Partida Rol por web

Seguís al sirviente por las escaleras que dan a un pasillo por el que accedéis a una habitación grande y espaciosa, con un gran ventanal que da a la plaza. En el centro de la habitación hay una gran mesa de  madera ornamentada, y una gran silla bellamente tallada, una especie de trono en miniatura. Sobre la mesa están los típicos utensilios de escritura, algunos papeles, pluma, tintero, secador, etc...

En las paredes, entre banderas con enseñas nobiliarias, escudos, mazas y espadas Zíngaras, hay algunas estanterías llenas de libros.

El hombre de librea, desata las pesadas cortinas ocultando la ventana y se dirige a un un carrito con ruedas que hay junto a la mesa, en cuya bandeja hay una pesada botella de cristal oscuro, y varios vasos, el hombre se sirve un vaso, y se lo bebe de un trago.

-Lamento deciros que el señor no está. 

-Cuando ayer por la noche vio que  no llegabais, se pensó  lo peor y desesperado decidió actuar por su cuenta, - oh pobre señor, - no se nada desde que marchó.

Se marchó a dónde? Actuar por su cuenta?...

Por favor sea un poco menos parco en palabras y explíquese.

Abro la túnica y le digo al sirviente:

-No volverá a pasar. Procuraremos ser mas puntuales la próxima vez. -Observo sus movimientos- Dinos donde está y danos mas detalles para que de inmediato salgamos en su búsqueda.

Esperé un momento y le dije mientras jugaba con las chorreras de su blusa:

-¿No tendrás ropa mas adecuada que estos harapos para nosotros ?

La obtusa mente del bárbaro no digería bien esa información... ¿Un acaudalado burgués haciendo el trabajo de patibularios? Imposible, la gente "civilizado" carece de las agallas para esas cosas y menos un petimetre enfundado en sedas como ese. Si nos quería contratar a nosotros con la prueba de salir del circo necesitaba un grupo de gente muy buena. No una persona en solitario.

O esto es otra prueba, o este es un mentiroso que han puesto aquí para dar el pego tras eliminar a Aluino. Cuando un procer de una ciudad como esta desaparece no es fácil que la noticia pase desapercibida. Las ratas empiezan a abandonar el barco y los predadores a subirse a él. 

Empiezo a deambular por la habitación como tasando un botín, ignorando al pingüino. Aprovecho este movimiento para hacer una percepción completa de la estancia, posibles agujeros por los que nos miren o acechen por si fuera otra prueba de Aluino o peor... una trampa de él o de los que le hayan podido hacer desaparecer.

Tu lengua escupe pequeña caca . le digo en tono amenazador al candelabro de la bella y la bestia. Yo venir a por trabajo... dar trabajo o cabras comerán tu hombría. Espero unos segundos a ver si se hace caquita. Decir todo lo que tu saber o... cojo cualquier objeto del tamaño de la mano que pueda aplastar entre los dedos mi puño y lo aprieto hasta que los trozos salgan entre mis dedos*.

-Si, si, discúlpenme.

- Efectivamente, ayer mi amo estaba desesperado, pues Galbarro volvió a manda una carta. Así que cogió su espada y fue él mismo a su casa.

Os mira, y vuestras caras indican claramente que no tenéis ni idea de lo que está hablando, por lo que carraspea, y empieza de nuevo.

...

- Veo que mi señor no les contó nada, intentaré resumirlo. ¿Conocen a Galbarro de Nemedia?,- un nuevo silencio muy esclarecedor

...

- Aham, bueno, Galbarro es actualmente el consejero más importante Montego, el gobernador de la ciudad, su mano derecha, el que susurra en su oreja. Comprenderán entonces que es alguien de gran poder e influencia. Pues bien, Aluino, mi señor, tiene la habilidad de influir en el gobernador también, pues éste le tiene en gran estima. Es por decirlo de alguna manera, el único que impide que Galbarro tome realmente el poder en la ciudad. No han sido pocas las ocasiones en que decisiones terribles del nemedio, fueron rechazadas por Montego, gracias a los sabios consejos que mi señor dio al gobernador.

 Os sirve unos vasos con el mismo licor que se sirve él.

-Bueno, pues este hombre, por llamarlo de alguna manera, resulta que ha conseguido cierto material comprometedor de mi señor, ciertas cartas que de salir a  la luz, le harían perder como mínimo su nombre y su fortuna, si no la propia vida.  

Da un breve trago al vaso

- Y ese es el motivo por el que os iba a contratar, nadie de la ciudad estaría tan loco como para entrar en casa de Galbarro, sobre todo con los rumores que circulan por ahí sobre él. Así que, que podría se mejor que unos extranjeros, bastante peligrosos, - mira a Ator, que parece estar a punto de descuartizar al pobre sirviente, que apenas puede tragar su bebida - sin nada que perder y mucho que ganar.

Miro a mis compañeros con expresión interrogante y a la vez satisfecha... Parece que tenemos trabajo... peroooo...nos pagarán por él?

Me doy la vuelta hacia Dunkel para bajar el nivel de presión sobre el pingüino. Al acercarme al él le cojo amistosamente del hombro y doy una sonora e intimidante, pero no dañina, palmada en la espalda a Dunkel mientras le susurro... Mi parte... ahora tu habla dinero... ¡¡¡intrépido!!!...

Mientras el bárbaro se pasea e intimida al sirviente, Dunkel se sienta repanchingado en el sillón, jugueteando con la copa que le sirvieron.

-¿Así que mucho que ganar? ¿A cuánto ascenderia esa fortuna y quien nos lo pagaría?  Porque según entiendo de tus palabras es posible que tu jefe y nuestro presunto pagador este ya criando malvas –Da un traguito a la copa, saborea el licor y hace una pausa dramática –Y espero que ese pago sea bastante superior a lo que sacaríamos acariciando tu gaznate con acero y saqueando la fastuosa mansión de tu presuntamente difunto señor, más te vale ser generoso teniendo en cuenta el balance de riesgos que implican ambos eeeeh… “encargos”.

Miro hacia abajo meneando la cabeza avergonzado...

No era buena idea amenazar a los sirvientes, puesto que yo había sido una y sabía como se las gastan y que posiblemente no fuese él el único en la casa, así que me aparté un poco y esperé a ver como acontecía todo...

El hombrecillo mira con desagrado a Dunkel, - aham, ahora veo que mi señor se equivocó completamente con vosotros, pues donde pensó que había hombres de honor, solo hay efectivamente escoria desagradecida y sin palabra.

Coloca el tapón a la botella de cristal y deposita su vaso sobre la mesa, - ingenuamente pensó que al deberle la vida, estarían dispuestos a ayudarle, fuese cual fuese la misión. Siendo el dinero un mero aliciente

Se dirige tranquilamente a la puerta del estudio, y os hace una seña para que abandonéis la estancia, - y lamento comunicarles, que no tengo conocimiento ni acceso a los bienes monetarios de mi señor, pues soy un simple sirviente a su cargo. También desconozco que clase de acuerdo o paga tenía pensado ofrecerles, y me temo que mientras mi señor no regrese, no habrá manera de saberlo. 

Mira con un rostro aparentemente triste a Dunkel, - mucho me temo maese, que salvo algunas armas antiguas, o mi propia vida, pocas cosas de verdadero valor, podrá robar de la casa de mi señor. 

- Y ahora les acompañaré a la puerta.

Alto, Aluino, prometer libertad por trabajo. Digo con voz un poco menos tosca al pingüino. Yo venir por trabajo. Yo no trabajar gratis, necesitar armas y armadura, pero deber un trabajo a Aluino. Yo no honor yo meo en tu honor, yo tener pacto y cumplir pacto. 

Miré al criado y me acerqué a el:

-Tampoco te lo tomes así, siempre hay una oveja negra en medio de los rebaños, y esta se está buscando que la trasquilen con su nueva lana. Si tu dueño está en peligro nosotros lo salvaremos y hablaremos con el sobre los pagos. Comprendo que tu no sepas nada porque es así como debe ser. Dinos donde se encuentra e iremos a liberarle.

Traté de que medio olvidase las últimas frases no muy agraciadas.

Espero que estéis contentos con la actuación que habéis montado... Digo a nuestros más dicharacheros compañeros.

Señor.- Digo dirigiéndome al sirviente de Aluino. Algunos de nosotros estamos dispuestos a devolverle el favor a Aluino, sin amenazas, sin orines por todos lados y sin robos.

Así que si tiene a bien, darnos la información de que disponga, haremos todo lo posible por liberar a Aluino.

A mi gustar mucho más la tuya en el bar...

Habló el comedido.

Por lo que veo todavía no lo has entendido.

-Buscar hombres de honor entre reos condenados a muerte, jejeje –Se ríe ante la idea y pone los pies encima de la mesa, mientras sigue saboreando su bebida- Si señor, eso suena lógico. A Dunkel Olten no le da de comer el honor, no le calienta en las frías y solitarias noches, ni le da de beber ni fumar. En resumen, que tu jefe, el que busca honor entre la mugre, el que ofrece trabajos pero no posee nada de valor en su mansión, el que es tan impaciente que tras una noche de espera se lanza él solo a asaltar la casa de su más feroz enemigo… Mira que he cantado cuentos imposibles, pero este suena a epopeya cómica -Baja los pies de la mesa, pone los codos sobre ella y se sujeta la barbilla - ¿Vosotros que opináis, compadres? ¿Saqueamos esta lujosa mansión o vamos en búsqueda del rubio loco a casa del Galbarro ese? -Pasea su mirada entre sus compañeros y el criado.

Dunkel Onten puede hacer lo que quiera. Ator venir a por trabajo, Ator está vivo gracias a ayuda de Aluino. Recompensa más tarde. Digo a mi preocupado compañero. Después me giro al hombre de librea y le digo. Ator ir, si poder con espada grande (cogiendo con dos dedos la espada ancha que lleva actualmente, como diciendo que esto le sirve de poco) y armadura, mejor. ¿Tu poder conseguir?

El hombre observa vuestros comentarios y réplicas con una cara entre sorprendida, divertida, y aterrorizada en ocasiones.

- Bueno, lo único que se es que Aluino, cogió anoche su espada y su capa y salió en dirección a la residencia de Galbarro.

Tras unos instantes en los que parece que rebusca en su memoria continúa, - le oí comentar en alguna ocasión, sus sospechas acerca del antiguo sistema de alcantarillado de la ciudad. Pensaba que era posible colarse por medio de los viejos colectores, en las grandes mansiones de la zona alta, incluido el palacio del gobernador.

- Es probable que quisiera confirmar esa teoría, - dice finalmente.

- En cuanto a lo del equipo, conozco a algunos armeros de fama impecable, pero como les he comentado, no dispongo de acceso a los fondos de mi señor, y mucho me temo que mi salario no daría ni para conseguir una daga en cualquiera de ellos.

Pues salvo que recuerde algún detalle en el último momento, parece que quienes estemos dispuestos a devolverle el favor a su señor, estaremos metidos en las cloacas para encontrar a Aluino y pagar la deuda que tenemos con él.

Recuerda algo más que nos pueda ser de ayuda? Sabe de alguien que esté en contra de Galbarro?

El enemigo de mi enemigo es mi amigo.

Las cloacas -dije para mi pensativa.

Meternos en un sitio sin demasiado espacio para poder maniobrar correctamente no me hacía ilusión.

-Rorik, tu eres un cazador, seguro que consigues seguir el rastro de Alunio fácilmente. Vayamos a por el y la recompensa.

Le pedí al criado que nos indicase por donde entró el noble.