medallas , Vitaly se encontraba caminando tranquilamente entre la muchedumbre, ambas manos en sus bolsillos, mirando al frente. Para cuando entró al salón, vio cómo los decorados habían cambiado: el espíritu navideño parecía haberse tomado Hogwarts, las luces del arbol navideño brillaban como un lucero incandescente en medio del salón y parecía que desde el techo caía nieve, como si aquel techo no existiese y fuese el mismo cielo abierto el que estaba ante sus ojos.
 

Pero Vitaly no vió nada de eso.

Con ambas manos entrelazadas, se sentó recto en su lugar, en un  ángulo perfecto. Sus ojos no se movieron inquietos por la dislumbrante cantidades de luces, por los sonidos y por los fantasmas que se lucían ante los alumnos de Hogwarts, sino estaban fijos, de tal manera que inclusive el pasar de la mano de uno de sus compañeros encima de su rostro no le interrumpió. Respiró hondo, y algunos más se unieron a molestar a Vitaly, quien parecía, tal como una estatua, con los ojos fijos al frente. Para cuando la señora McGonagall ordenó silencio, su cabeza se giró a la directora de Hogwarts; ella empezó a darles las gracias, y anunció los ganadores de esta prueba de Pociones. La muchacha de cabellos dorados había ganado, y todo Beauxbatons se alzó para aplaudirla; aplaudían fuertemente, y la muchacha sonreía victoriosa ante su premio. Sus cabellos danzaban mientras ella caminaba de vuelta a sus compañeras de escuela, en una escena tan cargada de alegría que la mayoría o se contagiaría o no se incomodaría ante la situación. Pero Vitaly no sintió nada, no vio nada; sus ojos estuvieron fijos en la directora todo momento. 

Para cuando anunciaron el segundo, esta vez fue su compañero de clases, Nikolay. El hombre seguía inbatible, y si no se llevaba el premio al menos seguía al tanto de la premiación, consiguiendo medallas para su escuela. Los muchachos de Durmstrang celebraron eufóricamente, y Nikolay, típico de él, celebró con alevosía su victoria. Vitaly ni se inmutó; simplemente siguiendole con la vista. El primer lugar fue la muchacha de Hogwarts, y al verla subir al podio, respiró profundamente, siguiendo su marcha con los ojos desde la entrega de la medalla hasta su regreso. Para cuando empezó el banquete, Vitaly lentamente empezó a pasar sus manos en su estómago, en su garganta, en su frente que empezó a sudar frío. Sentía un dolor, un mareo, y se levantó de la mesa medio atontado, sus pasos ágiles y pesados dirigiendose hacia las afueras del salón, mientras sus compañeros le miraban irse, mas dando caso omiso al gesto la mayoría de ellos.

Afueras del comedor, Vitaly caminaba apresuradamente, una mano encima de su boca, la otra agarrando su estómago. Mecánicamente, el muchacho abrió la puerta y se encontró con los baños, y dirigiéndose a un excusado, cerró la puerta, abrió la tapa y de su boca despidió un líquido rojizo color carmesí demasiado transparente y líquida para ser sangre. El muchacho siguió despidiendo el líquido desde su boca, y tras unos segundos, el muchacho empezó a toser, mientras tiraba la palanca para despedir todo el material que había expulsado... el olor del líquido vomitado empezó a invadir su nariz: era una combinación de azufre y rosas...

Y entonces abrazó el excusado, y las lágrimas inundaron su rostro imperturbable.

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07/01/2017, 00:43
Nikolay Mijaílovich Poliakov (Kolia)

Me llevo las manos de Clarisse a los labios sin apartar mis ojos grises de los suyos verde-azulados. Resulta tan sencillo perderse en ellos...

―Entonces hagámoslo ―respondo loco de contento cuando ella reconoce que también quiere quedarse conmigo. Observo su cara de asombro y comprendo demasiado tarde que mis palabras no han sido sabiamente escogidas―. Quedémonos el uno con el otro, quiero decir. Si los dos queremos estar aquí y somos mayores de edad para decidirlo, ¿qué nos importan lo que piensen los demás? Mandaré una lechuza esta misma noche a mi familia para que sepan que no iré en Navidad y así podremos quedarnos en Hogwarts. Hay tantas cosas que no sé de ti y que me muero por conocer...

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08/01/2017, 22:54
Eileen Mc Griogair

En cuanto oí mi nombre no pude evitar saltar de alegría. Realmente quería ganar, en honor a mi mejor amigo. El resto de compañeros aplaudían y vitoreaban. Yo no podía evitar sentirme alegre. Busqué con la mirada a Aline y a Nikolai para felicitarles y darles la enhorabuena. Primero me tope con la gélida mirada de Nikolai que no dejaba de mirar a la directora McGonagall. 

Me levante de mi sitio y fui a la mesa de Beauxbatons, quería felicitar a Aline por su logro. Llego a la mesa y me dirijo a Aline:

Enhorabuena por la medalla Aline esbozo una sonrisa y tiendo mi mano y de paso Feliz Navidad para todos.

En ese momento las mesas se llenaron de rica comida navideña y no dejé que la pena me arruinara la Navidad, Artemis ya no está. Lo llevo en mi corazón y el querría que lo pasara bien hoy. Hable con mis amigas y amigos de las cosas que queríamos hacer en el periodo de vacaciones. La verdad es que no quería irme de Hogwarts ya que el ambiente allí es realmente navideño, pero también quería ver a mis padres, abrir los regalos y tener un momento de paz.

Entre manjar y manjar me levantaba de la mesa de Gryffindor y recorría las mesas de las otras casas para conversar con mis otros amigos. En el aire se notaba el espíritu de la Navidad y todo el mundo tenía una sonrisa en su rostro, bueno, casi todo el mundo, no creo que Peeves estuviera tan contento con tanta felicidad.

Con un trozo de Mince Pie volví a mi sitio y me relajé el resto de la cena.

Comiendo el Mince Pie pensé en Artemis, en como le gustaban aquellos pastelitos y como nos habíamos puesto enfermos de tanto comerlos las navidades pasadas que hasta la señora Pomfrey se sorprendió de la cantidad ingerida. Se me dibuja una sonrisa, Como te extraño amigo, y miro hacía la entrada del gran comedor con la falsa esperanza de verlo entrar con su cara resplandeciente. Tengo que enviar una lechuza a los padres de Artemis. De repente mis amigos me reclaman y vuelvo a la tierra. Uno de mis amigos empezó a sacar objetos de sortilegios Weasley y nos dispusimos a pasar una agradable velada.

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09/01/2017, 18:55
Clarisse Delacroix

El corazón de Clarisse latía con muchísima intensidad. Ella, aún nerviosa, asimilaba las palabras del chico como si de un sueño se tratase. No podía terminar de creer que eso estuviera pasando. Por un momento, pensó en su poción. ¿Podría ser que hubiera caído en manos de Nikolay por algún motivo y él la hubiera bebido? Eso sería dar por hecho que su poción funcionaba, lo cual dudaba, y además, sería poner al chico como si fuera tan tonto de tomarse cualquier cosa que encuentra por ahí. Pero, ¿entonces cuál demonios era el motivo para que se hubiera hecho realidad? Aún atónita con todo, intentó disimularlo, ya le preguntaría más tarde. Ahora, debía contestar o el chico pensaría que ella estaba loca. 

La sonrisa extraña que esbozó ante la pregunta del chico dio como resultado que este se explicara mejor. Una vez hecho esto, la muchacha asintió con la cabeza, aún sonriendo aunque de emoción esta vez.

Vale. Sí. Sí, quedémonos aquí. — Por un momento pasó por la cabeza su tío. Eso hizo que frunciera el ceño y desviara la mirada a algún punto en la nada, aunque siguiera mirando a Nikolay. Acto seguido volvió a sonreír, como si hubiera vuelto en sí. — ¡No hay problema! ¡Mandaré una lechuza yo también y me quedaré! — Se levantó de su banco, no creía oportuno tener que esperar. — ¿Vamos? — Murmuró aún nerviosa por la emoción de toda la situación.