Partida Rol por web

Ígneas profundidades

Vetusta soledad

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11/01/2009, 21:07
Master Indio

Allí se encontraba de nuevo. Una vez se había sumido en unas profundidades que la mayoría de la población no conocía, pero sin las cuales no podrían existir.
Todo el mundo veía como algo normal el agua que podían llevarse a los labios, o el aire que entraba en sus pulmones, pero pocos se preguntaban cómo sería la maquinaria que les permitía seguir haciéndolo.....y ninguno osaba dedicarle apenas unos segundos a aquellos que se encargaban de que todo siguiera funcionando.

Oriol era uno de estos anónimos personajes. Toda su vida la había dedicado a los subniveles donde se encontraban todos los mecanismos que permitían la vida bajo la cúpula.
Enterrado entre tuberías, manivelas y conductos de presión, eran sus manos las que se dedicaban a reparar todos los sistemas.....bueno, no era el único, pero sí el de mayor edad y por lo tanto mayor experiencia.
Otros más jóvenes habían llegado, trabajado y sustituido las herramientas por despachos que les permitieran dirigir a otros grupos de trabajadores, pero él no era así.
Seguramente, cuando le llegara la hora, lo haría encontrándole con una herramienta en la mano.

Esta mañana, a primera hora, le habían dado el aviso para que no fuera a la zona del sistema de abastecimiento de aire, pues algo ocurría en el instituto oceanográfico y debía acercarse allí para comprobar qué era lo que no funcionaba.
La orden procedía de uno de los que habían colgado las herramientas y sustituído por un buen traje y corbata.....un chupatintas.
Para colmo era un hombre con el que Oriol no había tenido muy buena relación, aunque eso tampoco era de extrañar debido al caracter del viejo mecánico. La sinceridad no gusta a todo el mundo, sobretodo si lo que hay que decir es referente a su persona.

Por lo tanto no le habían dado más explicaciones. Debería ir hasta allí y hablar con el responsable del insituto para saber por dónde empezar......lo mismo podía ser algo importante, pero mucho podía temerse que fuese simplemente un urinario atascado.

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11/01/2009, 22:29
Oriol Velásquez

Refunfuñando se empieza bien el día... Bueno, realmente no hay otra forma de empezar el día... Cuando no te dan una patada en los cojones, se te cae algo en la cabeza al abrir un armario. Oriol era de naturaleza pesimista, él siempre decía que era realista y que la vida era un cubo de aguas fecales. Pero, así y todo, conseguía levantarse de un salto de su catre, lo alisaba para que pareciera que se molestaba a hacer la cama y le daba un manotazo para que se plegara en la pared. Se estiraba buscando las zapatillas por el frío suelo de trenzado metálico, maldiciendo para ir calentando las cuerdas vocales. Un desayuno y un par de tragos después ya estaba listo para sumergirse en la asquerosa ducha de agua salada. Por suerte él, como técnico, era uno de los afortunados y había mejorado el filtro para que el agua reciclada no fuera tan olorosa y no tuviera una densidad extraña debido al tratamiento de desinfección. Por suerte la arena de limpieza estaba tan perfumada que te dejaba sin olfato un par de horas, por eso tal vez desayunaba antes.

El mono, la gorra, los mitones de goma, las botas... No tenía un orden concreto para vestirse, no era un hombre metódico, su rutina consistía en repetir un mantra de insultos contra el mundo y todo lo que le molestaba en ese momento o en ese día. Hoy era el idiota de turno, uno de esos niñatos que pese a ver crecido entre las tuberías habían olvidado lo que era la suciedad. Este era de los peores, había escalado puestos hasta un despacho y una posición ejecutiva a base de malversar, crear facturas falsas y poner en peligro a sus compañeros. Seguro que le jodía bastante que Oriol no se cortara ni un pelo en decírselo a la cara, por desgracia era la palabra de un viejo técnico amargado contra la del niño del momento y todos los secuaces que el dinero pudiera pagar (que eran mucho).

La orden de trabajo que le había llegado a su terminal no decía mucho, simplemente una incidencia prioritaria en el instituto oceanográfico. Así que Oriol tendría que desviar su ruta y postponer sus revisiones del sistema de abastecimiento de aire, por la tontería que se le había pasado por la cabeza al niñato. La familia del "jefecillo" estaba bien presente en los rezos de Oriol, aunque habría quién dijera que eran más maldiciones que otra cosa, incluso alguno se haría el gracioso usando el término "mal de ojo".

Oriol salió de su cubículo y volvió a los pocos segundos de cerrar la puerta con varias vueltas de llave, para recoger su maletín de herramientas que había olvidado en el suelo bajo unos abrigos. Corrió y atajó por unos conductos de mantenimiento para llegar a tiempo a coger el transporte público que llevaba más directo al instituto oceanográfico. Hoy tuvo suerte y no tuvo que esperar mucho ni lo perdió, como era la norma, por unos segundos. Como siempre a esta hora en todos los vagones, el vehículo iba bastante vacío, los trabajadores de escritorio entraban a trabajar mucho más tarde y ellos eran los que colapsaban los medios de transporte. Esa era una de las cosas que le gustaba a Oriol de su trabajo, iba siempre en dirección contraria al resto del mundo y eso le permitía gozar de bastante paz y tranquilidad.

Sumido en sus reflexiones se quedó medio dormitando, hasta que el sistema de aviso interno le sobresaltó anunciándole la proximidad de su parada.

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12/01/2009, 22:26
Master Indio

El tren transitó de forma fluída por las calles, en parte porque tenía su propio carril al cual no podía acceder ningún otro vehículo, pero sobretodo porque apenas había gente en las paradas, por lo que los periodos de espera se reducían al mínimo.
Para Oriol, el trayecto se hizo aún más corto que para el resto de viajeros, pues parecía sumido en sus propias ensoñaciones.
Hacía tiempo que ya no miraba por las ventanas de los vagones para admirar los inmensos rascacielos que se elevaban como si quisieran alcanzar la parte superior de la cúpula. Los tenía demasiado vistos como para darles mayor importancia a aquellas ratoneras.

Su vida no se encontraba sobre la superficie, no. Allí iba únicamente a descansar y disfrutar de las pocas horas de sueño que su trabajo le permitía.
Arriba era uno más, una simple sombra indefinida entre una muchedumbre anónima. Pero ahí abajo, era dueño de sí mismo y de sus actos.
Y pronto volvería a sumirse en las profundidades.

Lentamente los minutos transcurrieron acercándole al instituto oceanográfico. Hacía tiempo que no iba por allí, aunque hacía años que lo había visitado de forma asidua, cuando se vieron obligados a reemplazar todo el sistema de presión que les permitía salir con los vehículos acuáticos al exterior.
Parecía que se iba a acabar el mundo por que no podía salir a jugar con sus barquitos, pero allí estaba él para solucionarlo, aunque ni siquiera recibió unas palabras de agradecimiento cuando terminó.

Una voz mecánica avisó que la siguiente parada era la suya. Ya había llegado al extremo más alejado del sector sur, donde se ubicaba el instituto oceanográfico.
Debido a sus actividades, era necesario que se encontrara junto al borde de la cúpula para poder gozar de una salida al mar.
El edificio no era demasiado alto, sólo cuatro plantas. Pero Oriol sabía perfectamente que bajo el nivel del suelo existían otros cuatro pisos más, donde se encontraban los laboratorios, los talleres de reparación y mantenimiento, todo aderezado con inmensos pasillos por donde circulaban personas y fluídos por igual, aunque estos último se vieran retenidos en el interior de gruesas tuberías.

Le hubiese gustado ir directamente allí, pero primero debería pasar por recepción, para que le indicaran con quien hablar para saber cual era el problema.

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13/01/2009, 21:21
Oriol Velásquez

Llegaba el momento de la prueba de fuego diaria, una de esas proezas épicas que se hacían día a día y que muy pocos tenían en la estima suficiente dado el esfuerzo que suponían. Oriol tenía que relacionarse con otro ser humano.

No era una persona normal, era un ente entrenado en las artes sociales más allá del alcance de el populacho: una recepcionista. Sabía lo que eso significaba, probablemente le darían un montón de vueltas para al final decirle que probablemente no podía hacer lo que venía a hacer o que ella no sabía nada del tema y tenía que recurrir a un escalón más alto de la jerarquía interna del complejo. El panorama no era nada halagüeño.

El técnico dejó por un momento su caja de herramientas en el suelo y estiró los músculos, algo agarrotados de la postura incómoda que había cogido en el tren. Clavó su único ojo cual cíclope mitológico en la mesa de recepción y se mentalizó. Se agachó a coger la caja, como el atleta que se coloca en su posición de salida antes de una carrera. Se levantó raudo y se dirigió directamente al mostrador, ignorando a todo al mundo alrededor centrado en su objetivo.

De las pocas ventajas de ser viejo y tuerto es que generas la suficiente lástima para que la gente te pida perdón incluso cuando las arrollas y te las llevas por delante. No estaba muy claro si era la certeza de que algún día podrían (si tenían suerte) alcanzar su edad y daban por hecho que era torpe y senil. O si por el contrario la falta de percepción de profundidad le daba salvoconducto para ir tropezando con todo como un payaso borracho. Pero lo que estaba claro era que Oriol lo aprovechaba como si tuviera la cualidad de volar por el aire.

No sería la primera vez que lo tacharan de grosero, descortés, brusco, zafio y otros apelativos así de bonitos. Él siempre sonreía al oírlos, porque le daban carta blanca a responder con otros mejores que él seguramente llevaba tiempo pensando, desde que posó su ojo sobre el sujeto en cuestión. No solo era hiriente e insensible, además tenía la capacidad de dar en el clavo como si tuviera el don de la puntería. Los que lo soportaban decían que era terriblemente imaginativo, que podía ser un gran político o un villano memorable, lo que él prefiriera. El problema con la política es que no sabía mentir, no mucho al menos.

- "Alguien que se ha quedado con el culo pegado a la silla de su despacho me ha mandado esta petición de urgencia. No tengo ni la más puñetera idea de que se trata, espero que tú seas capaz de decirme a donde tengo que ir, niña."

Por suerte, su aspecto no dejaba mucho margen para adivinar a que se dedicaba. Eso si el sujeto en cuestión no era capaz de leer el terminal portátil que le había metido por la cara o no se había fijado en la identificación que era lo único brillante y que no parecía un trapo sucio y gastado de todo lo que llevaba puesto.

Su boca empezaría a hacer gestos molestos y nerviosos para demostrar su impaciencia y con cada muestra de duda no tardaría en ser más duro e inflexible. Cuando no llamaban a seguridad, rompían a llorar o escapaban con cualquier excusa... Hacían todo lo posible por mandarle a donde tenía que ir solo por librarse de él. Eso sí, siempre le cogían mucha manía, pocas veces le olvidaban y con el tiempo tal vez serían capaces de ver el truco y hasta les caería simpático.

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14/01/2009, 23:19
Recepcionista

No, no ha llegado todavía - respondía en ese momento la recepcionista a un interlocutor desconocido para Oriol y que se encontraba al otro lado de la línea telefónica....o eso o la mujer estaba mal de la cabeza y mantenía una conversación consigo misma.

Al parecer era lo primero, pues levantó una mano en dirección al recién llegado, pidiéndole un momento de silencio mientras continuaba con la conversación previa a su llegada - Sí, en cuanto llegue se lo haré saber. Sí, no se preocupe. Buenos días.

Bajó la mano y pulsó un botón que se encontraba en el ordenador que tenía frente a ella y que, al parecer, cortaba la comunicación.
Entonces observó detenidamente al hombre que tenía delante, y lejos de sentirse amedrentada por el gesto en su rostro o por el único ojo que la miraba con dureza, la mujer le sonrió.

Supongo que es el técnico de mantenimiento ¿verdad? - preguntó sin necesidad, pues la indumentaria que portaba Oriol no dejaba lugar a dudas. Eso no impidió que los grandes ojos de la muchacha se detuvieran en la identificación que este llevaba a la vista de todos.
Era una simple comprobación rutinaria, pues cualquiera que se lo hubiese propuesto, podría haber falsificado una identificación similar....sobretodo si la única medida de seguridad era echarle un simple vistazo.

Le están esperando - le comunicó sin más dilación - Utilice uno de los ascensores que tengo a mi espalda y baje hasta el sótano tres. Allí pregunte por Ethan Robson y él le explicará por qué ha sido llamado.

A su espalda, Oriol pudo escuchar cómo un coche se detenía a la entrada del edificio, aunque del vehículo aún no había descendido nadie, y por lo tanto no escuchaba sus pasos.

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15/01/2009, 16:03
Oriol Velásquez

La eficiencia era algo raro de encontrar en el mundo actual. Y aquella chica era como un oasis en el desierto según la opinión de Oriol. Pero como tampoco era plan sacarle los colores a la hermosa jovencita no iba a decírselo de sopetón, probablemente ya lo sabría y parecería un viejo verde intentando seducirla. Además había que hacer mucho más para ganarse los halagos del técnico veterano, pero al menos conseguiría que fuera lo más agradable.

- "Muchas gracias, maja." - Con un tono jovial y animado y un esbozo de sonrisa era lo más que iba a conseguir de él por mucho que le torturaran. Si pudiera le hubiera guiñado un ojo para demostrar complicidad, pero cuando solo tienes uno queda como el gesto más estúpido del mundo y casi nadie se da cuenta de lo que significa; es como un pestañeo largo o que te estás quedando durmiendo.

Sin mediar más palabras cogió la caja de herramientas y giró hacia los ascensores esquivando el mostrador. Aprovechó para apreciar a la recepcionista en todo su esplendor de buyente actividad sin preocuparse mucho de los obstáculos de su camino, ya había mirado antes donde estaban las paredes y los objetos estáticos así que todo lo que se pudiera mover más le valía quitarse de su camino que iba directo a los ascensores.

En cuanto pudo cogió uno que bajara, entró sin muchos miramientos y sin hacer mucho caso a los que lo compartieran con él. Se conformaba con no olvidar el nombre que le había dicho en su travesía hacia el tercer sótano, mientras seguía sonriendo como un bobo pensando en como la recepcionista le había alegrado aquel día gris.

Según se abrió la puerta en su destino dio un par de pasos fuera sin mucha preocupación y gritó con todo el volumen que le permitían sus pulmones maltratados por el tiempo:

- "¿Alguien sabe donde puedo encontrar a Ethan Robson?"

Quedó esperando una respuesta deambulando de un lado para otro.

Notas de juego

Casi pierdo el posteo por perder la conexión, gracias al FF... Buff

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17/01/2009, 01:30
Ethan Robson

Diversos rostros se volvieron hacia aquel que profería aquellas voces, con la curiosidad impresa en sus rostros, pero ninguno la mantenía mucho tiempo cuando veían la forma en la que iba vestido el recien llegado.
La mayoría de ellos, hombres y mujeres por igual, vestían con batas blancas que les llegaban hasta un poco más arriba de las rodillas.
Esto se debía a que gran parte de aquel sótano se encontraba dedicado a diversos estudios que precisaban del uso de laboratorios, los cuales estaban situados a la izquierda del ascensor utilizado por Oriol.
Dichos laboratorios eran completamente visibles desde donde se encontraba, puesto que las paredes que los delimitaban eran de cristal.

Al otro lado, a la derecha, existían una serie de puertas que parecían de acceso a despachos. No había tantas como personas allí, por lo que cabía suponer que sólo algunos de ellos tenían derecho a utilizarlos.
Fue de uno de esos despachos de donde surgió la figura de un hombre de mediana edad, con claros síntomas de impaciencia.

Apenas había terminado de salir por la puerta cuando una pregunta surgió de sus labios - ¿Steve? ¿Ya has lleg.....? - pero la frase murió sin que terminase de ser pronunciada, al comprobar que aquel al que buscaba no se encontraba allí.
Se acercó a Oriol, al ser el único que podía haber pronunciado su nombre - Soy Ethan Robson ¿me buscaba?

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21/01/2009, 19:24
Oriol Velásquez

Otro delicado trajeado, de aspecto perfecto como de portada de catálogo de ventas. Otro con una vida acomodada que no se daría cuenta de sus privilegios y los despilfarraría como su juventud. Seguramente era otro de esos desviado que había decidido retar al orden natural de las cosas solo para demostrar lo poderoso que era. Tenía todo el aspecto de ser un misógino que solo veía a las mujeres como secretarias. Parece que esta vez le iba a tocar un "profesional", Oriol perdió su buen humor a base de sus propios prejuicios y las batallitas que se montaba él solo en su cabeza. Alguna vez le había dicho sus escasos amigos y conocidos que era imposible que estuviera contento mucho rato, que él mismo se encargaba de eso. Atribuían a ese defecto el que nunca se hubiera casado, él prefería pensar que le gustaban tanto las mujeres que no había encontrado una capaz de hacerle que olvidara a los otros millones de ella que esperaban a la vuelta de la esquina...

- "No..." - Consiguió articular mientras su cabeza se empeñaba en hacer un repaso de las mujeres de su vida como en los festivos las programación de reposición de los canales gratuitos con sus programas "Lo mejor de..." - "...no, me temo que no soy su 'amiguito'." - Por más que lo intentó (la verdad es que no mucho, esas cosas le salía así de naturales y sin cortapisas) contenerse no pudo evitar el tonillo lisonjero.

Se acercó más y esta vez cogió con su mano libre y agarró su tarjeta de identificación como intentando meter un dispositivo de memoria en una computadora, para hacerle ver quién era él. Plantando su imagen de recio y duro trabajador.

- "Soy el 'chapuzas'" - Por muy despectiva que pudiera sonar a él le encantaba esa palabra. Le evocaba la posibilidad de resolver cualquier problema con los materiales más poco convenientes, su imaginación y sus manos. Solo "manitas" la superaba en su ranking particular.

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22/01/2009, 15:47
Ethan Robson

Ethan observó de arriba abajo al viejo que tenía ante sí, consiguiendo contener el gesto que pugnaba por asomar a su rostro, y que no era otro que el de repulsión ante lo que veía y oía.
Dejó que sus ojos permanecieran fijos en la identificación un par de segundos más de lo necesario. Simplemente intentaba recuperarse del sentimiento de rechazo que le proporcionaba la enjuta figura situada frente a él, sumada al hecho de contrariedad al no haber encontrado a la persona que estaba esperando.

No es precisamente un “chapuzas” lo que necesitamos en este momento. – remarcó el calificativo tal y como Oriol lo había hecho con “amigo”, señal inequívoca de haber recibido la señal despreciativa suministrada por el mecánico – Avisé que precisábamos de alguien cualificado en el mantenimiento de vehículos submarinos. Nuestro ingeniero está enfermo hoy y el “Espada” no puede salir al océano sin que haya alguien a bordo capaz de resolver cualquier problema técnico que pudiera surgir.

Claramente no confiaba en que aquel hombre, realmente singular, pudiera hacerse cargo de una misión de tanto riesgo. De la validez del mecánico podían depender la vida de todos los que se encontrasen a bordo del vehículo……¡sería como dejárselo pilotar a quien ni siquiera sabe conducir un coche!
Se volvió durante un instante hacia su despacho, pensando si dirigirse hacia allí directamente para llamar al responsable de suministrarle a alguien como Oriol o guardar un mínimo de decoro y esperar a que este se fuese con viento fresco antes de hacerlo.

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22/01/2009, 18:08
Oriol Velásquez

La principal ventaja de que te menosprecien es que luego es bastante sencillo aprovechar para demostrarles que se equivocan y darles una potente patada en los huevos, que siempre es mucho más satisfactoria que el típico "te lo dije". Oriol era especialista en ambas cosas, en hacerse subestimar y en vengarse cruelmente. Pero no era de los que gustaban de comerla fría, caliente y burbujeante... Lo mejor de prejuzgar sin ocultarlo es que la gente suele pagarte con la misma moneda, pero la mayoría son los suficientemente hipócritas para callarse o tal vez debería ser prudentes. La principal pega de la superioridad moral es que es fácil dar una patada y tirarte del altar en el que te habías ensalzado tú mismo. La ventaja de vivir entre la roña y la basura es que llega un momento en que creas una gruesa capa que te protege de todo y cualquier ataque de fuera te resbala o no penetra.

- "A ver niño..." - Interrumpió Oriol a la dulce mariposilla en su vuelo inquieto de huida. - "Está claro que eres nuevo aquí y que no haces ni el más mínimo esfuerzo por enterarte, ni de dónde trabajas, ni cómo ha llegado a estar todo en el estado que te lo has encontrado. Es más fácil no molestarse, firmar papelines y dar órdenes." - Paró un momento para evaluar la reacción del trajeado pero sin darle tiempo a meter baza, con su mano con el dedo índice extendido en claro gesto agresivo impide cualquier posible réplica mientras sigue alzando la voz.

- "Si no fuera por este viejete de aspecto cutre, ningún buque de profundidad con nombre fálico hubiera salido en los últimos años. Ya que este patán..." - Dice golpeándose con la mano en el pecho de forma sonora. - "... fue el encargado de sustituir el sistema de presión cuando tu instituto hacía aguas y los ingenieros no encontraban solución posible. Y eso, mientras tú seguías en el cole, chaval..."

Se dio la vuelta y se dirigió a la puerta, el formulario de atención tenía una bonita opción de "el cliente no requiere los servicios del técnico" con el que saldar la incidencia. Pero Oriol nunca se iba en silencio, mientras daba zancadas de vuelta al ascensor seguía gritando:

- "Ahora a ver como el nene le explica a su director que no requiere de mi ayuda y que sus queridos ingenieros y el 'capitán américa' le van a resolver el problema." - Sonrió sin poder evitarlo con su ocurrencia al icono cultural de siglos ulteriores de nombre Steve.

-"¡Hala, suerte en tu epopeya para conservar tu empleo! ¡Otros mejores no lo consiguieron!"

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27/01/2009, 08:42
Ethan Robson

Ethan había quedado boquiabierto ante el torrente de palabras que surgieron del hombre achacoso que tenía ante sí.
Todo lo que este decía le resultaba extraño, pues Oriol tenía razón cuando decía que él debía haber estado en el colegio cuando el cambio del sistema de presión.
No tenía ninguna noticia de ese asunto, y mucho menos de quién había sido el encargado de realizar dicha tarea.
Tampoco le habían importado nunca ese tipo de tareas. A él, lo que le interesaba realmente era lo que se encontraba más allá de la cúpula, así como las mediciones y posteriores búsquedas de significado.
Si ahora le tocaba lidiar con alguien de mantenimiento era porque no le había quedado otro remedio.

Casi se alegró cuando Oriol se dió la vuelta para irse en busca del ascensor. Quería perder de vista a un hombre tan claramente desagradable, pero sus problemas seguían estando ahí. Si no conseguía a alguien que pudiera ir en el "Espada", Steve se vería obligado a permanecer en el instituto y no tendría ningún sentido la urgencia con la que le había llamado.

¡Un momento! - exclamó llamando al viejo que se alejaba refunfuñando - ¿Toda esa palabrería quiere decir que es capaz de realizar el mantenimiento del "Espada"? ¿Ha realizado alguna vez un trabajo fuera de la cúpula?

Únicamente necesitaba confirmación a aquellas dos preguntas y su problema estaría resuelto. Tampoco debía importarle en demasía que aquel tipo fuese intratable, pues no sería él quien tendría que compartir vehículo con el mecánico. No, él se quedaría en el instituto manejando las comunicaciones y dando las indicaciones necesarias cuando fuera oportuno.
Y si a Steve no le gustaba, pues no le quedaría más remedio que soportarlo.....al menos hasta que regresaran.

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29/01/2009, 16:38
Oriol Velásquez

Ya casi con la mano en el botón de llamada del ascensor Oriol al oír las preguntas del trajeado se dio la vuelta con una sonrisa malévola en su rostro. Podía oler su miedo, casi podría apostar que estaba al borde del pánico. Empezaba a dudar de su evaluación previa del técnico y sabía que podía meterse en un lío. La ignorancia era una bendición, siempre y cuando no necesitaras de ese conocimiento del que carecías. Cuando necesitabas saber algo y tu futuro dependía de ello, era mucho más doloroso que cualquier daño físico. La curiosidad producía anhelo, la necesidad miedo.

- "Antes de nada espero una disculpa."

Cualquiera de los muchos trabajadores emplazados en ese momento en la zona que habían vivido la escena podrían considerar la petición de subrealista. Oriol tenía más cosas de las que disculparse que Ethan, pero disfrutaba de una situación de poder respecto a él e iba aprovecharla.

Oriol no le iba a mentir, no iba a vanagloriarse... Pero podía llegar a ser muy cruel si lo consideraba necesario y en este caso tenía una cuenta pendiente con los trajeados del mundo que pensaba cobrarse en el pellejo de Ethan, lo mereciera o no. Él por supuesto consideraba que lo merecía sobradamente por prejuzgarle y por no saber nada del pasado del instituto. El típico error de olvidar de su pasado que tanto despreciaba el viejo técnico. Estaba dispuesto a darle una lección al chaval.

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01/02/2009, 19:15
Ethan Robson

Aquellas palabras eran lo más increíble que había escuchado nunca, y por supuesto no pensaba que tendría que hacerlo en ese momento.
Las palabras se negaban a llegar hasta la boca de Ethan, lo cual fue una suerte, pues él también tenía un pasado y disponía de una larga lista de calificativos que le hubiese gustado mostrar al "caballero" que tenía delante......no en todos los sectores de la ciudad se aprendía a hablar de la misma forma, y él los había frecuentado todos, sobretodo aquellos donde la diversión podía encontrarse con mayor facilidad.

Sentía la mirada de algunos de sus compañeros puesta sobre su espalda, aunque a buen seguro que si volvía la cabeza estos harían como que no sabían lo que allí estaba ocurriendo.
Pero eso sería únicamente cuando estuviera delante, porque tenía la certeza de que allí podía estar fraguandose uno de los cotilleos que circularían por el instituto durante semanas.....sería una lacra que nunca podría quitarse de encima.
Y aquel viejo lo sabía, por supuesto que sí. Lo veía en el indecente brillo del único ojo que poseía. Estaba disfrutando con la situación, pues Ethan había mostrado sus cartas y hecho saber al mecánico que necesitaba de la presencia de alguien para que el "Espada" pudiera salir del complejo.

¿Qué debía hacer? Si se negaba a hacer lo que pedía el hombre y se largaba, tendrían que esperar a que mandaran a otro. Eso podía ser cuestión de horas o de un día.....y no podían permitirse ese retraso con todo lo que estaba sucediendo.
Por suerte Steve aún no había llegado, por lo que tenía algo de margen para solucionar el problema e intentar salvar su reputación ante los demás.
Pero una cosa sí que tenía clara......no podía disculparse si no había motivo alguno para hacerlo. Una cosa era ceder ante un hecho y otra muy diferente bajarse los pantalones ante una invención.

No obtendrá ninguna disculpa por mi parte - respondió finalmente, incluso sabiendo cuales serían las consecuencias - porque no he dicho nada por lo que deba hacerlo. Es usted quien ha venido aquí faltando al respeto.

Mientras hablaba, sintió que se estaba enfureciendo con el paso de los segundos, y que ya no había vuelta atrás.....el "Espada" tendría que esperar, pero él necesitaba responder a aquel insolente situado delante suyo - Podría amenazarle con que no volvería a trabajar en lo que queda de su miserable vida, pero no lo haré. Ahora mismo me basta con perderle de vista y no tener que seguir soportando su impertinencia. - señaló hacia el ascensor que se encontraba a la espalda de Oriol, y que este había estado a punto de llamar - Ya sabe por dónde se encuentra la salida. ¡Muchas gracias por venir!

Con aquel último sarcasmo, Ethan se volvió en redondo y caminó hacia la puerta del despacho por la que había salido hacía unos minutos.
Ahora debería comenzar con las llamadas nuevamente para conseguir un nuevo técnico, pero al menos no tendría que soportar más a ese hombre.

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01/02/2009, 22:40
Oriol Velásquez

Oriol sonrió sinceramente, el niño tenía huevos. A lo mejor era más hombre de lo que había aparentado en el primer momento. Sabía que Oriol le había arrojado un guante y el no solo lo había aceptado sino que se había atrevido a subir las apuestas. Oriol suponía que si el "mea-pilas" le había mandado a él aquí con urgencia a primera hora evitando al mejor cliente del servicio era que pasaba algo, así que probablemente el jovenzuelo se estaba tirando un farol que difícilmente podía respaldar. Tenía pinta de ser un negociador excelente ya que había demostrado con creces que el servicio que Oriol le ofertaba no le era para nada imprescindible y que podía vivir sin él.

Oriol no pudo evitar estallar en una carcajada, había conseguido cabrear al chaval de verdad y sin apenas esforzarse. Y tenía un público que solo faltaba de aplaudir la actuación de su compañero. El instituto se había vuelto un lugar mucho más interesante que en su anterior visita: recepcionistas eficientes, ejecutivos con talante... Tal vez no fuera tan mala la mañana.

No pudo evitar seguir con su escandalosa risa unos segundos, cuando poco a poco fue apagándose sacó un pañuelo de uno de sus múltiples bolsillos y se secó su único ojo, ligeramente húmedo por el esfuerzo muscular que casi desencaja su mandíbula. Guardó el pañuelo y cogió su consola, con un par de pulsaciones sacó la orden de trabajo.

- "Entonces sino le importa, podría firmarme aquí. Es para confirmar que no requiere mis servicios. Supongo que podrán solicitar otro técnico y espero que tengan suerte y encuentren a alguien que diferencie sus cordones de una válvula."

Ahora la sonrisa en el rostro del anciano le daba un aspecto angelical que contradecía la ironía de sus palabras. Aunque el parche en el ojo no ayudaba mucho a darle una apariencia de inocencia, sino que parecía un ser surrealista casi fruto de un sueño febril.

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02/02/2009, 21:53
Ethan Robson

Ethan se frenó en seco cuando escuchó las últimas palabras de Oriol. De hecho fue un frenazo tan brusco que la parte superior de su cuerpo pareció querer continuar en la misma dirección que seguía hasta el momento, al contrario que le ocurría a sus pies, que habían decidido que aquella baldosa merecía la pena ser pisada durante más tiempo.
El resultado fue un extraño movimiento que hubiese sido complicado de emular incluso para un experimentado bailarín.

¿Firmar dice? - sus ojos practicamente llameaban por la furia que le dominaba en aquel momento. Casi parecía a punto de lanzarse sobre el mecánico para hacerle un "arreglito" en el ojo sano que le quedaba, pero consiguió contenerse a tiempo de no cometer un acto que quizá lamentaría en un futuro....quizá, pero no seguro.
Incluso podría disfrutar dándole una paliza a aquel ofensivo hombre....sí, seguro que lo haría.
Aquel pensamiento provocó una sonrisa nada alegre en el rostro del hombre, ya que en su cabeza ya veía a Oriol derrumbado en el suelo y sin fuerzas para levantarse, aunque aquello no parecía demasiado lejano en el tiempo, puesto que a aquel hombre no parecía quedarle una larga vida por delante.

Creo que no firmaré. - respondió finalmente, consiguiendo que su voz sonara algo más tranquila que un instante antes - Quizá así pueda explicarle a su jefe lo que ha sucedido, y sí, puede pensar que su versión tendrá más credibilidad que la mía. - se encogió de hombros - Eso es algo que está por ver......o bien puede hacer el trabajo para el que le han enviado aquí y olvidamos lo sucedido.

Aquellas palabras eran un débil puente que Ethan colocaba sobre el abismo que se había abierto entre ellos. Si Oriol lo atravesaba a no, ya no estaba en sus manos.

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05/02/2009, 14:06
Oriol Velásquez

Si había algo digno de respetar, era sin duda los principios. En el mundo moderno donde casi todos optaban por la salida fácil, era difícil encontrar a alguien que se opusiera a lo convencional y se mantuviera firme defendiendo lo que creía y enfrentándose a lo que era la norma. Era fácil dejarse llevar por el miedo, las apariencias y el 'que dirán' pero enfrentarse a los problemas y usar el juicio propio para tomar decisiones no era algo muy común.

Oriol sonrió de nuevo, el chico había estado al borde de dejarse llevar por la ira. Tenía un aspecto mucho más varonil que al principio y sobretodo daba muestras de liderazgo y de ser capaz de tomar sus propias decisiones sin dejarse mangonear. Y eso que el pobre pensaba que el jefe de Oriol tenía cierto control sobre él o que de alguna manera valoraban el criterio y la palabra del cliente. El cliente era el enemigo, incluso para los chupatintas que desgastaban su culo en sus opulentas oficinas, aunque ellos solo pensaban en engañarles y robarles el dinero. Para Oriol solo eran una molestia necesaria, un intermediario entre él y su trabajo, algo que salvar antes de llegar a sus queridas máquinas.

- "Pues usted dirá para que me han llamado, porque la verdad es que yo no tengo ni idea." - El tono de Oriol era más conciliador aunque no podía evitar cierto retitín socarrón, como de ganador que cede cierta ventaja para ayudar a aprender a su oponente.

Estaba claro que el chico ya le caía mucho mejor a Oriol, aunque él lo negaría aunque le sacaran las muelas una a una y el único ojo sano. Seguro esperaba que el trabajo estuviera a la altura...

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08/02/2009, 21:13
Ethan Robson

Nuevamente una expresión de asombro surgió en el rostro del hombre trajeado. Se notaba que a Ethan le descuadraba bastante los cambios de aptitud del mecánico que tenía enfrente, no sabiendo ya de qué forma actuar al hablar con él.
Seguía teniendo ganas de perderle de vista, pero debía asumir que, llegado este momento, quizá era el momento de tragar un poco de orgullo y poner al corriente a Oriol de las tareas para las que había sido llamado.

Observó a su alrededor un instante, comprobando aún quienes seguían atentos la conversación, o más bien discusión, entres aquellos dos hombres tan diferentes entre sí.
Y finalmente pareció decidir que ceder un poco no era como perder aquel combate dialéctico, el cual no podría decirse sino que había quedado en tablas.....o eso creía.

Como ya le dije antes - respondío Ethan - nuestro ingeniero se encuentra enfermo, y necesitamos que el "Espada" pueda salir al exterior para realizar unas mediciones. Por lo tanto, el objeto de que usted se encuentre aquí es por el mero hecho de que el vehículo no puede salir al océano sin que a bordo se encuentre alguien capacitado para solvertar algún problema técnico....si surgiera.

A sus espaldas, procedente de uno de los ascensores, les llegó el sonido hidráulico que indicaba que las puertas se estaban abriendo, lo que atrajo la mirada de Ethan, apareciendo en sus ojos una clara señal de reconocimiento.

¡Por fin! Steve, ¿acaso te has entretenido desayunando? - saludó al recién llegado, acompañado de un profundo suspiro de tranquilidad al ver llegar a la persona que, según sabía Oriol, había estado esperando desde el mismo instante en que había llegado a aquel lugar.

Notas de juego

¿No queríais compartir escena? Pues deseo cumplido......no os acostumbréis, XDDDDDD

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08/02/2009, 23:54
Oriol Velásquez

"¡Coño, aquí llega el novio!" - Pensó Oriol divertido, tanto que casi lo dice en voz alta.

Desde su 1'62 Oriol tendía a ver a todo el mundo desde abajo, pero significaba totalmente lo contrario de lo que se podría pensar, porque al contrario que sentirse inferior, siendo un pequeño saco de huesos y piel arrugada dejaba que lo tomaran por insignificante para luego sorprenderles. Su único ojo vigilaba brillante, de un color marrón oscuro que parecía casi negro. Su escaso pelo que sobresalía tan rebelde como su dueño era completamente blanco.

Pese las marcadas arrugas de su rostro que le daban un aspecto continuo de tristeza o mal humor, sus manos parecían jóvenes... Tal vez el continuo ejercicio las había conservado ágiles y vitales o tal vez simplemente se hubiera puesto unas nuevas. Se decía que ese tipo de cosas estaban de moda, aunque sonaba a leyenda urbana.

Su ropa no parecía nueva, era simplemente un mono desgastado que le daba un aspecto más patético si cabía, que la gorra azul a juego con el símbolo de la empresa de mantenimiento. Él la llevaba con orgullo, como si fuera vestido con un uniforme militar de gala.

Se quedó mirando al recién llegado, como si esperara que dijera algo. Su mirada era inquisitiva y su gesto facial era cuando menos desconcertante, era como uno de esos villanos de las series antiguas dispuesto a explicar su plan y disfrutando cada momento.

Notas de juego

Podía ponerle descripción al personaje ;)

Y ya que estamos a los PNJ que solo se les ve la cara en la foto y mi ordenador no es una maravilla :D

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09/02/2009, 22:33
Stephen Glau

-Para nada -replicó Stephen algo sorprendido por el aspecto del técnico-, de hecho todavía estoy en ayunas. Es que no todos dormimos con el traje puesto por si acaso nos despiertan en plena noche.

Le guiñó un ojo a Ethan para relajar el ambiente. El hombre del mono azul le estaba sometiendo a un riguroso examen visual y decidió pagarle con la misma moneda.

-Cada día tardan más en acabar los estudios -pensó con socarronería.

Su propia indumentaria dejaba bastante que desear. Los pantalones de vestir necesitaban un planchado y el polo rojo era más adecuado de un día en el parque que de la oficina. Los zapatos necesitaban un cepillado, sin contar con que la suela derecha empezaba a despegarse y le obligaba a andar con una muy leve cojera.

Stephen no era de los que se miraran mucho en el espejo antes de salir de casa: no le importaba. Años de mentirse a sí mismo habían acabado por convencerle de que el aspecto físico era algo superficial.

Acabada la inspección se llevó a Ethan un paso a la derecha y bajó la voz para que no le oyera el técnico, pese a que eso era del todo imposible puesto que seguía a un metro de distancia mirándoles fijamente.

-¿Qué has encontrado? Venga, Ethan, no me has levantado de la cama para presentarme al sustituto Charlie, ¿verdad?

Notas de juego

Uy, pues no me había dado ni cuenta. Ahí he puesto cuatro lineas para que no quede tan vacío :)

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09/02/2009, 23:45
Oriol Velásquez

- "Pues anda que no se ha buscado un novio desarreglado y perezoso..."

Oriol en prevención de la escenita romántica que se imponía a continuación cuando "Stewie" se llevaba a "Izan" a una esquinita para tener intimidad decidió dar un vistazo a las instalaciones por su cuenta y riesgo. Habían pasado muchos años pero para él el recuerdo era nítido, más claro que recordar la ponzoña que había ingerido el día anterior en el almuerzo.

Giró un par de pasillos y se dirigió a donde estaba la maquinaria central de los sistemas de intercambio de presión. Para él su sonido era música y aún recordaba su ritmo musical y potente. Esperaba que hubieran cuidado bien el equipo, ya que con el mantenimiento adecuado podía sobrevivirles a todos y sonaría tan bien como el primer día.

Obviamente no se volvió a atrás, no quería interrumpir. No eran sus asuntos y todos los amantes tenían derecho a unos momentos de pareja, aunque no fueran de las más convencionales. Había aprendido a vivir en esta gran burbuja respetando a todos...

...¡Qué cojones! Le importaba un huevo lo que hicieran los mariposones, es más le daban arcadas solo de pensarlo. Pero el tener la oportunidad de volver a visitar una de las niñas de su ojo le animaba como ningún licor podía hacerle entrar en calor. Miró la consola para saber la hora y solo pudo pensar quién sería el desgraciado que estaría metiendo mano a los sistemas del aire, esperaba que alguien se molestara y al menos siguieran el procedimiento al pie de la letra. En su aprensión de pensar las bestialidades que podía estar haciendo los criajos de turno de la empresa le pareció sentir un regusto oxidado en el aire, como si hubiera menos oxígeno y le costara más respirar. Claro, que no podía saber que estaba todo en su cabeza y que la sensación leve de asfixia se quitaría cuando dejara de pensar en ello.

Notas de juego

Solo te faltó guiñarle un ojo... anda qué... ;)