Partida Rol por web

Diminutas hondas perturbaron el agua que daba descanso al cuerpo de Yidorac lentamente su figura se alzó compuesta de poco más que vapor y se acercó hasta el lugar en el que lentamente, una a una, todas llegaban a reunirse.

Los ojos de la anciana contemplaron a las supervivientes y sonrieron en su locura. Las primeras a las que pasó repaso fueron a las nuevas tocadas por la luna y supervivientes de aquel día: Gala, portadora de la espada de Gió y Ángel, cuyo corazón siempre latió aún sin ella saberlo con la esencia de este don, y ahora por fin yacía purificada, hasta ahora mera espía de bosques y Caminos... A ambas las observó con respeto y aprobación y a ambas les dedicó una inclinación de respeto.

Y entonces se giró hacia Naivé, su Dulce Naivé. La miró a los ojos tal como era ahora, vistiendo su capa y con el veneno ya en la sangre. Alzó entonces una mano, como si quisiera estrangularla, pero en el último momento el gesto cambia y le acaricia la mejilla en un toque fantasmal. Nadie podría decir si en su mirada se refleja el más profundo desprecio u orgullo por la Sangre de su Sangre. Con labios mudos gesticulas en silencio: "Digna Bastarda"

E igualmente era imposible saber si era un insulto, un alago o un hecho.

Y entonces se gira y observa directamente los espíritus de todas las caídas que habían compartido, por más o menos tiempo, el don de la Licantropía.... y sonríe con orgullo por el objetivo alcanzado, aún cuando éstas no verían un nuevo amanecer.

Y entonces se gira hacia todas las enemigas que fue derrotando, con mayor o menor responsabilidad. Cassie, Alandra, Blavadsky, Eowin, Gunhilda... . A todas ellas también saluda. Habían peleado, se habían defendido... y habían perdido. Aún así, se merecían su respeto. Dedica un último guiño a Gala, Lady lethalia y Vikonia

Entonces la vieja bruja se observa a sí misma. Su ciclo estaba completo. Su propósito... alcanzado.

Sonríe.

De mi cuerpo herido y muerto, un velo blaco se alzo, tras unos segundos cobro forma, era yo, me gire y me vi ahi, tendida, herida, muerta, ya sin vida, me postre a un lado y que comtemplando el dolor que mi cara rigida ya reflejaria para siempre, con la mirada perdida en los confines de los cielos ahi estaria por los eones, hasta que fuera llamada de nuevo, si no caia en el olvido que significa la muerte entre los vivos....

Shaira Aira se encontraba allí, ni viva ni muerta, observándolo todo de pie, con gesto amenazante como preparándose para una batalla en la que ya no podía participar. Su rostro mostraba una siniestra sonrisa.

-Bienvenidas seáis, caídas.

Dice Naivé con un gesto sereno e inclinándose con el más profundo respeto. Observa a su maestra, sus gestos, e incluso se juraría que puede leer sus labios y es entonces cuando, a sus pies, hace un pequeño hueco y vierte el té restante y sonríe a su maestra, a su bisabuela, quizá con malicia, o quizá con la más pura inocencia con un gesto de ofrenda, sólo la vieja bruja podría identificarlo. Deja también el tridente en el aire, para el libre acceso de la guardiana entre la vida y la muerte, Nebaleth, considerándola digna de él sin dudarlo. Acto seguido se gira hacia cada una de las presentes, en particular al espíritu recién llegado.

-Bienvenida seas tú también, recién llegada, y aventurera de nuestro destino, cuando la luna se alce, todo habrá terminado.

Se gira hacia ambas hermanas, aún vivas y sonríe melancólica, como consciente del final que se avecina.

-En nuestras manos, y sólo en ellas, está el decidir el final del cónclave, lucharé por mi linaje, como mi sangre impera. No obstante, en la decisión de ambas resta pronunciaros sobre la única superviviente: si decidís que Gala, entonces todas, incluso Ángel, votaremos por ella, y lo mismo espero de las caídas, y por la noche yo misma ofreceré mi cuello a Gala para que termine con él. Si decidís que Ángel, será lo mismo, pero al revés. Y... Si decidís que sea yo... -niega con la cabeza- No, no lo decidiréis, ya sé que me habéis dejado sóla.

La pequeña bruja les mira decidida con fuego en sus ojos.

-Pues así, una de vosotras pasará la eternidad conmigo en el limbo, y la otra proseguirá con su linaje...

Entonces observa a la recién llegada.

-O quizás... Pueda terminar todo así...

Ese último comentario es más una nostalgia, un sueño, quizá, el de no terminar sóla.

Ni viva, ni muerta, que mas daba ya.
Lo único que contaba era acabar con esa falsa ya.

Estaba de nuevo allí, el estar rodeada de mis hermanas muertas presenciando el final en el mundo de los vivos...no me lo hubiera imaginado jamás. Miradas fantasmales observaban con interés a las vivas....

Rodeadas de misticismo y magia, nos mirábamos las unas y las otras, entre nosotras ligeras tensiones se alzaba, pero igual de fantasmales que nuestras almas...nada se podía hacer por lo ya sucedido, solo nos quedaba observar y esperar el final de todo esto..

Observa y notaba como el resto de las brujas se encontraban allí presentes ante la batalla final que se avecinaba.

Me acerqué nuevamente a Naive con espada en mano y le volvía decir mirándola a los ojos llenos de furia y ardientes.

Pero qué quieres que te vuelva a decir pequeñaja. No te queda claro que se acabó. SE ACABÓ TU JUEGO!!!

Has traicionado a todas y a mi en especial, te di mi amor y me traicionaste, no me pidas confiar y seguir a tu lado. Porque esta vez será la última vez que me tengas tan cerca de ti, di lo que tengas que decir antes que mi espada te toque.

Di un paso al frente de Naive y le susurre.

Tu lo has querido querida. Todo hubiera ido mejor cuando te lo dije la primera vez y me hubieras dicho a mi la verdad. Me siento engañada, espero que hayas disfrutado de todo lo que te di, porque ahora no tendrás nada.

Miré a Ángel y le dije.

No me dirás que la sigues creyendo ¿verdad?

Alandra se sentó en su lugar favorito y por una vez en su cara se reflejaba tranquilidad. Pues el espectáculo que ofrecía aquellas traidoras era digno de una tragedia Griega... Sería un bonito final si se despedazaban y mataban entre ellas.

Naivé escucha las palabras de Gala y al escucharla no puede evitar dirigir por un segundo su mirada hacia Evanthë y una punzada atraviesa su pecho.

Tras ello encara a Gala con el fuego de sus ojos congelado, una expresión vacía.

-¿Cuando te he mentido, Gala?

Pregunta la jóven.

-No me considero una traidora, y sólo he matado a alguien de mi casa... Que no era digna de ser una loba.

Parpadea y aguarda dos segundos antes de proseguir.

-En cambio, a vosotras, os pregunto quién quiere salir con vida. Si lo que quieres es una batalla, Gala, la tendrás. Si he roto tu corazón en verdad, si al escucharlo sólo oyes un lamento, te invito a que vengas a tomar el mío. Tanto tú como Ángel habéis confiado en mí... Y en cuanto me preguntásteis quién mató a Kaleshie, yo os lo dije... Os lo dije en terminar de prepararme el té, necesitaba calmarme... No, no me gusta matar, no me gusta pelear... Pero porto la sangre de la Sanguinaria. Porto sangre del Fuego. No podía dejar que su sangre se mezclase con la de cualquiera de nosotras. Sólo un linaje saldrá con vida... Así que, de nuevo, te pregunto...

Mira en los ojos de Gala, aún inexpresiva, buscando ahondar en ellos.

-¿Quién, de nosotras tres, crees que merece salir con vida?

Había vuelto y todo habría acabado mientras observaba sin poder dirigirse a ninguna en especial, pero no le importaba.

No sabia que pasaba que volvía hacia arriba con las vivas pero no sabia lo que iba a pasar. Me quede un poco extraña porque me daba igual ya que no podía comunicarme con nadie. Solo me dedicare a observar pase lo que pase. Ya que las inocentes estamos muertas. Y ver como mueren las traidoras me daría mucha gracia y orgullo.

Sëren había regresado entre las vivas. ¿Pero hasta cuando esta vez? Que más da, realmente parecía estar más muerta que viva, así que seguramente era una magia malvada para hacer ver a las muertas como todo se perdía. Y aun así, Sëren creía que sólo una de las presentes era la verdadera culpable, pero aunque supiera quien era, no podía decirle nada pues no había vida en sus cuerdas vocales. Ojalá, ojalá ese tormento que todas estas hermanas habían ido sufriendo, sirviera para salir victoriosas...

No te atrevas a decir cuando me has mentido. Porque sabes muy bien en qué momento y cuándo fue, no seas una cría estúpida. Siempre los has sido, pero no ahora, NO AHORA.

No me vengas otra vez con el cuento de niña inocente porque no cuela, sabes de sobra que has madurado y viniste diferente ante nosotras, por eso abrí mi corazón a ti y te di una oportunidad.

Pero tras matar a Kaleshie a tu antojo a pesar de que Ángel y yo te dijimos que solo una debía morir. SOLO UNA NAIVE.

NO UNA DE LAS NUESTRAS.

Me importa muy poco quién es dignar de ser una de nosotras y quién no. Pero si te decimos que tú no atacas, pues debía hacer caso a nuestra palabra y quedarte quieta para que confiáramos en ti.

Por lo que no vengas ahora pidiendo que quién merece morir. Cuando sabes de sobra que Ángel y yo te hemos dicho que estas SOLA. Y tú mereces morir.

Busqué con la mirada a Ángel para dijera algo, o entendería su silencio como apoyo a sus últimas palabras de que estábamos de acuerdo por una vez las dos.

Shaira, la cual observaba atentamente la escena, mostró una abierta sonrisa ante las palabras de Gala.

Observaba muy atenta mente a lo que estaba ocurriendo. Parecía una disputa de niñas pequeñas. Y no le di mucha importancia yo quería ver mas virilla en el asunto y si hay algo de sangre. Pero de momento no veía nada.

Siempre callada y con las manos en jarra observaba el final de Akelarre junto al resto de las muertas, muchas asesinas, muchos cambios se habían dado en ese lugar y el final era inminente y ella misma tenia derecho a participar en el, como hija de los espectros.

Como un día dijo las Hijas de Gió nunca se quedan al margen por muertas que estuvieran, y ahora que lo estaba, tan solo observaba con una sarcástica sonrisa a las tres supervivientes, tres brujas que ya habían caído una vez y ahora estaban de nuevo vivas.

Ella estaba dividida por sus emociones, y sabia que su voto podía dar un final diferente al que las vivas pensaban, ¿Amiga o enemiga?

Ángel se mantenia en silencio tras la espalda de Gala...

Gala sabes que puedes contar conmigo...Miro a Naivé y le sonrio con malisia...Creo que en esta ocación me vestire de blanco para tal batalla...

Frente a los ojos de todas, mi forma comienza a cambiar, el un hermoso lobo blanco que aumenta su tamaño hasta tomar el aspecto de un hombre lobo, su nueva naturaleza al renacer...

Es hora de que todo esto termine y si solo una debe salir de aqui, creeme pequeña que no seras tu...Lanzo un aullido a la luna y despues miro al espiritu que trajo a las caidas y le hago una reverencia...

-Instintos...

Se excusa malamente Naivé encogiéndose de hombros.

-Tienes razón en que no os hice caso... Ella no estaba dispuesta a morir por mí, de modo que tampoco lo estaba por vosotras... ¿Debería de haberme detenido? ¿Engañaros al ver que no termina nada por que mi sangre continúa imperando? ¿Dejaros con alguien que no desea sacrificarse por los suyos? No, Gala...

Entonces mira a Ángel.

-Todas nosotras somos traidoras, yo sólo quiero terminar con esto. Así me lo ha indicado Shaiya...

Sonríe. Sus ojos continúan siendo dos llamas congeladas, pero emiten un calor que podría preceder un desastre perfectamente.

-Sóla...

Asiente con la cabeza y camina con calma hacia Gala mientras extiende la Mano de Acero del Agua y el Tridente de Fuego, respondiendo a su dueña, vuela hasta terminar en su mano.

-Aquellas a las que hemos matado se pronunciarán, aquellas que ahora nos ven y nos oyen. Sus voces se unirán a nosotras en la batalla final.

Media sonrisa. Y silencio. Pero la nueva transformación de Ángel le hace parpadear dos veces. Sin dudarlo ni un segundo avanza hasta colocarse frente a Gala y clavar sus ojos, mientras el hielo de éstos se quiebra y el fuego renace, más fuerte que antes, una sonrisa tranquila y una postura claramente ofensiva.

-No voy a permitir que destruyas a Gala.

El acto había sido impulsivo como el fuego, pero frío como un iceberg.

Ángel no hizo caso a las palabras de Naivé...se acerco a Gala y apoyando sus manos en el piso, se paro junto a la bruja de la espada...

Juntas Gala, destruiremos a la que nos traiciono como manada...

Nuevamente sin dudarlo Naivé extiende sus brazos interponiéndose entre Ángel y Gala.

-No te permitiré tocarla.

Sentencia, pese a saber que la espada de Gala estaba apuntando contra ella, no hay duda en su mirada, no hay cálculos, sólo actos.