Partida Rol por web

El Cat Sire era un bar escondido en un callejón de la ciudad. Su puerta estaba algo ajada y su letrero no era demasiado moderno. Desde el cristal del ventanal se podía ver que era un lugar tranquilo, con una barra alargada y varias mesas con sillas. No había demasiada gente dentro, solo dos tipos en la barra bebiendo cerveza y hablando de fútbol. Había una máquina de dardos al fondo y un billar en un lateral pero nadie los usaba. Las mesas de las paredes eran las más acogedoras, con sillones hacia la pared en forma de círculo que rodean las mesas.

En una de esas mesas estaba sentado Frohike. Parecía nervioso y sofocado. Tenía el portátil abierto sobre la mesa.

Marcos llegó el primero y se sentó a la mesa. Intentó iniciar la conversación pero el administrador del foro le cortó pidiéndole que esperasen a que llegase el resto.

Algunos minutos después entró María, Doc_Alma. Y, al poco rato, apareció Efraín Ibarz.

Para entonces, el camarero había decidido que debía aprovechar la ocasión y se acercó hasta la mesa para tomarles nota. Antes de que acabase, Belén entró por la puerta y se sentó con ellos. Y, finalmente, con algunos minutos de retraso, apareció Mariano.

Fue entonces cuando Frohike pareció decidir que era el momento adecuado y, bajando la voz, comenzó a contarles

-Necesito que escuchéis atentamente, creo que no tenemos demasiado tiempo. Me temo que todos los miembros están en peligro. RIP_er ha desaparecido y, mucho me temo, que esto solo acaba de empezar. Tengo la sospecha de que un peligroso grupo está siguiendo a nuestros miembros y creo que todo está relacionado con la desaparición de Kain y con lo que puso en el foro el día de la fiesta- 

Entonces, girando su portátil, Frohike mostró a todos el mensaje original

-Tras la fiesta decidí investigar el mensaje de Kain y la razón de su ausencia- continuó Frohike cuando todos hubieron leído el post -Resulta que la noticia que publicó RIP_er sí que se refería a Kain. Se llamaba Juan José del Valle y vivía en la calle Ancha, 15, en el séptimo derecha. -

Ese nombre y esa dirección era la misma que Doc_Alma le había anotado a Efraín en el papel que ahora descansaba en sus bolsillos.

La expresión de preocupación no desapareció del rostro de Belén en todo lo que duró el trayecto hasta el bar donde habían quedado, y tampoco disminuyó cuando entró y vio quiénes estaban ya allí. Con un gesto de sorpresa, se dirigió a los presentes mientras se sentaba.

-Disculpad el retraso, he intentado venir lo más rápido posible. Por cierto ¿dónde está Mixi? ¿Sabéis si va a venir? -Belén no se lo perdonaría si a la joven le sucedía algo malo, en cierta forma se sentía responsable de ella y esperaba que su ausencia sólo se debiera a que no había podido acudir.

Miró al camarero que estaba esperando y le pidió un té mientras veía entrar a Mariano justo unos minutos detrás de ella, haciéndole sitio para que se sentara a su lado.

Escuchó con curiosidad, y no iba a negar que también cierto recelo, lo que Frohike les estaba contando, sin entender muy bien aún qué había descubierto Kaine para llamar la atención de esos hombres supuestamente poderosos. Y si Kaine era el que tenía la información, entonces ¿por qué perseguían a los demás miembros del foro?

-¿La secta de Luveh-Kerapf? No creo haber escuchado nunca semejante nombre -aunque Belén tampoco estaba demasiado segura al respecto-. Y por casualidad Frohike ¿tienes alguna idea de dónde pueda haber guardado Kaine esa información que ha… había recopilado?

La escritora no podía dejar de desconfiar del administrador del foro. Era una simple intuición y pudiera ser que todo se debiera a que no le caía bien o algo por el estilo, pero no podía evitar ese recelo hacia él. 

Ibarz entró y descubrió la mesa de Frohike. En ella ya estaban Mosfet, al que había visto entrar desde la calle unos minutos antes durante su vigilancia, y María. Le intrigaba la presencia de Mosfet. No había tenido más contacto con él desde aquella reunión y no tenía muy claro qué pintaba allí.

Saludó sin efusividad alguna y se sentó, mirando a la puerta. Siempre mirando a la puerta. Darle la espalda a las vías de entrada y salida era un error. El mismo error que, para él, suponía aquella reunión cuando descubrió que llegaban Belén y, después, Mariano. No tenía nada en contra de esas personas. Pero eran personas.

Demasiada gente para el gusto de Ibarz. El caso exigía discreción y silencio, no una reunión de multitudes en un bar. Estaban bajo vigilancia, maldita sea. Pero no era culpa suya. Era Frohike, ese torpe soberbio que había permitido aquello.

...demasiadas cosas... ha permitido demasiadas cosas...

Frohike la había cagado de algún modo. Y después de su breve explicación, para Ibarz estaba todavía más claro. Ibarz había llegado igual de lejos que Frohike sin necesidad de ser el administrador del foro.

«Todos los miembros están en peligro».

...felicidades, campeón, toma tu galletita...

Por supuesto que estaban en peligro. Ibarz había meditado mucho sobre aquello. Kain había desaparecido y muerto, al igual que RIP_er. Habían seguido y vigilado a muchos de ellos, quizá a más de lo que pudiera pensarse. Todos eran diferentes, todos tenían vidas distintas. Lo único que tenían en común era una cosa: el foro. Por lo tanto, para Ibarz estaba claro. Algo o alguien había en el foro que era deseado por una fuerza misteriosa. Una fuerza dispuesta a matar. Una fuerza dispuesta a seguir matando una vez exterminado Kain. Ergo no era Kain lo que se buscaba. De lo contrario, habrían parado ahí.

Fuera culpable o no Frohike, en torno a él giraba todo. Porque si el foro estaba bajo vigilancia, el administrador del foro era la mayor presa. Incluso si no escondiera más que su vanidad, los ojos estarían puesto en él. Y su vida en el filo.

Y claro, toda presa está más segura dentro de un grupo. Ellos.

Pero la incomodidad de la situación fue inmediatamente superada por lo que expuso Frohike. Ibarz leyó la entrada de Kain y de inmediato sintió un escalofrío. Ese escalofrío. Esa sensación. Esa que ya conocía y le ponía en alerta. La había sentido antes. Supo que estaba cada vez más cerca, como cuando el contador Geiger crepita sin pasión un momento y, de pronto, encuentra una señal que lo acelera. Un indicio de que en cierta dirección existe el dolor. Y por tanto, que es hacia donde hay que mirar.

La escritora preguntó por esa información. Una información que bien podría estar más que desaparecida. Los de aquella secta habían tenido tiempo de sobra para hacerse con ella, antes de que la muerte de Kain fuera descubierta. Incluso antes de que RIP_er hubiera muerto.

Si es que Kain no la había escondido extraordinariamente bien.

Dos cadáveres (¿quizá tres ya?). La rueda había empezado a girar hacía días pero por fin se descubría. Ahora, ¿qué? Ibarz querría visitar el piso de Kain. Tenía la dirección. Pero eso podía esperar un rato.

—¿Qué más sabes de todo esto, tío?—le preguntó—. No nos has reunido solo para avisarnos.

Si tenía miedo, seguro que estaría más seguro encerrado y escondido que mostrándose en público.

Lo primero que le sorprendió al entrar era que el local no era muy frecuentado. Claro está que, si Frohike quería hablar con ellos sobre ciertos asuntos de naturaleza secreta, un estadio de futbol no habría sido la mejor opción para reunirse, pero Mariano no pudo evitar pensar que aquel bar bien podría ser una trampa.

La siguiente sorpresa fue ver que faltaban muchos integrantes del foro, al menos si se comparaba los que allí estaban con los que acudieron a la primera reunión del foro. ¿Cuáles eran los motivos para que el resto no hubiera acudido? Bien podría ser que hubieran sido invitados y hubieran decidido no pasarse por allí. Mas una voz interior le susurraba a Torquemada que este no era el caso, que el administrador del foro solo les había invitado a ellos. Y, si así era, eso solo podía suponer dos cosas: o bien no confiaba en los demás y por eso no les había dicho nada, o bien había preparado todo esta reunión como tapadera para emboscar a los presentes, pues pretendía sacar algo de ellos.

La tercera sorpresa llego cuando les mostró el mensaje borrado de Kain. El cura no comprendía como es que no había sido capaz de rescatar ese mensaje antes. Había pasado ya algo más de una semana desde que se hubieron juntado por primera vez y Kain decidió no aparecer, creando aquel revuelo. ¿Por qué entonces ahora? Mariano supuso que ya lo había recuperado hace días. Lo cual dejaba abierto el interrogante acerca del motivo para que se lo enseñará a ellos ahora.

Era todo demasiado extraño y decidió extremar la cautela con las preguntas y los comentarios. Al menos hasta que no se hubiera hecho una imagen más clara sobre lo que estaba sucediendo allí.

Sentado al lado de Belén, asintió cuando está preguntó acerca del paradero de Mixi. Pensó que la escritora estaría preocupada por si le había pasado algo, cosa que también preocupaba a Mariano, pero en ese momento el religioso tenia otros motivos para apoyar esa pregunta.

– Bueno Luis. – decidió llamar al administrador del foro por su supuesto nombre de pila y ver como reaccionaba. Si no les había dicho su nombre verdadero durante la reunión, bien podría necesitar un tiempo antes de reaccionar. Así que Mariano estuvo atento a cualquier gesto –. Creo que el joven tiene razón. – continuó hablando mientras señalaba a Efrain con la mano abierta –. Creo que nos debes primero algunas explicaciones. En primer lugar, ¿dónde están los demás? ¿Por qué no han venido Mixi, Firefly, Fry_two_fingers y el resto? Si los integrantes del foro están en peligro, también hay que avisarles a ellos.

Antes de continuar se frotó el puente nasal con los dedos índice y pulgar, gesto bastante característico en él cuando pensaba como proceder.

– Veras. Yo no sé nada de lo que habla Kain en su mensaje. De hecho no tuve nunca trato con él. Y el muchacho, que en paz descanse, habla de no sé qué papeles que el mismo había guardado para su seguridad. No de haber informado sobre ello en el foro. ¿Por qué nos encontramos entonces los demás en peligro? ¿Qué tenemos que ver con todo esto?

Mientras hablaba había paseado la mirada de uno a otro de los participantes a aquella reunión, pero para terminar miró fijamente a Frohike.

– ¿No nos acabas de meter tú, enseñándonos este mensaje y explicándonos tus “reservas”, hasta el fondo en un asunto turbio, del que hasta ahora no sabíamos nada y con el que no teníamos nada que ver? ¿Por qué lo has hecho, Luis?

Al llegar todos los participantes a aquella selecta reunión, Marcos pudo comprobar que no era el único que se mostraba desconfiado e incluso paranoico. A través de pequeños gestos, pequeños detalles, los demás habían delatado también su estado de intranquilidad.

Prestó atención a lo que mostró Frohike, haciendo memoria de lo que él pudo ver del mensaje de Kain antes de que se borrase. Al parecer, todo coincidía, no se trataba de ninguna treta ni falsificación, sino que era muy probable que ese fuese el mensaje original. Pero, ¿cómo se había hecho con él?

Marcos se extrañó de la ausencia del resto de integrantes del foro. Al menos, de aquellos que habían estado en la reunión anterior y eran conscientes del tema en torno a Kain y la desaparición de su mensaje. Torquemada se adelantó y le lanzó la pregunta a Frohike.

A su vez, este les confirmó la muerte de Kain, algo que Marcos ya había podido averiguar por su cuenta.

Frohike le generaba cierta desconfianza. Cuando desaparece un mensaje en un foro, la persona que lo tiene más fácil para eliminarlo, además del propio autor, es el mismísimo administrador. La velocidad con la que el mensaje se había publicado y se había eliminado casi eliminaba la opción de que fuese una tercera persona la que hubiese hackeado la cuenta o la página y lo hubiese eliminado, no le habría dado tiempo ni siquiera a percatarse de que ese mensaje estaba ahí. Por eso, Marcos seguía teniendo sus dudas acerca de las verdaderas intenciones de Frohike. Ahora, les enseñaba el mensaje.

A Marcos le vino de repente una posible hipótesis sobre todo aquello. Quizás, y solo quizás, si Frohike estaba relacionado de alguna manera con la muerte de Kain, ahora no correría ningún riesgo mostrando el mensaje, ya que nadie podría contactar con Kain. De esta manera, Frohike podría aprovechar para intentar sacarles información sobre la documentación que Kain había escondido. Lo cual querría decir que el administrador del foro sospechaba o barajaba la posibilidad de que los allí presentes tuviesen información que él no conocía.

El riesgo de que todo se tratase de una trampa era demasiado elevado. No podía arriesgarse antes de conocer un poco más las intenciones de Frohike.

Las palabras de Mariano devolvieron a Marcos a la realidad, que esperó paciente la réplica del administrador del foro. Pendiente de cualquier detalle que pudiese confirmar o desechar su descabellada hipótesis.

-Mixi no va a venir. No le he dicho nada. Y al resto, tampoco. Sólo a los que estáis aquí- comentó Frohike, respondiendo así a una de las dudas -Creo, sinceramente, que no están tan metidos en este lío como los que estamos en esta mesa. Y visto que el tema es peligroso, no deseo meterlos. Es cierto que en algún caso, como el de Mixi, parece que los están siguiendo. Pero no ha pasado de ahí, no les ha ocurrido nada. Y no deseo involucrarlos más y ver su vida en peligro. En cambio, todos vosotros, de una manera u otra, os habéis metido en esto, sin que yo os arrastrase. Y ahora ya no hay opción a olvidar-

Frohike se revolvió algo incómodo en su asiento mientras intentaba responder a todas las cuestiones que le habían planteado.

-Esa gente... ese grupo... sospecho que creen que Kain guardó la información que consiguió y que, de alguna manera, nos la ha hecho llegar o nos ha dado alguna pista sobre cómo llegar a ella. Al menos, en mi caso, estoy seguro de que no es así. Y, por vuestras preguntas deduzco que vosotros tampoco lo sabéis. Pero habeis empezado a buscar y creo que eso ha despertado los recelos de esa gente. Ahora ya no vale con que les escribamos una nota de disculpa para que nos dejen en paz. Tal y como yo lo veo, sólo hay dos opciones. O encontramos la información y se la damos, para que nos dejen tranquilos. O la encontramos y la usamos para chantajearles y obligarles a que nos dejen en paz-

El administrador intentó responder a Belén pero parecía que él mismo no estaba seguro

-Lo cierto es que yo tampoco había oído hablar nunca de Luveh-Kerapf. No me suenan de nada y jamás he oído un rumor sobre ellos. Pero es que, además, Kain no me dijo nada, no me contó nada. No sé ni por dónde empezar a buscar, francamente-

Frohike no pareció percatarse del recelo con el que le miraban los demás. O, si lo hizo, fingió no darle importancia. Continuó dirigiéndose a ellos como si no se diera cuenta o no le importara. Volviéndose hacia Ibarz, respondió a su pregunta

-No sé mucho más que vosotros. Hasta ayer no supe que estaban hackeando el foro. Y ha sido entonces cuando he intentado rescatar el mensaje de Kain porque empecé a atar los cabos. Os he reunido porque vosotros, por vuestra cuenta, habéis llegado tan lejos o más que yo. Creo que tenéis capacidad para hacer lo que yo no puedo. Creo que, como administrador del foro, es probable que me tengan en el punto de mira. No puedo ponerme a buscar directamente porque seguro que están pendientes de mí. Esta reunión es lo único que me atrevo a montar y sólo porque he tomado todas las precauciones posibles. Así que, había pensado que vosotros podríais seguir investigando...- antes de que los demás intentaran negarse, se adelantó a explicarse - ¡ya lo estabais haciendo! ¿qué diferencia habrá? Pero ahora, yo puedo intentar quitároslos de en medio. Ahora que sabemos que nos vigilan, puedo montar una distracción, puedo dedicarme a sembrar pistas falsas, postear mensajes que den a entender que tengo la información o parte de ella y que estoy sopesando si dársela a las autoridades o qué hacer. ¡Puedo llamar la atención de esa gente! Y así vosotros quedáis "libres" para investigar en serio...-.

Cuando Torquemada se dirigió a Frohike por su nombre, este volvió la cabeza inmediatamente hacia él*

-Es cierto que no todos tuvisteis un trato muy grande con Kain. O, al menos, no más trato que los que no están aquí. Pero no sabemos qué hizo con la información ¿y si, justamente, la envió a alguien con quien no tuvo relación para que no fuera fácil de localizar? Pero el motivo por el que estáis aquí, no es ese. Estáis aquí porque, de una manera u otra, estáis relacionados con los seguimientos o los hackeos que han existido en el foro. Y tú, mejor que nadie, sabes eso- le respondió el administrador a Mariano, sin dar más información que la que ellos dos pudieran conocer -Creeme que preferiría que no estuvieras involucrados. Pero no he sido yo quien os ha metido en esto.-

Mariano pudo apreciar que, durante todo el tiempo, Frohike se mostraba nervioso, agitado. Cada poco estiraba el cuello para mirar por el cristal que mostraba la calle, como temeroso de que algo apareciera.

El nerviosismo que mostró el administrador no era fingido. Pero también estaba claro que Frohike no quería involucrarse directamente en la búsqueda. ¿Podía ser cobardía o de verdad pensaba que el plan que proponía era la mejor opción que tenían?

Frohike no terminaba de resultar convincente y su plan no parecía para nada sensato. Actuando como él mismo ofrecía, se estaría poniendo directamente en el foco de atención de aquella secta y pidiendo a gritos que por favor se lo llevarán consigo y acabarán con él cuanto antes.
No. Definitivamente no tenía sentido alguno. Si habían acabado con Kain aún sin tener este los papeles que supuestamente los comprometían, ¿por qué motivo iban a mostrar más reparo con ellos? Si realmente ese grupo con el nombre tan raro les tenía en el punto de mira, entonces la situación era seria. Muy seria.

Al hacer Frohike aquel comentario sobre Mariano, en el que daba a entender que el cura podría tener algo que ver con el hackeo del foro, Torquemada creyó necesario explicar al resto lo que había sucedido.

 – Alguien se coló en nuestro monasterio haciéndose pasar por un monje sudamericano. Resultó ser un criminal que usaba nuestras instalaciones para entrar en La Tela de Araña. Eso es algo que Luis, Frohike, descubrió hace un par de días, cuando le invite a visitarme para echar un vistazo a los ordenadores.

De momento el resto debería de conformarse con la versión abreviada de la historia. Si querían saber algo más en concreto, ya le preguntarían. Pero ahora no era cuestión de llevar la conversación a otro campo.

– ¿Por qué crees que esto me hace a mi sospechoso para esa secta, Luis? No lo entiendo.

Era cierto que Mariano no lo entendía, pero por otro lado, ¿qué había que entender? Todo indicaba que, por los motivos que fueran, ese grupo de criminales sospechaba de él y en ese caso posiblemente lo peor era quedarse cruzados de brazos y esperar a que algún día recibiera una visita inesperada. Algo que, después de haber colado a un criminal en el monasterio, no parecía tarea complicada.

Se echó hacia atrás recostándose contra el respaldo de la silla y miró a los presentes con expresión seria. Trataba de valorarlos y discernir, si podría confiar en ellos. Poner su vida en sus manos. Le sonó demasiado dramático, pero, si lo que Frohike les había contado era cierto, era la realidad a la que se enfrentaban ahora mismo.

No respondió a la oferta que les había hecho el administrador del foro. No estaba seguro de cual sería la forma más adecuada de actuar. Así que de momento esperó a ver lo que decían los demás.

Belén seguía sin entender nada de lo que Frohike les estaba contando. Por más que pensara en ello, por más vueltas que le diera al tema no veía qué narices había hecho ella para haberse metido en aquel berenjenal. Ella no conocía a Kaine, apenas había cruzado un para de comentarios en el foro con él y, desde luego, tampoco compartían temáticas de las que hablar. Pudiera haber puntos interesantes que sí llamaban la atención de Belén, pero desde luego lo de los extraterrestres no era un tema que le interesara especialmente, por ese motivo quizás nunca había prestado una excesiva atención al joven.

Pero en cambio ahí estaban, reunidos junto al moderador del foro porque supuestamente ellos tenían, o alguien creía que tenían, conocimientos muy importantes que no debían salir a la luz. ¿Por qué ellos y no el resto como Mixi por ejemplo? Belén seguía recelando de Frohike y el hecho de que sólo hubiera avisado a unos pocos no ayudaba demasiado a cambiar la opinión negativa que se estaba formando de él.

Y lo que más la hacía recelar era esa insistencia del moderador de hacerles creer que él no sabía nada del tema cuando, a la prueba estaba, más información disponía sobre la secta, los papeles de Kaine y su último mensaje y a saber cuántas cosas más. Pero había algo más, algo que empezaba a rondar la cabeza de Belén... ¿Por qué se iba a poner él de cebo para que los demás pudiéramos investigar? ¿Quién en su sano juicio se pondría en peligro por gente que apenas conocía? Para la escritora esa actitud del moderador resultaba muy sospechosa, aunque no sabía muy bien si todo se debía a su habitual tendencia a imaginarse cosas o en realidad había algo raro allí.

—Yo tampoco sé muy bien porqué esa gente,... esa secta iba a querer perseguirme, apenas tenía relación con Kaine y, por supuesto, no tengo ni idea de qué va todo esto ni sé nada de papeles ni nada parecido. De hecho es la primera vez que oigo hablar de documentos que Kaine estuviera guardando —con esas palabras quería dejar bien claro que seguía sin comprender porqué Frohike la había citado a ella y, por mucho que se lo explicara o la intentara convencer seguramente seguiría sin verlo—. ¿Estás seguro que no tienes ni idea donde pudo haber dejado esos documentos? —La explicación que les había dado sobre sus motivos para querer dar con la documentación supuestamente recopilada por Kaine no la convencía ni lo más mínimo.

Las palabras de Frohike no terminaron de convencer a Marcos. Y la actitud de querer implicarlos hasta el fondo no ayudaba en absoluto.

-Entenderás, Luis, que haya algo de desconfianza. Hasta hace tres días, como quien dice, no nos conocíamos en persona y, de repente, están pasando cosas extrañas: hackean la web, matan a un miembro del foro y, según tus palabras, nos persiguen a nosotros. Esto suena bastante peligroso. Entiende que nuestra implicación requiere algunas pruebas, algunos actos de confianza -hizo una pausa mirándose las manos antes de volver sus ojos hasta Frohike-. Dices que has estado investigando estos días. Por favor, comparte lo que has descubierto con nosotros y así al menos eliminamos esta sensación de desconfianza.

Marcos se quedó pensando en todo lo que había dicho Frohike. Se había ofrecido de señuelo para que ellos pudiesen investigar más libremente. ¿Y si se trataba de una trampa? No había manera sencilla de descartar eso. Pero lo cierto es que a Marcos no le había parecido una mala idea del todo, aunque intentó ocultarlo.

Si Frohike estaba siendo sincero y se ofrecía como señuelo, podrían investigar libremente y despistar a quien pudiese estar detrás de ellos. Al fin y al cabo, el que se estaba poniendo en el punto de mira era Luis, por lo que el riesgo para ellos sería menor. Y si a Luis le pasaba algo... "bueno, mejor a él que a nosotros" -pensó Mosfet-. De esta manera, podrían confirmar que no se trataba de una trampa y esperar que, para entonces, tuviesen las pistas suficientes para poder darle la vuelta a la situación o incluso tener margen de maniobra para quitarse de en medio y desaparecer.

En cambio, si Frohike los estaba utilizando y se trataba de una trampa, ¿qué sentido habría tenido la reunión? Aun así, mejor era andar con ojo y desconfiar.

-En el supuesto de que decidamos hacer algo -comenzó de nuevo Marcos-, ¿qué plan tienes en mente? ¿Cuáles serían los próximos pasos?

Frohike comenzó a ponerse algo más nervioso. Tenía claro que no sería fácil pero no esperaba una desconfianza tan abierta.

-Perdonad, igual no he sabido explicarlo bien- quiso aclarar cuando Mariano le preguntó directamente y luego Belén hizo lo mismo -No se trata de que seáis sospechosos para ellos o de lo que yo piense que ha ocurrido. He revisado los accesos que esa gente hizo al foro y las cosas que estuvieron comprobando y sé que miraron vuestra información. Desconozco qué más saben o creen saber. No digo que os persigan por la relación que tuvierais con Kain. De hecho, fue lo primero que pensé ¿porqué les interesamos si esto es un foro casi anónimo? Y la conclusión a la que llegué es que están desesperados por encontrar lo que sea que buscan y el mensaje les ha hecho suponer que Kain nos lo ha pasado a alguno de los del foro. Que no tengamos relación no impide que Kain, que por lo visto era informático y de los buenos, consiguiera nuestros datos y nos lo enviara para que la información estuviera segura ¿no? Creo que están dando palos de ciego pero me preocupa que se pongan a dar esos palos con más... energía. No os oculto que estoy acojonado. He intentado ir a la poli pero tus compañeros...- comentó volviéndose a María, que escuchaba todo en silencio -no me han tomado muy en serio. Casi diría que se han reído de mí. Ahora entiendo todas esas cosas que nos cuentas que te pasan cuando ves rollos raros en la comisaría y te toman por loca- 

Frohike se quedó en silencio unos segundos y luego, dirigiéndose a Belén, retomó la conversación donde la había dejado -¿No dijiste que el otro día te había pasado algo raro en casa? Algo sobre un cubo de basura que tenía cosas que antes no tenía o algo así ¿no? Yo creo que en mi casa entraron. Mixi sospecha que en la suya también... ¿En serio no lo veis? Vienen a por nosotros de alguna manera y, o consiguen lo que quieren, o no se detendrán.- Agitado se pasó la mano por el pelo -¿Creeis que me gusta ir de cebo? Si supiera cómo buscar los malditos archivos sin que me sigan, lo haría yo. Pero no voy a ser capaz de perderlos todo el tiempo. Y, además, sólo no llegaré muy lejos. ¡Tardaré semanas en recabar la información! Tú e Ibarz os dedicais a buscar información, sabeis cómo se hace, por donde empezar... María, tú eres policía...-

Cuando Marcos se dirigió a él, Frohike le observó con atención aunque acabó negando en silencio

-Sólo he investigado lo que sé, utilizando mis recursos como informático, que tampoco es que sean increibles, la verdad... Sé lo que os he contado, que entraron a la información de la web, que eliminaron el mensaje de Kain, que revisaron contenidos de post y la información personal de los usuarios que estamos aquí, sé el nombre real de Kain y su dirección, sé que RIP_er ha desaparecido porque no contesta el móvil y he comprobado en su correo electrónico, que he hackeado, que no se conecta desde ayer y también sé que no ha avisado a nadie de que se ausentaría. Hoy he llamado al despacho de abogados en que trabaja y no han sabido decirme cuándo volvería así que deduzco que tampoco ha avisado allí... Y no se nada más. Eso es todo lo que he podido averiguar por ahora-

María le puso la mano en el hombro y se lo apretó con cariño, como queriendo darle fuerzas, mientras Marcos le pregunta por un hipotético plan

-Creo que lo lógico es ir a casa de Kain- comentó María, respondiendo con voz profesional -Sabemos muy poco de él. Si tenía información o la guardó allí o la guardó en otro sitio del que no tenemos ni idea y, lo primero sería saber qué otro sitio puede ser.-

Frohike, el héroe. El que se iba a exponer para liberar al mundo de ciertos poderes.

...y una mierda...

O era estúpido o un cínico. Eso, en el mejor de los casos. Ahí estaban casi todos los que habían acudido a la quedada. Después, esos mismos habían sido perseguidos en algún momento. No todos o no a la vez. Ergo los recursos de los misteriosos perseguidores eran limitados, como ya había sospechado Ibarz. Dispersos tenían más posibilidades. Juntos, eran un único objetivo a seguir. Ahora, Frohike había conseguido juntarlos a todos bajo el mismo techo. Si antes había dos, tres o cuatro perseguidores trabajando sobre el rastro de cinco, seis o diez miembros del foro, ahora uno solo podía verlos a todos.

...felicidades...

Se levantó. No le gustaba nada el plan de Frohike. No le gustaba porque no era su plan, no lo había decidido él, Ibarz. El periodista de lo oculto no acostumbraba a trabajar en grupo. Se podía colaborar con una, dos o tres personas cuando se trataba de algo sencillo y abierto. Si se quería algo discreto y peligroso, el número era un peligro.

Y lo peor de todo: Frohike le estaba pidiendo que trabajara para él. El «héroe» se expondría al peligro dentro de su propia casa, escribiendo chorradas delante del ordenador mientras él arriesgaba el pellejo. Ibarz solo trabajaba para sí mismo.

...sigue soñando, campeón...

Se levantó. Esa no era su búsqueda. Al menos, no así.

—Mucha suerte a todos. Pero este no es mi plato.

Tenía lo que necesitaba, y ahora necesitaba otra cosa. Se dirigió al servicio del Cat Sire, observando con atención todo el local.

Aún había muchos puntos demasiado poco claros. Parecía que Frohike quería apelar a su sentido común, pero les explicaba cosas difíciles de creer y les presentaba un plan que, cuando menos, era muy cuestionable. Una cosa era pasar unos momentos del tiempo libre de cada uno hablando de supuestos misterios y conspiraciones y otra muy distinta era estar aparentemente amenazados de muerte, en la lista negra de una sociedad secreta que, fuera por el motivo que fuera, les acusaba de tener algo de información sobre ellos. Asunto suficiente para, según parecía, haber eliminado ya a algunos de los participantes del foro.

Torquemada seguía sin tenerlo del todo claro. Demasiadas preguntas sin respuesta. Demasiados puntos por aclarar. Demasiada inseguridad. Él era un simple cura. No un policía o siquiera un investigador aficionado. Y ahí estaba Frohike pidiéndoles que se expusieran. Por que, poco importaba lo que les contaba acerca de arriesgarse él por los demás, al final, si seguían su plan, serían ellos los que realmente llamarían la atención de la organización si empezaban a husmear donde no les llamaban.

Entonces habló por fin María y Mariano fue a dirigirse a ella, cuando Ibarz se levantó de su asiento, llamando la atención del grupo con su repentino movimiento y su inesperada y corta explicación. Él se bajaba aquí. No pensaba seguir escuchando nada más. El padre Arribas le miró preocupado. Según su opinión, unidos tendrían mejores posibilidades de aclarar lo que estuviera pasando, que si cada uno iba por separado. Aunque no podía reprocharle que reaccionara así, hizo un pequeño intento para convencerle de lo contrario.

– ¿Esta seguro de que prefiere marcharse y no escuchar hasta el final lo que sucede? – No recordaba el nombre ni el apodo de aquel hombre que solía hablar de píldoras, por lo que suponía que debía de ser farmacéutico, así que continuó hablando sin citaré personalmente –. Yo tampoco estoy del todo convencido acerca de toda esta historia, pero ¿no sería mejor que tomemos todos una decisión conjunta antes de salir de aquí?

Pero aquel hombre parecía convencido de querer abandonar la reunión ahora. Así que Mariano se dirigió a Doc_Alma, la policía del grupo.

– ¿De verdad propones que nosotros investiguemos lo que esta pasando? ¿No debería de encargarse la policía de todo este asunto? Si Luis tiene razón con la mitad de lo que nos está contando, debería ser más que suficiente para tener a la ley detrás de ese grupo, ¿no?

Palabras, palabras y más palabras. Toda aquella perorata por parte de Frohike seguía sonándole a la escritora como la lluvia que caía sobre los charcos, constante, monótona y haciendo cierto ruido, pero al contrario del agua de lluvia que traía limpieza al ambiente y vida a un mundo estéril, Frohike les estaba propiniendo todo lo contrario, arriesgar sus vidas por algo de lo que seguían sin tener ni idea. Porque Belén estaba igual que al principio sin saber a qué cuento venía todo aquello y qué podía saber ella de todo aquel asunto.

Estaba dándole vueltas a las palabras de Frohike que a oídos de la mujer habían sonado bastante vacías, cuando escuchó que el moderador del foro se dirigía a ella. Había preguntado hacía unos días que si alguien más había tenido la sensación de que alguien hubiera entrado en sus casas y nadie había contestado, y ahora se encontraba que él, e incluso Mixi, creían haber recibido visitas inesperadas.

—Bueno, simplemente fue algo que me llamó la atención y que estoy segura de que no debería haber estado donde lo encontré. —No sabía si sería buena idea volver a contar lo mismo y, después de todo lo sucedido y de todo lo que se estaba enterando, le parecía una niñería—. Me encontré gusanos, vivos —fue una puntualización que no supo muy bien porqué la hacía— en la basura cuando en ella no había nada orgánico que pudiera motivar su presencia. Puede resultar una tontería pero a mí me dejó una sensación muy desagradable en el cuerpo.

Siguieron más respuestas y comentarios de Frohike a todos ellos ya que parecía que no sólo Belén estaba siendo suspicaz respecto al moderador. Y, a medida que la escritora escuchaba al hombre, esa suspicacia aumentaba. Estaba diciendo que había hackeado el correo de integrantes del foro, que podía acceder a sus cuentas y eso hacía preguntarse a Belén si no los habría estado espiando a todos. Cada vez le gustaba menos el tal Frohike.

Ante la propuesta de ir a investigar a la casa de Kain, Belén estaba a punto de decir algo cuando Efraín se levantó dispuesto a no seguir con aquel asunto. No se lo podía echar en cara ya que a ella también le apetecía largarse y no volver a pensar en toda aquella historia nunca más, pero sabía que no podía. Por una parte la curiosidad que sentía por descubrir qué narices estaba pasando y, por otra parte, si era verdad que ya estaban en el punto de mira de ese grupo, secta, asociación o lo que fuera, no iban a dejar de estarlo porque se retiraran.

No dijo nada a Efraín, era libre de irse si quería, en cambio se giró a María un tanto extrañada porque ella también propusiera ir a casa de Kaine.

—Pero si vamos a casa de Kaine ¿cómo vamos a entrar? Aunque alguien nos abriera la puerta ¿cómo íbamos a hacer para revolver entre sus cosas?

Marcos cada vez se mostraba más convencido de la actitud de Frohike. Es cierto que la manera en que presentó el asunto no había ayudado y el torrente de información que recibieron fue suficiente para su saturación.

De repente, María propuso ir a la casa de Kain a recoger posibles pruebas que pudiesen dar pistas sobre el paradero de los supuestos documentos. Este movimiento podría ser bastante arriesgado. Por un lado, se trataba de la escena de un crimen; y, por otro, los asesinos de Kain podrían estar merodeando por la zona para tratar de averiguar algo.

-¿No es delito meterse en la escena de un crimen? -lanzó Marcos como respuesta a la proposición de María-. Además, si la policía ya ha investigado, es posible que se hayan llevado las pruebas, ¿no?

El cariño con el que trató María a Frohike, no le pareció natural. Se habían conocido hacía apenas unas semanas y parecía como si ambos estuviesen en el mismo frente y tuviesen que convencer a los otros cuatro integrantes. Este comportamiento hizo crecer de nuevo la inseguridad en Marcos, que comenzó a dudar del plan de visitar la casa de Kain.

-No sé, le veo lagunas al plan. ¿Cómo nos aseguramos de que no nos siguen? ¿Y de que no nos genere a nosotros un problema con la policía? ¿Y qué tendríamos que buscar exactamente? Si ni siquiera lo sabemos... Por mi parte, necesito ver algunos detalles más del plan para poder inmiscuirme.

Comenzó a negar con la cabeza. Ibarz se levantó y se despidió. No pensaba entrar en el juego. ¿Estaba siendo el más inteligente o simplemente su cinismo le impedía comprometerse con nadie?

Ibarz se levantó en medio de la conversación. Con una frase que sonaba a abandono, se dirigió hacia el interior del local, no hacia la puerta.

María mostró un gesto de sorpresa ante la actitud del periodista, no así Frohike que se limitó a decir en voz alta

-Elegir es algo que sólo algunos tienen el privilegio de hacer- como si es frase tuviera que significar algo. Pero no dijo nada más y volvió su atención a los que permanecían en la mesa.

El escritor hizo caso omiso a las palabras que Mariano le dirigió, así que el cura optó por aclarar sus dudas con quien sí parecía haberse embarcado en la aventura.