Partida Rol por web

No lo sé... siempre me han llamado así... y siempre fui muy callado e infantil... los clérigos que me enseñaron fueron muy buenos conmigo pero todos me trataron como a un niño que nunca crecía. Ahora estoy aquí dispuesto a derrotar cualquier mal que encuentre en mi camino y ese pequeño dracónido ya quedó atrás, tenéis ante vosotros a alguien mucho más fuerte y digno de defender a Bahamut. le responde con entereza a sus compañeros.

Que que le ocurre!!!?, Dice el mediano abriendo los ojos y boca de par en par... te parece poco la horrible forma en que suena es evidente que no tienes ni la mas mínima idea de lo que un buen nombre debe ser mi padre siempre me decía que un nombre que valga la pena debe ser siempre un reflejo nítido de lo que uno es capaz de hacer ahora miso debes estar preguntándote que refleja el nombre Zenram pues déjame decirte que habla de valor hombría justicia ....

Y sigue con una larga retahíla de adjetivos ...

- Morodar era el nombre de mi tío abuelo. Al ser el tercer varón los nombres de mi padre y de mi abuelo ya estaban cogidos por mis hermanos.

Yo no conocí a mis progenitores... dice con un tono triste. ¡Pero aún así, combatiré el mal donde quiera que esté y llevaré a mi pueblo el honor y la gloria tal y como fue antaño.! prosigue retomando el vigor de su voz.

- ¿Cambiar de nombre? Menuda estupidez... No somos libres de elegir nuestros nombres, somos sus herederos y por lo tanto responsables de lo que de ellos suceda en el futuro. Uno sólo debe cambiar de nombre cuando ha cometido un acto tan vergonzoso que deshonra el nombre que le han puesto, y no creo que sea ése tu caso. Cambiar de nombre... ¿Acaso cambiarías tu nariz de ser eso posible? ¿O del color de tus cabellos? ¿Acaso mirarías a una mujer que se hubiese hecho crecer los pechos o decrecer la cintura mágicamente? ¿Acaso te pintarías los ojos para tenerlos de otro color o te arreglarías la piel para disimular el paso de los años?

- Somos lo que somos, lo que nos han legado y lo que nosotros mismos hemos hecho de nosotros. El nombre es parte misma de lo que somos. Cambiarse de nombre... ¡qué estupidez!

Pero a mi no me legaron mi nombre, me lo pusieron los clérigos que me criaron. Deseo un nombre proveniente de mi raza, he leído mucho sobre el antiguo imperio dracónido en el monasterio... le contesta al guerrero. No sé... necesito pensarlo.

El camino de vuelta a Winterhaven es tranquilo aunque parece que las nubes se han aliado para convertir todo el cielo en un continuo gris perlado. Quizá dentro de poco llueve o nieve.

No obstante, ni las inclemencias meteorológicas son capaces de distraeros de vuestra primera victoria.

Al llegar a la zona del pueblo lo primero que notáis es que los pequeños campos de cultivo que rodean la fortificación de Winterhaven parecen estar extrañamente vacíos. En cuanto entráis por las murallas, los pocos habitantes con los que os cruzáis parecen nerviosos. Lo único que hacen es pararse durante unos instantes para echar un par de miradas furtivas hacia vosotros antes de salir escopetados a donde quieran que vayan...

- Espero que no lleguemos tarde.

Esto no me gusta nada... susurra el clerigo cuando se acercan al pueblo.

Cuando entran se para un momento y busca a un guardia al que preguntar por la situación, tal vez uno de los que usualmente se quedan guardando la entrada, si es que están ahí ahora.

El guardia saluda a Mikael y al resto y responde a su pregunta.

No sé... La verdad es que últimamente la gente está un poco...

Gruñona. - responde el otro guardia. - Es como si alguien estuviese caminando sobre mi tumba. No es agradable...

Puede ser también debido a la grieta, ¿no os parece? le dice a sus compañeros. De todos modos no tenemos tiempo que perder, ¿dónde podemos encontrar a Lord Padraig? Debemos informarle de nuestra misión. le dice a los guardias mientras les muestra la cabeza del goblin.

Lord Padraig está en el caserón.

Os dice secamente el primero de los guardias.

Tras despediros de ellos, acudís a los portones del caserón donde no tenéis problemas para que os dejen pasar. Enseguida que llegáis, un criado os dirige hacia la sala donde se encuentra Lord Padraig que se levanta de forma inmediata.

¿Qué me podéis decir? ¿Habéis acabado con la amenaza de los kobolds?

Pregunta el hombre claramente esperanzado.

- Aunque nos ha costado más de lo que pensábamos, si, los hemos conseguido. Pero tenemos noticias graves que pueden afectar a todo el asentamiento.

Merhin se mantiene a la expectativa, hay información que trasladar en ambos sentidos.

Después de saludar con cortesía a Lord Padraig, Mikael busca la nota de Kalarel entre las pertenencias del grupo y se la tiende al dirigente:

Esto lo tenía el lider de los kobolds, un goblin bastante más peligroso que la mayoría de los de su especie llamado Irontooth. Eso es lo que queda de el... dice señalando la cabeza que porta Rhogar... Si hace el favor de leer el mensaje se dará cuenta de la gravedad de la situación, pues podemos asegurarle que lo que en el se dice es cierto, y me temo que su gente ya haya empezado a sentirlo. Nosotros mismos sabíamos de la existencia de ese tal Kalarel y su culto, y llegamos a Winterhaven intentando atraparle... aquí parece algo incómodo y baja la vista... Sentimos no haberle dicho todo lo que sabíamos antes, pero no teníamos pruebas de que estuviera aquí ni sabíamos en quien confiar, espero que lo comprenda...

Recuperado de la vergüenza de reconocer que no habían contado toda la verdad a Lord Padraig, le vuelve a mirar a los ojos y añade con decisión:

Por favor, lea, después contestaremos a todas sus preguntas, o al menos a las que esté en nuestra mano responder... y si le fuera posible, nos gustaría que usted nos respondiera a algunas, necesitamos información para enfrentarnos a esta nueva amenaza que se cierne sobre su ciudad.

Aquí te traemos la cabeza de su líder como prueba. tras decir esto, mira a sus compañeros y piensa: ¿Es aconsejable decirle a este hombre el peligro que se avecina sobre su pueblo? ¡Qué Bahamut se apiade de ellos si no conseguimos detenerlo!