Partida Rol por web

Continúo en mi sitio, observando la reacción de mis compañeros de celda...
Cuando Aluino fije su mirada sobre mí, asiento con la cabeza a su propuesta... Total, no creo que podamos estar peor...

Asiento con la cabeza dándole pie a que continúe con su propuesta. 

Proponme algo que no acabe conmigo luchando en la arena con tan solo un taparrabos como armadura...

- Mucho me temo que eso no va a poder ser del todo así. No tengo tanto poder.- Se lamenta 

- Lo que si puedo conseguir es algo de ayuda allá arriba. Una ayuda, que gente de recursos como vosotros, sabréis aprovechar.

Se vuelve a escuchar un fuerte clamor, y el tal Aluino parece contrariado por ello - Si sois capaces de salir de aquí con esa pequeña ayuda, entonces podremos hablar de negocios. 

Ayuda siempre bienvenida. Digo ofreciéndole la mano a través de la puerta. 

Como dice nuestro rubio amigo aquí enjaulado, y creo que estamos todos de acuerdo, miro al resto de los presentes, la ayuda es bienvenida. No quiero luchar para divertir a nadie, y menos aun, que mi muerte divierta a alguien. Por favor, prosigue y explícanos lo que debamos saber. Estoy deseando salir de aquí.

Mira con un poco de repelús la mano de Ator saliendo de la reja, y se aparta levemente. - No hemos hecho trato aún, primero debemos averiguar si sois dignos. 

Se oyen ruidos a lo lejos, en el corredor, y el hombre mira hacia allá contrariado. Se vuelve hacia vosotros y haciendo una elegante reverencia, termina por decir, - dama, caballeros, me temo que debo dejarles, pero recuerden, permanezcan atentos, la ayuda llegará de manera inesperada. Veremos entonces si son merecedores de mi confianza.- Comienza a iniciar su marcha en dirección contraria a la procedencia de los sonidos, pero se detiene un instante como si hubiera recordado algo, - ah! claro, una última cosa, cuando salgan, sean discretos. Todo el mundo aquí sabe dónde está mi casa, las puertas estarán abiertas, esperándoles. Cuando lleguen hablaremos de negocios.

Ahora si, se marcha. Mientras por el otro lado del corredor se escuchan los pasos armados de algunas personas que se acercan.

Yo saldré de aquí con o sin ayuda tu. Me giro hacia el moreno que se autodenominó Rorick y le espeto... Ves porqué meo en tu civilizado. Todo es trampa y mentira. Trae buenas palabras que son pedo.

Puede que tengas razón, Ator, pero sea como sea, tenemos que salir de aquí, y me temo que para bien o para mal tendremos que colaborar.

Supongo que quienes vienen por esas escaleras, van a sacarnos de aquí para llevarnos a la arena, así que esperarán encontrarnos asustados y sobre todo descentrados, y no esperarán que les hagamos frente, más aún si simulamos una pelea entre nosotros... 

Qué os parece sucios sacos de mierda?

Me cuesta entender un poco su proposición, pero creo que pretende que finjamos una pelea para pillar a los guardias por sorpresa... Más falsedad y mentira, es la base de la civilización... 

Tu casa, tus reglas...

Lo cojo por las solapas y lo tumbo en el suelo para simular que lo estoy ahogando con las manos. -Mejor gritar.

Digo a los otros dos

- ¡Guardias, guardias! - Finjo agitación. No sé qué habilidades pueden tener estos tipos ni tampoco si se puede confiar en ellos, pero lo que está claro es que todos queremos salir. "Les seguiré el rollo por ahora."

Me encojo de hombros y pienso en la situaciön, quizas seria mejor esperar antes de montar este espectáculo, pero ante los gritos de la morena la cosa se aclara. Habrà que ir a por todas. 

Agarro por detrás al bárbaro, como si quisiese separarlo, mientras me concentro para atacar a los guardias cuando entren. Asi es la vida...

En el campo visual proporcionado por la reja de la celda aparece un hombrecillo delgado, calvo como un huevo y de largos bigotes blancos por la edad. Viste una túnica de colores en la que predominan el púrpura y el morado. En su mano lleva un rollo de pergamino y una pluma. Su mirada cansada denota rutina, y hastío. Está escoltado por dos guardias, uno de los cuales lleva consigo un pesado saco.

El funcionario apenas levanta la vista ante vuestro espectáculo, y se apoya en la pared mientras comienza a escribir algo en el pergamino mientras bosteza aburrido.

Los guardias intercambian una mirada como si compartieran algún tipo de broma.

Le libero el brazo dcho para que pueda conectarme un buen golpe en la mandíbula y fingir que me caigo para atrás.

E! Si a vosotros os da igual que se maten, a mi también. Les grito a los guardias a la vez que me aparto de Ator. Mi cabeza aun sufre por la resaca y la verdad es que lo único que me apetece es estar tranquilo y que todo esto acabe.

Continúo con la farsa, mientras no quito atención a lo que sucede tras la puerta. Si puedo hacer que mi golpe a Ator, coincida con la apertura de lapuerta, perfecto... Si no: Le engancho un derechazo que está pidiendo esa mandíbula perfectamente afeitada!

- Cuando ustedes terminen su, sin duda importante, discusión, ¿podrían prestarme un poco de atención?

- Verán, necesito sus nombres, para los informes, actas, documentos oficiales y cosas así. Me los podría inventar, no tengo ningún problema. Tu podrías llamarte Imb, - señala a Ator con su pluma, - y tu Ecil,- cambia de dirección su pluma para señalar a Rorik, mientras una mueca parecida a una sonrisa se dibuja en su ajado rostro. - Pero entiendo que sus padres, que se esforzaron tanto en buscar el nombre que creyeron ideal para ustedes, no estarían nada contentos...

- Así puestos, ahora depende de ustedes. ¿Con que nombres desean ser recordados?

A continuación hace una seña al hombre que porta el pesado saco, cuyo contenido comienza a vaciar desvelando un montón de cadenas y grilletes.

-En otro orden de cosas, por cuestiones que no creo que necesite explicar, deben ir poniéndose esto antes de que los guardias lleguen.- El hombre del saco comienza a meterlas a través de la reja, - dos por persona, - os aclara, - una para los pies, y otra para las manos. No se preocupen, si no causan problemas, se les quitarán antes de salir. 

Hace un gesto como si se acordara de algo - ¡ah! ¡casi se me olvida!. Todo esto, por supuesto, es voluntario. Verán, dada la naturaleza de sus crímenes, lo normal es una ejecución pública con tormento,- su cara se contrae en un gesto de asco, - algo sumamente desagradable, no se lo recomiendo. Pero nuestro magnánimo gobernante, da la posibilidad de morir en la arena, en pie. Pero claro está, si alguno es conservador, y prefiere cumplir su sentencia de la manera tradicional que me lo diga ahora, que rápidamente le separaremos del resto, para llevar a cabo su última voluntad con diligencia. 

- Y ya por último, me gustaría advertirles que los guardias, que llegaran en unos minutos, no son ni mucho menos tan educados y pacientes como yo. De hecho, son gente bastante malhumorada, así que les recomiendo eviten posteriores números, pues no creo que les guste salir a la arena, amoratados, golpeados o tullidos.

- ¿Alguna pregunta?

Dos cuestiones:

Obviamente nuestra farsa no ha funcionado... Pero...

1. Está el calvo lo suficientemente cerca de la reja, y la reja es lo suficientemente amplia, para poder cogerle por sorpresa y hacerle una presa en el cuello?

2. Si esto no fuera posible. Hay manera de colocarse los grilletes de manera falsa? No sé, metiendo la ropa en medio para que abulte más y poder sacar las manos fácilmente, y para las piernas algo como atascar el mecanismo de cierre con paja o algo parecido...

Me río con ganas mientras me coloco los grilletes, eso si, intentando hacerlo de manera que me los pueda quitar luego con algo de facilidad... Al fin y al cabo, es mi trabajo. A mi que se me recuerde como Héctor el Superdotado. De verdad que esto lo tenemos que hacer nosotros? Joder, vaya vagos los guardias... En fin, la suerte está hechada chicos!

Una vez puestos los grilletes me acerco a la puerta. A ver cómo nos saca de esta el rubiales...