Partida Rol por web

Al arrastrar la moto nos golpeamos, la inercia me clava hacia delante solo sujeto por el cinturón de seguridad... aún así el golpe me hace cerrar los ojos pero oigo ruidos de movimiento detrás.

Me giro instintivamente y veo a Austin en el suelo, yo... lo siento, pensé que... ¿Estás bien?, al mirar hacia atrás me percato que ni Emma ni el extraño sujeto están en la camioneta, pero veo unos metros atrás un montón de ellos bajando de un vehículo azul, me vuelvo a girar y veo a Emma levantarse cerca del extraño elemento... rápido Austin, tenemos compañía y Emma necesita ayuda.

Rebusco mi pistola que por suerte Emma no había cogido y me asomo por la ventanilla, ¡cuidado Emma que disparo! -no se si me oiría en el fragor del combate, pero debía intentarlo... nuevamente esto no es lo mio, disparo dos veces pero erro en el blanco.

Un sudor frío me recorrí todo el cuerpo mientras pensaba todo lo que nos iba a suceder a manos de ese hatajo de hijos de puta a menos que un milagro sucediera.

Tras liquidar al centinela y ver que los que quedan salen huyendo, respiro aliviada. -Menos mal- Pienso clavando la espada en el suelo mientras me toco el vientre herido, tengo algo de sangre pero por suerte el chaleco se llevó la peor parte.

-Correr como pollos sin cabeza no nos sacará de esta – Le digo a Etain, tras escuchar su plan - No estoy en condiciones de correr una maratón, ni creo que  tú lo estés después de la paliza que te han dado.  En el momento que vengan a por nosotras con coches y perros...  -Digo dejando en el aire la conclusión obvia-  Lo que necesitamos es conseguir un vehículo, o que alguien venga a recogernos.

  ¿Y dónde está Lau? Que mierda.

De momento el plan de la pelirroja tendrá que valer, pero no creo que podamos escapar a pie cuando descubran que su cena se ha marchado.  

-Llévatelos tú -Le pido a la chica pelirroja – Iré a buscar un vehículo o algo con lo que poder escapar, o por lo menos intentaré daros más tiempo. ¡Iros! -Le digo mientras envaino la katana y sujetándome la herida con una mano me voy por donde se ha ido Lau, con un poco de suerte quizás mate dos pájaros de un tiro.

-¡Bien hecho!- Digo al ver como camión y el coche rojo se estrellan por el retrovisor. No se si debe a un acierto nuestro o al puro azar pero poco importa.

Al ver como los que quedan dan media vuelta y se van voy frenando poco a poco deteniendo el vehículo sin acabar de creérmelo. - ¿Becca estás bien? ¿Estamos las tres bien? Esto sí que es un milagro.

Buen trabajo- Digo devolviéndole la sonrisa a Cass y asintiendo cuando dice que vayamos a por Vincent, puede que Tim y los otros estén más cerca, pero creo que Vincent nos necesita más, sobre todo si estaba solo. -Vayamos  a por él-  Respondo. -Pero hazme un favor, coge el volante, ya he conducido bastante por hoy.  

El golpetazo que pega el vehículo me coge desprevenido. Había llegado a visualizar por un momento el brazalete funcionando, pero parece que, justo cuando iba a disparar su haz, hemos chocado con algo. No se le puede reprochar nada a Tim, nos ha llevado muy lejos, pero ha sido en el peor momento posible. Pego un salto en el asiento y me golpeo con el techo, pero intento mantenerme en mi sitio lo más que puedo. La confusión del golpe me aturde por un momento,y oigo los gritos, lejanos. Parece ser que Emma está en apuros, y oigo disparos... pero el otro vehículo se ha detenido, y nos van a masacrar como no hagamos algo. El pitido estado de confusión va menguando y coloco de nuevo el brazalete en posición apuntando al vehículo para concentrarme a duras penas y lanzar un haz que, con un poco de suerte, conseguirá hacerlos retroceder antes de que nos maten a todos. Es el fin... Al menos morimos intentando salvar gente... haciendo lo correcto... al menos nadie me echará de menos... adiós.

Por desgracia vuelves a errar el disparo. El tipo que sube a pie aún tardará un poco en alcanzarte, pero el de la moto aparece en la loma.  

Tratas de esconderte alejándote un poco, pero el terreno aparte de algunos matorrales tampoco da mucho de si. Sin embargo la suerte que te ha faltado con el arma, te acompaña ahora. Un simple vistazo hubiera bastado para detectarte, pero el tipo, cegado por el polvo no acierta a distinguirte. Puedes ver como baja de la moto mientras saca una pistola, apuntando a ciegas hacia todas partes mientras se frota los ojos con la manga, llorosos debido al polvo y la alergia.

 Desconocedor de su suerte, Vincent sólo podía intentar defenderse. Lo más sensato habría sido seguir escapando, pero no podía huir de alguien en moto. Esconderse hubiese sido lo mejor, pero en su mente sólo era una forma de posponer un encuentro inevitable. Ser un tipo, a solas, no había sido la mejor de las ideas, ahora es cuando lo veía más claro.

 Disparó sin miramientos, quería dejar tirado a aquel tipo de la moto. No deseaba matar, sólo deseaba que no le matasen, como una cucaracha de aferra a la vida. Estaba seguro de que aquello se iba a complicar más y más a medida que erraba sus tiros, tenía balas de sobra, pero ni la suerte ni la puntería le acompañaban ahora.

 Mierda. Joder.

 No había mucho tiempo para lamentarse, corrió con el poco tiempo que la realización de aquel tiro perdido le había dejado.

 O te vas o te matan. O te vas, o te matan. 

 O te matan...

 Ligeramente agachado corrió como pudo huyendo de los tipos que le perseguían. Si aquello era un infierno, no podía creer lo que estarían viviendo los demás.

La asiática, tan impulsiva como siempre se va dejándote a solas con toda la gente y el marrón de tener que ponerlos a salvo. Eres la más nueva en el grupo, no obstante el coronel y el resto de supervivientes te siguen hacia el exterior sin ninguna objeción. Durante vuestra huida nadie abre la boca, los que están en mejor estado ayudan a los más heridos a caminar pero nadie dice nada. Pronto dejáis atrás la muralla y sorteáis las trampas, mucho más visibles a la luz del incipiente amanecer. Pese a haber escapado del campamento nadie está para celebraciones, todo lo ocurrido pesa mucho e incluso el militar que hasta ahora dirigía el grupo parece haberse hundido anímicamente.

Avanzáis a buen paso, con las fuerzas que da la adrenalina al saber lo que os espera si os dan alcance, sin embargo aún no os habéis alejado unos cientos de metros cuando todo el mundo se tira al suelo, escondiéndose entre la escasa vegetación del terreno al escuchar un motor acercándose, sin embargo, el temor da paso a la alegría al reconocer quienes son. Se trata de Cass, Sam y Becca que van en el todoterreno militar dirigiéndose hacia la loma donde se había quedado Vincent.

Os dirigíais hacia donde estaba Vincent pero antes de alcanzarle os topáis con un grupo de personas agitando los brazos tratando de llamar vuestra atención, pidiéndoos ayuda. Se trata de Etain, junto a la pelirroja van el coronel, Jon y todos los que han conseguido rescatar, una docena de personas en total. Tanto el coronel como los que van con él están muy castigados, algunos se apoyan en otros para poder caminar, el grupo está muy hecho polvo y sin vehículos no conseguirán escapar.  

Algo os inquieta al verlos, si mal no recordáis eran tres quienes entraron al campamento, pero con ellos solo está Etain, de Lin y Lau no hay ni rastro, sin embargo no tenéis tiempo para decidir que hacer, pues la loma en la que se encuentra Vincent no está lejos, y desde allí se escuchan varios disparos procedentes de aquel sitio. Debe estar peleando.

Un nuevo disparo, un nuevo fallo. Por desgracia el caníbal te detecta y aún con los ojos enrojecidos se prepara para devolver el fuego. Un sudoroso caníbal aparece en la loma con el machete en mano. Jadeando se apoya sobre las rodillas recuperando el aliento, antes de dirigirse hacia ti.  

No es momento de fallar otra vez, cuando más cerca tienes al enemigo peores están siendo tus disparos. No deja de ser llamativo que hayas conseguido salvar a los demás con disparos magistrales a larga distancia, pero quizás no consigas salvarte a tí mismo.

A tu espalda los sonidos del combate se apagan, tras un rato de espera, sin decidirte a actuar en un sentido u otro puedes ver a Lin llegar corriendo. Está herida en el costado, con una mano se tapona la herida, pero parece no ser grave.

 Tengo que intentarlo. Aún puedo ayudarles. 

 Vincent trataba de escudarse en ser el padre que era. Una persona dispuesta a proteger a los demás. No había que confundir aquello con el heroísmo, distaba en muchos factores, uno de ellos era la valentía. El profesor no estaba siendo valiente, estaba desesperado. Sentía un sabor ferroso en la lengua, su corazón empujaba su pecho como un ariete, y apenas podía permitirse parpadear para ver algo en la noche. Fruncía el ceño y las gotas de salado sudor hacía que le escociesen los ojos, respiraba como si hubiese corrido una maratón.

 Se puso de pie, totalmente erguido, cargó la culata en el hombro y apuntó cerrando uno de los ojos, sabía que con dos ojos se veía mejor, se calculaba mejor la profundidad, pero no le importó entonces, sólo quiso calcular la trayectoria. Aquella moto podía ser su salvación. Era lo único que importaba además del resto de personas.

 Un estruendo.

 Si acertaba era su momento de correr de nuevo, tropezando, a duras penas luchando por una vida que estaba a punto de apagarse corrió hacia el hombre de la pistola y la moto, si había acertado era su momento, si aquella bestia seguía con vida forcejearían hasta que pudiese arrebatarle el vehículo. No estaba fuera de peligro, quedaba un largo trecho, y el hombre del arma blanca podía simplemente darle alcance y destrozarle.

Resumen 1er turno de combate.

Los caníbales empiezan a salir de la furgoneta azul uno tras otro, solo uno de ellos lleva una pistola pero en vez de disparar avanzan confiados, solo con su número está claro que la victoria está de su lado. Emitiendo gritos eufóricos, como si aquella persecución fuera lo más divertido que han hecho en meses se acercan hacia el vehículo. Algunos van golpeando la camioneta con bates, barras de hierro o arañando la tapicería con sus machetes mientras se dirigen hacia los asientos que ocupan Tim y Austin. Tim hace dos disparos que no aciertan a nadie, y solo provocan algunas carcajadas anticipando lo que se van a divertir con vosotros. Habéis dado mucha guerra, merecéis morir lentamente, alguno incluso pide ser el primero en montar a Emma, otro, más morboso, se pide a Tim.   

La becaria sin embargo tiene otros problemas más acuciantes de los que preocuparse, el caníbal que ha caído cerca de ella está malherido, pero llevado por la adrenalina del momento, y por alguna que otra sustancia estupefaciente, se levanta sujetándose la extremidad herida mientras busca su machete. Al no encontrarlo y viendo que la morena intenta ponerse en pie se acerca a ella dispuesto a matarla antes de que ella pueda reaccionar y le arrea un tremendo puñetazo destrozándole el tabique nasal, el caníbal intenta rematar la faena sentánsdose encima de ella e intentando estrangularla con una mano pero Emma responde apuñalandolo. Ambos permanecen unos segundos forcejeando pero los dedos del hombre van perdiendo fuerza hasta que acaba derrumbándose. Tras quitarse del encima el fiambre Emma corre a ponerse a cubierto en la camioneta.  

La situación es desesperada, entonces Austin levanta el brazo como el que no quiere la cosa, dispara contra la furgoneta y deja fritos a cinco de los caníbales.

Aunque solo queda un tipo en pie y la ciencia ficción nos ha enseñado que nunca debes subestimar a un tipo armado con un bate de béisbol, claramente la tortilla se ha dado la vuelta.  La sonrisa se le borra en la cara al tipo que quería divertirse con Tim cuando ve a sus cinco compañeros caer al suelo de repente como si fueran fardos.  Su cara parece estar diciendo; What the fuck? 

Había cambiado de lugar con Samantha en cuanto lo pidió con una gran sonrisa, estar tras el volante era lo mío y al ver el grupo había frenado. -Llego la caballería- Tardaría un par de segundos en notar la falta de presencia de Lau y Lin- Me faltan personas ¿Donde están? - Estaba rezando porque digieran que estaban escondidos manteniendo el perímetro seguro cuando los disparos llamaron mi atención- Diablos, que necesitamos dos minutos para respirar, vamos, montándose que esa es como mi bati llamada y dice "Caballería reportarse al sector 10" - Me encontraba de mejor humor detrás del volante que lejos de el, me daba algo en que ocupar mi mente y mantenerla lejos de todo lo que sentía realmente, eso o empezaba a controlar mejor mi temperamento. -Una persona con fuerza suficiente y sed de venganza, puede tomar mi arma y disparar si es necesario, pero tiene que volver a mis manos, tengo mas balas guardadas en el bolso- Extrañaba los días simples de ir a Nueva York, nos enfrentamos a menos peligros en ida y vuelta de Nueva York, que en las ultimas 24 horas.

Esperaría hasta que todos subieran antes de acelerar, sacaríamos a Vincent con vida de ahí. Y luego encontraría a Laurent y Lin.

El cabrón se me tira encima como me esperaba, pero en vez de recibir un machetazo lo que hace es aporrearme en la cara. El puñetazo hace que mi cabeza se vaya hacia atrás por el golpe, causándome un dolor insoportable que me hace caer de culo, y antes de poder siquiera ponerme la mano en la nariz, ya lo tenía encima tratando de estrangularme. 

Antes de darme cuenta ya le había clavado el puñal en el tórax, y lo empujaba con fuerza deseando traspasarle y partirlo en dos, mientras mi nariz sangraba y me quedaba sin aire. En pocos segundos mi mano y mi ropa se llenaron de su sangre saliendo a borbotones del puñal... hasta que porfin se desploma a mi lado, desprendiéndose su cuerpo del puñal que aferraba con mi puño temblorosodo. 

Cogiendo aire y jadeando desesperadamente, avanzo tan rápido como pueden mis piernas y logro acabar frente a la camioneta roja tras ver como los desgraciados se acercan riéndose y pidiendo su turno para montarme. La sangre me hierve como la sangre caliente que aún tengo en la mano y en mi cara.

Pero un milagro ocurre, y estoy a tiempo de ver desde el cristal como Austin dispara un haz de luz que derrumba a todos menos a uno, llegando a alcanzar de lleno a la camioneta azul. 

Con la adrenalina a tope y queriendo recuperar mi arma para no volver a sentirme estrangulada de nuevo, mi mente reacciona rápido cogiendo un trozo de chapa del suelo, que perteneció una vez a la moto arrollada, y salgo de mi cobertura sujetando el trozo metálico sobre mi otra muñeca, como si fuese un brazalete, apuntando en dirección al último en pié, gritándole: 

- ESO ES HIJO DE PUTA!  TENEMOS ARMAS ALIENÍGENAS! - la furia y el dolor se reflejan en mi mirada como si quisiera reventarle el cráneo a golpes, cosa que haría encantada. El corazón me late a mil por hora mientras avanzo caminando de lado, lentamente, hacia mi fusil (M17) sin dejar de apuntarle y mirarle. - ASÍ QUE YA PUEDES CORRER O TE FREIRÉ COMO A LOS DEMÁS!! - Le espeto con un odio profundo que sale de mi cuerpo como nunca antes había hecho, mirándole furtivamente mientras deseo por dentro que se trague la farsa o almenos tenga un mínimo de sentido común sobre los riesgos de acabar muerto. 

O almenos que se lo trague hasta que alcance el fusil.

Etain se sentía muy extraña liderando a todo ese grupo que la seguía sin rechistar incluyendo al coronel, situación que la ponía extremadamente nerviosa. Concentrada al máximo por recordar todas las trampas e indicarselas a los prisioneros fugados y atenta a cualquier signo de que los persiguieran fue de las ultimas en percatarse que un vehículo se acercaba, por lo que reacciono tarde. Afortunadamente eran algunas de sus compañeras que acudían a recogerlos por lo que respiro profundamente no solo porque seguían relativamente a salvo sino porque en cierto modo dejaba de estar al mando.

- Lau y Lin han ido por otro camino en busca de un vehículo para salir de allí y causar mayor distracción...

Se sentía algo incomoda por haber tenido que separarse de ellos, especialmente con lo que había ocurrido, peor lo cierto es que no había tenido mas opciones, así que trago saliva y no dijo nada mas.

- No se cuantos vamos a caber en el todoterreno, que vayan subiendo los que peor están, y si no hay sitio para todos seguiremos a pie hasta que los dejéis a salvo y vengáis de nuevo.

Observo desazonado como mis disparos fallan y el salvaje salta sobre Emma y se enzarzan en un combate encarnizado y bárbaro, intento apuntar con el arma para ayudarla pero el intercambio de golpes es brutal. Acerco mi mano a la manecilla para abrir la puerta para ayudar cuando oigo gritos y golpes en la camioneta, me giro y veo a un grupo de personas golpeando el vehículo y acercándose. Gritan atrocidades e incluso oigo mi nombre. Trago saliva imaginando todo, por el rabillo del ojo veo a Emma ensangrentada levantándose y al despojo en el suelo.

Vuelvo a centrar mi atención en nuestros perseguidores pero por suerte Austin, pese al golpe apunta hacia ellos con el arma que estuvimos investigando y por algún milagro consigue derribar a todos menos uno. Wooooo – grito renovado con energía, si no estuviéramos en esta situación le daría un estrujón al empollón. El caníbal se ve rodeado y sin armas de fuego, su gesto cambia.

Emma llena de su sangre y de su enemigo sale desde un lado del coche tratando de amedrentarlo, a mi ya casi lo ha conseguido. No le dejo tiempo para correr si es que va a hacerlo, apunto con el arma esperando tener más suerte y disparo dos veces. No voy a dejarlo con vida si puedo. Tenemos que terminar rápido con esto.