Partida Rol por web

La encrucijada de cuatrocaminos.

Introducción 2. En el dragón oxidado.

Cargando editor
23/07/2012, 23:18

¿Qué quieres, cerveza, vino, sidra, hidromiel? ¿O quizá algo sin alcohol para reestablecerse de la noche anterior?

-Creo que teneis razón con eso último que habeis mencionado muy audazmente, por lo menos para mi será necesario reestablecerme.

De repente se escuchó uno voz proveniente del patio dirigirse a los caballeros Rantanos y en la mesa se produjo un instante de silencio. Cuando finalizó de hablar aquel hombre que resultó ser el Capitan de la Guardia de los caballeros Rantanos allí presente, Liondel hizo una pregunta al aire en la mesa finalizando su mirada en Eralissa, pues pensaba que ella tendría alguna respuesta al respecto.

-Es curioso el vuelco que está dando ésto, los capas blancas?.... quienes son esos capas blancas?

Justo en ese instante hizo acto de presencia en la posada una mujer con una belleza exótica y Liondel no pudo evitar quedarse un breve instante mirádola, para acabar diciendo a sus compañeras de mesa y donde se encontraba en ese intante Tymora.

-Unos se van y otros vienen, nunca pensé que está ciudad fuese tan cosmopolita

 

 

Cargando editor
23/07/2012, 23:25
Declan Leuvaarden

Entrando tras la mujer, entra un hombre, gordo y de andar lento, pero con varias joyas de valor que muestra sin reparo, ropas de rica seda y una abrigada y gruesa capa de algodón.

Saludos a todos, aguerridos guerreros, hermosas damas y ... - miró a Eralissa - nobles señoras, soy Declan Leuvaarden, vengo de parte del gremio de artesanos a buscar gente dispuesta a ayudar al prójimo por una rica recompensa, gloria, fama o simplemente por bondad.

La villa de Valleprofundo se encuentra bajo el tormento de los Gnolls, que tras ser expulsados, casi del todo por los caballeros Rantanos, bajaron a los bosques del valle, donde se aprovecharon de la indefensión de nuestros maestros algodoneros. Estaré aquí toda la mañana. - El hombre se sentó en una de las mesas, cercana a la pared y levantó la mano buscando la atención de Tymora. - Cerveza querida.

Cargando editor
23/07/2012, 23:28
Director

Notas de juego

Ambas, cada una por su lado, habéis oído hablar de los Capas Blancas. La guardia de élite del conde de Vintal, su servicio está únicamente ligado al conde, y ni el reino, ni el rey están por encima del conde de Vintal para ellos. Son una fuerza de élite creada para proteger la ciudad de Alwin contra cualquier enemigo.

Cargando editor
23/07/2012, 23:56
Ammaranza

Antes de entrar, Ammaranza se giró para observar el lugar por donde se había alejado el dragón me gustaría montar en una alguna vez ciertamente era un pensamiento un tanto infantil, rasgos que a pesar de todo lo sucedido aún perduraban en la personalidad de la semielfa. La respuesta que le había dado Liondel no le había tranquilizado demasiado, y una sensación de inquietud comenzó a adueñarse de ella. Ocultó un suspiró en la mirada y entró en la posada, con aire un tanto ausente mientras asentía con la cabeza a la propuesta del  hombre recien conocido.

Pero ni siquiera llegó a sentarse, iba a hacerlo mientras respondía con una sonrisa a medio picara medio avergonzada al guiño de Tymora. Demasiados desconocidos entraron a la vez en la posada, el tipo de la barra, aquella mujer y orondo personaje que se presentó como Declan.  El dolor de cabeza regresó con fuerza, y las manos comenzaron a sudarle, intentó respirar profundamente como él le había enseñado, pero no consiguió el efecto deseado. Él no estaba aquí, y ella, ella tampoco debería estarlo.

Disculpadme un momento, enseguida vuelvo Se dirigió de tal forma a Eralissa y Liondel, con una sonrisa un poco forzada he olvidado algo en la habitación escondió las manos en la capa que portaba, y sin mirar a nadie más, agachó la cabeza haciendo que el pelo ocultara sus orejas y enfiló las escaleras en dirección al piso superior precipitadamente.

Cargando editor
23/07/2012, 23:56
Ammaranza

Llegó arriba con alguna que otra dificultad, y abrió la puerta de la habitación, cerrándola  tras ella, intentando acompasar la respiración. Tiró la capa a un lado, se despojó del cinto del arma y de la pequeña bolsita roja, que dejó junto a la cama, y se tumbó bocarriba, cerrando los ojos.

Tengo que regresar, podría buscarlo, seguro que está con Prarewiel, nunca debería haber salido de Etoh, o podría regresar a Ganariel, echo de menos a Kairellan, tenía que haberla ido a visitar antes de venir.

No se estaba comportando como se supone que debía hacerlo La Viajera de la Casa Farania

¿Pero a quién demonios le importa? Han estado a punto de matarme los malditos gnolls, el rey de este país ha muerto y el nuevo ha venido en un dragón a acojonar a los que se opongan a él. Eralissa pretendía meterse en mitad de ese peligroso juego, y encima quería meterme a mi también. No, no, yo sólo quería ver otros lugares, recoger alguna historia, intentar tocar en algún lugar tranquilo.

Se incorporó con este pensamiento, buscando con la mirada el estuche de su instrumento, y levantándose para sentarse en la cama con el mismo entre las cruzadas piernas. Abrió el estuche, y se quedó en silencio observando la vieja lira, trantando de no pensar en nada, pero no lo consiguió.

Tengo que irme

Y dejándolo sobre la cama, comenzó a recoger las cosas que tenía esparcidas en la habitación, metiéndolas en su mochila con un orden bastante sorprendente para la situación.

Cargando editor
23/07/2012, 23:57
Eralissa

Estaba convencida de que la posada era el mejor sitio para hablar de los últimos acontecimientos, pero no pensaba que se llenaría de repente con nuevos clientes. Tres en pocos minutos. Tymora debía estar contenta. Afuera, Artas da las últimas órdenes a los que hasta ahora habían sido sus hombres. Estaba segura de que las acatarían sin pensarlo un instante.

Se dirigen a la mesa más cercana a la chimenea, acompañadas por aquel cliente que acababa de presentarse como Liondel. Parecía interesado en lo mismo que ella, y a juzgar por sus palabras coincidían en la forma de ver todo aquel asunto. Ammaranza les deja solos un momento, debe recoger algo de su habitación. Mira a los recién llegados, prestando especial atención a la mujer. Su aspecto no parece el de alguien interesado en ingresar en una orden de caballería. Tal vez el otro hombre de barba descuidada. Su armadura no presenta el mejor lustre, pero parece un guerrero con experiencia. Si su intención era ingresar en la orden, había hecho el viaje en vano, como ella.

- Son la fuerza de élite de Alwin. Leí algo sobre ellos antes de partir - responde a Liondel. Su mirada busca a Ammaranza, olvidándose por un momento de su ausencia - No deben lealtad al rey. Sólo al conde de Vintal - Termina de responder y hace una pausa antes de continuar - Cuando vuelva os contaré lo que me dijo Jarvien antes de irse. No sé por qué confió en mi, pero parece que es importante - El último cliente interrumpe sus palabras con un pequeño anuncio buscando gente para luchar contra un grupo de gnolls que tiene atemorizado a una villa cercana. Le escucha con atención y mira a sus dos compañeros de mesa cuando termina - y eso también lo parece

Cuando inició el viaje, tenía la intención de conocer la orden por dentro, apropiándose de sus virtudes para mejorar su disciplina. Era una misión importante para ella, pero no demasiado complicada, y seguía siendo su objetivo cuando minutos antes había despertado en su habitación sobresaltada por el cuerno del mensajero. Ahora su cabeza estaba hecha un lío de nombres de sitios que no conocía y gente a la que debía buscar. ¿Dónde acudir primero?. La angustia comenzó a invadirle, temerosa de no ser capaz de cargar con todo aquello, y comenzó a reflejarse en sus ojos. Ahora necesitaba a Ammaranza más que nunca.

Cargando editor
24/07/2012, 00:29
Ammaranza
Sólo para el director

Notas de juego

Yo dejo pasar el tiempo que tu me digas que tarda Ammaranza en recoger, o eso o hasta que me postees algo, claro, está, XD.

Cargando editor
24/07/2012, 00:28
Akeelah

Akeelah recorrió con la mirada aquella taberna, le gustaban los motivos que le recordaban a los dragones. Comenzó a caminar en dirección a la barra, tenia que hablar con la dueña, en ese momento entro Declan del gremio de mercaderes, también debía hablar con el.


Justo en el momento en que Akeelah iba a preguntar sobre quien era Tymora, el mercader la llamo. "bien, eso lo hace mas fácil, ya se quien es" Akeelah se quedo esperando en la barra a que Tymora la atendiera, mientras no paraba de moverse un tanto incomoda con las ropas.

Cargando editor
24/07/2012, 10:36

Sirvió con premura los pedidos, una buena ración de poyo asado a Norwan, con dos huevos fritos, una jarra de mosto a Liondel y su cerveza a Leuvaarden. Para luego acercarse al mostrador, con intención de seguir faenando, hasta que vio que aunque no le llamaba, la mujer recién llegada esperaba a ser atendida. - Buenos días, bienvenida al Dragón oxidado, ¿Qué puedo ofrecerte?

Cargando editor
24/07/2012, 10:53
Director

Recogiste todo, y te tumbaste un rato en la cama, viendo el azúcar de los bollos que la noche anterior habías dejado sobre la cama, pero estabas demasiado preocupada pensando en otras cosas, te dolía la cabeza y tenías sueño. Poco a poco, sucumbiste al sueño.

Aardoniel apareció ante ti, rememoraste cuando te nombraron viajera... aceptaste ¿Por qué?... Tengo que irme. La figura se transformó en la de Cesphain, le abandonaste... ¿Por qué?... Tengo que irme. Finalmente la figura se convirtió en Eralissa. ¿Por qué la dejaste sola?... Tengo que irme.

El espacio se abrió y alrededor de Eralissa estaban los gnolls que te habían atacado la noche anterior, pero no eras tú la presa. La guerrera desenvainó la espada, la agarraron, trataste de hacer algo, pero ya no estabas allí, te habías ido. Un hacha golpeó el hombro de Eralisa, despegando la protección del hombro, y haciendo una fea herida, otro hachazo le destrozó la cabeza.

Todo se volvió oscuro otra vez, se escuchaba el pesado caminar de un caballero sobre la nieve, a lo lejos viste a Artas, que caminaba hacia ti, sin éxito, porque tu huías una y otra vez, una y otra vez. Una figura de humo se apareció ante ti, una figura que no llegó a tomar forma, cuya voz era una mezcla de las voces que alguna vez habías oído. - Eh tú, puta élfa, ¿Cuándo vas a dejar de huir? - El humo tomó forma, al igual que la voz, y apareció una figura sanguinolienta, con una herida de daga en el vientre y una daga clavada en el muslo.

Despertaste, el dolor de cabeza había remitido.

Notas de juego

Cargando editor
24/07/2012, 12:11
Norwan

Ya había devorado la mitad del pollo cuando entraron en la taberna una mujer morena de rasgos fuertes, seguida de un hombre gordo y al parecer ricachón. Suposo en un primer momento que iban juntos, y que tenían alguna relación comercial, ella le daba calor y él la mantenía. Hizo una mueca al ver que se separaban y cada uno iba por su lado, había errado en su suposición.

Oyó como los tres personajes hablaban de los capas blancas y del conde Vintal. Otra pieza en la intriga del nuevo gobierno. Cada vez tenía menos dudas que al final aquello no podría terminar en nada pacifico.

Lo que escuchó a continuación del gordo adinerado le vino como anillo al dedo. Ya había decidido marcharse cuanto antes de la capital, para no verse envuelto en alguna revuelta tras el traspaso de poder. Así que no lo dudo un momento, se levanto llevando consigo su plato a medio acabar y su vino. Se sentó sin pedir permiso en la mesa que ocupaba el hombre y se quedó mirando las joyas de este.

¿De cuanta recompensa estamos hablando? - dijo seco, para luego dar un nuevo bocado al pollo.

Cargando editor
24/07/2012, 12:36
Declan Leuvaarden

Hablamos de cuatrocientas cincuenta monedas de oro para cada miembro del grupo, un grupo de entre cinco y siete miembros, los cuales se abonarán íntegramente a vuestra vuelta victoriosa, sin preguntas de cómo lo habéis hecho, solo buscamos resultados. El hombre dio un buen trago a su jarra, al parecer, el camino le había echo ganar en sed.

Además estoy seguro que en la villa encontraréis otras ofertas de trabajo, pero exigimos que le le de prioridad, antes de que comience la siembra de primavera.

Cargando editor
24/07/2012, 13:05
Norwan

¿Sabe una cosa? Hoy es su día de suerte. Tengo un aliado bastante poderoso en combate, Tempus, supongo que lo conoce o ha oído hablar de él. - hizo una pausa para que el gordo asimilase la información - Hemos luchado juntos en bastantes trifulcas y contra algunas criaturas bastante horrendas, los Gnolls a su lado parecen jovencitas desvalidas. Mi hacha no solo golpea por la fuerza de mi brazo, detrás de él hay todo el poder de un dios.

Entre tu y yo. No creo que puedas encontrar a alguien mejor para ese trabajo. Y aunque cuatrocientas cincuenta monedas suena bien, mejor y más sonido hacen seiscientas juntas, con cien de ellas por adelantado. ¿Trato hecho?

Se quedó mirando fijamente al hombre, con convicción en sus ojos, esperando la respuesta.

- Tiradas (1)

Motivo: Diplomacia

Tirada: 1d20

Resultado: 1(+8)=9

Notas de juego

Tiro diplomacia, un 1, que penoso. Llevo una racha últimamente. xD.

Cargando editor
24/07/2012, 13:05
Akeelah

Para Akeelah, lo normal era que al entrar en un sitio la atendieran lo más rápido posible sin pedirlo, así que cuando vio que Tymora atendía a todo el mundo menos a ella, se inpaciento un poco, su ropa tampoco ayudaba a que estuviera de buen humor, pero fue educada -buenos dias , puede ofrecerme un vaso de agua , después quiero comer algo ligero y un vaso de vino,también quiero saber cuanto cuestan las habitaciones, y por último decirle que Lombarda tiene justo su vestido-Pese a tratar de usted a Tymora, el tono de Akeelah era seco y algo autoritario.

Cargando editor
24/07/2012, 13:11
Declan Leuvaarden

Yo no soy quien paga la recompensa, aliado de Tempus, y en el gremio se convino que cuatrocientas cincuenta monedas de oro sería el pago por el trabajo, pero por supuesto, todo lo que saquéis de los gnoll será para vosotros, y si con éste trabajo podéis hacer algún otro negocio, no seré yo quien os lo impida. Aunque el alcalde de Valleprofundo ya sabe que somos nosotros quienes pagamos por el trabajo, por lo que a él no le sacaréis mucho.

Cargando editor
24/07/2012, 13:20

Bien, dijo al escuchar la noticia proveniente de Lombardo Agua, un buen vino y... algo de caldo de verduras. La habitaciones cuestan dos monedas de oro, con bañera, queda una que ha quedado libre esta mañana, y cinco monedas de plata una habitación normal.

A penas tardó unos segundo es ponerte el bajo de agua, y pasó a servir en una copa un vino tinto y una ración de caldo de verduras en un tazón para sopa.

Cargando editor
24/07/2012, 14:04
Akeelah

Seguramente se marcharía esa tarde o al día siguiente en la misión de los mercaderes, pese a no estar segura de cuando se marcaría,decidió coger la habitación,aunque sólo fuera para quitarse la ropa unas horas. Akeelah había desayunado bien antes de su viaje, por eso no tenía mucha hambre,bebio un trago de agua, y luego probó la sopa,estaba buena y le sentó bien su calor .-Me quedo la de la bañera ,cuánto es todo con la comida?

Cargando editor
24/07/2012, 15:03

Dos monedas de oro la habitación, con cena y desayuno del día siguiente, y tres de plata la comida, aunque ésto es más bien un desayuno tardío, si luego quieres algo más, dímelo y te lo incluyo.

Cargando editor
24/07/2012, 15:35
Akeelah
Sólo para el director

Akeelah saco 3 monedas de oro de su bolsa y se las dio a Tymora.- Asi estamos en paz, me ha gustado la sopa, y me gustan los detalles de dragón de tu taberna.- sin duda, el estar caliente, por mucho que su ropa le resultase extraña, la habia mejorado el humor, y pese a que su tono seguia siendo algo cortante, su lenguaje corporal si habia cambiado, pareciendo mas relajada.

Cargando editor
24/07/2012, 18:36
Ammaranza

Abrió los ojos. Los tenía húmedos, sus sueños se equivocaban, la última no había huido, para ella hubiera sido más fácil quedarse con él, protegida, creía que estaba lista. Pero era estúpido discutir con una pesadilla, lo mismo de inútil que negar la realidad, si ella era experta en algo era en dejar atrás las cosas cuando se complicaban.

Se restregó los ojos, mientras se obligaba a ponerse de pie. Siempre has desaprovechado todo lo bueno que tienes, las palabras de Aardoniel nunca eran suaves. Tenía miedo de no estar altura, de fracasar, y ese miedo se convertía en rabia, y la rabia en odio, y por eso escapaba, porque no quería odiar a los que la rodeaban, pero no podía evitar terminar haciéndolo.

Había venido aquí porque nadie la conocía, porque nadie esperaría nada de ella, y así tenía que ser. He pagado la habitación, me quedaré una noche más y luego iré a otro lugar más seguro, no tengo porque irme justo ahora intentaba convencerse, pero no tenía nada claro lo que iba a hacer, quizás si hubiera tenido más sangre elfa podría haber controlado los impulsos que la dominaban, bueno, cualquier excusa le valía a Ammaranza para justificarse.

Tengo que bajar, serenarme y pasar un rato tranquilo hasta que llegue la hora.

Abrió una vez más el grifo de la bañera y se dispuso a enjuagar el rastro de sus temores, a ocultarlo como siempre había intentando hacer bajo el manto de la indiferencia y la sonrisa, rebuscó en su mochila con que hacerlo.