Partida Rol por web

Calgary (2021) [Sector SOLOMANI RIM (Subsector Gemini)]
1227Hs. del 71º día (12 de marzo) de 1108.
Cantina del Espaciopuerto. (En el espacio).

Es el único lugar "libre" como tal que conoces en tu planeta de origen. También el único lugar en el que el "Gobierno Local" no ejerce su Puño Férreo sobre la gente, los delincuentes, los traficantes ... y demás. Aquí hay desde refugiados, comerciantes honrados (o no tan honrados). De la dotación, al irse el viejo, y algunos... pensar que eras demasiado cercana a él, se han marchado. Ahora, si...

Desde donde te encuentras ves a una "Guardia" del planeta, que está por aquí haciendo una roda. No la conoces, pero es raro que venga alguien aquí, de la Policía Gubernamental. Dos tipos la miran bastante rara, no te suenan de nada, pero uno tiene más pinta de yonky que otra cosa y el otro, aunque no va bien vestido, si una mono de vuelo, como si hubiera sido dotación militar de la Armada. Habrán unos 100 clientes, y sabes que muchos son de fuera, ya que habrán como una docena de naves abarloadas a esta estación espacial. Además, hay varios camareros, robot-camaereos, que no son otra cosa que una especie de mesita que van de aquí para allá limpiando y repartiendo copas y unas pocas "animadoras" bailando sobre pilares, tarimas y altavoces. 

Calgary (2021) [Sector SOLOMANI RIM (Subsector Gemini)]
1227Hs. del 71º día (12 de marzo) de 1108.
Cantina del Espaciopuerto. (En el espacio).

Ashley miraba hacia las plataformas elevadas sin llegar a ver a las chicas que animaban con sus bailes el cotarro. Con la mirada perdida repasaba los últimos meses. Tenía un buen fondo de reserva para cubrir la hipoteca de la nave pero no soportaba estar sin hacer nada. Demasiado acostumbrada a estar a bordo de una nave, siempre en movimiento, el espaciopuerto se le antojaba una cárcel. Pero ajustarse entre los miembros de tripulación era muy importante. Mejor aguantar un poco más por la zona antes que ver conflictos en plena burbuja y sin solución viable alguna salvo aguantar hasta terminar el salto.

Giró la cabeza sin un propósito fijo, hasta posar la vista en uno de los robo-camareros. Hizo la seña para que se acercase y tomó una nueva jarra de cerveza fría. Bebió del tirón media jarra y siguió rumiando sus pensamientos en silencio. Deslizó la vista por la sala y se paró de repente en la Guardia. Un leve fruncimiento de ceño fue todo cuanto reveló su rostro ante la singularidad de la presencia de un miembro de las fuerzas de seguridad allí. Con un último pensamiento de que no era asunto suyo continuó con su meditación, haciendo cálculos mentales de tiempos y líneas de actuación para los siguientes meses.

Unos pasos pesados acercan a una mujer que sin portar el casco, viste una armadura de combate. A la espalda porta un fusil de asalto típico de los marines y una espada de monofilamento a la cintura. En un lado la espada, en el otro, el casco cimbrea a cada paso, con el son de su cadera.

Directa, como un cañonazo te lanza a la mesa un sobre con su ficha profesional y pregunta: - ¿Si quieres dotación puedes tomara a una vecina? Lo dijo por lo bajo. Los guantes también están con el casco, y te das cuenta, porque al poner el documento, ves que no los porta y tiene puesta una alianza.

Si algo había aprendido Ashlyn era a no despreciar sin un buen motivo. Así pues, señaló con la mano un asiento a su lado y la invitó a sentarse. Tomó las credenciales y las leyó con detenimiento, sopesando pros y contras. Observó que ella portaba lo que parecía su propio equipo. 

—Te invito esta ronda, ¿estás buscando empleo?- preguntó de forma directa al tiempo que llamaba a uno de los robo-camareros.

- Si Capitán. No sabías si era peloteo, protocolo, educación o si simplemente no sabía como llamarte, pero se sentó obedientemente pronunciando tu tratamiento. - Me he enterado que necesita dotación, porque ha comprado la nave, y ahora estoy sin trabajo. Dejé el ejército para poder estar juntos.... Le daba vueltas a la alianza, para demostrar a que se refería. - ... después de casarnos.

Observó la mano de la soldado que mostraba la prueba de su estado civil. Le pareció absolutamente fuera de lugar, pues no era un dato que no hubiera pedido de antemano. Y la mención del mismo...

—¿Estás buscando trabajo para ti o para los dos?- preguntó de forma directa. 

Parecía dudar. - ... Puessss, ojalá pudiera él también estar a bordo, y así, estar juntos. Hizo un gesto con el cuello, como si tomase el valor y se decidiera: - Busco trabajo para los dos Capitán. Al hablar, notabas perfectamente que su pareja no sabía nada de esto, pero, que se "había tirado al rio" y con lo que había dicho, que habían dejado los respectivos puestos, para estar juntos, pues, seguro que aceptaría también.

Ashlyn asintió, dando a entender que comprendía la situación.

—No me opongo a las relaciones "interpersonales" de los miembros de la nave. Sin embargo, soy consciente de que cualquier situación tensa entre vosotros será muy perjudicial para el resto, especialmente en los momentos de salto. Una vez en la burbuja bien sabes que no queda más remedio que continuar. Además, tampoco me atrae la idea de que en alguna situación delicada vuestros sentimientos os cieguen. 

Por otro lado, quiero entrevistarlo a él también. Y de antemano decirte que si bien no me opongo a una relación entre mis empleados, el negocio es lo primero. Sin negocio no hay trabajo y eso no nos interesa a nadie ¿Algún inconveniente?

No tardó en contestarte y luego en activar su Comunicador interpersonal, integrado en el casco. - Si Capitán. Lo entiendo y lo comparto. Descolgó el casco, y tras hacer algo dentro con la mano izquierda, habló: - ¿Ingrid? pásate por la cantina, que creo que hay alguien que desea conocerte.

Algo escuchaste: - ¿Mosshi-Mosshi?. Hay.... hola cariño. Parecía que andaba. - Voy, porque no hay manera.

- Perfecto, date prisa, que te estamos esperando. Y ya directamente esta cortó. Se colocó directamente la pieza de armadura como estaba, y preguntó: - Entonces ¿Puede ser que le demos a Ingrid una buena noticia? Caso tenía una voz de ilusión que parecía llenarla de alegría.

Tuvo que hacer un sincero esfuerzo por no reír ante el descubrimiento de que la otra parte del matrimonio también era mujer. Vaya, vaya, interesante... No había servido en la Armada como tal, sino que había cambiado la parte militar por la mercante pero conocía lo suficiente el mundillo como para poder ver algo de los motivos para que su casi ya futura empleada abandonase la carrera castrense.

Tomó otro trago de su bebida antes de contestar:

—Veremos. Primero la entrevista. 

Ingrid entró con timidez, y empezó a buscar. Sabías perfectamente quién era, porque por un lado, una buscaba, y por el otro la otra, levantaba la mano de manera discreta, pera llamar su atención, y solo su atención.

Portaba el casco como su pareja, pero los guantes se los estaba quitando. - Perdón. Se disculpó. - He hecho un trabajo de ajuste en el exterior, y no es precisamente el mejor empleador el de esta estación.  No tardó en poner su ficha sobre la mesa. Además, en lugar de portar un petate de marine, lo hacía de Naval. Estaba claro que había servido en la Armada del Tercer Imperio. Incluso su traje era uno de los "navales", pero con detalles. Incluso parecía que portaba al pecho un pasador de una condecoración (pintado, o con velcro, no sabrías asegurarlo).

- ¿Puedo sentarme? Parece que ambas han servido en el las Fuerzas Armadas, pero una es más .... disciplinada.

Devolvió el saludo e indicó con un gesto a Ingrid que podía tomar asiento. Tomó su ficha y la leyó con atención. Puso ambos currículos al lado uno del otro en el centro de la mesa y, apoyando las manos una encima de la otra con las palmas hacia abajo, se dirigió a ellas. 

—Bien, vuestras fichas son solventes. Ahora me gustaría que me contaráis por qué no continuáis la carrera militar y cómo os licenciastéis.

La recién llegada inició la conversación.

- Pues en la armada... Una Marine, la otra Naval, dependían ambas del mismo ejército, aunque no del mismo cuerpo. - ... tiene normas y hacen que los que inician relaciones personales pues no puedan permanecer en la misma unidad. Por eso decidimos pedir el licenciamiento y marcharnos de la Armada, iniciando una nueva vida. Explicó: - Mientras éramos novias, se podía ocultar ... más o menos, pero al casarnos, ya no hubo manera de ocultarlo más. Una miró a la otra y asintieron al unísono. Tras eso Ingrid siguió hablando: - Fue nuestra decisión Era más importante nuestro amor que nuestra carrera militar. Miraste otra vez ambas fichas. Las dos habían llegado a ser cabos en sus respectivos puestos, pero no más. Hubieran, seguido esta progresión, llegado a buen rango dentro de los suboficiales, pero les hubiera sido complicado saltar a la "oficialidad".

Ashlyn escuchó la explicación, parecía que estaba convencida, pero seguía con una duda:

—No he servido en el ejército, pero que me digáis que vuestra relación personal es más importante que la laboral, no es una buena carta de presentación. Si una vez ya os elegistéis a vosotras mismas por motivos románticos, podéis hacerlo de nuevo y en el momento más inoportuno-las miró fijamente-. Y como responsable de una nave, su tripulación y las mercancías que transporto no es algo que me haga inclinarme por vosotras a la hora de contrataros. 

Como ya le dije a Verónica antes de que te llamara, Ingrid, si bien no me opongo a relaciones entre los miembros de la tripulación, el románticismo queda fuera de la ecuación. 

La que parecía ... o había sido marine, se hizo un poco hacia delante y preguntó: - ¿Entonces tenemos trabajo?

Era directa y concisa, pero nada más. No parecía ni decepcionada ni afectada. Sólo una genuina curiosidad que parecía que daría paso a la siguiente situación.

Ashlyn parpadeó varias veces fijando su atención de nuevo en Verónica.

—No puedo llevaros a las dos juntas-ella también sabía ser directa-. El perfil que más se ajusta a lo que necesito es Ingrid. Si lo deseas, puedes formar parte de mi tripulación-concluyó posando ahora su mirada en la aludida.

Esperó la respuesta de ambas mujeres.

- Lo siento Capitán, pero la idea es estar juntas, y que no nos separe el espacio. Si fuera una estación espacial, no habría problema. Y ambas se empezaron a poner en pie. - De todas maneras, siempre puede tomar a una de nosotras como si sólo fuéramos unas novatas, pagando lo mínimo, y viajar ambas con usted. No fue nunca nuestra relación un impedimento para el trabajo, pero, si no vamos ambas, .... no nos separaremos.

La pelirroja miraba satisfecha.

Ashlyn tendió la mano hacia ambas mientras se incorporaba también, a modo de cortés despedida:

—Encantada de conoceros, de verdad. Pero ya os he comentado que no puedo tener a bordo a quien pone por delante una relación personal a su trabajo, porque el trabajo afecta a más personas. Si en algún momento cambiáis de opinión, aquí tenéis mis datos de contacto. Gracias por vuestro interés.

Ingrid empezó a recoger su tarjeta, mientras, comentaba. - Fue el trabajo el que nos puso entre la "Espada y la Pared". Nosotras queríamos seguir, pero, no nos dejaron. Aquí también pondríamos delante el trabajo, siempre y cuando nos permitiese estar juntas, y trabajar en la misma nave sería más que suficiente, aún a pesar de que sólo nos cruzásemos, sabríamos que la otra no estaría demasiado lejos. La pelirroja, con tristeza, también recuperó su identificador.

No tenía porqué dar más explicaciones y así, decidió no responder al último comentario. Simplemente retiró la mano ofrecida y no aceptada, sonrió y volvió a sentarse para continuar con su cerveza. Hasta que una de vosotras enfermara y la otra abandonara la tripulación para quedarse acompañándola en el hospital. ¿Dos bajas por el precio de una? Gracias, pero mejor no- pensó para sí.