Partida Rol por web

Justo cuando Ganzúa se acerca, adelantándose a los demás, ve un movimiento en la entrada de la puerta. Una flecha vuelva veloz hasta él, clavándose en su pierna. Ganzúa ve como aquel ser huye al interior de la tumba.

Ganzúa apenas pudo ver como la flecha volaba hacia él, y casi tampoco a la criatura que la había lanzado.

Se llevó la mano a la pierna herida e inmediatamente se tiró al suelo. No sabía si podía haber más enemigos.

El ser se había adentrado en la tumba y parecía que no había más peligro que allí dentro.

Ganzúa volvió con sus compañeros y pidió ayuda para sacarse la flecha y vendar la pequeña herida.

Parece que hay un guardián en la entrada, y le gusta tirar flechitas.

¡Venga tú! Dijo mirando a Ganzúa. ¡No seas exagerado que tan solo te ha rozado esa flecha! Luego miró a los demás. ¿A qué esperamos? ¡Salgamos tras él! Dice Yandrak ignorando a su exagerado compañero y corriendo detrás del guardia, con la esperanza de que el resto, que eran más grandes que él, fueran capaces de adelantarse y colocarse más delante que él.

Adam se abalanza hacia la cueva en cuanto puede reaccionar, confía en que la flecha haya venido de un guardia desprevenido y en que le dé tiempo a alcanzarle antes de que de avise al resto.

-¡Vamos! Antes de que dé la alarma

Adam sale corriendo, no puedo dejarlo que valla solo así que lo sigo corriendo para que si hay una emboscada no la enfrente solo, Voy detrás tuyo Adam, digo para que sepa que no ha ido solo hacia la cueva.

Claro, como no ha sido a vosotros a los que ha dado.

Ganzúa se hizo un nudo fuerte con la venda y siguió a sus compañeros

Ves poco más que una sombra, pero distingues lo suficiente para ver que esa criatura es del tamaño de un gnomo envuelto en ropajes negros.

Decidisteis perseguir a aquel ser que había atacado a Ganzúa.

Las paredes, suelo y techo de esta habitación están hechos de grandes losas de piedra, entre las cuales podéis ver la tierra de la colina que rodea el túmulo. Ante vosotros, se abre un ancho pozo, cruzado por un puente de cuerda con tablones de madera. En el extremo opuesto hay una pared con un gran rostro ceñudo con cuernos grabado toscamente en su superficie. El grabado parece burdo y de estilo primitivo. Su boca es una profunda grieta negra. Dos arcadas se abren a izquierda y derecha del rostro tallado.

Frente a esa pintura, un humanoide del tamaño de un gnomo envuelto en ropajes negros se enfrenta a vosotros, con una mirada salvaje en sus ojos pequeños y brillantes.

Ese puente parece una trampa, calculo la distancia para ver si puedo atacar con el arco, mientras guardo la espada, el escudo y los desenvaino, ahora con el arco espero a ver que hacen mis compañeros pero listo para atacar.

Intenté avistar más allá del puente y de buscar por nuestra zona, algún otro medio de llegar donde se encontraba aquel gnomo.

A Yandrak ese puente le parece una mera ilusión, pues si su enemigo era un gnomo, era probable que estuviese jugando con sus sentidos. A pesar de ello no veía muy lógico decidir cruzarlo, podría ser una trampa.

Alzó las manos a modo de súplica, no sabía si frente a él había un enemigo o quizá otro posible aliado. Había que intentarlo antes de que sus compañeros lo asaetaran.

¡Soy Yandrak, el hijo del último dragón, y estos son mis fieles súbditos! Venimos aquí a modo de investigación. ¿Quiénes son y cuáles son vuestros propósitos? Nosotros no queremos hacerle daño, solo investigar la zona.

Adam maldice para sus adentros ante la disposición que se encuentran. No tiene ningún arma de ataque a distancia a mano, y se teme que le va a tocar cruzar el puente en solitario. Aún así, por el momento no hace nada, ya que no saben si el pequeño gnomo tiene intenciones hostiles. Se coloca en primera fila, cerca del puente por si le toca cruzarlo a carrera.

-¿Tus fieles súbditos? Para lo poco que se levanta del suelo, qué mal te llega la sangre a la cabeza.

La criatura parece que sólo esperaba vuestra aparición. Ante las palabras de Yandrak, saca una flecha y dispara al gnomo. Con mala suerte para vuestro enemigo, la flecha se queda clavada en el suelo.

Cuando veo que el Gnomo decide atacar, suelto la flecha que tenía en el arco, dentro de la cueva se puede escuchar el sonido que hace al cortar el aire y dirigirse a su objetivo; es una lástima que decidiera ir por este camino en el solo encontrara muerte.

Ganzúa sacó su arco y atacó al que le había hecho aquella herida y que osaba atacarles de nuevo.

Askabal sacó también su gran arco y le apuntó a la sesera. Era un tiro complicado, pero tenía que intentarlo.

¡Verás ahora maldito! - susurré.

Yandrak ignoró el comentario de su "súbdito" y después hizo una risa un tanto jocosa al ver como la flecha fallaba. ¿Eso es todo lo que sabes hacer? Se rió el pequeño gnomo de su enemigo. ¿Y tú solo pretendes enfrentarte a nosotros cinco? Haciendo un rápido juego de manos, y sin que nadie supiese muy bien como, Yandrak ya tenía en sus manos su varita y apuntando con ella, un par de puntos rojos luminosos comenzaron a moverse en círculos concéntricos para golpear a su enemigo.

Adam tantea el puente, comprobando cómo de seguro es antes de decidirse a cruzar. No va a perderse la fiesta, y ya que carece de armas a distancia no le quedará otro remedio que pasar al otro lado, aunque antes quiere asegurarse de que no es una trampa.

Askabal es el primero en atacar. Con el arco preparado, sacó una flecha y disparó a aquella criatura oculta entre las sombras. La flecha surca el aire, buscando a su enemigo... Pero sólo consigue que la sombra se agite con el paso de la saeta.

Ganzúa imita a su compañero, preparando su arco con una flecha. Pero, al igual que Askabal, su ataque arremolina la sombra alrededor de los ojos del ser.

Con carcajadas sombrías, la criatura preparó una flecha y volvió a disparar contra Yandrak, acertando esta vez.

El gnomo contraatacó con su infalible varita. Pero algo extraño pasa. La varita no acierta en su objetivo.

El puente parece seguro y no ves más guerreros por la zona.