Partida Rol por web

El "hospital" más bien era una clínica de desintoxicación para ricos y famosos, aun así tenía todos los adelantos médicos y las curas realizadas a Casey e Izzie las dejaron como nuevas casi al momento.

Durante las primeras horas, los chavales se reunieron con los padres y fueron los receptores de miles de abrazos y lloros, luego pudieron hablar también por teléfono e internet con algunos de sus amigos.

En seguida les dejaron solos unos pocos días para que pensaran en otra cosa y se relajaran, olvidando los terribles acontecimientos sufridos.

Con el SPA, los masajes pagados y las actividades en el parasiaco lugar... pues la cosa mejoró bastante, ayudada por las cajas de cervezas y bebidas más fuertes que tanto Izzie como Vance lograron robar del almacén.

Elizabeth, hablando amablemente,  no tuvo problemas en conseguir que les sirvieran los cóctails que les apetecieron en cada momento, pronto Andrew la única visión que tenía era que veía doble mirase donde mirase.

Y nadie intentó dañar o asesinar a Casey lo que para la chiquilla rubia era una gran mejora...

Nadie se extrañó que les llevasen a tan buen hospital, a un sitio tan fantástico, al mejor lugar que Annie podría haber deseado...

Si, la última frase está puesta adrede :p aunque todavía lo haces de forma subconsciente sigues con lo tuyo XDDD

Pero todo lo bueno se acaba, y el lujoso microbus del hospital deja a los seis chavales en la parada de autobuses de Redfield, a punto de separarse...

Les espera a todos un buen verano, el colegio les ha aprobado todas las asignaturas, ya que obviamente las notas habían sido falsificadas, y les ha  pagado el primer año en la universidad... a los que quieran ir.

Pero ¿era el momento de la despedira?.

Dejé caer la mochila sobre el suelo y me llevé un cigarrillo a la boca, sentándome en la parada del Bus. Ahí estábamos, después de todo lo ocurrido y de las "vacaciones" en la clínica. Prendí el cigarro con un mechero normal, pues mi zippo había desaparecido en aquella aventura excursionista y observé a todos mis compañeros.

- Me ha gustado pasar esto con vosotros... - asentí mirando a Liz y Andy - Sois buena gente, raros... Pero buena gente. - sonreí apartando el cigarro de mi boca, sujeto entre mis dedos indice y corazón - Tu eres un amor, - sentencié señalando con la mano en la que sujetaba el cigarrillo a Casey - y te ayudaré a recuperar tu capacidad del habla, si me dejas. - determiné llevando el cigarro a mi boca e inhalando y exhalando el humo antes de continuar - Vosotras... - suspiré negando con la cabeza tras dirigirme a las animadoras - Me confundís. Pero no estáis nada mal, - sonreí señalando a Izzie - sobretodo tú, que me tienes loco desde que llegué a este jodido pueblo... - exhalé el humo que había vuelto a inhalar y me levanté - Espero que esta no sea la última vez que nos veamos, aunque no me traguéis. - expliqué guiñando un ojo a ambas y señalando el bar de carretera que había enfrente - Yo voy a tomarme un café antes de ir a casa... - terminé echado a caminar hacia allí tras recoger la mochila y echarla a mi espalda.

Bajo del microbús después de Vance, sin nada. Y con mucho a la vez. Sonrío ante su comentario, mirando Eliz ligeramente sonrojado. Una mueca de felicidad me invade, e intento transmitírsela a los demás. Miller tenía toda la razón. Había sido un placer tener una experiencia tan horrible con todos ellos, por irónico que sonara. La verdad es que esos días de relajación habían venido de lujo. Incluso nos habían permitido conocernos más, quisiéramos o no. Me acerco a nuestro querido macarra, e intentando emular su peculiar elegancia le doy un puñetazo, no muy fuerte en el hombro. - Sí, ha sido un placer tío. - Expreso efusivamente. Me apoyo contra un árbol, y espero a que baje quien quede aún arriba. La idea de ir a tomar algo al bar me parecía muy buena. Es más, a la primera ronda invitaría yo. Asiento a la proposición de Vance. - Sí, vayamos a tomar un penúltimo "algo" hasta que volvamos a vernos. ¿Porque volveremos a vernos, no? - Pregunto sonriente, lanzando una mirada a cada uno. Lo mío no era soltarle una hermosura a cada uno. Esas cosas, me daban vergüenza, no podía negarlo. Ya era mucho lo que había hecho en la ambulancia, y aún le daba vueltas. Pero eso, era algo que había sacado en positivo de toda aquella experiencia. Perder el miedo. Saber que si apostabas fuerte, y confiabas en ti, podías llegar tan lejos como nosotros. Sobreviviendo a innombrables seres que nuestra imaginación, seguramente, aún no concebía. No sé a vosotros, pero a mí todo esto me es tan raro aún... - Digo, mientras comienzo a caminar, no sin antes detenerme y tenderle una mano a Eliz. Igulamente, dedico una sincera sonrisa al resto de chicas. - Bueno, ¿y qué tenéis pensado para este verano? ¿Y después? - Vuelvo a preguntar, aún excitado por todo lo sucedido, y por la emoción de haber hecho amigos. O al menos, eso quería creer. Y un regalo aún mayor, pero eso... Es otro capítulo.

Estaba ocupada en mis cosas (por ejemplo, pensando en lo que me dijeron papá y mamá cuando fueron a verme al Chulospital -convenientemente bautizado por mí- y me trajeron la bolsa de deporte que ahora cargo llena de ropa limpia), cuando me asalta de golpe la salida de Miller, que me hace mirarle con los ojos muy abiertos y parpadear repetidamente.

"Ay, jo...dice que soy un amor"

Esperaba que entendiera que no podía responderle y que interpretase el color de mis mejillas y mi titubeo (que no era más que el comienzo de mi ya mundialmente conocida frase: ¡Rebozar pechuga de pollo es muy sencillo!) cuando lo que en realidad quería decirle era "Gracias". Por suerte, me obligo a callarme cuando sigue soltando perlas para todos y propone ir a tomar algo, moción que Moore secunda.

Obviamente, a mí aún me huele raro todo el asunto por el que habíamos pasado, pero los días de spa y masajes me habían despejado suficiente la cabeza como para ponerme a pensar en ello. Para mí, mejor si esos recuerdos no volvían jamás a mi cabeza. Para mí, de ésto solo me llevaba el lazo que había establecido con ellos.

-Emp...Le...Me...Mis...-intento responder a la pregunta de Moore, pero el esfuerzo se queda en eso. Termino girándome hacia las chicas, como si les hablara a ellas.-Mis padres me han dicho que me llevan de vacaciones donde yo quiera.-les explico con una sonrisa amplia, cogiendo mi bolsa y echándomela al hombro.-Después, bueno...Supongo que me espera la UCLA.-alzo los hombros, resignada.

Habían sido unos días estupendos y por fin había conseguido que la sangre reseca (que por otro lado estaba bastante disimulada) se le saliera del pelo. Sus padres y su abuela habían sido bastante comprensivos, sobre todo ésta última, la única a la que había explicado toda la verdad. Había sido también una buena oportunidad para conocer mejor a Andrew, el alcohol les había soltado la lengua a los dos y parecía que no era sólo atracción física lo que les unía.

Pero todo lo bueno acaba, y después de haberles cuidado a cuerpo de rei, los cutres del hospital les dejan en una parada de autobús en vez de llevarles directamente a casa. Tampoco deja que le moleste mucho, porque es evidente que tienen una oportunidad de despedirse bien en vez de un seco "adios y hasta pronto". Miller parece pensar lo mismo ya que no se corta en empezar a repartir piropos.

- Gracias - contesta riendo divertida ante el "sois raros", no será ella quien niegue la evidencia. Asiente ante la proposición de tomar algo y coge la mano que Andrew le tiende, la verdad es que le apetece más eso que volver ya a casa. Casey parece que también se apunta y con un poco de suerte las animadoras también. Poco a poco parecía que hacían piña. Ante la mención de las vacaciones se pone un poco nerviosa, porque aun no había hablado del tema con Andrew y, bueno, se suponía que las parejas antes de separarse un tiempo tenían que hablarlo, no? Aunque la verdad es que preferiría que viniese con ella, no sabía cómo reaccionaría él a la propuesta - Bueno... mi abuela me ha dicho que... no sé si debería decir esto aquí en medio de la calle, - dice bajando un poco la voz - pero me ha dicho que debería ir este verano a Gales, para, eh, ejercitar mis... habilidades - acaba y mira a Andrew de forma interrogativa - Me ha dicho que puedo llevar compañía pero... no sé si... - bueno, ahora dependía de él, la verdad es que era una buena oportunidad independientemente de la relación que tuvieran ellos dos y esperaba que no se negase. Tampoco es que su abuela supiese algo sobre él, estaba segura de que cuando le dijo que llevara a sus amigos se refería al resto de "habilidosos" y no a su recién estrenado novio, así que tendrían que disimular un poco.

Ha perdido muchas cosas durante esa excursión, pero también supone que ha ganado otras tantas. Al fin y al cabo, todos lo creen. Todos creen que un lazo los ha unido para siempre, y ella no va a discutirlo. Han luchado, han matado y se han ido a un spa juntos. Eso une, ¿no?

A pesar de eso, la cosa no ha sido tan entrañable como la irlandesa deja entrever con sus constantes sonrisas y miradas. No. Izzie sigue pensando que ella y Annie les han salvado el culo a todos y, aunque no piensa decirlo en voz alta, siente que eso no equilibrará la balanza. Quizá la experiencia le haya hecho madurar un poquito, quizá la culpa le corroe; quién sabe.

Aún así, baja del microbús con una sonrisa. Ninguna visión de futuro, pero un montón de carisma espontánea. Por el momento le vale. Mira a sus compañeros, diciéndose a si misma que ahora mismo lo importante es el fin y no el viaje, que no al revés, e incluso suelta una risita por lo bajo cuando Miller confiesa haber estado loco por ella desde que llegó a Redfield. Después se va con sus aires de rebelde sin causa y su chupa de cuero, y ella pasa un brazo por los hombros de Casey Jones, la rubia maldita.

- Pues vete diciéndome una carrera facilita, porque ya que me las han aprobado todas... -le guiña un ojo para después separarse- ¡Izzie Morgan, el terror de la UCLA! -exclama, alzando los brazos y haciendo una pose de diva. Después grita algo parecido a un "yuju" con los ojos cerrados. Si la UCLA es aburrida, ella piensa darle el toque de diversión que le falta aunque tenga que quemar papeleras y armar un motín contra el rector.

-¿Ejercitar tus habilidades? ¡Tu no necesitas ejercitar tus habilidades, Liz; con lo que molas! ¡Yo lo necesito!-declaro inmediatamente que Elizabeth hace el comentario y alzo la mano.
Aunque es algo parecido a la salida de Izzie, que se engancha a mi cuello y se declara, directamente, el terror de la UCLA. Lo peor es que no lo dudo.
-Pero, ¿tú quieres ir a la universidad?-le pregunto, muy sorprendida.

El SPA había sido simplemente perfecto, como sacado de mis mejores sueños, especialmente por los masajes gratis y la preciosa habitación donde nos habiamos alojado, casi parecían unas lujosas vacaciones (totalmente merecidas, por supuesto), hasta nos sirvieron alcohol sin tener en cuenta nuestra edad (?!) y los camareros y los masajistas... madre mia! parecían sacados todos de una agencia de modelos de lujo, era Todo. Tan. Perfecto. O al menos lo era hasta que se acabó. Hasta papi se comportó como una persona normal (eso fue realmente extraño, no estaba fumado, no intentó seducir a las madres de los demás con su verborrea de intelectualoide hippy y encima acertó con la ropa limpia que me trajo de casa y para más choque, no me preguntó por lo pasado, sólo fue un padre cariñoso y animado de que estuviera bien...). Eso fue realmente... escalofriante. Por unos segundos Eddie me dió más miedo que aquellos horribles vampiros a los que nos habiamos enfrentado hacía apenas unas horas. Y madre y hermanastra no aparecieron para avergonzarme. Eso también fue raro. Madre llamó diciendo que no encontraron forma humana de llegar al sitio, que lo sentía mucho, que se alegraba de saber que estaba bien y que en cuanto llegara a Red Rock me agobiaría a atenciones y me haría montañas de tortitas deliciosas (babas). Se me hizo aún más extraño pensar en ella como una madre, pero realmente lo era? Quiero decir, tengo que tener una charla seria con ella porque algún día necesitaré saber la verdad al respecto: soy adoptada? o simplemente nací in vitro? Mi madre fue un vientre de alquiler de alguna criatura extradimensional y se quedó tan ancha? Qué sacó a cambio, ser la freak del pueblo?

Embargada en esos sentimientos, pensamientos y confusiones varias que me ocuparon todo el viaje hasta nuestro destino final, la parada de autobus, me siguen acompañando cuando bajo los escalones, uno a uno, con calma. Oigo los últimos retazos de una conversación entre mis compañeros de pelea sucia.

Cita:

Sonrío cínicamente, quizás seamos compañeros de pelea pero ni mucho menos somos iguales.

-Tu naciste confuso, Miller, no intentes justificarte...- es mi única respuesta a todo aquel embrollo de voces que traspasan mi madeja enredada de pensamientos.

"Ellos conservan su mundo, su humanidad y yo que se supone que soy? Ahora resulta que los frikis de la escuela son los normales y yo soy el bicho raro de verdad? Como demonios hemos llegado a esto, a que el orden se haya totalmente vuelto del revés? Realmente ni todos los SPA fabulosos del universo pueden recomponer esto, para esta pandilla es fácil, en el fondo que han hecho? matar arañas? matar zombies? un par de vampiros? el verdadero trabajo sucio lo hicimos Izzie y yo, si nosotras no hubieramos... hecho "eso", bueno eso y todo lo demás, ellos habrían muerto seguro, por muy brujas que sean y por mucho poder que tengan, se las habrían cepillado, o peor, sus almas ahora estarían a saber donde pululando...".

-Si, aunque parezca mentira, hasta las animadoras somos capaces de ir a la universidad y no sólo a las fiestas salvajes de las fraternidades...

Aún no había decidido qué estudiar: si empresariales para sacar el negocio de papi para adelante o bien estudiar lo que quiero, arqueología. Eddie había insistido que hiciera lo que me gustara y que ser pobre tampoco es tan malo, con nuestro huertecillo en la parte de atrás de casa y la tienda de antigüedades da para vivir, aunque no para ropa de Prada, obviously, aunque siempre puedo hacer lo que insinuó Miller, pillar un ricachón que me arregle la vida, como Keks. Me quedo pensativa un momento mirando a la pelirroja, "si no tuviera tantos prejuicios ni tantos aires de superioridad habriamos podido ser amigas, desde luego. Bueno, eso y un buen peluquero que le arreglase esa mata de pelo, bonito color, corte de pelo incorrecto." Si me había hecho animadora era justamente para evitar eso, que me señalaran con el dedo y no tener que agachar jamás la cabeza... "Bueno, realmente ahora voy a necesitar más que nunca de mi posición y popularidad, desde luego", me burlo mentalmente de mi misma y mi extraña situación.

"Aunque si realmente es como dijo Radiance, ni siquiera debería necesitar que ningún pervertido con pasta me sobara para conseguir un vestido de Prada o de Gucci...". Una sonrisa maquiavélica se pinta en mi rostro. "Voy a ser la arqueóloga más fashion y mejor vestida de toda la historia de la Arqueologia! Quien dice que está reñidos los yacimientos arqueológicos con ir a la moda? Bwahahahahahahaha!!!".

Aterrizo de nuevo en el mundo real a tiempo.

-Tomar o no tomar algo con vosotros... difícil elección..- me quedo pensativa. Saco uno de los dados de Jack, una de las pocas cosas que no había tirado a la basura, además de la navaja suiza de Johnny.

"Qué más da si lo saben? Bueno, de hecho son tan indies y undergrounds que ni sabrán que es, se creerán que es alguna pijada de animadora, así que porque no? total, he hecho cosas peores que esto en los últimos días!". Vuelvo a reirme cínicamente de mi misma y del universo entero.

Con el puño cerrado, ocultándolo, decido:

-Par, vamos, impar, a casa.

Pongo mi bolso como tablero y lanzo el dado con cuidado de que no se caiga. Par.

-Vale- me encojo de hombros, resignándome a lo que el puro azar ha decidido, "supongo que alguien tendrá que aportar el glamour a la celebración"- Vosotros direis a donde quereis ir a tomar esa última "copa".

Continué mi camino hasta la puerta del bar de carretera y abrí la puerta para permitir que entrasen Liz y Andrew, también esperé a que llegasen las demás si es que venían, pues me había abstraído al poco tiempo de hablar, al pensar en que mi verano iba a ser distinto al suyo. Mis vacaciones iban a ser en Camp Pendleton, como un recluta del cuerpo de Marines de los Estados Unidos.
Me mantuve allí, de pie esperando a que llegasen y atravesasen la puerta todas mis compañeras, sonreí a Izzie y entré tras ellas.

El bar está al lado, cerca de las urbanizaciones de los ricos y cerca de las urbanizaciones de casitas de los menos ricos, hay varias mesas y suena una música tranquila. Es el típico bar en el que tratan que todo el mundo esté cómodo para tener el mayor número posible de clientes...

Me encojo de hombros y sigo a Miller hacia el local que propone. No es del tipo con el que suelo ir con las animadoras, pero bueno, justamente por eso es perfecto. Nadie pensaría que alguien como yo entraría en un sitio así. Veo una mesa vacía en un rincón apartado.

-Podemos sentarnos allí, si os parece bien- propongo. La música que suena no es la MTV pero bueno, es soportable, no es el bar más cutre del universo, tengo que reconocerlo. Un olor familiar llega a mi nariz.

"Alguien está fumando maria...". Trato de disimular y simplemente apartar el olor con un ligero aspavientos de mi mano, delante de mi nariz.

-Eh, chico malo, crees que podrás conseguirnos unas cervezas?- le digo a Miller, guiñándole un ojo y sonriendo pícaramente- Izzie se muere por una- sentencio. Si está tan colgado por mi amiga como dice, me voy a divertir mucho en lo que queda de curso jejejejeje

-Verdad que matarías por una cerveza Izzie-bitchie?- le lanzo una mirada cómplice.

Ante el entusiasmo de Casey, que le pilla con la guardia un poco baja pensando en qué dirá Andrew, balbucea un poco antes de responder.

- Oh... pues... eh, si quieres puedes venir. Podemos practicar juntas - dice sonriendo a la rubia. Al fin y al cabo sería una compañía excelente, no le cabía duda. Luego mira de reojo a Andrew, por si le molesta la propuesta. Cualquiera de las dos propuestas.

Van hacia la cafetería más cercana, que aunque no sea una maravilla es lo mejor que tienen ahora. Sonríe a Miller cuando les abre la puerta a ella y a Andrew y se aprieta contra éste para pasar juntos. Siguen cogidos de la mano y ahora mismo no la soltaría por nada del mundo, temerosa de que el viaje de Gales mate lo que acaban de empezar. Anne señala una mesa apartada y que se le antoja bastante cómoda. Se dirige hacia allí cuando escucha la proposición de la animadora a Miller. Antes de que diga nada éste decide meterse en medio. No tiene muy claro si esos dos han enterrado el hacha de guerra, pero hace unos días no eran los mejores amigos del mundo precisamente y no quiere esperar a ver si Miller le sigue el juego o le escupe en un ojo.

- Ya me encargo yo de la bebida. ¿Cervezas para todos? - pregunta mientras se dirige hacia la barra. En el hotel no tuvo ningun problema en conseguir alcohol y no cree que aquí sea más difícil. Aunque ella se pedirá un café con leche, no le apetece una cerveza a esas horas, la verdad.

Se encamina hacia la cafetería a paso firme y rápido. Ni siquiera mira al atravesar la carretera.

- Claro que voy a ir a la uni, rubia. Qué quieres, ¿que me coma los mocos en mi casa pudiendo incordiaros en clase? -chasquea la lengua mientras abre la puerta de la cafetería- Ni de coña, Cass. Ni de coña.

Va hasta la mesa donde ya se ha acomodado Annie y se despatarra sobre una de las sillas. Nunca ha tenido modales para ese tipo de cosas y nunca los tendrá: siempre va a ser la chica de última fila que masca el chicle de forma exagerada. Qué se le va a hacer; ya es tarde para intentar cambiarla.

Está a punto de responder que mataría por una cerveza sólo para seguirle el juego a Annie cuando la irlandesa se ofrece a pagar ella la primera ronda, o eso es lo que interpreta Izzie.

- Oh síiii, pelirroja. Cómo se nota que eres irlandesa -suelta y le guiña un ojo. Todavía cree que lo es; a saber cuando se lo desmienten y le entra en la cabeza que Keks es de Gales. Después se gira hacia Miller-. Oye, también mataría por un piti. Hazme tremendamente feliz y concédeme el deseo, macarrilla.

Pide en la barra sin ningún problema, las cervezas y cualquier otra cosa que el resto pidan. Sin embargo, hace una petición especial con una de las cervezas. Deja que la camarera lleve el resto de las cosas a la mesa, pero justamente esa la planta delante de Izzie.

- Ten, querida, bien calentita. Creo que es así como las toman en Irlanda. Aunque como soy de Gales - dice remarcando el país, aunque una vocecilla interior le diga que ha nacido en California como el resto - igual no tengo mucha idea, eh? - espera que disfrute de ese pis de gato porque ella no piensa pedirle otra. Que lo haga ella o le robe la suya a Anne o Vance. Aun así no puede evitar sonreir a Izzie, sabe que le va a dar igual lo que ella le diga porque está como una puta cabra, pero al menos se ha quedado bien a gusto. Con un poco de suerte igual no le rompe la botella en la cabeza...

Coge la cerveza y su mirada va de la botella a Keks. Es galesa. Vale, Izzie no lo sabía, tampoco es que la haya llamado así con maldad. Pero... ¿una cerveza caliente? ¿Es esa su venganza a causa del mote que le había puesto a Elizabeth? La animadora pone una mueca de asco. No por la cerveza, sino por lo poco imaginativa que ha sido la pelirroja en su pequeña vendetta. Hubiera sido mucho más divertido que escupiera dentro o que le pusiera tabasco. Oh, tabasco; eso hubiera sido un descojone. Hasta ella, la víctima, la hubiera felicitado. Pero... ¿cerveza caliente?

- Joder, Keks, no tienes gracia ni para esto -sentencia. Vuelve a dejar la cerveza sobre la mesa y alza las cejas. No tarda en hacer rodar los ojos y, tras llamar la atención de una de las camareras alzando una mano, grita:-. ¡Tráeme una caña, guapa!

-Lo siento niña, me temo que tienes toda la pinta de menor y no puedo ponértela... no se porqué se las he puesto a tu amiga...-

De repente se os queda mirando, parpadea, se acerca a la barra y te sirve una en una pinta... -total, que mas da- oyes que murmura- ¿no decíais que érais de Ingaterra? ¿de Irlanda os he oído? vosotros empezáis a beber desde muy jóvenes en esos lugares abandonados de la mano de Dios y no os hará daño... acordaos en las propinas...-

Había sacado un cigarrillo para mí cuando Izzie me pidió otro. Así que le entregué el que acababa de encender y extraje otro para mí. Sonreí a modo de agradecimiento a Liz cuando me puso la cerveza enfrente y dí un trago del botellín tras exhalar la última calada y me quedé ahí callado, mirando a Izzie fijamente, aun no comprendía como estaba viva, pero me alegraba que así fuese.