Partida Rol por web

Salem compartía un vínculo con Vinya, un vínculo con el que nos daban una información bastante útil. Pensé que al morir ella, te eligió a tí y por eso viniste con nosotras. Tendría que mandarle un mensaje importante...

Niego con la cabeza con tristeza.

- No, no tengo ningún vínculo con ella... No adquirí mi poder exáctamente así... -.

¿Entonces?

Pregunto, llena de curiosidad.

Pensativa comienzo a decir - Sólo, lo elegí. Elegí y éste poder nació en mí. -

¿Elegiste ser una traidora? ¿O elegiste imitar el don de alguna de nosotras?

- Elegí el don de una hermana... y elegí, sin saberlo, a una hermana traidora - digo riendo ligeramente - pero llamarnos entre nosotras traidoras es tan feo - continúo con tono jocoso y remarcando el tan.

Jijiji... ¿Puedes volver a hacerlo? ¿A quién elegiste? Oh, lo siento, soy tan curiosa...

- Hm, no, no creo que pueda volver a hacerlo... Bueno, la verdad es que no lo sé - digo riéndome -, pero no creo. ¿A quién elegí? ohhh, una hermana curiosa - respondo sacando la lengua - a Gió. Elegí a Gió. Sin duda ha sido muy curioso como se ha desarrollado todo, ¿no crees, mi querida hermana curiosa? - le digo a Shaiya mientras me acerco y le paso un brazo sobre los hombros.

Sí, demasiado... Curioso.

Digo con una sonrisita, me pasa el brazo por encima y entrelazo mis dedos con los de su mano para cerrar más ese medio abrazo sobre mí.

Vuelve a sacarme la lengua y puede que sea la última vez que la veas...

Digo, mi voz es entre divertida e insinuante. Incluso quizá pícara. Mis ojos buscan los de ella.

Esperemos que no... Tu presencia me resulta realmente... Cálida.

Mi última palabra suena a un susurro.

Oyendo a Shaiya no puedo evitar reírme a carcajadas - Es una... ¿amenaza? - le digo susurrando mientras le miro a los ojos.

Prueba.

Le desafío, con una sonrisa divertida, mirándole a los ojos. Una mirada algo distante, pero un brillo de calidez en lo más profundo de ellos.

- Te advierto que me gusta... jugar con fuego - digo con tono pícaro.

Mi sonrisa se amplía mostrando ligeramente mis dientes.

Yo soy más peligrosa que el fuego...

Le advierto, cuelo mi brazo libre por su cintura.

Lentamente me acerco más a Shaiya, con una sonrisa gatuna en los labios, y mirándola a los ojos - Entonces nos lo pasaremos bien... - digo antes de sacar ligeramente la lengua y rozándole el labio con ella.

Al sentir su lengua sobre mis labios los abro para atrapar su lengua y rozar la punta con mi propia lengua. La mano en mi cintura asciende hacia su nuca acariciándola con suavidad y pasión a partes iguales.

Con suavidad, al notar la lengua de Shaiya, la atrapo con mis labios, mientras mi mano libre la coge por la cintura acercándola más a mí, y con mi otra mano, que hasta hace un momento estaba sobre sus hombros, la imito jugando con su pelo.

Al sentir cómo ella también atrapa mi lengua, sus manos deslizarse hasta mis cabellos, no puedo evitar sentir un placentero escalofrío desde mi nuca hasta el final de mi espalda. Abro un poco más mi boca mientras ladeo mi cabeza para besarla con avidez. La mano que acarcia su nuca ahora la aferra como deseando que no escape del contacto de nuestros labios y de la danza de nuestras lenguas, otra mano en su cintura para pegarla, aún más si cabe, contra mí.

Los minutos vuelan mientras mis manos recorren la nuca y acarician el pelo de Shaiya, y su cintura, y nuestras bocas se encuentran, nuestras lenguas luchando entre sí, y sus manos recorren mi espalda, y son rapidez, intensifico mis caricias, queriendo hacerla mía mientras una de mis manos va bajando por su cintura, pasando por sus caderas hasta llegar donde la espalda pierde su casto nombre, tentándola a continuar.

Siento cómo se vuelve más pasional y cómo su mano desciende por la parte baja de mi espalda, poco a poco se vuelve más y más intensa y mi propial piel -y no sólo eso- se calienta más aún. Con un suave y ágil movimiento hacia un lado mi pierna termina entre las de ella y elimino el espacio entre ambas, haciendo que mi muslo roce su parte más íntima sin dejar de besarla, un beso que, ahora mismo, no deseo que termine.

Todavía besándonos, hago un gesto con la mano, para que las raíces de los alrededores se junten a nuestros pies y...