Partida Rol por web

Glibrit se estremece al ver como su mano comienza a ponerse de un color grisáceo, comienza a sacudirse mientras la mancha avanza rápidamente cubriéndolo a él y a sus ropas completamente en un instante

Quita, quita, qui..

Inmediatamente queda paralizado, convertido en una estatua, que podría parecer esculpida de no ser por el rostro del goblin, terror y odio mirando al punto donde estaba quién le hizo eso y el estoque a medio desenvainar.

Levanta los hombros en señal de indiferencia hacia el resto y dice

Me estaba molestando

Lamia sigue sentada en su silla con las piernas cruzadas dejando ver gran parte de sus muslos. La pierna que está encima, sin embargo, empieza a moverse de arriba abajo rítmicamente... La no muerta empieza a impacientarse.

Qué aburrimiento... Como el Lord no aparezca pronto, empezaré a hacer travesuras...

Piensa. Aunque su mirada, que hasta entonces había estado clavada en los humanos, se desvía rápidamente hacia el goblin y el mono en el momento en que éste último le ofrece la uva al otro.

Antes de que pase nada, sus labios se crispan en una de sus comisuras, haciendo un amago de sonrisa de medio lado y apartando la vista de nuevo cuando el goblin se ha vuelto completamente de piedra, chasqueando la lengua.

Tsk... Será inútil...

Piensa para sí, y ahora, mirando hacia el último humano en entrar, el dueño del mono, ella coge un mechón de su cabello negro y acaricia sus puntas distraídamente mientras responde...

No te culpo.

Abre un ojo lentamente, un ojo negro y brillante, al oir el chillido de panico del goblin, mientras este queda paralizado... El ogro no mueve un musculo, simplemente siguiendo con la vista al mono y su amo... La pequeña exibicion ya le ha dicho lo que necesita saber sobre ambos.

El humano y la mujer sensual comentan con desprecio lo sucedido al goblin... Ambos se muestran despectivos y frios en sus reacciones..

*Ingenuos...+piensa brevemente, mas nada dice. No son su problema y las recompensas se reparten mejor entre... pocos.

Viendo que no hay rastro del Lord o sus emisarios, vuelve a cerrar el ojo, reanudando su vigilia silenciosa...

A nadie pareció importarle el destino del goblin. Skelos tampoco estaba muy afectado, de hecho lo único que pensó fue que era un desperdicio malgastar el cuerpo convirtiéndolo en piedra. Con la de cosas que podía hacer él con un cuerpo recién muerto...

Lo que sí estaba claro era que el tal Rómulo quería marcar distancias, y dejar claro a los demás que no tenía ningún escrúpulo. Skelos miró desde su rincón al mono apestoso que había sido la perdición del goblin, y tomó nota mental de mantenerse alejado de él.

Quizá era el momento de empezar a hacer amigos. Se acercó a la inmensa mole de acero que se recostaba en la pared junto a él.

- Impresionante armadura.- comentó como de pasada. El inmenso humanoide (¿ogro, troll, gigante?) doblaba en tamaño al hombre-rata. Como siempre, Skelos no pudo evitar pensar qué buen sirviente sería...

El humano mira directamente a los ojos a Lamia.

-¿Acaso pensasteis  que teniais potestad para culparme?

-NO creo que una.....ramera como vos tenga ese privilegio....

Mira al hombre rata y al gigante al tiempo que dice:

-NO creo que esa mole de chapa sepa diferenciar entre una rata y tu, teniendo en cuenta que oleis igual de mal....

Vaya, vaya... tantas ofensas en tan poco tiempo... ¡qué asustado debe andar!

Lamia se echa a reír sonoramente, dejando caer la cabeza hacia atrás mientras su cabello cae en cascadas oscuras por detrás del respaldo de la silla. Al levantar la cabeza, su mirada vuelve a apoyarse sobre él, y ahora, un extraño brillo aparece en el fondo de sus pupilas negras.

Ramera... nunca lo fuí. Ahora creo que desperdicié gran parte de mi "vida". -Remarca esa última palabra con un extraño tono sarcástico de voz- Sin embargo, lo que tú creas o dejes de creer me trae sin cuidado.

Una pena que Shar no esté aquí... el monito sería un buen aperitivo.

Y tienes suerte de que así sea... y de que seamos sólo invitados. Hace mucho que no meriendo sangre humana... y aunque no acostumbro a atacar a desperdicios humanos como tú, podría hacer una excepción contigo...

Añade en un tono de voz igual de aterciopelado que antes... pero con un deje tétrico que podría poner la piel de gallina a cualquier mortal.

Permanece silencioso unos momentos más, indiferente a los halagos de la rata e insultos del humano... En su carrera, le han dicho muchas cosas, pero todas se han vuelto palabras vanas al final, escurriendose entre gorgoteos de sangre y gemidos de dolor. Sin embargo...

*... util...

-Es... apropiada +contesta al hombre rata, con una voz cavernosa, que refleja la tranquilidad de una montaña+...Tu... que sabes hacer?

Ni tan siquiera abre los ojos para observar a su interlocutor, ni varia su postura. La mascara tampoco deja ver su rostro, asi que es como si una estatua le respondiera.

El humano desvia la mirada de la joven y mira  hacia la inmensa mole, al tiempo que sorbe su copa de vino...(parece que le cuesta un poco tragar, por el nudo en la garganta....)

¿El, saber hacer? Apuesto que nada salvo pasear ese hedor suyo de un lugar a otro, al igual que tu- dice dirigiendose al gigante- que solo sirves de decoración.....

Menuda panda de INUTILES.... -dice si mirar a nadie en particular...

Insultos, perdidas de tiempo inútiles.

No puedo llegar a comprender porque hay criaturas a cultivar esa tarea, evidentemente no aporta beneficio alguno salvo provocar al destinatario con la idea de que cometa alguna estupidez, lo cual resulta muchas veces inútil si se tiene un mínimo de inteligencia, así que es una pérdida de tiempo.
Resoplo ignorando las palabras y dirigiéndome al goblin petrificado muy despacio e intentando no llamar la atención, tal y como dicta la lógica.
Una vez a su altura me dedico a examinarlo con curiosidad, nunca antes había visto a un goblin convertirse en piedra, aunque fuera por un agente externo como ese humano o incluso por una medusa o un basilisco, así que resultaba algo lo suficientemente llamativo a mis ojos para que me hubiera acercado hasta él y empezara a darle pequeños golpes con mis garras para comprobar su solided.

Contengo la mano de Irina por dos veces, muchas demostraciones de poder pero poco sentido común, tomándola suavemente entre las mías, su precioso rostro ornamentado con los tatuajes rituales de su señor Bane, en sus oscuros ojos la llama del poder y de la ira, se paga ante mi tierna mirada y el nulo caso que hago a los presentes y mucho menos a la sensual dama.

Un ligero susurro en su oído y una vez la seriedad de su bello rostro desaparece para aparecer la sonrisa forzada que su mantenía durante nuestra intrascendente conversación.

La estatua de piedra comienza a balancearse lentamente tras los ligeros golpes del saurion....

Petrificado completamente - confirmo tras el pequeño examen - pero si el goblin tenía una invitación del Lord ¿no sería una mala idea dejarlo así?

Es una pregunta que me asalta y me yergo para mirar al humano que había provocado esto aunque en realidad sus motivaciones y pensamientos me resultan incomprensibles.
Es cierto que la carne de goblin no es precisamente mi favorita y preferiría aguantar sin comer antes de tener que alimentarme de ella, pero al hacerlo piedra incluso esa remota posibilidad se anula.
Al final, la imposibilidad de llegar a un razonamiento comprensible hace que pierda mi interés en la estatua y el humano del mono. Resulta demasiado peligroso para intentar cogerlo para cena, así que vuelvo mi interés a la mujer enlatada y me aparto de la estatua volviendo a quedar observándola fijamente.

Skelos estaba a punto de contestar al gigante, cuando Rómulo intervino, insultando a todo el que podía e intentando provocarles. Al menos eso intentaba, ya que en general los allí reunidos se mantenían bastante apáticos al respecto. Skelos suponía que alguno se estaba controlando para no partirle la cara a aquel presuntuoso, pero que una mezcla de respeto a su anfitrión, y de precaución por lo que habían visto, los frenaba.

- Es que SOY una rata apestosa.- contestó sonriendo a la pulla de Rómulo. ¿Acaso aquel humano idiota pensaba que lo insultaba llamándolo así?

De todas formas, no podían quedarse quietos mientras los insultaba impunemente. No podían dejarle creer que podía hacer lo que quisiera. Ya habían dejado que actuara con el goblin sin represalias. Merecía una lección, o se envalentonaría aún más.

- Aún así, hasta las ratas conocen algunos trucos.

Sin moverse de su posición, dijo una sola palabra en una antigua lengua oscura. Una vibración aumentó de sonido hasta llegar a un tono agudo que dolía en los timpanos. Al instante, todos los platos, vasos y fuentes de la mesa estallaron en mil pedazos. El mono se asustó y corrió al hombro de su amo, que había pegado un brinco de sobresalto.

Skelos sonrió.

Tras la explosión de su copa y de la de Irina, haciendo un esfuerzo sobre humano, vuelve a contener a la cleriga, pero la crispación se ve reflejada en el joven rostro del humano:

Esto es inaudito un tonto los cojones que se dedica a petrificar a los invitados del Lord, haciendo fútil alarde de sus poderes y una rata que se dedica a a mancharnos a tranquilos comensales, otro que alardea de sus habilidades. ¡!¡!Varon¡!¡!, no permaneceré ni un segundo más en compañía de semejante chusma, preparadnos alguna habitación donde esperar hasta que el lord se digne a atendernos.

Tomando de la mano a Irina, nos levantamos de la mesa y nos dirigimos sin mirar a nadie hacia la puerta por donde se fue Varon.

Detectar pensamientos sobre la rata y el picapedreo por si intentan hacer algo salvación voluntad a 19

Al oir la explosion, el giganton abre un ojo nuevamente para observar el resultado... Permanece inamovible por lo demas, pero su mente trabaja... Donde ha visto estas explosiones antes? En estos años ha tenido el deber de matar casi cualquier cosa sobre la superficie de Faerun... y tambien debajo.

*... otro magico... pero este conjura de una manera distinta... Probablemente sea un...

-Ah... con que eso...+ murmura, en tono lo suficientemente alto para que el resto le oiga+

Guarda silencio otra vez, ignorando las protestas del otro humano por el pequeño desastre ocurrido a la mesa. Uno a uno van revelando sus poderes, tal como era de esperarse en una reunion de talentos tan peculiar como esta...

Sigo con la cabeza a la pareja ligeramente entristecido, aunque para cualquiera no avituado a mis reacciones podría pasarlo inadvertido.
Hubiera preferido que permanecieran aquí más tiempo, así podría haber estudiado mejor sus movimientos, su armadura, sus facciones, su comportamiento... resumiendo, todos esos pequeños detalles que se analizan antes de tomar la decisión de si la presa merecerá la pena o supondrá demasiados problemas.
Y como no me gusta perder mi tiempo, el rebote había precipitado mi decisión. Así que pruebo a usar la provocación que tanto parece gustarles aquí.

- Humano divertirse y Quin'rh decidir no cazar humano. ¿Quién ser tu para querer trato diferente?

Resulta evidente que el dominio del lenguaje común no es una de mis mejores capacidades, pero así consigo tiempo suficiente para poder seguir analizándoles.