Partida Rol por web

Vería con interés al grupo que había ido a campamento, hasta el jaleo del centro del campamento enemigo, no tarde en comprender lo que pasaba y aparte la mirada, no me sentía capaz de ver eso o de no hacer nada, por suerte el disparo de Vincent puso todo en movimiento y no tendría que quedarme de brazos cruzados

-Volveré por ti- Le anuncie a Vin, arrancando el Chevy, no teníamos un plan y eso apestaba, pero rara vez teníamos uno, mi ventaja la velocidad del Chevy, quizás podría entrar al campamento barrar dentro con un giro y salir pitando de ahí, llamar la atención sobre mi no me gustaba pero ganaría tiempo para Lau, Lin y Etain, así que eso haría. Ademas contaba con el respaldo de un todoterreno armado que debería llegar para cuando yo este saliendo.

Vincent pone punto decisivo en lo que refiere a las peleas internas. Una vez más me arrepiento de haberme atrevido a sacar el tema. Tenían razón en que ahora teníamos un trabajo que hacer.  Cuando sacan a las dos chicas, la inconfundible indumentaria y pelo moreno de Jakie me pone los pelos de punta. Con los ojos bien abiertos, veo la escena priemro alegrándome de verla con vida y sin ser desmembrada pero luego empalidezco al ver como la apalizan y tratan de violarla.  *NO!!!! .

Un disparo nos pone en marcha, y el violador se desploma en el acto. *Hemos matado a uno, ya no hay vuelta atrás. Mi paralizado cuerpo se acelera hacia el Chevy que no tarda en pegar el acelerón. - Voy contigo. - Me subo sin pensarlo y sin tardar bajo la ventana y preparo el rifle para sacarlo y disparar en marcha si hiciera falta. Jamás me imaginé que iba a encontrarme en semejante situación. Íbamos a estamparnos contra un grupo de caníbales borrachos... recé para mis adentros que no todos estuvieran ni tan locos, ni tan armados... 

Miro serio los acontecimientos que van sucediendo en el campamento, apretando mi puño derecho dentro del bolsillo del pantalón, pero el disparo hace que todo pase a precipitarse.
En mi opinión nos hemos precipitado, para evitar una violación puede que les hayamos condenado a morir... Pero es difícil no apretar el gatillo en una situación así.
Todo el mundo empieza a moverse, de modo que yo, tan rápido como puedo, me subo al vehículo más cercano entre la furgo y el jeep con la ametralladora, me parapeto contra una de las puertas, coloco el chaleco entre la puerta y yo y asomo el arma automática por la ventanilla intentando asomar la cabeza lo menos posible. Mi intención no es realmente conseguir dar a alguien, eso en movimiento es bastante complicado, pero sí disparar hacia la gente armada que nos amenace para que se preocupen de cubrirse y no puedan abrir fuego con tranquilidad.
Después de colocado miro la granada de fragmentación que aún cuelga de mi cinturón, quizás sea su momento.

Saco la espada y estoy apunto de atacar al animal pero parece que entre Etain y Lau tienen al perro dominado, así que miro alrededor buscando nuevos enemigos, por si hemos hecho demasiado ruido.

-Que mal, que mal – Farfullo avanzando para buscar algún sitio en el que cubrirme de algún posible observador. 

Tras tu disparo todo se precipita. Uno de los violadores se desploma malherido al mismo tiempo que el sonido reverbera por todo el lugar. Los que estaban despiertos en el campamento miran hacia todas partes buscando el origen de aquel disparo mientras muchos más empiezan a levantarse alarmados por el sonido del arma.

Lau mata con su cuchillo al perro que atacaba a Etain, Lin ha despachado silenciosamente a los que dormían cerca y parecían tener la situación controlada hasta que tu disparo despierta el avispero. Viéndose en medio de cientos de personas que empiezan a levantarse y a salir de sus chabolas los tres se ven obligados a correr por sus vidas, abandonando la posibilidad de solucionar aquello sigilosamente los tres se esconden en una de las chabolas, matando rápidamente a un tipo medio dormido que se asomaba por la puerta y arrastrándolo hacia el interior. 

Tras escuchar tu disparo Sam no se lo piensa mucho y acelera el todoterreno dirigiéndose hacia allí, Tim y Cass le siguen de cerca. Los tres vehículos entran en el campamento sembrando el caos y beneficiándose de la potencia de fuego de la ametralladora para diezmar a los defensores, aunque el hormiguero acaba de despertarse.

En medio de aquel follón Nadia intenta proteger a la otra chica violada, que apenas se mueve tras la paliza que le han dado. Ambas permacen acurrucadas, buscando el origen de aquel follón hasta que uno de los violadores las agarra del pelo y las conduce hacia las jaulas, puedes ver cómo sacas las llaves de las jaulas mientras intenta usar a las chicas a modo de escudo humano contra tí, aunque al no saber la dirección exacta por la que ha venido el disparo lo hace sin mucho éxito.

Tras el disparo todo se precipita. Entráis en el campamento como elefante en cacharrería, el todoterreno abre la marcha, con Becca disparando hacia todo lo que se mueve y sin darle a casi nada, aunque el efecto miedo es lo que cuenta. La camioneta y el Chevy le siguen de cerca. Con el efecto sorpresa atropelláis a algún defensor y varios más caen con vuestros disparos mientras os internáis en el campamento. La mayoría de los hostiles, sin armas de fuego solo pueden mirar como pasáis o esconderse a vuestro paso, algún disparo aislado os responde, una piedra se estrella contra el parabrisas del todoterreno pero en general no os topáis con mayor resistencia mientrás os adentráis en el campamento hasta que súbitamente el camino se esfuma entre un mar de chabolas y gente enfurecida. Si seguís adelante arramblando con todo podríais llegar al centro del campamento, junto a las jaulas de los prisioneros, pero ello implicaría tentar la suerte con la posibilidad de sufrir un accidente y quedaros allí tirados y rodeados. 

Pese a haber entrado muy fuerte apenas habéis matado un puñado de defensores y cada vez hay más gente preparada para luchar, podéis ver a un tipo a vuestra derecha preparándose para lanzarle un cóctel molotov al chevy azul, escucháis motores poniéndose en marcha. El efecto sorpresa que ha tenido vuestro ataque fulgurante empieza a disiparse.     

 Habría quien vería aquello como una decisión ilógica. Y nadie entendía eso mejor que Vincent. El ámbito de la lógica y de la ética se entremezclaban a duras penas en situaciones con dilemas como aquellos. ¿Intentar que una chica sufra menos a costa de la seguridad de muchos? ¿Qué sentido tenía aquello para un razonamiento apropiado? El profesor sabía dar muchas respuestas a ese dilema, y uno de ellos sería la defensa clara de sus acciones. No iba a detenerse ahora. Con confianza ciega en sus compañeros y en su reciente capacidad para manejar armas, lo intentó por todos los medios.

 Apuntó calmadamente, para él aquellos seres humanos habían perdido el rumbo. Podrían redimirse, pero no estaba en las manos de Vincent darles esa opción. Ahora dependía, como siempre lo había hecho, de sí mismos. Iba a ponerselo lo más dificil que pudiese, les dispararía hasta que tuviesen la revelación de reflexionar sobre sus actos. 

 Sus compañeros lo tendrían difícil, y el futuro del profesor iba a ser un infierno cuando le pidiesen explicaciones, pero nada importaba si con eso evitaba que una persona pasase por aquel calvario. ¿Era mejor dejar que la violasen una y otra vez mientras el resto las rescataba? Cuando sólo interviene la razón, es fácil responder. 

 La razón está al mano del dedo en el gatillo, sólo ante la más fría lógica Vincent era capaz de disparar así a un ser humano, por salvaje que éste sea. Pero es una razón guiada por el sentimiento más pleno de DEBER. Como el dragón enroscado que le achaca a los leones ¡TU DEBES! así el profesor actuaba, sabiéndose por igual acertado e incomprendido.

 Lo acertado de su puntería, por otra parte, estaba algo lejos de sus convicciones.

Etain se prepara para evitar que animal le muerda pero Lau, mucho más expeditivo finiquita el asunto matando al perro con su cuchillo, el animal muere mientras emite un gañido lastimero que sin embargo no llama la atención de nadie, pues es ahogado por unos gritos más fuertes provenientes del centro del campamento.

Conseguís trepar con cautela el montón de escombros sin oír ninguna voz de alarma. Os acercáis lentamente hacia el centro del centro del campamento, los gritos que se escuchan deben ser habituales, pues la mayoría de los caníbales duerme o lo intenta a pesar de ellos. Conseguís avanzar sin toparos con ningún obstáculo hasta que las jaulas de los prisioneros aparecen a unos cien metros de vosotros. Allí encerrados veis a Mc Knigth, Jon, el profesor Zimermann y algunos más, pocos, muy pocos, en comparación a los que abandonasteis Scranton.

El origen de los gritos que han cubierto vuestro avance es Nadia, la chica ucraniana y Jakie la cabo. Las dos chicas están fuera de las jaulas, cinco tipos se turnan para violarlas. La que grita es Nadia, Jakie casi ni se mueve, parece que han tenido que darle una buena paliza para que se esté quieta. Son cinco, difícilmente podríais reducirlos sin que se de la voz de alarma, sin embargo un oportuno disparo os libra de tener que tomar una decisión. El tipo que estaba violando a Nadia se desploma malherido, los otros agarran sus armas y empiezan a buscar el origen de aquel disparo, casi al instante empiezan a escucharse un montón de disparos provenientes del otro extremo del campamento.

Arruinada cualquier oportunidad de rescate, lo preocupante para vosotros es la comprometida situación en la quedáis en medio de un campamento que empieza a despertar alertados por los disparos.  

Estáis junto a una chabola mirando con pavor a vuestro alrededor esperando que de un momento a otro alguien repare en vosotros y ahí acabe vuestra historia cuando un trozo de tela que hace de puerta se corre y un tipo con signos de estar todavía bajo los efectos del alcohol se os queda mirando a un palmo de vosotros- ¿Uh? –Llega a decir antes de abrir mucho los ojos cuando su cerebro procesa que no sois de los suyos.

Piso el acelerador a fondo tratando de no pensar mientras conduzco más intuitivamente que otra cosa, por suerte conseguimos entrar sin muchos problemas, parece que los hemos pillado por sorpresa. -Quizás tengamos una oportunidad- Pienso viendo como nos abrimos paso sin mucha dificultad hasta que un piedra se estrella contra el cristal, no se rompe, pero el susto me hace dar algunos volantazos, dando algunos bandazos fuera de control. Cuando recupero el control del vehículo un montón de tiendas de campaña, obstáculos y sobre todo gente armada obstaculizan el camino.

Tras evaluar las opciones piso el freno y giro el volante derrapando hasta quedar en una posición casi opuesta a la que llevaba. Con el todoterreno habría sido más fácil atravesar aquella maraña, pero el riesgo no compensa. No temo morir pero llevo  a dos niñas conmigo y si tuviera un accidente lo peor no sería que nos matemos en el acto, es que sobreviviéramos al accidente y nos quedemos tiradas entre todos esos caníbales, pasando de ser rescatadoras a necesitar que nos rescaten. Demasiados riesgos y escasos beneficios en caso de llegar al centro del campamento, pues no sabemos qué nos vamos a encontrar allí. Mejor ceñirse al plan original, armar jaleo, dejar que nos persigan y a ver si con un poco de suerte el otro grupo consigue liberar a los prisioneros.       

Confío en poder aguantar un rato gracias a la ametralladora, quizás lo suficiente para que todo Dios venga a por nosotras, si tienen muchos vehículos y todo parece indicar que sí ya veremos como escapamos, pero ese será un problema futuro, ahora mismo tenemos otros más acuciantes.  – ¡AL DEL COCTEL!- Digo golpeando el techo y girándome hacia detrás para llamar la atención de Becca ¡Mata a ese!- Le digo señalando al que se prepara para lanzarnos el explosivo. Al ver a Helen siento vergueza de mí mísma. -Agacha la cabeza y tápate los oidos cielo.   

Mis preocupaciones por si nos estaban escuchando resultan infundadas. Los gritos de las chicas nos vienen bien, nadie nos ve ni nos escucha acercarse. -Si nadie se precipita puede que consigamos arreglar esto en un periquet...  – Y de repente alguien se precipita, posiblemente alguien con un elevado código moral y un alto concepto de sí mismo que no podía mirar mientras violaban a las chicas, aunque ello implique dejarnos vendidos.

-Tsk – Chasqueo la lengua con disgusto -Genial - Mascullo balanceando la katana mientras mi mente busca desesperadamente una ruta de escape, aunque ella se presenta sola cuando la chabola se abre y aparece un tipo con cara de besugo.  Sin pensármelo mucho lo atravieso con la espada, empujándolo hacia el interior de la chabola mientras intento taparle la boca para que se muera sin armar mucho ruido. -Rápido- Les urjo a los otros para que me ayuden. Es un plan desesperado, el tipo no acaba de morirse y no sé si allí dentro habrá más gente, pero no parece que de momento tengamos muchas opciones.

El peligroso animal acabó muerto por la agresiva maniobra del cámara, no obstante, no fue el único peligro, habían más, tanto cuadrúpedos como bípedos, y ambos hambrientos de carne humana. Repugnante. Tras un avance pudieron vislumbrar a los prisioneros, más escasos de lo que recordaron, sin duda, los muertos no fueron enterrados, si no devorados con casi total seguridad. Sin conservantes, no tardaría mucho en acabar podrida. Aquellos pensamientos causaron náuseas en el silencioso joven.

Pero aquello no fue lo peor, ni mucho menos, unos desgarradores gritos se escucharon hasta el último rincón. Los de una joven. Para su horror vio como la ucraniana amiga de la pelirroja, se había convertido el juguete de varios tipos, también la inconsciente soldado fiel del coronel. Lau se quedó observando con los ojos bien abiertos la asquerosa escena. Los gritos de desesperación se grabaron a fuego en su cabeza. Una escena que jamás desaparecería. Y encima suerte que no las víctimas no fuesen Cass o Sam, con las cuáles empatizó, o especialmente…Emma.

El mero hecho de pensarlo la rabia, el odio, y el desprecio le hicieron agarrar con fuerza el cuchillo. Además de caníbales y violadores, la mayor escoria de la humanidad se manifestó ante sus atónitos ojos. No hubo tiempo a más, un disparo y un muerto. Y en cuestión de centésimas de segundo se convirtió el rescato en una trampa mortal. Uno de esos hijos de la gran puta se mostró tras una tela, y antes de que nadie pudiese reaccionar, incluso el infeliz, la asiática le acuchilló con frialdad, además de taparle la boca.

Con inmensa rabia, el cámara se aprovechó de la situación, y asestó un par de certeras apuñaladas en la desgraciada víctima con el único objetivo de sesgarle la vida a ese grandísimo hijo de la gran puta. Los dientes de Lau asomaron, y se convirtió en una especie de depredador tras una indefensa presa. No hubo mucha diferencia entre aquel…hombre, y el animal de antes.

Tras subirse Austin arranco y arrasamos hasta dentro del campamento. ¡Austin! ¿Crees que puedes disparar? ¿Algo a alguien?. Por un momento pienso en lanzarme hacia adentro, a salvar a la gente, pero... por muy bien que me saliera la conducción escapando de la ciudad conozco mis limitaciones, fue pura suerte y no otra cosa, adentrarme en un campamento a tientas con dios sabe qué trampas es una temeridad. Creo que con atraer su atención es suficiente... de todas maneras, nos van a perseguir y no sé como saldremos de esta. Intento llamar la antención de los compañeros en el campamento, de Lau, Lin o Etain. Doy unas ráfagas con las largas, por si no quedaba claro donde estábamos. Mantengo el motor en marcha preparado para girar e irme en cualquier momento.

Una vez en el campamento, busque con la mirada a nuestros amigos mientras examinaba rápidamente el lugar, no había tiempo que perder. Cuando vi al chico a nuestra izquierda por un segundo se me detuvo el corazón "Nota mental, la próxima vez, armar un buen plan"

-Agárrate y si puedes dispara, pero primero agárrate- Le dije a la chica, esperaba que me hiciera caso, porque en mi intento por evitar el cóctel iba a pasar por arriba de tantos como pudiera. Pisaría el acelerador y doblaría (Hacía el A4) en dirección al humano, literalmente planeaba atropellarlos si se quedaban en el camino que había trazado en mi mente.

Tu disparo falla el objetivo, aunque al menos no acierta a ninguna de las chicas.  

Tras tu disparo el tipo de las llaves se agazapa tras las chicas un poco más, iba a meterlas en la jaula, pero tras aquel aviso se lo piensa mucho y las mantiene frente a él a modo de escudo, sin embargo, viendo una posibilidad de ser libres las dos chicas se rebelan y empiezan a forcejear contra el tipo ofreciéndote un blanco mucho más claro. No aguantarán, el tipo no es especialmente fuerte pero las dos chicas, están muy débiles y magulladas. No tendrás otra oportunidad mejor.

Casi al mismo tiempo puedes ver los tres vehículos conducidos por Sam, Tim y Cass sembrando el caos tras entrar en el campamento aunque el efecto sorpresa se va desvaneciendo. La mayoría de los caníbales asiste impotente al paso de la caravana de la muerte hasta que una maraña de tiendas de campaña y vehículos cruzados les corta el paso, puedes ver como uno de esos tipos prepara un rpg, el lanzacohetes soviético más famoso del mundo, mil veces visto en toda película de acción que se precie. Cass, Sam y Tim, viendo el camino cortado derrapan y frenan los vehículos mientras dan media vuelta, ofreciendo sin querer un blanco perfecto para el tipo del bazoca.

El tipo de las llaves o el tipo del bazoca, no tendrás tiempo de matar a ambos.

 En aquel momento todo parecía estar de camino al diablo. Vincent había precipitado las cosas, por su culpa, ahora todos estaban sufriendo. Sin embargo, no sentía arrepentimiento. El sólo podía intentar ayudar, pero no resolvería nada. Las chicas estaban por su cuenta, debían ser fuertes y luchar por su libertad.

 El tipo del bazooka era peligroso, muy peligroso, no era una lucha justa, mucho menos contra el vehículo en el que iba lo más parecido a una familia que le quedaba. Apuntó sin pensarlo demasiado, por pura intuición e instinto, no era un dilema, sabía perfectamente que tenía que abatir a aquel tipo si quería que sus amigos sobreviviesen, las chicas tenían más probabilidades de seguir con vida que ellos si no actuaba rápido y con precisión.

 Casi podía predecir lo bien que podía haber ido un disparo hacia allí, pero vivir en lo que pudo ser y no fue era cosa del pasado, como mucho. Tenía que noquear a ese tipo si quería que tuviesen una oportunidad. Apretó el gatillo apuntando lo mejor que pudo. 

 Vamos.... si sales de esta ya practicarás...

 No se permitió el lujo de negar, ni de pensar que debía haber dedicado más tiempo a esto. Lo último que quería era matar personas, pero no había una alternativa cuando éstas abandonan lo poco que les hace humanos.

El acelerón de Cassandra me pilla por sorpresa, esperaba poder ver a las chicas o a las jaulas o al grupo pero todo es demasiado movimiento a mi alrededor y no logro reconocer a nadie.

Cuando intento disparar, el traqueteo del vehículo me mueve demasiado *nunca he disparado en movimiento!!- aprieto el gatillo sin saber si le doy al que estaba apuntando pues avanzamos con el coche muy deprisa. Entonces hago caso y me sujeto fuerte.

Reaccionáis en cuestión de segundos, metiéndoos en la chabola acuchillando a aquel tipo y matándolo antes de que pueda emitir un solo sonido. Dentro de la chabola solo hay un camastro y algunos enseres personales, parece que habéis conseguido pasar desapercibidos hasta daros cuenta de que estáis solos. La chica de pelo naranja no ha estado tan despierta como vosotros dos y se ha quedado en el exterior.

Los sonidos del tiroteo que están armando los otros miembros del grupo llega claramente hasta vosotros. Casi todos los caníbales corren en alguna dirección, Vincent, con el rifle de francotirador también está ayudando a sembrar el caos, sin embargo nada de eso impide que reparen en la presencia de la chica de pelo naranja, que se aleja todo lo posible de la chabola para evitar delataros.  

A través del raído trozo de tela que sirve de puerta para la chabola podéis ver como una multitud de caníbales la agarran, rodeada por tantas personas la chica no puede hacer nada mientras la apalean hasta dejarla casi muerta y la arrastran por el suelo llevándola del pelo. Uno de ellos abre las jaulas y la arroja al interior antes de volver a cerrar.

Hasta cinco tipos se quedan vigilando las jaulas mientras casi todos se van hacia el lugar donde se está produciendo el ataque.

Lau y Lin se meten en la chabola acuchillando a aquel tipo y matándolo en el proceso antes de que pueda emitir un solo sonido de alarma. Tu sin embargo permaneces quieta sin acertar a reaccionar hasta que es demasiado tarde.

Los sonidos del tiroteo que están armando los otros miembros del grupo se escuchan claramente. Casi todos los caníbales corren en alguna dirección, Vincent con el rifle de francotirador también está ayudando a sembrar el caos, sin embargo nada de eso te salva de ser detectada.

Una gran cantidad de caníbales se apercibe de tu presencia, persiguiéndote durante una corta carrera que solo sirve para alejarlos de donde están Lau y Lin. Rodeada, sacas tu cuchillo para tratar de defenderte aunque no hay nada que puedas hacer contra tantos oponentes. El primer golpe te llega por la espalda, cuando te giras para hacerle frente te llega un nuevo golpe que te postra de rodillas, un tercer golpe te envía al suelo, luego llega un cuarto y un quinto y un sexto antes de quedar seminconsciente.

Apenas te das cuenta de que te están arrastrando por el pelo hasta que te depositan dentro de una de las jaulas junto al coronel y otros miembros del grupo que intentan confortarte.

Tranquila- Te dice el chico que hace de médico desde la muerte de Amber, mientras te examina- ¿Has venido sola? ¿Que está ocurriendo?      

Samantha frena haciendo derrapar el todoterreno, Tim tampoco se atreve a cruzar aquella maraña de tiendas para llegar al centro del campamento, Cass es la única que se arriesga un poco pisando a fondo el acelerador, pero el tipo del cóctel es más rápido y le lanza el cóctel molotov que se estrella sobre la parte delantera del Chevy segundos antes de ser arrollado por doscientos caballos de orgullo americano ensamblados en Detroit en los sesenta. En su derrape Cass se lleva por delante una chabola y arrolla a otros dos caníbales mientras da media vuelta y regresa de nuevo preparándose para la huida, por desgracia el viejo Chevy ya estaba muy cascado y no da más de sí. Con la rueda delantera derecha en llamas y las llamas agarrándose al motor y el humo inundando el habitáculo el Chevy va perdiendo velocidad hasta detenerse por completo.

La muerte de algunos de los suyos no parece intimidar a los caníbales, cada vez más gente os rodea, gritandoos desafiantes e insultandoos mientras os lanzan todo tipo de objetos, no son muchos, pero cada vez son más los disparos que se escuchan. Pero lo preocupante viene por detrás, por donde un camión escoltado por más de una docena de vehículos diferentes se acercan tranquilamente mientras los caníbales se van subiendo a ellos sobre la marcha.