Partida Rol por web

Roberto, va a buscar a su can "Chira" a la habitación, y la lleva al cuarto de la letrina (escena del crimen) para que husmee el lugar.

Roberto: - Vamos Chira, ¡busca, busca!

El can va disparado a olisquear el charco de sangre, y comienza a lamerlo. Roberto la retira de la sangre para que busque algún rastro por el suelo. Chira se detiene junto a Roberto, y le lame una bota. De pronto veis como una gota de sangre cae sobre la bota de Roberto. Miráis al techo y veis que hay un objeto metálico que sobresale levemente de la biga de madera que sostiene el techo, de aquel objeto gotea sangre.

-Todo pecado deja una mancha... con razón no encontré muestras en la levita de Isaac. Sopesé que el que asestó el golpe mortal hubieran limpiado la sangre en su propia ropa, pero ahora veo que no.

Gracias "chira" , siempre intervienes con la oportunidad que a mi me hace falta.

Hay que limpiar esto cuanto antes. Este hallazgo ayudará a poner en práctica la idea que tenía planeada. De momento que nadie sepa de esto más que nosotros.- espetó manecho a su compañero Uloxio- Te diré lo que podríamos hacer con esta daga del demonio...
 

Subime a la letrina et cogí el objeto que allí estaba, si tratabase del arma homicida estábamos de suerte et si non, ¿que era aquello?  Mostrelo a mis compañeros et intenté sacar alguna conclusión.

 Si el villano que fabía hecho aquesto fabía escapado por el techo explicaba que nadie hubiese visto nada. Mas tenía que tratarse de una araña para fazer eso.

Está claro que el asesino es un guerrero experto -le comenté a Roberto-. Nadie que no sepa manejar un arma, aparte de ser alguien de gran corpulencia, podría matar a un hombre de un sólo golpe, como parece que pasó aquí. Arriba, Roberto, he de decirte que se encuentra don Antxón, conde de Tolosa, y su hijo Txomín, un hombre de armas hecho y derecho... Et que me dijeros cosas no muy buenas sobre don Jaime, como que tenía varios enemigos. Quizá la muerte de un recaudador real en la suya casa no es sino una treta de alguien que le quiere mal...

Tras hablar con Roberto en una esquina*, observé cómo Alfonso quitaba aquella especie de arma incrustada en el techo para observarla mejor... ¿qué sería aquello? No sin impaciencia, aguardé.

Alfonso trata de coger el objeto, pero no llega ni de puntillas, por lo que tiene que dar un pequeño salto para alcanzarlo. Seguramente quien dejó allí el objeto era alguien más alto que él. Se trata de una espada corta, ensangrentada. Es un arma muy sencilla, de empuñadura pequeña, sin adornos ni florituras.

Uloxio ya te dije que vi subir a un hombre con ropas de villano cuando salí de la fiesta la primera vez. Creo,que es el artífice de todo esto, pero si insitis ...

En cuanto al arma homicida, tengo un plan, pero deberemos de momento dejarla dónde está, no sin antes facer algo...
 

Doy el arma a Roberto ¿Et cual es el plan? Preguntole intrigado.

Manecho mira a Uloxio de manera circunspecta...

A groso modo... debemos dejar que el que hizo esto descubra la daga igual que lo hemos hecho nosotros, y si puede ser de manera "infragantí", a ver que como actúa.

-¿Dicho lo dicho, algún sospechoso en mente?- musité mirando alrededor con temor a que alguien fuera testigo callado de nuestra conversación.

Acto seguído, echo mano de mi zurrón y saco una cajita de madera.
 

No sé si ese será el mejor plan, amigo... -le dije dibutativo a Roberto, creyendo yo que el mismo que pusiera ahi la daga intentaría no tener contacto con ella de nuevo-. Empero que no soy yo hombre de triquiñuelas, sino de guerra y defensa. Et que si planeáis aquesto, yo vos apoyo. Et que, queridos amigos, mis sospechas no son sino de las altas esferas: en los dormitorios de invitados duermen -lo dije con voz bajita-, padre e hijo: el de Tolosa, don Antxón, et su hijo de las armas, Txamín, perfectamente equipado para dar convite a cualquiera que los infamie... Esos dos hombres saben algo que, sospecho, no han querido decirme cuando he ido a verles... Et que no siempre el delito directo es de uno, sino de cualesquier otro.

Manecho no quiere ser presuntuoso ni adelantarse a los acontecimientos, pero inmeditamente relaciona la imagen borrosa del caballero que vio con la posible identidad de los dos mencionados prohombres que según el bueno de Uloxio se le han mostrado tan díscolos con él.

-¿De cuántos hombres disponen aquí el conde de Tolosa además de su hijo?-

-¿Han accedido a ser interrogados o bien se valen de sus prebendas para eludir el trato?-

Antes que nada es vital guardar el arma en el mismo sitio dónde estaba , sin rastos de sangre ,pero con una pequeña añadidura en la empuñadura...

Dicho esto y sin dilación, Manecho mete un trozo de tela en una cajita y se lo da a oler a "Chira", después lo restriega en por el filo a la vez que lo limpia de sangre, despúes con la rapidez que da la costumbre  saca una botellita y sin reparo vierte un líquido negro sobre la empuñadura  y convida a maese Alfonso a que vuelva a esconder el arma dónde estaba, ( pero con sumo cuidado, sujetándola por el acero y sin tocar el mango).

-Debemos hablar enseguída de esto con el Conde que nos acoge, y de la daga o espada pequeña ni borde ní nada que se deje ver . Ya limpio yo la mancha de sangre del suelo, que para eso soy el villano...-

- Si fuera tan amable Maese Santiago, una vez que baje, ponga las manos en el hocico de Chira, mi perrita.

Ignoro la situación actual de Crispin, pero suponiendo que esté con nosotros o al otro lado del pasillo, le ánimo a que se mueva o utilize cualquier entretenimiento como cantar, bailar o hacer el "cabra", lo que sea. Así, mientras obramos en la escena anterior cualquier posible intrusión quedaría más solapada por la imagen llamativa del campesino haciendo "el bufón".
 

Non estaba muy seguro del plan de Roberto, pero viendole tan convencido accedí a lo que me demandaba dejándome oler por Chira.

 Cuatro hombres el conde et dos et Txomin el marqués. Respondile a Roberto.

Penso igual que Uloxio, el que ha fecho esto non tiene porque ser el que lo ha tramado, puede ser uno el que manda et otro el que ejecuta.

De lo que fablamos con las damas de compañia sacamos que don Isaac non era partícipe de dar su brazo a torcer, que una cosa eran los negocios et otra el placer. Lo que non se es si además del marqués estará involucrado el conde. Mas sería tirar piedras contra el propio tejado el matarlo en la suya casa. informele a Uloxio de lo que fabíamos fablado Roberto et yo con las Señoras et manifesté lo que pensaba respecto al conde.

 Aparte de lo que trama Roberto, me gustaría fablar con los omnes armados que vinieron et saber el motivo de su viaje. Puede que eso eche luz sobre lo que aquí acaece. hice una pausa. O simplemente buscarnos unos aliados caso de que los dos de Tolosa estén implicados et nos valgamos nada más que de nuestras espadas. 

Todo esto dije, en voz baja para non ser escuchado por oidos noon amigos

Al ver el arma que hemos descubierto, me voy al pasillo a vigilar que no se acerque nadie, mientras Roberto, Uloxio, y Alfonso discuten la situación.

- Silvaré si alguien se acerca.

Untas el filo con alcanfor, y la empuñadura con tinta.

Roberto asiente con la cabeza ante lo que ha dicho Santiago-.

Mejor facer todo eso que has hablado y una vez terminado, se me ocurre que en vez de con el conde hablemos con el jefe de su guardia y le enseñemos, cuando estemos seguros, el arma homicida  diciréndole que por un lado está manchado de tinta . Que el empanadete de crispin no se aleje mucho de aquí y le eche de vez en cuando un ojo, no sea que" la casualidad" haga que se lleven la daga antes de tiempo.

Mi propósito es que el que la puso ahí se vea en la situación de tener que cogerla de nuevo. Como lo haré, no puedo de momento decirlo, pero sabed que si llega el momento propicio os necesitaré  a los tres en a ambos lados del pasillo.

Tras decir esto, me dirijo a la cocina y le espeto al que este allí que de parte del conde necesito unos pocos ingredientes para un brebaje muy bueno para las digestiones, que me ha encargado el Conde.