Partida Rol por web

¡Hay un primigenio en mi sopa!

I. Aguijón en la retina

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05/10/2021, 09:36
Narrador

Afuera, entre la vegetación, resonó el chillido de una alarma. Provenía del segundo cobertizo.

La astuta Sadie Bell...

La afortunada Sadie Bell...

Siempre sacrificándose por el bien mayor...

¿Por qué quieres salvar a la niña, Sadie?

¿Te recuerda a ti, quizás?

De acuerdo, Sadie. ¿Quieres jugar...?

Juguemos.

La criatura siente el reclamo de la alarma proveniente del Dodge aparcado en el segundo cobertizo y ataca intuyendo que una de sus víctimas trata de escapar.

El cazador no va a concederle ese privilegio.

El suyo es un torrente de destrucción ataviado de penumbra y furia homicida. Extendiendo sus enormes alas, el horrendo cazador efectúa un picado, cayendo sobre el cobertizo, embistiéndolo con rabia y arrasando todo a su paso. La patética construcción estalla en mil pedazos sembrando de tablones y metralla de astillas el maizal al tiempo que el vehículo salta por los aires y resulta partido en dos ante la presión que ejerce el reptiliano abdomen de la bestia que lo envuelve. Parece una pieza de juguete que un niño malcriado rompe por puro deleite. Tal es la fuerza de este aberrante ser que parece un fenómeno de una naturaleza perversa y corrompida. Sadie puede considerar un milagro haberse escondido entre la maleza a tiempo para evitar la devastación que se cierne a su paso.

La criatura siente su presencia, oculta en alguna parte al amparo protector de la espesura. Solo tiene que olfatear, seguir el rastro. Tarde o temprano, dará con ella. Sadie lo sabe bien. Pero en ese instante en el que la mente del cazador y de la presa están en sintonía, ocurre algo.

La bestia advierte la presencia de Alex.

El Horrendo Cazador se enrosca en el aire agitando sus prodigiosas y membranosas alas, generando un efímero huracán a su paso. La plantación parece encogerse de puro miedo, sus ramas quebrándose ante el alzamiento en vuelo del engendro tenebroso, ahora justo rey de la noche de Oklahoma. Fundiéndose en cruel sintonía con la sombra, la criatura parece desmaterializarse solo para aparecer a escasos metros de Armín y Kyle volando como la agilidad de un azor sorprendiendo a su presa. Su objetivo, empero, parece la niña, que le observa con los ojos muy abiertos, casi como si esperase su llegada.

La bestia abre sus fauces y los jirones de noche que parecen darle una vaga forma a su alargado hocico revelan una babeante colección de afiladísimos y alargados dientes.

Sin sacrificio no hay victoria.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Enhorabuena, Sadie...

Has pasado las tres tiradas críticas.

Papafrita.

-_-

Tus reservas se han acabado.

¿Oye eso, señorita Bell?

Es el sonido de lo inevitable...

Intendencia:

Armín y Kyle, os voy a pedir una tirada de Huida o Atletismo. Es enfrentada. Uno de los dos va a sufrir. Mucho.

Hacedla solamente si queréis proteger a Alex.

Sadie, me reservo tu tirada de Huida. La de Sigilo era tan buena que te vale para evitar la atención del Horrendo Cazador.

El resto aguardad a que hablen Armín y Kyle. Así focalizamos bien la acción.

Enhorabuena a Eibel. No es que tuviese una tirada imposible, pero era delicadísima ^^

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05/10/2021, 12:38
Armín Bahramí

Cuando me doy la vuelta para ver quién me ha seguido al exterior del matadero en el que se ha convertido el destartalado cobertizo, solo veo a un agitado detective Angel, cogiendo de la mano a Alex. Alex. La visión debería resultarme reconfortante, pero hay algo en su mirada, oscuro y carente de inocencia, que me hace sentir escalofríos. Todos los demás han decidido quedarse dentro para ayudar a Vicky. Incluso Farah. Especialmente Farah. Quizá yo también debería quedarme, pero fríamente, no hay absolutamente nada que pueda hacer por ella. Está en buenas manos. O al menos, eso es lo que me digo a mí mismo para que el peso de la culpa no me aplaste. La realidad es que siempre abandono a la gente en el peor momento.

—Vamos —repito una vez más con un asentimiento para acallar las absurdas estupideces con las que mi mente trata de sabotearme, y me dispongo a irme de una puta vez de este maldito sitio.

 De pronto, un aullido ensordecedor en mitad del maizal me hace girarme con la misma brusquedad que si me hubiesen dado un puñetazo. Tardo unos segundos más de lo normal en darme cuenta de que se trata de la alarma de un coche. ¿Qué pasa ahora? Mis ojos buscan en la oscuridad, ansiosos, expectantes, intentando encontrar las piezas que me permitan dar sentido a la nueva situación. Sobre los campos de cultivo, un negro girón de nubes se arremolina de un modo amenazador, como si tuviese voluntad propia, una voluntad amenazante y malevolente. Es… extraño. Casi parece como si esa nube de oscuridad tuviese algo parecido a un lenguaje corporal, que de modo inequívoco anuncia el deseo de matar. ¿Cómo…? Y entonces, en el último momento, alcanzo a distinguir algo entre las tinieblas, alargado y serpentino, acaso como una traza de pintura negra girando y enroscándose en un vaso de agua turbia, prácticamente invisible pero indudablemente sólido.

Eso no es una nube.

Al unísono con mi súbito descubrimiento, el otro edificio del maizal salta en pedazos, arrollado por algo de una fuerza tan inmensa como la de un tornado, pero mucho más concentrada; al contrario de lo que ocurre con los fenómenos naturales, esta obedece no al azar, sino a una intención. Recortadas contra la malsana fosforescencia de la luna que aún remolonea entre las altas plantas de maíz, me parece ver la sombra de un par de enormes alas que, como las de un inmenso murciélago vampiro, baten con el silencio de la muerte. Esa cosa pliega el espacio y el tiempo de un modo imposible y, antes de que consiga procesar lo que está pasando, se lanza sobre nosotros.

Y lo veo.

Un dragón. Un demonio. Un serafín, la manifestación de Dios en el mundo. No puede ser. No debería ser posible, no debería existir. Y mientras mi boca se abre para gritar, el tren de la evidencia se abalanza como una exhalación sobre mí, estrellándose contra todo lo que tiene sentido y haciéndolo trizas. Oigo el crujido de mi mente quebrándose de un modo irreversible, y ya no puedo pensar.

Pánico.

Asfixia. Me hundo. No puedo respirar. Tengo que moverme, tengo que salir. Mis piernas. Algo se agarra a mis piernas. Brazos sin forma frenando mi huida. Tropiezo, caigo, me levanto. Tengo que correr, tengo que huir, salvar la vida. Pero, ¿qué es la vida? ¿Es un sueño? Tiene que serlo. El mundo tiembla a mi alrededor. Gritos. ¿Estoy gritando? Solo quiero despertar. Alas negras en la oscuridad. Más gritos. Me ahogo. Plantas, verde, un calor sofocante en el frío de la noche. Gritos que no son gritos. Una alarma. ¿Un coche? Sí, eso es, había coches. Hay que llegar a los coches.

Salgo a flote. Estoy corriendo, lleno de barro, gritando, y me falta el aire. Las matas de maíz me golpean sin piedad mientras huyo, tratando de no pensar en lo que me persigue, tratando de no pensar en Alex, tratando de no pensar en nada. Tengo que escapar.

Tengo que vivir.

- Tiradas (2)

Notas de juego

...

¬¬

OK. El destino claramente me quería loco XDDD. He tirado Estabilidad gastando 3 Puntos (con la idea de que, si tenía éxito, me quedase a -5, el mínimo para no quedar Trastornado). Saco un puto 1. Mi Estabilidad, por tanto, se va a -10 (y pierdo 1 de la Puntuación máxima, así como 2 Puntos de Cordura). Por tanto, quedo Trastornado, con todos los efectos que ello comporta.

Dewey, ya hablaremos de qué Enfermedad Mental adquiere Armín, si te parece bien. Por el momento, lo único que puedo hacer es huir y chillar como una rata XDDD.

Aaaaahhh... Life is good :D.

P.D.: Oh. Y Atletismo, que casi se me olvida. Gasto 4 Puntos, para un 8 en total.

(Por cierto, Dewey, me sigue saliendo D100 como tirada por defecto :'V).

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05/10/2021, 19:05
Kyle Angel

Un horror remolinante tuerce la nada ante mis atónitos ojos, condensándose en algo que parece salido de una pesadilla. Inmediatamente sé que no es una alucinación, porque mi psique jamás sería capaz de imaginar tan abyecta criatura. Algo parecido a un gusano, o a una serpiente, pero que a la vez es algo totalmente distinto, con unas garras espantosas y unas alas que no son alas. Contemplarlo es como asomarse al abismo más negro, y el tembloroso presentimiento que se alojaba en mi estómago desciende hasta mis piernas, que se comportan como si el suelo que las sustenta hubiese desaparecido. Me duele la garganta, y compruebo que estoy gritando, pero soy incapaz de oír el sonido de mi propia voz, o de nada en absoluto. Solo sé que el monstro nos ha visto. No hay a dónde huir, ni dónde esconderse, y si no hago algo, voy a morir.

Voy a morir.

De repente, no me importa nada. Ni Alex, ni la Estirpe del León, ni el supuesto conocimiento prohibido de Charles. Un miedo primario se instala en el fondo de mi cráneo, y solo quiero salir con vida de aquí.

No, no puedo pensar así. Si no te importa nada, lo mismo da estar muerto.

Antes de saber qué estoy haciendo, mi mano izquierda ha encontrado el camino hasta el encendedor que guardaba en el bolsillo de mi chaqueta, prendiendo el extremo del trozo de tela del cóctel molotov que había adherido a mi chaleco. El repentino fogonazo hiere mis desacostumbrados ojos en la oscuridad de la noche. Me humedezco los labios resecos con la lengua, y mi rostro pálido muestra una fiera, casi enloquecida, determinación.

Soy el Wendigo.

—¡Corred! —acierto a gritar a voz en cuello, dando un violento empujón a Armín y a Alex para alejarlos de la trayectoria del monstruoso ser.

Ahora esa cosa viene a por mí.

Vale. Vale. Mantén la calma, respira hondo, espera a poder olerle el aliento a ese cabronazo. Apunta. Lanza. ¡Strike!

La botella revienta al chocar en el hocico del espanto alado, y el súbito fulgor de las llamas lo ilumina todo a mi alrededor, cegándome por completo. Es una bonita última visión.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Dificultad 3 por lanzar a Corta Distancia (a Quemarropa es más fácil y hace más pupa, pero no quería arriesgarme a prender fuego yo también), + 1 porque el cóctel no es aerodinámico, -1 por las dimensiones del blanco. Gasto 2 puntos de Atletismo para asegurar el tiro, y saco un 2. Impacto, por 1d6 de daño (menos lo que corresponda si el Horrendo Cazador tiene reducciones de daño), y saco un preciosísimo 6. Ahora, en principio, el monstruo debería prender en llamas (salvo que sea inorgánico, ignífugo, incorpóreo o lo que sea), y seguirá perdiendo 1d6 de daño por turno salvo que haga una tirada de Atletismo (y pierda un turno) para apagarse.*

Kyle Style is cool style.

 

 

*Que lo mismo es inmune al fuego y se la pela, pero, ¿y lo bien que ha quedado?

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05/10/2021, 21:40
El Cazador

Siete segundos.

Se tomó otros tantos de regalo, poniéndose un cigarro en los labios y encendiéndoselo con un mechero impersonal, negro, de esos que encuentras en cualquier sitio. Dio una profunda calada, consciente de que nunca podría dejar el tabaco. Sintiendo un placer en absoluto culpable arrojó el humo, miró con admiración la cajetilla y se la ofreció a la periodista.

—Bueno Vicky —llamarla así le pareció un premio, como el cigarro—. Pues mira por donde, ya tienes dos recuerdos felices a los que recurrir cuando los necesites.

Le quitó el explosivo plástico con delicadeza y se lo pegó él mismo en el interior de su chaleco, con un trozo de cinta. Quería llevarse ese material, por lo que pudiera pasar allá afuera y porque no era algo para dejar sin vigilancia. Temía que la persona que hubiera montado esa trampa resultara ser la que había logrado escapar y que cazándolo a él pudiera usar la bomba contra todos, así que el detonador lo ocultó, levantándose el pantalón y pegándolo con otro buen trozo de cinta en una pantorrilla, mordiendo la cinta para cortarla.

—Vamos a ver lo que hay ahí afuera.

De pronto algo hizo temblar el suelo con un ruido similar al de un bulldozer arrasando un campamento de chabolas. Empuñó el rifle con prisa y se dirigió con tono marcial a Kristian y Farah.

—Tratad de pasar desapercibidos y escapad buscando los coches. No olvidéis que aparte de lo que sea que grita queda uno de ellos suelto.

Salió agachado con la idea de buscar un parapeto. Ya estaba fuera cuando escuchó el sonido de una botella al romperse y le llegó el inconfundible olor de la gasolina. Su intención era acabar con lo que se encontrara de un solo tiro en la cabeza. Y en el caso improbable de que fallara, moverse rápido y repetir.

Levantó la cabeza para mirar hacia el lugar del que venía el ruido y el olor* y lo que vio le hizo pensar en si algo así pudiera haber inspirado el mito de Nidhogg, el dragón que en la mitología nórdica vive en el reino de la oscuridad royendo una de las raíces del árbol de la vida.

Se dejó caer de rodillas sin preocuparse de la cobertura, pensando que no había tiempo para eso, y cuando lo vio a través de la mira de su rifle, aquel ser infernal ya ardía.

Agradeció al pensamiento mítico haberle dado la posibilidad de percibir aquella abominación sin enloquecer, pero temía caer en algún tipo de rapto catatónico si se detenía en su contemplación —oía los gritos de Armín—, por lo que puso el dedo en el gatillo y el rifle en modo automático.

Disparó tratando de convencerse a sí mismo de que cumplía algo parecido a un papel cósmico. Consciente de lo mal parados que suelen salir los héroes de los mitos, pero conforme porque, en lugar de un arco por muy mágico que éste fuese, los dioses habían puesto entre sus manos un VSS Vintorez con diez balas de wolframio en su cargador —nueve, ahora que había matado a Calvin—, capaces de atravesar una plancha de acero de alta densidad con un espesor de 6 mm. Y eso sin hacer ruido.

- Tiradas (2)

Notas de juego

:-)

La primera tirada no es un cuatro sino un siete (he gastado tres puntos y lo he indicado en la casilla para el motivo de la tirada, pero se me ha olvidado poner el modificador).

Edito: solo alguna coma.

Aclaro: el rifle está en modo automático, dispara una ráfaga de varias balas, a discreción del máster. 

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06/10/2021, 09:03
Narrador
- Tiradas (2)

Notas de juego

Intendencia:

Kyle... 6 puntos de vida menos. Ouch.

Abel... Impactas con mucha facilidad al HC, pero su blindaje corporal anula el daño (las armas de fuego le hacen el D6 -1).

He rebuscado en el manual si hay daño mínimo, pero no encuentro nada. En todo caso, estamos hablando de hacer 1 punto de daño, que ya te digo yo que no es gran cosa. Revisaré a fondo y luego te confirmo.

El cóctel molotov sí le ha hecho daño a este ente del mal (5 puntos de daño en total). Vamos a suponer que le deja ardiendo, si bien poco va a influir por lo que ahora podréis leer.

Ya sabéis que las armas de fuego le hacen daño con un penalizador de (-1).

Aprovechad esta información.

 

Resumen de situación:

Armín corre atravesando el maizal rumbo a los coches. Le separan 250 metros de su objetivo y ha sacado un tiradón de Atletismo.

El heroico Kyle ha combatido a la bestia y ha salido volando por los aires y cayendo por el maizal. Dejo a Mica que describa con todo lujo de detalles la horripilante herida que le ha dejado el ataque del HC. Ubicación, nivel de efectos gore y demás a discreción del jugador. Está aturdido.

Alex no se sabe dónde está.

Abel ha efectuado un disparo al HC con su rifle, pero sin mucho efecto por el momento.

Korsgaard, Rutherford, Abigail, Vicky y Farah están en el interior de lo que queda del granero.

Sadie está oculta, cerca del granero, viendo los fuegos artificiales.

Tras esta up actúan Sadie, Vicky y Korsgaard. Aguardad mi luz verde en el off para hacer vuestras jugadas ;-)

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06/10/2021, 09:24
El Cazador
- Tiradas (2)

Notas de juego

Añado las dos tiradas de armas de fuego (entiendo que para el primer disparo me vale la primera tirada, si no es así dímelo y corrijo, Guradián), gastando un punto en la tercera (con lo que ambas tiradas quedarían con un penalizador a -1)

Ahhhh... ¡lo típico de las ráfagas! XD

Edito: olvidad estas dos tiradas. La cosa, después de mirar riesgos/beneficios/reglas queda en que solo hace un disparo contra el bicho, a la cabeza, por supuesto. 

Así si no muere en este turno quizá tenga opción de disparar otra vez. Si no, con el arma descargada solo quedaría el plan C de CORRED MÁS. Pero dejemos eso si todo lo demás falla.

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06/10/2021, 16:12
Narrador

El horrendo cazador probó el beso del fuego.

Kyle Angel probó el mordisco de la noche.

Ninguno de los dos salió ileso.

El monstruo, su cabeza bañada ahora en fuego, recibió también las atenciones del rifle de largo alcance de Abel, pero no pareció sufrir daño en el proceso. Antes al contrario, arrasó con todo a su paso por el maizal como si de una viscosa e interminable lengua de brea se tratase al tiempo que chillaba y graznaba de un modo ensordecedor. De un simple aletazo seccionó el granero en dos en un acceso de rabia primigenia. Las luces del interior del cobertizo chisporrotearon para estallar en mil pedazos en lo que pareció una reacción en cadena, sumiéndolo todo en una asfixiante negrura. Abel supo que el siguiente disparo sería sensiblemente más complicado, perdiendo de vista al detective al verse engullido por las sombras. Kyle salió despedido varios metros en un efímero vuelo que concluyó de modo brusco con su cuerpo rodando por los suelos, tragando polvo y grava al tiempo que la plantación devoraba su figura en algún punto indeterminado del maizal, no se sabía si vivo o definitivamente muerto. La única fuente luz que pervivía en aquel lago de oscuridad era el rostro alargado y ofidio de la bestia remontando el vuelo hacia la oscuridad, replegándose para atacar de nuevo como la bestia de presa que era.

La cacería no había concluido aún.

*Tum-Tum*

Armín corría intuyendo presencias invisibles acechándole entre la vegetación. Fantasmas del pasado danzando a su alrededor junto con otros nuevos, más tenebrosos. Aventuraba su probable final. Aterrado, corría hacia el vehículo mientras las largas hojas le azotaban la cara sin piedad. Su vida dependía ahora de sus descoordinadas piernas, de su fondo físico y del control de la respiración. Según avanzaba, los alaridos de la bestia que sabía a sus espaldas parecían abotargar su sentido auditivo, a salvo de aquel tambor que martilleaba sus sienes.

*Tum-Tum*

Corrió lo más rápido que pudo. No fue suficiente para evitar escuchar el poderoso aleteo de la criatura. Una risa histérica amenazó con instalarse en su pecho. Casi lo había logrado. Casi se había salvado.

*Tum-Tum*

¿Por qué nadie más escuchaba aquel aterrador graznido en los alrededores?

¿Por qué había aparecido aquella horrenda cosa en mitad de la noche?

¿Por qué?

¿Por qué?

*Tum-Tum-Tum*

¿¡POR QUÉÉÉÉÉÉ…!?

*Tum-Tum-Tum-Tum-Tum-Tum*

Notó la garganta árida, en carne viva.

Tragar le dolía. Le abrasaba.

Escuchó su respiración acelerada colmar sus tímpanos mientras un dolor se alojaba en su pecho. Estaba rebasando el límite. Era consciente de la riada de sudor que descendía por su frente por el esfuerzo. Una perla salada se introdujo a traición en su ojo derecho. Escocía lo indecible. Maldijo en su lengua natal con la voz entrecortada. Siguió corriendo.

*Tum-Tum-Tum-Tum-Tum-Tum-Tum-Tum*

De repente la vegetación dejó de fustigarle el rostro y la brisa acarició su rostro malherido. Notaba finos cortes en las mejillas y en la frente. No sabía cómo, pero su curva y regia nariz había salido indemne. Una broma del destino.

Había cruzado el maizal.

Lo había logrado.

Era libre.

Pero en soledad.

Ante él estaba el Impala y el monovolumen que entre Kyle y él habían robado con astucia en el centro de Oklahoma City. Sin querer sonreír por miedo a romper el encantamiento palpó sus bolsillos. Ahí estaban las preciadas llaves. Él fue el último conductor.

Quiso estallar en una estentórea carcajada. No lo hizo. Ahora venía lo peor. Ahora venía…

El dilema de Armín.

¿Irse y conservar la vida?

¿O aguardar a los demás y arriesgarse a morir ante aquella criatura imposible?

*Tum-Tum*

Si moría, ignoraba qué le dirían a su hija Azadé.

Lo sentimos. A tu padre le devoró la noche. No hay cadáver. No hay… nada.

*Tum-Tum*

Si vivía, tampoco sabría qué decir para explicar lo sucedido.

Perdón por llegar tarde. ¿El brazo? Ah, no te preocupes. Me lo arrancó un monstruo.

Recordó entonces la advertencia que le hizo Charles cuando le permitió entrar en su grupo de investigación esotérica…

Estamos condenados a hacernos preguntas para las que somos incapaces de hallar respuestas. Un día, y puede que ese día llegue antes de lo que crees, tendrás ocasión de mirar al otro lado del telón, Armín. Y ese día, puede que hubieras preferido seguir al calor del fuego en el interior de la caverna, contemplando a las sombras danzar.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Armín, tú también tienes lo tuyo.

Decide en consonancia con la situación qué hacer. Sé que no es fácil, pero confío en tu criterio. Hagas lo que hagas, será dramáticamente apropiado ;-D

Abel, no te relajes. Ahora el HC sabe que estás armado. Tú y el resto estáis a oscuras.

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06/10/2021, 16:24
Alex

Alex, sin conceder una posibilidad al desaliento o a las lágrimas, se incorporó dolorida, con las rodillas magulladas y sus vaqueros color mostaza rasgados. La noche estaba dejando una alta factura a pagar para una pequeña psique como la suya, pero si algo tenía claro aquella joven era que permanecer cerca del detective podía acabar con ella secuestrada, devorada por un reptil alado, calcinada por una bomba de fabricación casera y tintes anarquistas o derribada sin miramientos sobre aquel duro suelo de tierra.

La lección estaba aprendida y consolidada: solo aguarda dolor a los que permanecen cerca del jodido Kyle Angel.

Valoró por un instante la posibilidad de escapar usando a Armín de escudo humano. La cabecita brillante de aquel hombre parecía haber hecho clic. La estancia en Oklahoma era demasiado para una mente cuerda. Huía de modo errático, lo cual le hacía impredecible. Alex albergaba serias dudas de que aquel tipo estuviese en estado de conducir un vehículo para sacarla de allí. En realidad, dudaba que la experiencia de terror completa vivida en el maizal le permitiera volver a ser el mismo de antes.

Recordó sus sueños: Estás sola, vaticinaban.

Siempre tuvieron razón.

Decidida a sobrevivir a pesar de todo y todos –especialmente del jodido Kyle Angel- se arrastró como una versión en miniatura de la serpiente alada que estaba cazándoles para adentrarse sigilosamente en la espesura. Alex tenía buena visión nocturna. Reptó varios metros hasta que el pandemónium pareció quedar lejos de sus oídos y empezó a sentirse, si no a salvo –algo que sería de una ingenuidad insultante en aquella situación-, sí refugiada y protegida entre la maleza. Su tamaño jugaba en su beneficio para ocultarse allí. Aguardaría hasta el amanecer y, entonces, escaparía de una vez por todas.

Era un buen plan.

Al menos, hasta que le llegó la fragancia ferrosa de la sangre recién derramada. Aquello era insoportable. Siguió el embriagante olor como si una promesa de dulce ambrosía aguardase a su encuentro.

No encontró tal cosa.

Se dio de bruces con el cuerpo del jodido Kyle Angel, su sangre dibujando un profundo oasis carmesí en la tierra. El detective estaba aturdido, desmadejado sobre el suelo, en apariencia muy gravemente herido y bordeando la inconsciencia. Sus ojos parpadeaban, pero no veían el mundo. Decía cosas sin sentido. Llamaba a un tal Harry. ¿O era Larry? También a una tal Missy. Y en un tono hosco a un tal Jon.

Llamaba a mucha gente el detective, pero nadie acudió a su llamada. Nadie, salvo Alex.

Fascinada por la visión y excitada por la posibilidad de ver el preludio del óbito de un hombre, Alex se arrastró hasta Kyle y extendió pausada su pequeña mano hacia el rostro de Kyle con el mismo cuidado que el que pretende atrapar una mosca incauta. Sus deditos blancos y ágiles se aproximaron justo hasta la comisura de su labio inferior. Estaba partido, como si de una fruta madura se tratase, reventada contra el suelo. Alex mojó su índice en la sangre fresca y se lo llevó a la boca, perdiéndose en el estremecimiento que la sacudió de la cabeza a los pies. Se hizo preguntas. Sucias preguntitas. Se las hizo mientras ladeaba la cabeza mirando al detective allí tendido, expuesto y vulnerable.

Se hizo muchas preguntitas.

Alex mojó la yema de su índice en el charco de sangre que provenía del cuerpo de Kyle y se recorrió el contorno de sus pequeños labios antes de pasarse la lengua por ellos, relamiéndose en el peculiar sabor de la sangre del detective. De modo involuntario, sus ojos se tornaron blancos de éxtasis.

Arriba, en el cielo, graznó el cazador, advirtiendo del inminente comienzo del segundo asalto.

No podía importarle menos.

Notas de juego

Kyle, elige si pierdes la conciencia momentáneamente o no.

No me lo digas aún.

O sí. Si no puedes aguantar, claro.

En privado, please.

* * * * *

Me adelanto, que veo a alguno venir...

Encontrar a Alex requiere de una tirada de Seguir o Sentir el peligro.

Y la dificultad, no os miento, es alta.

Muy alta.

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06/10/2021, 16:30
Farah

Farah ayudó a Victoria a incorporarse echándosela por el hombro.

—Arriba, Vicky. Vamos, tenemos que salir de aquí.

Fácil de decir, pero Victoria, aunque estable gracias a la pericia del doctor Korsgaard, estaba impedida para correr.

Arriba parecía sucederse un crossover entre Parque Jurásico y Twister. La sutil diferencia residía en que ni los esfuerzos combinados del doctor Alan Grant y la labia de Bill Paxton podría detener al torbellino de destrucción que se erigía ahora en tirano de los cielos.

—¿¡Qué hacemos ahora!? —preguntó la joven intercambiando una mirada con Korsgaard al tiempo que se ponía en guardia viendo al tipo que se había refugiado en el sótano tirando de la sectaria hipermusculada.

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06/10/2021, 16:36
Rutherford

El hombre que respondía al nombre de Rutherford chasqueó la lengua molesto al tiempo que un estruendo caía sobre la puerta del sótano dejando la lógica impresión de que les había atrapado dentro.

—Y este es el motivo por el que odio a esos sectarios. —dijo para sí mismo mientras se retiraba su fedora y procedía a enjugarse el sudor con un pañuelo que extrajo de su chaleco. El interior, claro. —Muy bonito el truco de invocar a Godzilla, señorita Smith. —dijo pidiendo con un gesto a Korsgaard que le ayudase a bajarla al sótano.

A pesar de su sentido del humor a prueba de horrendos cazadores, Rutherford parecía pensar a una velocidad vertiginosa los ases que aún le quedaban en la manga.

—Créanme. No es un buen momento para salir ahí afuera. —afirmó mientras se recolocaba el sombrero y . —Doctor, creo que entre usted y yo podremos abrir la puerta llegado el caso. Pero ahora, vamos a iniciar un diálogo constructivo con la señorita Smith, nuestra experta en asuntos esotéricos de la noche. Señorita Amari. Señorita Liebermann. No les recomiendo mirar, pero allá ustedes.

Rutherford frunció los labios en un gesto cómico mientras examinaba el rostro de la prisionera.

—Señorita Smith, ¿Qué es esa cosa que chilla ahí fuera? —dijo clavando mirada acerada en la joven. —¿Cómo la hacemos desaparecer?

Para sorpresa de todos, la sectaria replicó.

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06/10/2021, 17:10
Abigail

—Esto… solo terminará... cuando la niña muera… —dijo en un desafiante susurro mientras fulminaba con la mirada a Rutherford.

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06/10/2021, 17:41
Sadie Bell

El ruido de la alarma del coche sonaba atronador en sus oídos mientras Sadie se adentraba en el maizal para ocultarse. Angustiada, la joven miraba hacia el cielo nocturno buscando a aquel monstruo que momentos antes sobrevolaba el campo. Debía llegar hasta sus compañeros. Debía encontrar a Alex. Un ruido ensordecedor surgió a sus espaldas mientras una lluvia de astillas caía sobre ella. Vio la mitad del coche volar por encima de su cabeza y estamparse unos metros más allá. Con el corazón latiendo desbocado Sadie corrió como alma que lleva el diablo entre los altos tallos. ¿Qué cojones era esa cosa y de dónde había salido? No debería existir y, sin embargo, allí estaba. A punto de matarlos a todos.

Con la respiración agitada la hacker se detuvo y se aproximó con cuidado al borde del campo. Por un momento el tiempo pareció ralentizarse. La Bestia permaneció un instante suspendida en el aire. Alex se encontraba allí, observándola. No parecía asustada. Mientras Armín y Kyle gritaban presas de la locura la niña permanecía impasible, con los ojos muy abiertos. Como si la hubiera visto antes. Un destello surcó la oscuridad y, con una mezcla de terror y fascinación, Sadie observó las llamas extenderse entre las sombras que conformaban aquel engendro justo antes de que envolvieran al detective privado. Instantes después, su cuerpo salió disparado como si de un muñeco roto se tratara y se perdió en las profundidades del maizal. Alex salió corriendo, huyendo del engendro y desapareció en la espesura. — Mierda.

Con la intención de encontrar a Kyle y a Alex avanzó a tientas agudizando su oído. De repente, pareció captar algo. Un nombre susurrado en la oscuridad. Missy. Guiándose por el sonido llegó hasta el lugar donde Kyle Angel deliraba en el suelo. A esa distancia era difícil saber el alcance de sus heridas. Alex se encontraba a su lado. Su pelo negro caía hacia delante dejando su cara entre las sombras. Estaba a punto de decir su nombre cuando la chica posó un dedo por el labio de Kyle y se lo llevó a la boca. Durante unos segundos, Sadie no comprendió aquel gesto. Su mente pareció negarse a procesarlo. Sin embargo, Alex volvió a posar el dedo sobre lo que parecía ser la sangre del detective para llevárselo a la boca. Su reacción de placer impresionó profundamente a Sadie. — Dios mío, ¿qué te han hecho? — pensó mientras observaba la escena en silencio, pero no había asco en su mirada. Tan solo sorpresa, miedo y compasión. Mientras se dirigían hacia allí ya sabía que si Alex conseguía sobrevivir a la experiencia necesitaría ayuda. En las reuniones de antiguos miembros había escuchado todo tipo de historias jodidas. Estaba claro que no era una niña normal y nunca lo sería. Reaccionando por fin Sadie salió de entre las sombras y se arrodilló junto a ellos. — Hola, Alex. Me llamo Sadie. He venido a ayudarte. Te sacaré de aquí ¿de acuerdo? No te abandonaré. Te lo prometo. —Siguiendo un impulso Sadie puso el dedo índice sobre la sangre cálida de Kyle y lo acercó a la chica, como si con aquel gesto pretendiera sellar algún tipo de pacto de amistad. — Kyle, ¿puedes oírme? — La joven aproximó su cara a la del detective y comprobó que aún respiraba. Estaba vivo. Miró al cielo con la inquietud pintada en el rostro. — Si nos quedamos aquí moriremos. Vamos, Kyle. Tenemos que movernos. — Ayudó a Kyle a incorporarse y fijó su mirada en Alex. — Sé que no tienes miedo y que no quieres morir aquí. Ven con nosotros. Debemos llegar al coche.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Propongo gastar un punto de Consuelo. Perfectly splendid. xDDD 

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07/10/2021, 09:25
Dr. Kristian Korsgaard

La bomba no había explotado y, con la misma frialdad con que había cortado el cable, el doctor Korsgaard se sacó los manchados guantes de látex que aún tenía puestos.

Vio a Abel salir de allí con los explosivos y después escuchó la vorágine que se llevó por delante el cobertizo, allí arriba, fuera del sótano. Por eso se le hizo incomprensible que la mujer de rasgos levantinos quisiera salir de allí con Victoria.

Cuando esta le preguntó qué debían hacer, le señaló la silla de la cual había levantado a Victoria.

—Mi consejo médico es reposo —dijo con el mismo tono que si fuera un doctor en su plácida consulta tras un escritorio.

En ese momento, Rutherford bajaba al sótano con Abigail Smith y Korsgaard se acercó a ayudarle. Después, volvió a por su maletín y regresó junto a Rutherford y Smith. Sacó un bisturí del maletín y miró a la sectaria con la misma frialdad con que miraría llover a través de la ventana de su casa neoyorquina.

—Su primera respuesta quizá sea acertada, pero incompleta, señorita Smith. Críptica, incluso, lo cual no me sorprende en chalados circenses como ustedes. Deberá ser más específica, más detallista. Deberá explicarse. ¿Entiende? Deberá explicar qué tiene que ver esa niña con lo que sea que hay ahí afuera. ¿Alguno de sus estúpidos rituales? ¿Es usted de las que piensa que viene el fin del mundo y que lo podremos evitar cortándonos las venas en lo alto de una colina?

Se mojó los labios ligeramente, mientras se aproximaba más a la mujer:

—Y debo decirle que no estoy satisfecho. ¿Sabe lo que ha quedado ahí arriba en el cobertizo? —dijo señalando con el bisturí hacia la puerta que conducía al cobertizo—. Mi chaqueta. ¿Sabe por qué ha quedado allí en lugar de estar aquí abajo a buen recaudo? —dijo poniendo el bisturí en la mejilla de la mujer—. Por su culpa, señorita Smith, porque tuve que curar su herida.

Apartó el bisturí de la cara de la mujer.

—¿Ve? Ha conseguido que haga mal las cosas. No me he puesto mis guantes. Me hace sentirme sucio, señorita Smith. Y. Yo. No. Soy. Sucio.

Suspiró mientras volvía a su maletín para sacar un nuevo par de guantes, el cuarto de la noche. Mientras se los ponía con cierto deleite, dijo sin apartar la mirada de sus propias manos:

—¿Sabe lo que era el Ling Chi, señorita Smith? Quizá lo conozca como «la muerte de los mil cortes». A ciertos condenados a muerte en China, les aplicaban una condena que consistía en realizar dolorosos cortes en todo el cuerpo, durante horas, hasta la muerte final. Era estrictamente necesario que quien aplicaba los cortes tuviera profundos conocimientos de anatomía, para que esos cortes no fueran letales hasta la estocada final.

Miró a la sectaria y continuó:

—He estudiado toda la documentación al respecto y he llegado a una conclusión: creo que es posible mejorar la técnica de esos verdugos. Es más, creo que yo sería capaz de sacar de su cuerpo varios órganos sin que usted llegara a perder el conocimiento ni la vida. Lo mejor de todo es que siempre llevo un espejo en mi maletín, de forma que usted pueda ver cada detalle del espectáculo, señorita Smith. ¿No es delicioso?

En la cara de Korsgaard se había dibujado una sonrisa que incluso podría describirse como agradable. Sólo el contraste de las palabras que acompañaban esa sonrisa hacía sospechar que no había nada de agradable tras el gesto.

—Le seré sincero: me encantaría que no responda claramente las preguntas, para darme el placer de torturarla durante horas sin llegar nunca a matarla, sino dejándola en un eterno estado de dolor insoportable. Siusted responde claramente, por desgracia, hay quien no me dejaría seguir con ese placer. Así que expláyese usted o lo hará mi bisturí, señorita Smith.

Notas de juego

¿Debo gastar algún punto de Intimidación?

No he hecho tirada de Estabilidad por no haber visto al bicho, que está arriba.

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08/10/2021, 09:28
El Cazador

Abel eligió, para sus siguientes tiros, adentrarse en el maizal. No demasiado, pues intuía que más pronto que tarde éste sería arrasado por el fuego y tendría que huir. Cada decisión implicaba nuevos peligros y el truco de su oficio era saber transformados en ventajas tácticas.

Cuando se detuvo se manchó de tierra húmeda la cara y tomó unas hojas para metérselas toscamente dentro de camisa. Solo le dedicó al camuflaje unos segundos, lo justo para parecer un espantapájaros improvisado. Con un rifle dotado de silenciador y diseñado para no mostrar destellos en el disparo nocturno* podría hacerse invisible para aquel ser que con la cabeza en llamas, iracundo, estaba arrasando con todo lo grande que encontraba a su paso. Su idea era hostigarlo hasta acabar con él. En el peor de los casos, ganaría algo de tiempo para los demás.

Como en su primer disparo de la noche, hincó una rodilla en el suelo y esperó a ver un blanco aceptable mientras volvía a pensar en monstruos y cacerías sagradas. Entonces recordó algo que había leído en un libro sobre el zen en el el arte del tiro con arco, una enseñanza de un maestro:

«Cuanto más obstinadamente perseveréis en querer soltar la flecha para alcanzar un objetivo seguro, menos lo lograreis y más se alejará de vosotros. Principio fundamental: un tiro una vida. Comprometed toda vuestra vida en el tiro de una sola flecha».

Puso un dedo sobre el gatillo.

«Siempre debemos mirar más allá de la diana. Muy lejos. Es toda nuestra vida, todo nuestro espíritu que parte con la flecha. Y una vez realizado el tiro, éste jamás termina».

Y lo apretó.

- Tiradas (2)

Notas de juego

(*) Leo por ahí: "The VSS Vintorez was designed from the start to be a suppressed, flashless, sniper rifle. It uses a heavy subsonic 9 x 39 mm cartridge in combination with its integral sound suppressor"

Hago una tirada de sigilo no solo por el monstruo -que, dedicado a la demolición y con la cabeza en llamas, no parece muy atento en este turno- sino por si Abel se encuentra con alguna sorpresa en modo de sectario al acecho en el maizal.

El dado del daño se lo dejo al Guardián, que me gustan las sorpresas :-)

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08/10/2021, 18:53
Armín Bahramí

La maleza me escupe como a un desecho inmundo, y caigo de rodillas en el fango. Mi vista se oscurece y, sin previo aviso, todo el espanto, el horror y la incomprensión empujan hacia arriba hasta encontrar un agujero por el que salir de manera súbita y violenta. «Vómito en escopeta», lo llaman los médicos. Ni siquiera sé cómo soy capaz de recordar un dato tan irrelevante en este momento. Aturdido, entumecido y en un estado emocional que no tendría ni puta idea de cómo empezar a describir, trato de ponerme de pie. Es como escalar una montaña. Mis pies patinan tanto que, de manera distante y vaga, me pregunto si debo de haber sufrido daños en el sistema nervioso. Es probable. Mi cuerpo se estremece de manera incontrolable, como si estuviese congelándome, y todo parece estar ligeramente cambiado de sitio respecto al lugar donde lo perciben mis sentidos. Es parecido a parar en seco después de haber estado girando como una peonza durante varios minutos.

Al final consigo levantarme, y lanzo un rugido triunfal con el poco aliento que soy capaz de reunir. Agito una mano errática para espantar lo que sea que lleva un rato zumbándome en las orejas, pero ese hijo de puta no se larga. Confundido, miro a mi alrededor. Entre la oscuridad que se cierra en torno a mí, el mareo y todo lo demás en lo que no quiero pensar, tardo unos momentos interminables en darme cuenta de dónde estoy.

El claro.

Lo he conseguido. Haber llegado al sitio donde estaban los coches me parece tan increíble, tan surrealista, que me siento eufórico y perturbado al mismo tiempo. Un puto milagro. Aleluya. Repiquen las campanas. Dando traspiés como si tuviese las articulaciones licuadas, corro los escasos metros que me separan de los vehículos. Instintivamente me lanzo sobre el mismo en el que llegué, hace una vida. Parece más grande, más seguro. Abro la puerta de un violento tirón y me dejo caer dentro. El olor del interior me trae inmediatamente un recuerdo fugaz: Kyle, Farah, Jezebel, todos parloteando y discutiendo entre ellos. No me dejan pensar, ¿por qué coño no se callan? Tengo que hacer algo para sacarnos a todos de aquí, ahora mismo. Eso es. Voy a salvarlos a todos.

Busco ansiosamente en mi bolsillo durante unos momentos frenéticos, pero no hay llave. Claro. Claro, joder. Lo robamos y le hice el puente. Mis manos temblorosas se aferran como tenazas a los cables que salen del bombín roto, juntándolos todos. Son demasiados cables. ¿Eran tantos? Ni siquiera puedo pararme a contarlos. No tengo tiempo. Así que pruebo una vez. Nada. Pruebo otra vez. Nada. Dejo escapar un gruñido de frustración. Me tiemblan tanto las manos que no sé si podré. A ver este con este otro. ¡Mierda! ¿Por qué no funciona? ¡Callaos de una puta vez! La cuarta vez, un doloroso picotazo castiga mi error, sacudiéndome cuando mi cuerpo hace de conductor.

Joder.

Por suerte, la descarga es breve hasta que consigo soltarme. Mierda. Mierda, mierda, ¡mierda! ¿Por qué no puedo? Furioso, la emprendo a porrazos contra el volante y el salpicadero, uno, después otro, después otro y otro y otro más. ¿Por qué nunca puedo hacer nada?

Eres un miserable, un puto fracasado.

Un fuerte sollozo entra en mis pulmones con tanta fuerza que me sorprende hasta a mí. Cuando realmente importa, no puedo hacer nada. No pude entonces, y ahora tampoco. Gritando desesperado, me estrujo la cara con tanta fuerza que parece que se me vayan a salir los ojos de las órbitas. Es reconfortante, en cierto modo. Me ayuda a no pensar. No pensar es agradable. Es lo que necesito ahora.

Así que, despacio, gimoteando, me escurro entre los asientos delanteros. Sintiéndome derrotado, me echo en el suelo de la parte de atrás, muy por debajo de las ventanillas, huyendo de la poca luz que pueda entrar desde el exterior. En la oscuridad me siento mejor, más seguro. La cabeza me da vueltas. No consigo pensar en nada concreto, todas mis ideas y recuerdos girando en la taza de un váter gigantesco antes de irse por el desagüe. Temblando, me abrazo a mí mismo, y meto una mano entre mis piernas, presionando con fuerza, como único vínculo con la realidad.

Se está bien.

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09/10/2021, 13:35
Kyle Angel

La primera sensación reconocible es la de la tierra blanda y húmeda bajo mis piernas incómodamente torcidas. La segunda es la de una presencia junto a mí, un ser vivo y que respira, y no una fantasía fabricada en un delirio febril a las puertas de la muerte. Mantengo los ojos cerrados unos segundos, con la esperanza de preservar esta sensación de paz antes de que la verdad se abra paso. En ese momento, siento el levísimo contacto de unos dedos en mis labios, y mis ojos se abren de golpe, buscando con ansia, encogiéndose para consumir los detalles del rostro de Sadie, que me está mirando. El impresionante verde de sus ojos y la turgente línea de sus labios conforman la topografía de un mapa con el que, descubro, quisiera familiarizarme. El horror de la refriega parece ahora muy lejano, y solo la materia prima de este momento permanece, cómodamente juntos, como si un millar de noches iguales se hubiesen sucedido antes de esta.

Entonces, veo a Alex, y una repentina sensación de náusea se abate sobre mí. Es curioso cómo mi primer impulso es sentir disgusto, y no alivio por verla sana y salva. Me duele la boca. Apoyándome en un codo, me palpo los dientes, temiendo haber perdido alguno, y escupo por acto reflejo cuando noto el sabor áspero y herrumbroso de la tierra y la sangre mezcladas. Examino la palma de mi mano con preocupación, y observo que está completamente teñida de rojo. «Es demasiada sangre», pienso, y empiezo a palpar mi torso, descubriendo con espanto una enorme perforación en mi chaleco por la que soy capaz de hacer pasar todo el puño. Debe de ser una herida horrible, pero no me duele en absoluto, y no sé si es buena señal.

De pronto, me doy cuenta de que los dedos de Sadie están embadurnados de rojo, al igual que los labios de la niña, y miro a una y a otra alternativamente, enarcando una ceja cuando comprendo lo que está pasando.

—¿No preferirías un Tab? —le digo a Alex en tono jocoso. Suelto una carcajada, que se convierte en una tos, la primera de una rápida y convulsa sucesión que sacude todo mi cuerpo. Joder, estoy hecho polvo.

—¿Dónde está esa cosa? —le pregunto a Sadie, pugnando por incorporarme mientras compruebo que mi segundo cóctel molotov no se haya hecho añicos en mi accidentada caída.

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09/10/2021, 18:24
Miss Kukoo

Las persianas se abren pesadas para la manifestación ominosa de luz y sonido: el lamento de mil almas en pena se alza en las alas de un rugido sordo y vibrante que quiebra por un instante, con cada emanación y reverberación, el sonido del tiempo-espacio.

Los pensamientos se agolpan incesantes e inconexos en la mente de Victoria con la facilidad con la que los trozos de espejo al romperse chocan contra el suelo y se vuelven legión. Su mirada examina con la parcialidad de la extirpación la escena tratando de aunar percepción con instinto mientras la mente corre dando vueltas en círculos sobre los hechos a media luz.

En completo silencio observa la escena, los sonidos, las sensaciones. Lee lenguaje corporal. Inspecciona gestos conscientes como el del doctor al ponerse los guantes. Parpadea rápidamente cual inteligencia artificial procesando datos, la escena que se desarrolla ante ella habla mucho de todo y todos.

Finalmente su mirada se dirige a Farah y en silencio realiza una pregunta retórica: ¿Cómo demonios acabé en medio de todo esto? ¿De esta gente? ¿Es que ahora somos... ellos?

El olor a óxido de su propia sangre le llega solapadamente y su mente divaga por un breve instante en el sacrificio de Isaac... pero algo en su interior le dice que no hay ángel salvador esta vez.

-¿Por qué es que siempre quieren matar a Alex? -preguntó de pronto sin proponérselo, sintió algo endurecerse en su interior y enmascaró su rostro con una expresión neutra -Tu compañera me dijo que Alex era una de las semillas del Escorpión, ¿qué significa eso? Quizás si pudiéramos comprenderlo no nos opondríamos tanto a entregarla, piénsalo. A nosotros solo nos parece una inocente niña, pero ¿Qué sabes tú sobre ella? ¿Por qué debe morir?

Luego miró alternativamente al doctor, al otro tipo con aspecto de matón cool y por último a la muchacha: -Te pido disculpas por mis compañeros ellos no saben que cuando a una tipa dura se la trata de amedrentar lo único que se logra es endurecerla más en su posición -esbozó una semisonrisa y ladeó la cabeza analítica -Pero quizás tú y yo podríamos hacer un intercambio beneficioso de información.

Ignora lo que ocurre arriba, ya lidiarás con eso.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Uso Historia Oral para ver si la convenzo de que nos dé información.

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13/10/2021, 08:41
Narrador

Justo cuando una falsa sensación de quietud parece haberse instalado en la vasta extensión de cultivo, un segmento del cielo parece retorcerse en llamas, arremolinándose para descender en picado como la fulminante cólera de un dios vengativo. La bestia chilla mientras su rostro se descama por obra del fuego que le ha arrojado Kyle Fucking Angel. A pesar de asemejarse a una entidad fantasmal, parece tener un vago estrato sólido. Solo esta condición ha posibilitado a Abel y a Kyle en un esfuerzo coordinado herirla. Y enfurecerla.

Poseedora de una cruel memoria, la criatura desciende una vez más movida por el rencor, una última vez, dispuesta a segar la vida del incauto que hinca la rodilla en el suelo no en señal de rendición, sino de desafío. Su sinuoso cuerpo se retuerce a gran velocidad, parpadeando, desmaterializándose y volviendo a aparecer con irregular intermitencia. Sus alas se retraen para favorecer un descenso a una velocidad que solo puede catalogarse de terminal. Su presa solo cuenta con un disparo de ventaja. No tendrá más oportunidades.

Empero, Abel no necesita más. Tiene demasiados motivos para no fallar.

*TCHUD!*

El proyectil sale propulsado por la boca del VSS Vintorez sin emitir más que un ligero zumbido. Sus cartuchos están diseñados con una pequeña cápsula de aire en su interior para mejorar la estabilidad en vuelo, así que la bala vuela en una esbelta trayectoria directa a la alargada cabeza del dragón que las tinieblas dibujan como un monstruo desmadejado en hebras de noche sin estrellas. 

Impacto súbito.

La bestia, sus doce metros de reptiliano abdomen, su cabeza en llamas, sus mandíbulas sembradas de dientes voraces de carne humana, caen sobre Abel Hershko con un último alarido, uno que nada tiene que ver con el del depredador más terrible que la febril imaginación de Edgar Allan Poe, (es decir, moi), pueda imaginar. Diríase que el Rabino muere aplastado por el peso de esta bestia, pero lo único que pervive en la retina cuando por fin reina el silencio es...

Abel Hershko. Y a su alrededor, una negra neblina que se extiende por el maizal como una vaporosa metástasis.

- Tiradas (2)

Notas de juego

1/3

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13/10/2021, 09:14
Rutherford

Ante la exhibición de talento interrogador que muestra su partner in crime, Rutherford concede una primicia.

Se quita las gafas de sol.

Sí, nadie lo ha preguntado, pero las llevaba puestas todo este tiempo.

Coolness, a Dame to kill for.

—¿Doctor...? —inquiere con un sospechoso tono de sarcasmo enmascarado por una mueca imperturbable al tiempo que ladea la cabeza, como si esta exhibición de psicopatía delante de molestos civiles le resultase de todo punto inapropiada. O quizás todo lo contrario, y su interrogante obedece al hecho de que el buen doctor Korsgaard está inusualmente alterado por esa molesta, apenas perceptible, manchita sanguinolenta que decora el cuello de su camisa.

Aunque ahora que lo piensa, esa indecorosa manchita es extrañamente perceptible desde que fue vista por primera vez. Es como si parpadease con lucecitas de Navidad con un luminoso e inevitable ESTOY AQUÍ, IDIOTA. 

Es una sucia y condenada manchita poco armónica carente de toda asimetría.

Por si fuese poco, Rutherford también debe soportar que al conato interrogador de su socio se le una la civil que transita la fina línea que separa la muerte del estado vegetativo cual funambulista tuerta. ¡Esa mujer insiste en tratar a una de sus secuestradoras como si tuviese garantías constitucionales!

Esto es intolerable.

¿Dónde ha quedado el respeto hacia los mayores?

Rutherford efectúa un moderado, sutil e inconfundible carraspeo, que traducido a todos los allí presentes viene a decir algo así como: Hijos, esto es una democracia. Un hombre, un voto. Yo soy ese hombre. Y mío es el voto.

—Querida. —dice dirigiéndose a Abigail mientras vuelve a ajustarse sus gafas. —Si no quiere que el doctor empiece a hacer exhibición de sus conocimientos del Ling Chi, le recomiendo que empieces a hablar.

Notas de juego

2/3

Todos los aquí presentes sois conscientes de que el último alarido ha tenido un matiz mortal. Afuera reina el silencio.

Todos los que estáis en el maizal sois conscientes de que Rutherford, Doc, Vicky, Abigail y Farah no están por los alrededores y podéis deducir que están dentro del granero, quizás resguardados en el sótano. Así no nos liamos mucho.

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13/10/2021, 09:29
Abigail

La joven ha perdido el color de las mejillas pero no el brillo de sus ojos oscuros. Resiste el embate del doctor con estoicismo, casi sin pestañear. No es fácil de quebrar. Esta, al menos, no. Está curtida, no solo física, sino mentalmente. Korsgaard lo puede leer en su mirada. Esta es especial.

—Puedes joderme lo que quieras, hijo de puta... —sisea. —No me importa. Seré vengada. Como todos a los que os habéis cargado esta noche. —sentencia sin que la voz le falle una sola vez.

Voltea sus ojos hacia Victoria.

—La niña debe morir. Todos los de su calaña deben hacerlo. Son una plaga para este puto mundo. —espira el aire despacio, meditando hasta qué punto debe callar.

—Debéis hablar con Brian. —dice al cabo. —Lo que yo diga no lo creeréis. —Esta vez, sus ojos se clavan en Korsgaard. —Quieres hacerme daño, ¿verdad? —pregunta torciendo el gesto, frunciendo el ceño como si a pesar de tener las manos esposadas a la espalda desease quitarle al doctor una máscara de látex. —Te gusta hacerle daño a la gente, ¿no es así?

Esboza una media sonrisa retadora.

—Hablad con Brian. —repite mirando alternativamente a Rutherford y a Victoria. —Conozco el lugar idóneo.

Notas de juego

3/3

No he consumido puntos ni a Doc ni a Vicky porque las entradas me han parecido muy sólidas y al ser juego combinado no lo he encontrado necesario.

;-)