Partida Rol por web

A quien atacas?

Mañana posteo que hoy no estoy con fuerzas....sorry.

Los elfos comienzan a gritar..... dan la voz de alarma y el poblado entero comienza a movilizarse.

Varios de ellos caen victimas de los ataques del grupo.... El resto se moviliza y se prepara para la batalla.

Aparecen algunos elfos desde el interior de los edificios de madera

Uno de los osos se avalanza sobre los esqueletos y los destroza con sus zarpas....

Uno de los elfos trata de atacar al ogro aun que sus ataques parecen inutiles

Una lluvia de flechas cae sobre el ogro aunque todas salen rebotadas....

Un rayo cae desde el cielo he impacta sobre el ogro. Que logra esquivarlo parcialmente....

Un par de flechas salen disparadas hacia el goblin aunque ninguna da en su objetivo....

Su espadon se mueve en horizontal, desgarrando al tonto elfo que le trata de enfrentar... Sin embargo Bantwag no tiene tiempo de pensar en el ni en la fila de combatientes que le atacan con flechas... Se mueve alejandose de ellos y buscando al que envio un rayo contra su persona... Los magicos son, y siempre seran, su objetivo primario...

El oso aparece detrás de la casa donde se había subido el pequeño trasgo, destrozado a los dos esqueletos con suma facilidad y había conseguido darme una ganas tremendas de hacerlo caer bajo mis flechas.
Mis piernas se mueven rápidas para acercarme lo suficiente a él para conseguir un blanco perfecto a la vez que mi mano agarra tres flechas que son preparadas con una maestría inimaginable en un saurión para luego rasgar el aire hacia al oso y penetrar en su piel como esquirlas de hielo.

Tika vuela entre los árboles hasta abalanzarse contra uno de los elfos con una sombra gigante que empieza a devorarle sin darle tiempo a reaccionar.

Skelos observó sin pasión como el oso destrozaba a los esqueletos. No estaba sorprendido, habían cumplido su función, que era hacer de escudo ante su amo y parar el primer golpe.

Preparado para acabar con la vida del oso, y ganar un sirviente algo más poderoso, Skelos se preparó para conjurar su magia. Antes de eso, sin embargo, tres flechas de Quinrh volaron raudas a clavarse en el cuerpo del animal. El hombre-rata asintió y apuntando con su cetro, disparó dos rayos de crepitante energía negra.

Me acerco al oso y le ataco, mientras mi figura se empieza a envolver e por un manto de niebla.

Irina se desplaza para conseguir con un mejor angulo de visión, y lanza el conjuro de semblante mayor de la deidad.

Lamia chasquea la lengua, fastidiada por el fracaso de su forma de cazar habitual. Si la víctima estaba dormida, la sangre fluía más lentamente y podía alargar la "degustación". Pero estando tan alertados ahora los elfos, tocaba "pringarse". Después de dar un pequeño saltito, la vampiresa echa a correr silenciosamente hacia el primero de los elfos que tiene delante, e instantes antes de llegar a él, cierra su aparentemente frágil y delicado puño derecho y extiende el brazo hacia atrás, preparada para lanzar un golpe contra su adversario.

Una carcajada, divertida para ella pero tenebrosa para alguien ageno, y un movimiento rápido, es lo único que delata la presencia de la vampira.

Shar, contagiado de la excitación de Lamia, no tarda demasiado en arrancar a correr tras ella y lanzarse a por el mismo elfo.

Los elfos toman posiciones y se lanzan raudos sobre sus enemigos.

Varios de ellos gritan órdenes y dan la alarma

Un rayo venido del cielo golpea al ogro de pleno haciendo que su cuerpo se convilsione durante un par de segundos.

Los ataques de los elfos rebotan sobre la armadura del ogro.

El oso trata de alcanzar al ogro pero sus ataques son detenidos por el escudo.

Los elfos comienzan a rodear al enorme murcielago que se cierne sobre ellos golpeándole causando daños en sus alas...

Un habil elfo desliza su acero entre la armadura de Irina y la hiere en un costado.

 Una lluvia de flechas cae sobre el ogro y salvo una, que no logra traspasar la armadura fallan

Otro de los elfos trata de atacar a la vampiresa pero sus ataques no logran traspasar sus defensas.

Al fin detecto al insensato druida que esta atacandome con sus rayos... Ignorando al oso y los insignificantes elfos, cargo contra el, blandiendo el espadon con rabia... Odio a los magicos, son sobre todo una gran molestia en mi trabajo.

Aplico la hoja contra el cuerpo del druida, asiendola a dos manos, en un golpe lateral... buscando estamparlo entre los arbustos a un lado...

Glibrit mira la situación desde arriba y concluye que Bantwag se ha metido en un brete.

Busca al oso y le apunta disparando 3 rápidas flechas en sucesión.