Partida Rol por web

Nada más oir esto, comienzo a hacer acopio de cazoleta e ingredientes que llevo envuelto en un paquete..
 

-Creo , amigos mios, que hemos de prepararnos para cualquiero cosa, pues este sitio , pese a ser sagrado puede atraer lo que ahí se dice , no sé si el demonio, pero los lobos aullan fuera y me da que pensar.

Cogo el cayado y vuelvo a salir por la entrada. Si el suelo me es propicio, comienzo a trazar un círculo de manera que uno de sus extremos casi coincida con la entrada. Calculo poco más o menos que podamos entrar todos.

-Es fácil de pensar que los de la fraternitas o como Cristo quiera que se llamen los paisanos estos puedan tener  la intención de pasarse por aquí, si es que no lo han hecho ya... (miro al suelo de nuevo).

Lo del demonio es cosa suya. Desde luego no creo que aquí lo encontremos.

-Voto por obrar con precaución. He mirado fuera y he visto que en el terraplén que corona la pared opuesta hay un sitio desde el que podría apostarse un hombre.

O salimos todos y nos vamos de aquí o nos alejamos moderadamente en el camino y ponemos  un vigilante que pueda esperar desde arriba y de ser lo bastante importante , nos haga una señal luminosa  para acudir prestos si fuera necesario... 

-Presiento que aquí puede suceder algo no sé si del diablo o de cristianos que pudiera importarnos...

Me acercó a el agua y remojo a la sazón el cayado... ´"míedo no, pero como  curandero prefiero prevenir que curar".

-Vosotros diréis pero decidamos pronto...-

- Pues zeñores, - replica juicioso Crispín - loco de la mollera hay que estar para quedarse solo allá, pasto de los lobos como un jamón con jubón y camisa (vueseces perdonen) a la lumbre de una fogata para ser rustido y servido en bandeja; o pasto del dimonio, que por listo se las sabe todas y de cambiar pellejos bastante 'saba'. Que por ser cebo cebado, es mejor quedarse a esperar si ocurre cualquier cosa arrejuntados, y que si es mañana mejor que mejor.

Hecho esto, se limpia en el pantalón el cuchillo y lo remoja en la fuente con reverencia - Ay virgen, perdón por tanta chanza y trifulca...que al infierno no me quiero ir de ninguna de las maneras. Prometo ser más bueno y portarme mejor a partir de ahora, lo prometo, lo prometo y lo prometo.

Tras salir con mis compañeros, escuché antentamente lo que decía ese pergamino*. Hablaba del demonio y la manera de matarle... ¡matar al demonio!

Si alguien se aposta ahí fuera, Roberto, se helará de frío. Creo que lo sensato es esperar dentro o seguir ascendiendo, pero no quedarse parados aquí fuera, a la intemperie. Don Alfonso, vos es caballero, si mal no recuerdo. Quizá pudiérais vos bendecir agua para las nuestras espadas, que nunca se sabe lo que puede acaecer

Escuché la opinión de mis compañeros sobre lo que debíamos fazer. Yo ya fabía tomado la mia decisión, mas no quería que nadie cargase con ella sin estar convencido. -Caso de quedarse aquí, non sería locura apostar un hombre en la puerta al calor de una hoguera, aunque non sería muy seguro et delataría su posición, mientras los demás descansan en cobijo sagrado.

Uloxio, me temo que todavía non he sido instruido lo suficiente para conocer el ritual de "bendecir", creo debemos confiar en que estas aguas sean santas y estén bendecidas por nuestra Señora La Virgen de la Cueva.

Tenía miedo, pero la obligación para con nuestro Señor era lo primero- Creo es mi obligación buscar el mal allá do esté, et si puedo ayudar a esos omnes a combatirlo será un gran honor, mas non puedo pedirvos que me acompañéis si non queredes. Es vuesa elección. Voy a prepararme, si queredes acompañadme sed bienvenidos.- Puse una sonrisa un tanto forzada, sostuve mi espada como si la clavara en el suelo  et oré otra vez, buscando la bendición de Nuestra Señora.

Sub tuum praesidium
confugimus,
Sancta Dei Genitrix.
Nostras deprecationes ne despicias
in necessitatibus nostris,
sed a periculis cunctis
libera nos semper,
Virgo gloriosa et benedicta.

A la espera de lo que dijera Uloxio, no sería muy difícil concluir que la opinión del grupo en su mayoría era la de quedarse , por el momento dentro de la ermita. El sentido comun dictaba que era lo mejor... para una noche de invierno. A fin de cuentas no era de gentes sensatas exponerse a una congelación en una noche por peligroso que pudiera ser estar allí encerrados sin otra vía de salida. Escruté el rostro de Alfonso mientras recitaba las palabras en lengua sacra y cogí más confianza. Si el señor estaba de nuestro lado, que mejor manera para invocarlo que aquella. Lo que si me producía inquietud era lo que los propitarios legítimos de aquellos escritos pudieran tener para con nosotros.

Habia oído algunas cosas de esa  "Fraternitas Vera Lucis" y producía en mi sensaciones encontradas...

No me gustaba mucho usar la "vieja medicina" y menos cuando había gente delante, pero tenía la sensación opresiva de que algo iba a suceder entre aquellas paredes sagradas..

Después de trazar el círculo fuera , decidía rectificar e intentar hacer lo mismo pero dentro del recinto... después de tomar la cazoleta me recosté en un rincón e intenté sacar una cajita del zurrón...

-Haced lo que consideréis oportuno. Yo me recostaré un rato. Necesito dar una cabezada... sin ser interrumpido.

Dicho esto y si nadie pregunta sobre lo que he hecho en este turno, colocó una piel de cordero que llevo conmigo y me siento de espaldas a una de las paredes para intentar quedarme dormido.

Con la cajita de madera tanteó con los dedos empiezo a rebuscar y trató de sacar la piedrecita que use en la casa del conde para repetir la operación...

Te sumes en un profundo sueño, que deriva en pesadilla, ves la aldea arrasada, casas destrozadas y quemadas, un soldado moribundo pidiendo auxilio, unos lobos acechando, te ves a ti mismo rezando a la virgen, ves a tus compañeros preocupados.

Me despierto con la cabeza embotada y miro a mi alrededor...

Me fijo en Uloxio entes que en los demás y trato de incorporarme para hablar con él:

He tenido un sueño lleno de visiones...En él se veía una aldea ardiendo, lobos acechando, un soldado herido pidiendo auxilio, a mí rezando ante la virgen, _{Y A TODOS VOSOTROS CON EL SEMBLANTE PREOCUPADO...}

Recuerdas una leyenda del norte sobre un lobo negro que es el dios de las tinieblas, un lobo inmenso que se comía a las ovejas y a los pastores, a esa bestia se le llama tradicionalmente el "Gaueko". Hay un refrán popular que dice así: "La noche para los de la noche y el día para los del día". Por lo que sabes el poder del Gaueko se limita a la noche, por el día no tiene ningún poder.

Recordé un libro que tenía mi padre en la alacena de su cuarto. En él se nombraba al Lobisome y Gaueko.

El primero es un ser "legendario" maldito por el segundo, un hombre con la capacidad de transformarse en lobo* y el segundo es un "Genio" inmune a cualquier ataque  no  mágico y que sólo puede existir de noche en forma "de un gran perro negro" o de una ráfaga helada que causa un terror inexplicable al que lo percibe. También puede usar magia y posee una mordedura venenosa y mortal.

La imagen de la mujer con la chaqueta de lana en el camino vino a mí como un resorte y mi imaginación se disparó...

¿Podía ser una bruja seguidora del Gaueko? Jamás pensé que los libros de mi padre sirvieran a la larga para algo. Supercherías y viejas leyendas... sí.... y la descripción de oscuros hechizos "cocinados" en impias noches paganas como la maldición del Lobisome  o de las Bestias cuyo aullido escalofriante había oído aquella misma velada y que le retrotrajeron a la aldea en que aquel desdichado anciano había sucumbido a una horda salvaje de ¿lobos?. Tal ferocidad no sólo podía haber sido producto de un invierno desolador. ¿y si fueron espoleadados por "algo" más que el hambre?

Por todos mi horas de estudio había aprendido que había quien decía poseer un don sobre los animales,pudiendo mediante "llamada" "lengua" o incluso llamrla "venganza" de lobos"... pero de eso a atacar directamente una aldea y asesinar ferozmente a a aldeanos...  No, aquello debía ser algo distinto.

Y sino había podido ser obra de un manipulador sólo cabían dos alternativas inaceptables en la naturaleza:

Un hombre alterado por medios mágicos y convertido en bestia por obra de un brujo o bruja  al servicio de un dios pagano o teniendo en cuenta mi pesadilla el preludio a algo peor... Una maldición sobre la aldea precedida de la invocación del mismo demonio...

En medio de mis elucubraciones resuenó en mi mente el nombre de Agaliaretph... y exhalé un suspiro de profunda preocupación...: la invocación de un señor "igneo" para hacer arder una aldea entera...

- Válgame Dios, y que nos vista despacio que tenemos prisa - elucubra Crispín en un chispazo de lucidez, algo más allá de su plebeya naturaleza. El rostro del señor Manecho no presagia nada bueno, y no hay peor lugar donde estar que en medio de esta montaña, a la merced de lo que pueda corretear allá afuera...

El andrajoso compañero se sienta junto al señor Alfonso, siguiendo las oraciones y mirando nerviosamente más allá del linde de la puerta, temblando, y no precisamente de frío.

¿Podría ser la misma aldea por la que pasamos? Las bestias que nos dijo el hombre, la que en la noche más fría puede acechar, ese sueño debe de ser, o algo parecido. Aquel soldado que vísteis, ¿era alguno de nosotros? -le pregunté a Roberto, que cada vez tenía más reticencia de lo que capaz era él de ver-.

-NO ULOXIO no era ninguno de nosotros. Ten fee en mí.

Pasemos aqui la noche y mañana  Dios dirá...

Tengo fe en Dios, amigo mío -respondí-, y en tí y el resto de todos nos por haber llegado hasta aquí, pero los sueños... es otro cantar -le dije dubitativo-. Yo también descansaré, pero haré guardia en mi turno, el primero si es preciso: que el mal, aún queriendo entrar en esta ermita, no podrán en teniéndonos delante.

Terminé la oración, me levanté y acaricié la cabeza de Crispín removiéndole el pelo. Escuché a Roberto et a Uloxio.-Non creo en sueños, mas me dolería que ocurriese algo esta noche y nos non hicíesemos nada por evitarlo. Sigo en mis trece, marcho a buscar el origen del mal. Buena suerte compañeros- Me despedí de mis compañeros, recogí mis cosas dejándoles la antorcha encendida et partí a buscar algo allá fuera.

Salgo de la ermita, enciendo otra antorcha et parto por el camino que seguía ascendiendo.

-Alfonso, si te empeñas en salir del resguardo, no seré yo el que deje que marches sólo hacia los brazos oscuros de la noche.- Respecto a mi sueño , tuve uno parecido en la casa del Conde  y en todo se cumplió...por desgracia para el judío....-

Dicho esto , hago acopio de bártulos y sigo a "Willian Hurt", digo a Alfonso...-

-Vamos Chira, creo que no vamos a quedarnos.-