Partida Rol por web

Listo, aca vamos a practicar. Lo unico pasate la ficha de eibe aca para no tener que andar en dos pestañas. El resto me encargo yo. Beso..

Lugar y tiempo: Bosque de Dioses, al atardecer. 

Ethan se encuentra descansando de sus labores administrativas, practicando con la estrella del alba y el escudo ejercicios marciales, a fin de distender la mente. Eibhilin puede encontrarlo rapidamente, ya que el señor no hace nada por ocultarse.

Suspiro. Paso. Golpe. Cobertura. Extender la diestra hacia atras. Girar sobre si mismo y volver a golpear, en horizontal... Los ejercicios marciales tienen gran simpleza. Un arma como la estrella del alba no es una espada, no requiere florituras, sino desicion y caracter. No es de extrañarse que todos los hombres de la casa Dracstone prefieran este tipo de instrumentos de guerra por encima de las hojas de hierro. En el caso de Ethan, la estrella del alba ha sido su eleccion. 

Abstraido con sus ejercicios, no presta atencion a que tiene compania. Sus ojos miran al vacio, ausentes, mientras el cuerpo se encarga de repetir aquellas tacticas entrenadas en su juventud.

Ya había terminado su último cuadro, y ya  no estaba abstraída en esa obsesión constate de plasmar en la pintura lo que veía en su cabeza, así que, sin más quehaceres que los que hacía en una semana, deseaba pasar aquel tiempo con su padre, ya había ido a ver como se encontraba su abuelo, pero no traía novedades sobre él, su mente estaba cada vez más perdida. 

La joven tomó uno de los caballos, los jóvenes lacayos se peleaban para  poder atender a la dama que con su encanto y belleza traía encadilados  a muchos de los mozalbetes y jóvenes de mayor edad,ya sea por su belleza o por su encantadora personalidad. La joven agradeció y salió al galope,  hacia donde creía que su padre estaba, y a medida que llegaba, podía disfrutar de los paisajes, ¿pintarlos? Sí, ¿soñarlos? Siempre.

A medida que se acercaba donde su padre, fue aligerando la marcha hasta bajar del caballo y acercarse lentamente para poder observar a su padre, el hombre más fuerte  del mundo, para ella. Lo contempló en sus meditaciones y entrenamiento, vigilando como su de un ángel se tratase.

El sudor perlaba su frente. No se hacia joven. Incluso el podia notar como los musculos se le endurecian y ya no respondian como antes, al menos en velocidad. Pero la fuerza seguia siendo la misma... y tambien su rival. Todos sus sentimientos, pensamientos, dudas, estaban alli en el aire. Entre medio, la cabeza de puas, su arma en esta ocasion, para enfrentarlos... Hizo una finta, adelantando el escudo de punta como para embestir, y de pronto estaba de reves, descargando un mazazo sobre el suelo que resono con firmeza. Tierra, hojas muertas y ramitas saltaron en todas direcciones. Suspiro.  Dejo el arma alli donde se habia clavado, y se seco el rostro con la manga. Al hacerlo volvio a ser consciente del entorno, como asi tambien de su publico presente. 

Esbozo una ligera sonrisa, mirando a su pequeña con afecto. Luego recogio la estrella y poniendosela al hombro camino hasta ponerse a su lado, acariciando con la siniestra el cuello de la montura al llegar.

-¿Un paseo antes de cenar?

Vestida de verde oscuro, con una capa negra sobre los hombros y cubriendo su cabeza, la segunda hija del primogénito de la casa Dracstone le sonrió a su padre desde su montura, y descendió con ayuda de este, sujetando las riendas del noble animal que era acariciado por su padre, al que asintió con tranquilidad.

-así es padre... - dijo mirando los castaños ojos del caballo - una vuelta, abuela dice que me estoy poniendo como el papel por estar tanto tiempo encerrada, que debería salir a pasear como mi hermana, ella aun no comprende mi necesidad de explorar parajes fuera de este mundo terrenal - vuelve a mirar a su padre, que sudoroso, parecía muy sereno.

Asiente con serenidad, indicando unas rocas pequeñas cercanas, donde podrian tomar asiento. El viento frio que venia del Este se colaba entre los arboles, anunciando que no distaba mucho la noche, pero eso tenia poca importancia ahora.

-Tu abuela quizas no este tan errada en eso... Si tu mente necesita viajar para encontrar su inspiracion, asi sea. No sere yo, ni ninguno de tus admiradores, quien discuta los resultados... Pero el cuerpo tambien debes cuidarlo, pues es tan importante para la salud como la paz de tu mente. Ademas, quien te dice... A lo mejor, en estos paisajes mas mundanos, tambien puedes encontrar algo que te guste.

Al decir esto, apunto al claro en donde entrenaba. El arciano les miraba, con su tronco blanco, las hojas rojas, y su rostro tallado hacia quien sabe cuanto tiempo. Por entre los altos arboles se colaban las hebras rojizas del sol muriente, produciendo juegos de luces y sombras con la ayuda de la brisa que mecia las ramas...

Mira a su alrededor, le gustaba ver paisajes, pero desde su ventana, ella y el aire libre no se llevaban muy bien, pero su abuela y ahora su padre estaban insistiendo con lo de tomar más aire, suspiró  resignada,   y se cruzó de brazos, había bien tiempo, por lo menos no habían señales de que lloviera, pero en esas tierras, una brisa podría cambiar las nubes y en nada, comenzar a llover. 

- vaya, en algo coincide con su santa madre, por algo se comienza amado padre - dijo con sagacidad mal sana, Eib tendía a lanzar comentarios agudos en donde destacaba el ligero toque de acidez que les imprimía, se apoyó un poco en el árbol, viendo a su padre, y decidió pedir lo que se le había antojado - padre...quiero pedirte algo - lo quedó mirando y se despegó del árbol, mordiéndose un poco el labio inferior, si hasta su voz sonaba más dulce, pero tardó en pedir algo en continuar la frase, mostrándose nerviosa, como su madre cuando quería pedir un capricho- escoger del reino a una lacaya, alguien más de mi edad, para compartir más cosas. conversar, y no sé,salir a cabalgar juntas, prometo salir más al sol... ¿bueno? - juntó sus manos delante de sí, tomándolas y pidiéndole a su padre de una manera muy dulce e infantil. Encantadora simplemente.

-Con promesas no me basta...+dice, meneando la cabeza lentamente, y prefiriendo obviar el detalle de qu por una vez halla coincidido con su madre+ Puedo aceptar que tengas una compañera, pero necesito al certeza de que estas saliendo y ejercitandote, no solo que se quedan a conversar y trasnochar. Tendras que salir tambien con tu hermano, al menos 3 veces por semana, a dar un paseo. O que el salga con vosotras, para asegurarse que las dos no viven encerradas cotilleando...+propone, mientras apoya la diestra en el tronco y le mira fijamente a los ojos, con una sonrisa suave.

No le gustó la idea de salir con su hermano, él no querría además, tres veces era demasiado, porque si estaba en algun trabajo, no podría terminarlo, y no, realmente no podía,a veces se pasaba la semana completa en su taller al punto de que enfermaba cuando algo realmente le importaba y obsesionaba al punto de que olvidaba comer debidamente. No quería dar su palabra así, porque sabía que iba a faltar a su palabra.

- pero padre... a mi hermano no le gustará ser mi niñera, y menos tres veces en la semana, es mucho.. demasiado, - suspira y pone sus ojos más languidos - saldré con él, pero no somos tan... tan unidos como para eso, será incómodo, lo quiero, pero sería demasiado incómodo, ¿acaso ud no siente esa incomodidad de los silencios con el tio?-  se encoge de hombros y mira hacia un costado, no quería salir  así, porque no sabía a donde la podría llevar .

- juro que saldré, pero no quiero con mi hermano... él tiene sus asuntos y no se me hace justo disponer de su tiempo, no o creo feliz con la idea-  sonríe ampliamente, y ladeando un poco su cabeza, haciendo que uno de sus mechones cayera sobre su ojo derecho.

Suspiro. No andaba desencaminada en sus ideas sobre Jon y Bastian... 

-De acuerdo... De acuerdo. Podras salir solo con tu lacaya. +cedio+ Pero volveremos a hablar sobre esto si te vuelvo a ver palida o enfermiza.

Diciendo esto, junto sus labios con la frente de la pequeña, respirando el aroma de sus cabellos. Luego cerro el brazo sobre ella y la atrajo contra su pecho, abrazandola con ternura.

Aplaude, su padre le ha concedido el capricho, y lo abraza con fuerza, pero esa fuerza se va diluyendo cuando la abrazó con demasiado cariño, la joven suspira y se estremeces, a veces siente algo muy extraño cuando él la abraza así, como si añorara demasiado a su madre, como si intentara abrazara a ella a través de su cuerpo, pero no era molesto, incluso le gustaba, su madre era una preciosa mujer, y se sentía orgullosa de  haber sacado su cabello y sus ojos. 

- gracias papá, prometo cuidarme más - dice mirando hacia arriba a su padre - muchas gracias - se empina y besa su mejilla, suavemente - papá, ¿vamos a casa ya? - pregunta, separándose de él.

-Por supuesto... +asiente. toma las riendas del corcel y le ayuda a subir. Luego monta detras, abrazandole al hacerlo. Su cabeza se hunde en los cabellos oscuros de ella, ocultando la sonrisa que aparece en su expresion. Luego azuza el brioso animal para ponerlo a un trote leve, regresando al hogar con su preciosa carga junto al pecho.

Nuevo ambiente. Salon de fiestas. Ves un sujeto guapo, un chico de unos 19-20 años, alto, moreno, de buen porte. El tambien te ve... pero no se aproxima. Al parecer los encantos de Eibhilin no le llaman la atencion, o es timido, ve tu a saber. Se queda en el costado, bebiendo de una copa con aburrimiento pintado en el rostro...