Partida Rol por web

La encrucijada de cuatrocaminos.

Capítulo 1. La Garra Roja

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22/09/2012, 12:55
Ríev Ril'Unter

No se dónde podrías encontrar un caballo, quizá en las cuadras de los arrabales o en las caballerizas de Guiveldorf, en el distrito militar, aunque no te aconsejo entrar ahí ahora que parece que se va a montar una bien gorda – El desconocido se expresaba frío, con contundencia, no parecía conmoverle la historia de tu hermana, sin embargo se había ofrecido a ayudarte a cambio de ese caballo, a sí que lo dejaste correr. 

Caminó hacia ti y salió de las alcantarillas por el sitio por el cual ambos habíais entrado,  para dirigirse a Las cinco espadas, donde te había dicho que le encontrarías. - Yo no soy el bueno en esto, en esta historia no hay buenos ni malos, hay conflictos de intereses.

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23/09/2012, 20:45
Dovahkiin

-Gracias por la información.-Respondo.- Es agradable saber algo así. Volveremos a vernos.-Dicho esto, empiezo a dar vueltas por la ciudad en busca de un lugar seguro desde el que presenciar todo aquello y de un caballo con el que satisfacer las demandas del encapuchado. No espero encontrarlo facilmente, en estas circunstancias todo lo que pueda parecerse a un caballo estará siendo utilizado para salir de la ciudad. Sin embargo, si puedo conseguir coger uno que escape de la batalla o comprar uno aunque sea de labranza, puede servirme sobradamente.

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30/09/2012, 22:34
Director

Sales de las alcantarillas, para encontrarte una bulliciosa calle, los campesinos caminaban hacia las afueras de la ciudad y las pisadas metálicas al chocar con la tierra seca se acercaban. Doblaste la esquina de una casa para ver una gran marabunta roja, caballeros con armaduras completas, espadas bastardas y escudo, lanceros, ballesteros, todos con una brillante armadura completa con placas de metal rojo escarlata. Eran figuras realmente imponentes, no como los garras rojas que habías visto la noche anterior, que no serían más que mercenarios, éstos eran fieros caballeros, disciplinados, sus armaduras con bordes afilados cortaban el aire.

Al frente de la numerosa hueste hay un hombre que superará los dos metros de alto, sin yelmo, con la cabeza afeitada, ancho como un armario y con un espadón a la espalda.

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30/09/2012, 22:49
Dovahkiin

-Vaya.-Pienso.-Voy a tener que buscarme la vida de la mejor forma posible. A ver ahora dónde encuentro yo un maldito caballo...

En medio de estas cavilaciones, continúo con mi paseo por la ciudad buscando algún modo de conseguir un caballo. En algún lugar de la ciudad debe haber un establo o algo parecido y con suerte allí encontraré lo que busco. En ese momento recuerdo la referencia del encapuchado a las cuadras de los arrabales. Ese debe ser un buen lugar, así que, considerándolas una opción tan válida como cualquier otra, intento encontrarlas. 

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01/10/2012, 13:14
Director

Das un rodeo por los arrabales, sin realmente saber si estabas evitando a los Garras Rojas o si realmente era coincidencia que los esquivaras en tu camino. Encuentras un pequeño establo, con solo dos caballos dentro de un pequeño corral, había un hombre que en ese mismo momento los alimentaba. Eran caballos ligeros, uno marrón con una mancha blanca sobre el hocico y otro negro.

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01/10/2012, 21:20
Dovahkiin

Con cierta precaución me acerco al hombre. No sé por qué no hay un solo garra roja en este distrito... probablemente se hayan ido todos al distrito controlado por los rantanos. El baile se va a poner interesante, pero definitivamente no es mi problema, no tengo aún el poder que hace falta para lidiar con esto. De momento solo tengo una prioridad, una prioridad pelirroja con cierta tendencia a meterse en lios.

-Buenos días.-Saludo manteniéndome a cierta distancia mientras activo los dones que mi maestro me concedió.-Hace una mañana un poco fresca, ¿no cree?  

Notas de juego

Activo el aura de presencia.

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06/10/2012, 14:44
Director

Si hijo si, se está alargando mucho el invierno - El que alimentaba a los caballos era viejo, una boina coronaba su cabeza y una caña de trigo en su boca, cumpliendo el cliché del viejo campesino. - Las cosas no se acaban de poner bien por aquí, por eso la primavera no llega a Nightshade... los años de guerra no hay primavera en este peñasco helado, así que me voy hacia las aldeas de los caminos. No me puedo llevar a estos dos caballos, ¿Quieres quedarte uno caballero? Te lo dejaré por 50 monedas de oro, con todo el equipo de monta ¿Qué me dices?

Notas de juego

Perdona el retraso, he tenido una semana muy puta, pero continuamos.

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06/10/2012, 16:04
Dovahkiin

-Bueno....-Respondo ante la oferta del campesino.-La verdad es que es una oferta bastante tentadora. No necesito un caballo ahora mismo, pero me parece un precio más que razonable. Tened, buen hombre.-Digo sacando el oro de mi bolsa.-Que os sean tan provechosas como lo han sido para mi.  Y dicho esto.. decidme, ¿Sabéis por casualidad lo que esta pasando en la ciudad? La verdad es que acabo de llegar y... bueno, no termino de enterarme. ¿Van a invadirla o algo así?

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06/10/2012, 16:55
Director

Notas de juego

Recuerda que le diste 500 po a tu hermana, no tienes 50.

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07/10/2012, 19:18
Dovahkiin

En ese momento, al coger mi bolsa, me doy cuenta.-Mierda, no tengo mi oro aquí.-Pienso mientras miro a mi alrededor con verguenza.-Lo siento, caballero.-Digo a continuación.-Actualmente no tengo esa cantidad de oro, sin embargo, si así lo deseáis, puedo ofreceros esta armadura de escamas a cambio si os parece bien. Es más fácil de llevar que un caballo y no come tanto.

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08/10/2012, 12:56
Director

Bueno... si...  en los tiempos que corren me vendría bien una armadura, pero también necesito algo de dinero... Te daré uno de los caballos por 10 monedas de oro y la armadura, con el equipo necesario para su monta - No parecía muy convencido, y no sabías si era tu aura de presencia o que realmente lo quería, pero era favorable a tu oferta.

Este es Sardinilla. - Dijo acercándose al caballo negro.

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08/10/2012, 13:38
Dovahkiin

-Así sea, tened las 10 piezas de oro y la armadura, buen hombre.-Digo poniéndolo todo en sus manos.-Que os traigan tanto bien como me han traído a mí.

Dicho esto, me acerco al caballo y lo preparo para llevarlo a la taberna que me ha indicado el encapuchado. Cuando todo está dispuesto, me despido del hombre y lo llevo hacia ella con cierta tranquilidad, no quiero llamar demasiado la atención. Por el camino me voy fijando por si acaso los miembros de la garra roja estuvieran cerca.

 

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09/10/2012, 09:13
Director

Caminas de nuevo de vuelta a la entrada de la ciudad, donde sabías que estaba la taberna que buscabas, donde el encapuchado te había dicho que estaría encontrándote en tu camino con una patrulla de Garras Rojas que caminan en dirección perpendicular a la tuya por lo que no te cuesta nada esquivarlos.

Finalmente llegas a Las Cinco espadas, una taberna pequeña, muy acogedora, en la que había varias personas, entre ellas, el encapuchado hablando con un gnomo albino.

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09/10/2012, 16:31
Dovahkiin

Ato mi caballo a la puerta de la posada. No me apetece llamar la atención, así que será mejor si parece que es suyo y sale a cogerlo con toda naturalidad. En ese momento, entro al interior de la posada y me acerco a la mesa donde está hablando con el gnomo.

-Saludos, buen hombre.-Digo en voz apenas audible.-Os devuelvo vuestro caballo. Está a tado fuera. Me ha servido bien, muchas gracias. si me seguís os mostraré dónde lo he atado.

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11/10/2012, 00:49
Ríev Ril'Unter

Se levantó de la silla sin mascullar palabra alguna, vio al caballo atado al poste y caminó hacia el sentido contrario, de modo que le siguieras de nuevo al paso de las alcantarillas, donde le habías interceptado antes, una vez estabas lejos de miradas y oídos indiscretos habló.

Hay un pasadizo hacia el norte que cruza paralelo a las alcantarillas que va directo a la ciudadela, y que si te desvías en cierto punto, lleva directo al barrio noble... mantente atento, no se lo que podemos encontrarnos.

Desenvainó sus armas cuando caminaba bajo tierra por los pasadizos de piedra, a los que comenzaba a llegar el olor de las cloacas, sin embargo no llegasteis a entrar a la zona inundada, pues seguramente se tratara de un pasadizo de escape para los nobles que trataba de confundirse con las cloacas.

Finalmente llegáis a una bifurcación con dos puertas de barrotes de metal, el encapuchado sacó una llave y la depositó en tu mano - Ten tú la llave, yo me marcho de la ciudad y no la necesitaré más... que no caiga en manos de los Garras Rojas o controlarán fácilmente la ciudad... bueno, mejor que no se escape de tus manos. El pasillo de la izquerda va a los sótanos de la ciudadela, el de la derecha hacia el barrio noble, ambas puertas tienen la misma cerradura.

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13/10/2012, 09:55
Director

Continuas tú solo por el pasadizo, aquel hombre había cumplido su palabra, aunque esperabas que te acompañara hasta la salida, pero no le podías pedir  más de lo que había hecho, ahora tenías que encontrar a Chandra. Saliste a la superficie por unas escaleras verticales de metal que llevaban hasta una tapadera de hierro que levantaste sin problema, para salir a un callejón oscuro del barrio noble. Saliste todo lo rápido que pudiste para evitar que alguien te viera y cerraste tan pronto como pudiste, para darte cuenta que estabas solo, y nadie te había visto.

Respiraste tranquilo cuando saliste del callejón para abrirte a una calle rica en detalles, cada tres metros había un guardia vestido de colores purpúreos y armadura plateada completa, que llevaban lanzas de un tipo que no habías visto nunca, con un mango corto, que no superaría el metro y medio, y una hoja de medio metro de larga, cortante. La calle empedrada era completamente lisa, perfecta para el paso de carruajes, y al contrario que la mayoría de las calles que habías visto, no estaba llena de boñigas de caballo a las que hay que fintar.

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14/10/2012, 10:47
Dovahkiin

Camino por las calles de forma errática mientras busco cualquier indicio de la presencia de mi hermana o de los caballeros rantanos. No sé por dónde puede estar mi hermana, pero tampoco puedo arriesgarme a preguntar a la guardia y darles opción a averiguar que no  he entrado legalmente en el distrito... ¿Qué hacer?

Sin demasiado que perder, termino por acercarme a uno de los guardias activando previamente mi aura.-Disculpad, buen hombre.-Digo con cortesía.-Busco a una joven de cabellos rojizos con una marca en la frente en forma de media luna. ¿Ha pasado por aquí por casualidad?

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14/10/2012, 12:02
Director

Da la casualidad de que si, pero no la recuerdo especialmente por la marca de su frente, sino por sus vestiduras, inusuales dentro de estas murallas, más propias de los pueblos salvajes. La vimos con Rinek Barbaroja, el dueño del Grifo Azul... seguramente quisiera contratarla para servir en su local, puedes buscarla ahí.

Tras informarte hizo una reverencia de caballería y continuó patrullando, sin darte oportunidad a formular otra pregunta. A lo lejos ves una estatua de lapislázuli, ricamente tallada, con la figura de un imponente grifo.

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14/10/2012, 14:12
Dovahkiin

Avanzo a lo largo de la calle hacia el edificio adornado con la figura del grifo. No hace falta ser un lince para darse cuenta de que se trata de la posada. Nada más llegar entro con cierta calma para evitar sobresaltar a nadie. Al cruzar la puerta paso la vista por toda la posada en busca de mi hermana.

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15/10/2012, 09:38
Director

Localizada en el barrio noble, en su zona más próxima al distrito mercantil, el grifo azul es la posada más lujosa de Nightshade, donde se congregan, sobre todo, ricos mercaderes, los miembros de las casas nobles, y aquellos aventureros más opulentos, o aquellos que tienen la suerte de ser contratados por las casas más ricas.


Su entrada es una doble puerta de tamaño colosal, de madera de ébano, procedente de tierras exóticas, pagadas a precio de oro, con un gravado en letra estilizada, cursiva, que dice El grifo azul. Las puertas se encuentran guardadas por dos custodios de roca, creados mágicamente por los miembros del gremio, mágicamente, unas estatuas de un tamaño colosal, cada una de tres metros de alto, armadas con grandes hachas de gran calidad.

Al abrir las puertas aparece una sala pequeña, donde se encuentra un humano tras un mostrador, para guardar abrigos y armas por igual, pues el acceso al lugar armado está prohibido, y para ello hay dos guardias, mercenarios externos a la orden, que se encargan de “convencer” a quien intenta entrar a la posada con armas.


Una vez pasadas las puertas, ante el observador se abre una lujosa visión. Las paredes de la posada están hechas con el más exquisito mármol, traído de las canteras de Monteblanco, traídas bajo un alto coste, y están decoradas con artículos exquisitamente manufacturados de oro, plata, acero, y en su mayoría de exquisita adamantina, procedente de lo más recóndito de las minas del Cerro del Lobo, fruto del comercio con los enanos.

La posada es regentada por un enano de largas barbas de color cobrizo, que en ningún caso sirve a los clientes, sino que  tiene contratadas a hermosas campesinas a las que de vez en cuando saca del trabajo de la tierra para ponerlas a servir en la taberna con un sueldo mucho más elevado que el que podrían ganar en los campos. Normalmente en la posada hay tres de estas chicas, aunque tiene contratadas a una docena de ellas, como muestra de su opulencia, pues no es necesario para la posada, ni tener a tres personas sirviendo, ni a otras nueve descansando.