Partida Rol por web

La orden había sido clara. " Ahora los Reclutas se arrodillarán para escuchar el Juramento". ¿Cómo podían no escuchar una orden tan sencilla?. El hiena clavó su rodilla en el suelo y permaneció en silencio. Su mirada se dirigió con fuerza a aquellos que habían estropeado el momento y se habían dejado en ridículo, daban vergüenza ajena.

O bien eran idiotas o tenían unas prisas por entrar en la compañía. Desde luego, saltarse una orden bien sencilla como era esperar al Juramento... francamente, no esperaba ver una cosa así. Tuvo que ser Campaña el que le susurrase a los novatos que aún debían esperar. 

Al menos Asesina no había hecho comentario alguno. Un punto para ella. 

Sabandija se arrodilla en fila con los demás. El paso del tiempo se le antojaba lento. El corazón le latía rápido y poderosos mientras se imaginaba que alguien se adelantara a  recriminarle algo por lo que no pudiera ser hermano juramentado. Escuchó el "juro " de Reyezuelo, la voz familiar de Rastrojo,  Michou... Abrió la boca automáticamente para repetir la maldita palabra, pero entonces Campaña dijo que había que esperar.  El K´Hlata cerró la boca y permaneció callado sumisamente, a la espera de que leyeran el juramento.

Pipo sigue expectante. No reacciona ante la metedura de pata. Mirándole, parecería que no ha sucedido nada raro. Antes, está interesado en lo que pasa, completamente libre de prejuicios. Sigue con las mazas levantadas, guardando silencio.

Si lo están haciendo así, sus razones tendrán. Piensa, sencillamente.

- "Esta es la Última de las Doce Compañías Libres de Khatovar. Esta es una Compañía Libre de hermanos juramentados.

Como nuevo hermano de la Compañía, juro obediencia a mis superiores, pero también, y más importante, juro lealtad a la Compañía y lealtad al resto de mis hermanos juramentados.

Mi pasado antes de entrar en la Compañía ya no importa. Atrás quedan las rencillas, atrás queda la venganza. Mis hermanos me protegerán, y yo les protegeré a ellos, aunque no les ame.

Si alguna vez nos traicionan, recordad que la oscuridad siempre llega.

Os juro lealtad a vosotros, hermanos míos, hasta el día en que decidáis liberarme de mi juramento o muera al servicio de la Compañía." -

Con la mano derecha sobre los Anales, Reyezuelo Jura, es el primero en hacerlo. Se pone en pie y Guepardo le coloca la capa negra sobre los hombros.

El Teniente toma el primer emblema de plata del cofrecillo que sostiene el Soldado Sombrío, y se lo coloca en la capa, para sujetarla.

Se arrodilló como Recluta, y ahora se alza como Soldado Nuevo.

En el momento en que Rastrojo Jura, con la mano sobre los Anales, y se pone en pie, Enmascarado le coloca la capa negra sobre los hombros.

El Teniente se la ciñe con un reluciente emblema de plata y Rastrojo ya es un Soldado Nuevo.

Michou es el tercero en Jurar, si mano derecha sobre la tapa de los Anales que sostiene Analista.

Se pone en pie para recibir la capa negra que Sino le pone, y el broche de plata con el que el Teniente le ciñe la capa.

Ya es un nuevo Soldado y hermano juramentado.

Manta se arrodilló junto a los demás y escuchó el juramento. Se preguntó si importaban los términos. ¿Podría haberse negado en ese momento? No es que lo quisiera, ya había decidido ligar su vida, su futuro, al de la Compañía, y dejar atrás su pasado. ¿Qué hay que dejar atrás? Un huérfano que había mendigado durante toda su vida, por corta que fuese. Las mujeres que lo habían cuidado durante sus primeros años, las que aún sobrevivían, apenas recordaban ese tiempo. Los demás huérfanos eran ahora hermanos, o reclutas, o lo serían cuando no fueran capaces de procurarse el sustento de otra forma. O simplemente habían desaparecido un día cualquiera. A partir de este momento sería por fin parte de algo, y como parte de algo, sería alguien.

Sintió la presencia frente a él. Abrió los ojos a las viejas piernas de Analista. Levantó la cabeza hasta el volumen de los Anales que sostenía en las manos. Uno de los viejos tomos donde se conservaba, imperecedera, la esquiva memoria. No por primera vez se sintió fascinado por el poder de las palabras negras sobre el papel blanco. Quizás tendría, en el futuro, la oportunidad de aprender a descifrarlas, quizás incluso a atraparlas él mismo. No era necesaria magia, como la de Serpiente o los chamanes, solo una habilidad que incluso algunos de sus compañeros reclutas eran capaces de ejercitar.

—Juro —dijo, cuando su mano encontró por fin el camino a la superficie del libro, y se puso en pie sobre rodillas temblorosas, y esperó, con los hombros y el cuello tensos como las cuerdas que aseguraban una tienda al suelo, duros como las rocas que sembraban el paisaje de esa tierra.

Con la mirada un tanto perdida, como de costumbre, Lejana se acerca a Manta y le coloca la capa negra sobre los hombros.

El Teniente la ciñe con un emblema de plata de la Compañía.

Manta ya es un Soldado Nuevo, un hermano juramentado de la Compañía Negra.

Cuando Capitán recita el juramento Sabandija posa su mano derecha sobre los Anales. De verdad esperaba que el pasado quedara totalmenente olvidado. Un nuevo Sabandija debía levantarse de allí tras el juramento.  Tenía la boca pastosa por los nervios.

- Juuu...-La tensión le habían jugado una mala pasada, agarrotándole las cuerdas vocales.Una voz aguda y estridente le había salido de la garganta. Rectificó rápidamente.- ¡JURO!- Después se puso de pie esperando recibir la capa negra de manos de su mentor, Ojopocho.

El Hiena se mantuvo estoico incluso durante el relato de Rastrojo. Sus inútiles esfuerzos por cubrir su cobardía con heroicidad no engañaban a nadie, mas una verdad purgaba los excrementos con que todo lo cubría. Había salvado a Enmascarado. Y aquel gesto, justificaba el silencio de Ponzoña aunque no su respeto.

Observó a unos y otros con su mirada oscura y depredadora. Percibió la clara ausencia de hermanos de capa y la no jura de unos cuantos campamenteros. Y aquello no era bueno para aquel grupo que ahora lideraba el oscuro Lengua Negra. Incluso Odio, el Hiena, juraría sin hermano por lo que parecía. ¿Acaso ningún miembro de la Compañía era considerado adecuado para su jura? ¿O era otra la razón de aquel comportamiento tan extraño?

El agudo y estridente barboteo de Sabandija extrajo a Lengua Negra de sus pensamientos. La ceremonia se prolongaba más de lo necesario como consecuencia del nuevo ritual incorporado, con la narración de aquello que justificaba el juramento de la celebración. Suspiró quedamente, esperando a que finalizara aquel protocolario asunto antes de designar públicamente ante el alto mando a quien sería su segundo.

Cuando Sabandija se alza y recibe su capa de manos de Ojopocho, el Teniente le coloca el broche de plata con el emblema de la Compañía. Ya es un Soldado Nuevo, un hermano juramentado.

Loor había recogido la capa de las manos de Analista. La guerrera de las Lágrimas de la Diosa se había vestido cuidadosamente para la ocasión, había preparado su capa negra, y su broche, y se había puesto las joyas que había obtenido como botón. Miraba seria, y su gesto era pensativo. Cuando Belleza prestó el juramento, puso su capa sobre sus hombros y le sonrió. Era una sonrisa dura, afilada, como todo lo de ella. Pero también real.

Sin embargo era a Odio a quien más miró Loor cuando hablaba y prestaba su juramento. Asintió a las palabras del nuevo hermano y a su comportamiento, con aire de estar satisfecha. 

No dijo nada, y esperó a que la ceremonia terminara

Escucho toda la charla del Teniente sin inmutarme, ya la había oido en innumerables ocasiones así que me la conocía de memoria. Al acabar este miro fijamente al frente.

- JURO. - digo orgulloso.

Mi pasado ya no me seguirá más. Ahora soy un soldado de la Compañía.

Me llega el turno de jurar y no pierdo el tiempo con dudas o tratando de alzar la voz por encima de otros -Juro.

En realidad esta ceremonia me parecía un ritual bastante estúpido propio de compañías atrasadas y con miedo de que sus miembros se rebelaran. Yo, desde antes de pronunciar este juramento, tengo bien claro a quien debo lealtad y nada lo cambiarán estas palabras, igual que sucede con el resto de reclutas.

Le toca el turno a Lombriz, ve acercarse al analista y el libro y posa su mano sobre el. Mira directamente al hombre frente a el y pronuncia las palabras con claridad.

JURO

Tras oír el grito de Asesina, Sicofante se acerca hacia ella y le coloca la capa negra sobre los hombres. Ahora solo quedaba que el Teniente le ciñese el emblema de la Compañía para convertirse así definitivamente en una hermana juramentada. 

Guepardo le colocó la capa Reyezuelo cuando este juró. Mientras lo hacía le susurró al oído: —Ahora eres uno de los nuestros. Lo que eras antes no importa. Lo que hicieras antes no importa. Lo que quieras hacer ahora no importa. Solo es importante la compañía. No me decepciones.

Con orgullo pongo la capa sobre los hombros de Sabandija tras lo cual el Teniente pone el Broche con el emblema de la Compañía.

- Bien hecho Hermano. - le digo apoyando ambas manos sobre sus hombros.