Partida Rol por web

Fizban miró a Miguel con sus inmensos ojos azules.

- Mi querido padawa... lamentablemente no se nada de Nadia ni de los demás, ella no ha dejado ninguna nota, y teniendo en cuenta las circunstancias... me temo lo peor. Tengo la intención de investigar el asunto tanto si me lo pide el señor Walcott como si no... y por supuesto que contaré con usted siempre que sea preciso- le posó una mano sobre el hombro- lo único que os pido tanto a ti como a Aleshia es que tengáis mucho cuidado y os esforcéis al máximo, no expongáis vuestras vidas a la ligera y seguid los consejos que os he dado. Soy un viejo loco y además peligroso... pero mi prioridad es vuestra supervivencia... no quiero perder a ninguno más de mis padawas... es muy doloroso...

Mientras avanzaba junto con Miguel hacia la salida me acordé de una cosa: Mierda... el jardín, ayer no lo regué...

Miro a Miguel y le digo: Me encantaría pasar contigo toda la tarde, pero el trabajo me llama...

Lo beso rapidamente y le pregunto antes de marcharme rápido: ¿Te hacen unas hamburguesas esta noche?... Rio al recordar la última vez que tomamos hamburguesas, y salgo disparada para la zona de los jardines...

Parecía que había llegado el momento de recogerse, y realmente tampoco se le ocurrían más preguntas para plantear, aunque parte de la inquietud que le había quedado alojada en el pecho le decía que habían aún muchas sin respuesta.

Un trabajo... buscar una ocupación seria un buen modo de sentirse ocupada.

Se inclina con respeto a su profesor.

- Ha sido un placer. Nos veremos pronto... - espero

Una segunda inclinación en señal de respeto y se da media vuelta, encaminándose a la puerta

Miguel esperaba pasar la tarde con Aleshia, pero al parecer ella tenía trabajo. Entonces se dió cuenta que él había dejado la tienda también algo abandonada y tenía que reponer con los suministros encontrados. Le devolvió el beso y contestó a la propuesta de cena y se despidió:

-Claro.

Se giró hacia Julain y Alba:

-Voy a abrir la tienda por si necesitáis algo. Para mañana os reomendaría tener algún arma para las clases del profesor.

Miguel ecuchó con  pesar que el profesor no tenía ninguna pista e por dónde empezar aunque sonrió cuando le comentó que contaría con él:

-No se preocupe profesor. Todo lo que he aprendido de usted en estos años no será en vano. Cuidaré de Aleshia cómo hizo usted conmigo. Le agradezco mucho lo que ha hecho por mí siempre. No tendrá que lamentar más pérdidas profesor. Este año ha sido muy duro e imagino que de los más complicados para usted. Pero nosotros estaremos aquí para lo que necesite. Somos una manada profesor. Sonrió al decir las últimas palabras. Estaba convencido que las entendería a la perfección.

Se despidió del profesor.

-Gracias por la sugerencia - Comento al otro chico - Yo voy a pasarme por recepción a ver si encuentro un trabajo tal y como ha dicho el profesor, después le echaré un vistazo a la tienda - Digo cortésmente y espero a ver si, profesor o alumno, tienen algo que decir.

- Hasta mañana chicos... - despidió a sus alumnos sacudiendo su pañuelo manta a modo de despedida-que descanséis... lo vais a necesitar- comentó para si entre dientes con sonrisa lobuna.

Viendo que nadie más tiene nada que decir, salgo del despacho tras hacer una leve reverencai y sigo el camino indicado.

Cuando llegáis al despacho del profesor Fizban os encontráis con sorpresa una nota en el recibidor de la entrada.

"Mis queridos padawas, hoy la clase la daremos en el Laberinto, seguid a Cancerbero y no os retraseis hay mucho por hacer.

PD: Os he dejado en la cestita del suelo una bonitas setas Lengua Violetae, coged una cada uno.

PDD: Espero que traigáis vuestras armas... las vais a necesitar"

Marcus se adentró en el despacho del Thasselhoff y leyó lo que escrito. Marcus quedó pensativo. Armas...? Mierda...

Tomó una de las setas y salió caminando en dirección a la entrada del laberinto. Una vez allí se encontraba con todos los demás alumnos. 

Algunos ya se habían puesto en marcha buscando algún rastro, con algo de desgano, ya que Marcus sabía perfectamente sus habilidad de buscar, intentó encontrar algún rastro. 

Miró para todos lados y nada le parecía a rastro. Intentó estar cerca de sus otros compañeros, al menos con ellos sería mas fácil no perderse. La babosa continuaba en su hombro, no se le había despegado desde aquella otra clase con Fizban.

Cuando llego a la clase, bajo mis párpados pueden distinguirse unas profundas ojeras, resulta evidente que no he dormido demasiado, lo más probable es que por haber tratado de aprovechar el tiempo al máximo.

Al leer la nota ahogo un quejido.

-¿Armas? Yo no tengo armas... - Comento algo temeroso porque parece que las vamos a necesitar. Aun así cojo esas extrañas setas.

Sigo al resto del grupo hasta el labarinto, y cada vez me siento más intranquilo, incluso llegado un momento siento mriadas detrás de mi, a si que evidentemente me giro para solo encontrar sombras tras nosotros.

Las puertas se cierran, y lanzo un último quejido, creía que esta asignatura no se centraría tatno en peligros... empiezo a no estar tan seguro de haber hecho bien en apuntarme a ella.

-Yo no tengo armas - Repito, ahora de forma más segura para que mis compañeros me escuchen - Ni sabría utilizarlas si las tuviese. ¿Normalmente las clases son así?

Inconscientemente me he pegado más de lo normal a Marcus, a fin de cuentas es al único que "conozco" de la anterior clase.

Mientras voy haciendo el comentario, con la mirada voy mirando el suelo , y creo identificar el camino que debemos seguir.

-Es por ahí, ¿no?

Alba llegó con las setas y expresión de no haber estado en un lugar semejante en su vida. 

Con fuerza sostenía en la mano una daga y una honda junto con una pequeña bolsita de piedras. No parecían nuevos, aunque si estaban bien cuidados. Realmente deseaba no llegar a necesitarlas. Cuando Aleshia y Miguen se colocaron al frente y en la retaguardia les dedicó una plegaria silenciosa. Menos mal que los tenían a ellos, si no fuera por eso...

En silencio se esforzó por seguir las instrucciones, mirando al suelo. Si ese lugar era tan poco frecuentado, entonces... Si, aquello tenía lógica.

- Pues.... no estoy muy segura... pero si, eso creo... yo les sigo. - comenta en voz alta repondiendo a Julián

Dos estatuas... solo era elegir ¿no es cierto? sin embargo temía lo que pudiese haber más allá. Con indecisión mira a cada dirección. Los estilos de cada estatua eran bien diferentes, pero era imposible saber si las metáforas que representaban significarían o no alguna cosa... o todo lo contrario en la mente de su excéntrico profesor. 

- Elecciones difíciles... bueno... si es a ciegas creo que me decanto por la estatua griega. Quizás sea un engaño, pero al menos la reconozco, mientras que la otra... no sé que puede significar.

Entonces se para a pensar en la seta y una inquietud la acecha - ¿Quizás deberíamos haberlas cogido con guantes?... espero que no sean TAN venenosas...

Marcus se sentía tan inútil. Siguió a los sus otros compañeros ya que no podía ni a duras penas ubicarse en el laberinto. Pese a que observaba a todos lados, no podía sacar ni una mísera conclusión para orientarse.

Una vez llegado con el profesor escuchó atentamente lo que  debían hacer y observó a su compañera viscosa sonriente. Empiezo a alegrarme de que te hallas pegado a mi...

De pronto posó la vista en las estatus y miró a sus compañeros. Por mi parte...Que sea un voto en blanco...No tengo ni la mas pálida idea de que pueden simbolizar las estatuas...

Dicho esto se concentró en la seta que había tomado y la observó tratando de ver que podía aprender de ella. 

-Gracias, espero que para la siguiente clase tenga ya algo - Digo en cuanto me da el arco, me echo el carcaj a la espalda y el arco en la mano*. Observo que debido al grado de tensión que soporta, la fuerza que debe tener es bastante alta, con la pega de que, por supuesto, para conseguir disparar con fuerza, también habría que tensarlo con una fuerza equivalente.

Arco en mano echo la mano al carcaj para probar a tensar el arco, aunque inicialmente fallo durante casi veinte segundos** hasta que doy con una, después la coloco en la cuerda y tenso el arco, jamás lo he hecho antes, pero la lógica prima en la forma de hacerlo, y al menos me percato de que soy capaz de tensarlo.

-No me gusta esto de que en las clases corramos verdadero peligro - Comento preocupado por mi propia vida y por la de mis compañeros.

-Y sobre las estatuas, yo me decanto por la estatua de Sócrates frente a la academia de Atenas, aunque me pregunto qué hace exáctamente aquí una obra clásica como esa.

Marcus se sorprendió al oír a una de sus compañeras dirigirse a él, no era normal aquello. 

Sonrió algo incómodo. Puedes apostarlo... Recorrió rápidamente con la vista el lugar y las estatuas y volvió la vista a la chica. No sería una clase de Fizban si no se tornara patas para arriba en cualquier momento...verdad? No estaba acostumbrado a hablar ni a relacionarse con sus compañeros por lo que se le notaba un tanto nervioso al entonar sus palabras.

Bajó la mirada pensativo. Será realmente difícil afrontar éstas clases sin armas...tan solo con mis conocimientos...
Movió su mano derecha hacia la babosa en su hombro y le acarició la cabeza cual el profesor hacía un rato.

- ¡Hay madre!... - La expresión de Alba ante aquella criatura era de auténtico pánico. Sin embargo, de alguna manera consiguió la suficiente presencia de ánimo para apartarse dos pasos hacia un lado y preparar su honda sin que nadie corriese peligro... o intentarlo. Aquello de mantener el equilibrio con una piedra y que saliese lanzada en la dirección que se pretendía no era tan fácil como parecía a simple vista.

Solo conseguir ponerlo todo en su sitio y comenzar a dar vueltas le llevó un buen rato, quedando algo retrasada para actuar