Partida Rol por web

Hay ocasiones en las que una persona cree haber tocado fondo. Hay otras ocasiones en las que se piensa que se ha llegado todo lo lejos que se podía llegar o que se ha escalado todo lo alto que se podía escalar. Y entonces es cuando, en ocasiones, uno se da cuenta que estaba equivocado. Una nueva situación o una nueva montaña más alta que la anterior hacen que el individuo sea consciente de su inmensa intranscendencia. Y este es el punto en el que la gente corriente se diferencia de los héroes. La gente corriente ,ante una nueva situación, suelen darse la vuelta y regresar a casa.Esto tal vez ocurra por instinto, por miedo o por la sensación de sentirse abrumados por la inmensidad de lo desconocido. Sea por el motivo que sea no son capaces de enfrentarse a esta nueva barrera.

Pero hay unas pocas personas que hacen exactamente lo contrario. Van siempre más allá sin importar cuantas nuevas barreras se encuentren. Se impondrán al miedo y al instinto y seguirán adelante. A este tipo de personas unos, los que llegan a viejos, les llaman locos; otros, los que cuentan las leyendas, les llamarán héroes.

Este es uno de esos momentos...

La escotilla circular se abre ante vosotros dando paso a un pozo de cinco pies de ancho. Se encuentra envuelto en la más absoluta y negra oscuridad . Un fuerte viento asciende rugiendo desde abajo y continúa ascendiendo ya que el pozo se eleva hacia alguna parte por encima de vuestra altura.

El pozo vertical es una mezcla de tierra suelta y piedra arcaica y sus muros están cubiertos por una decoración viva de cienpiés y otros insectos... 

Alumbrada por la luz de mi linterna ojo de buey, me asomo al túnel que se ha abierto ante nosotros sólo para descubrir que no se trata de tal, sino de un pozo cuyo final se pierde en las profundidades. A juzgar por el hecho de que continúe por encima de nuestras cabezas, solo se me ocurre que pueda ser alguna clase de chimenea o túnel de ventilación para expulsar los gases tóxicos de la forja subterránea.

Examino la oquedad en busca de algún tipo de escalones esculpidos en la roca. Si hay una entrada aquí, alguien debió pensar en el modo de bajar, aunque siempre es posible que se empleara magia arcana para ello o que el paso del tiempo haya destruido la escalera construida tanto tiempo atrás.

No he traído conmigo material de escalada ni se me da muy bien trepar, de modo que preferiría no tener que hacerlo. Lo que sí tengo conmigo es cara cuerda de seda que, espero, nos ayude a descender si no encontramos una forma mejor de hacerlo.

Alhandra examina el pozo. El aire Ascendente revuelve su melena mientras se inclina sobre la apertura en la tierra. No se ve ningún tipo de asidero ni escalones. Tan sólo un pozo con las paredes mezcla de tierra suelta y piedra. Puede que quien construyese en su día este pozo no pensase en que pudiese bajar alguien por allí o, puestos a suponer, que el paso del tiempo hubiese podido destruir este tipo de ayudas. La suposición de la Cannith parece correcta , tal vez se trate de algún tipo de chimenea o conducto de ventilación. Las cuerdas parecen el único método de evitar una grave caída.

Ilumina con su linterna de ojo de buey hacia abajo. Lo que ve le pone los pelos de puntas. Miles o, tal vez millones, de insectos brillan en la pared como si se tratase de cristales de obsidiana. La luz se refleja en sus exoesqueletos de queratina. Al recibir el estímulo luminosos se agitan extraordinariamente emitiendo un sonido crepitante. Parecen, no obstante, insectos comunes del subsuelo.

Apuntando ahacia abajo descubre otra cosa. El pozo parece inclinarse. Se pierde su visión en ese tramo pero todo parece indicar que si el angulo que adopta continúa podría llegar a ponerse horizontal completamente.

Yo tengo una cuerda. - le digo al grupo. - Podemos buscar un punto para afianzarla y usarla para bajar.

Tendríamos que descolgarnos por un pozo para seguir con nuestra misión, con todos los peligros que eso mismo conlleva. Ahora cansados tras el combate y sin medios de reponer nuestras heridas, una caída era lo que menos me gustaba.

- Sería mas fácil el descenso si gastamos unos minutos en hacer nudos a la cuerda....si no os parece mal.

Me resulta imposible determinar la profundidad del pozo una vez que me asomo a él y es por esta razón por la que recomiendo a Threkor que, antes de aventurarse en su interior, trate de comprobar si su cuerda es lo suficientemente larga. Le sugiero que ate algún objeto pesado en el extremo de la soga para que ésta no quede encallada y ruede hasta el final del pasadizo. Hacer otra cosa resultaría imprudente.

En cualquier caso, no tengo intención de ser la primera en adentrarme en el repugnante túnel y dejaré que aquellos mejor preparados que yo misma para trepar tomen la iniciativa. Cuando finalmente me interne en el pozo, espero que haya alguien abajo para recibirme.

Cuando fue mi turno de bajar, cogí la cuerda con fuerza e inicié el descenso.

El pozo vertical es una mezcla de tierra suelta y piedra arcaica, y sus muros están cubiertos por una decoración viva de cienpiés y demás insectos. El descenso os lleva aún más hacia el interior de la torre Dorasharn. Al cabo de un rato, el pozo comienza a escorarse en un angulo más suave, y si os sujetáis con firmeza podéis caminar sobre uno de sus lados. Mas adelante el pozo se convierte ya en un túnel casi horizontal. Los tres primeros Raith, Alhandre y Threkor descienden con suficiente soltura. Los otros dos, Nelaindra y Sellion, permanecen a la espera arriba para no sobrecargar el anclaje de la cuerda. Al ir descendiendo varios insectos se cuelan por vuestras ropas y entran en el inetrior de vuestros pantalones y faldas. Aunque el descenso no es en sí complicado si se convierte en toda una prueba de sangre fría al notar cosquilleos en todas las partes de vuestro cuerpo...

Llegáis abajo.El túnel se abre a una enorme cámara, aunque su boca se encuentra a unos 6' sobre el suelo de aquella. No podéis ver las paredes más lejanas en medio de la oscuridad, y las ruinas de los muros más cercanos no son más que sombras más densas en la eterna noche del interior de la torre, pero sentís un cambio en la corriente y la presión que indica un gran espacio abierto ante vosotros.

Tras vosotros aparece Neliandra...pero ni rastro de Sellion...

Habíamos llegado al final del camino, pero no veíamos nada de nada. Miré en mi mochila y vi una de las 2 antorchas que había comprado antes de venir. Decidí encender una a ver que se veía más abajo del agujero.

Me giro hacia el pequeño trasgo y le pregunto antes de iniciar el descenso.

- ¿Vienes con nosotros y ves el final de tu enemigo? o ¿te quedas?.

Con la respuesta del trasgo, me descuelgo por la cuerda que habíamos tendido en el pozo y una vez allí utilizo la antorcha de Threkor como fuente de luz antes de internarme en la siguiente sala. No sabía lo que podíamos encontrar así que era menester volver a desenvainar las armas.

- Preparados o no ahí vamos.

Neliandra aparece por detrás de vosotros.

-¿Pero qué...?- Neliandra mira hacia atrás. Allí debería estar Sellion pero ni rastro de él-. Algo le sucede. No le he visto muy ágil con la cuerda ni muy dispuesto a que los cienpiés se le metan por los pantalones.

Neliandra mira a Threkor. Está aún malherido del combate en el canal. Le gustaría poder ayudarle pero está vacía. Necesita descansar y rezar a Olladra para que esta le conceda de nuevo el Don de la curación. Lo necesita. y lo necesitan sus compañeros...

Dejo que mi guardaespaldas tome la iniciativa y, a continuación, me interno en el túnel vertical omitiendo intencionadamente dirigirme a nuestro guía trasgo. Con un poco de suerte se cansará de esperarnos y se marchará sin su recompensa económica y sin los macabros trofeos exigidos.

El descenso pone a prueba toda mi fuerza de voluntad para conseguir no gritar cuando los miriápodos se adentran en las miserables y gastadas ropas que compré para pasar desapercibida entre los mendigos harapientos que viven bajo la hermosa Sharn. Tal vez el hecho de llevar el asa de mi linterna entre los dientes me ayude a no ponerme a gritar como una histérica.

Tan pronto como piso suelo firme comienzo a sacudir mis ropas tratando de quitarme de encima a los insectos, aunque lo que realmente deseo es darme un buen baño con jabón de importación y aceites perfumados.

Miro hacia el repugnante agujero del que hemos salido cuando Neli nos dice que el bardo no ha bajado. Lo único que puedo sentir por él es una envidia malsana por no haber tenido que exponerse a estas alimañas verminosas.

—No importa, que se quede con el trasgo y vigilando que no recibimos visitas inesperadas desde ahí arriba —respondo, encogiéndome de hombros—. Si la cosa se pone realmente fea para él estoy segura de que no se andará con remilgos a la hora de acudir en nuestra busca. ¿Seguimos adelante? Cuanto antes encontremos lo que hemos venido a buscar antes podremos irnos de aquí.

Levanto mi linterna y miro a mi alrededor.

Raith se coloca al frente. Es toda una experiencia llegar el primero a un lugar que lleva milenios abandonado. Antaño esto era un lugar de trabajo donde los forjadores creaban sus maravillas y ponían a prueba sus experimentos. Pero ahora mismo no puede ver absolutamente nada. Tan sólo oscuridad y un aire frío y antiguo.La oscuridad es temible y, si estás el primero, puede ser mortal. Pero como buen guerrero, ¿ cuándo no le ha tocado ir el primero?

Alhandra llega tras él y enciende con la linterna sujeta entre sus dientes y extrayendo de entre su pelo los últimos insectos. Detrás de ella aparece Threkor con una antorcha en la mano. Están en la salida del túnel a una cámara que parece bastante grande. Neliandra aparece y os avisa de la ausencia de Sellion. Pero casi no os queda atención para ella ni para captar su mensaje. Miráis al frente...

 La luz de la linterna de la Cannith se cuela entre vosotros iluminando un gran área. A la derecha parece haber algún tipo de construcción en ruinas. A la izquierda hay una pared con un agujero de 1' de ancho en la pared. Al frente la luz no llega a iluminar el final del lugar en el que os encontráis. Casi diríais que estáis en la entrada de una ciudad  excavada en el subsuelo. No os extrañaría que así fuese ya que habéis visto, en Sharn mismo, como los interiores de algunas torres encierran barrios enteros.

Justo bajo el agujero que hay en la pared de la izquierda hay unos restos removidos. Desde esta distancia es imposible averiguar de que se trata aunque si podéis ver que hay unos escarabajos moviéndose entre los retazos de tela. Cerca de la pared hay más de estos insectos del tamaño de un puño. Y en el mismo agujero, está plagado de ellos. La luz les ilumina y comienzan a agitarse.

De repente empiezan a salir decenas de estos escarabajos. Es como si se derramasen desde el agujero y en dirección a vosotros... 

Miles de insectos venían ahcia nosotros. Estos bichos me daban realmente asco y no podía con ellos. Ese miedo me echó hacia atrás del grupo retrasando mi intervención
 

Esta era otra de esas construcciones antiguas que o estaban llenas de ruinas o de trampas y en cualquier momento podías meter el pie en una u otra y acabar con el tobillo destrozado. Avanzábamos con cuidado ya que el velo de oscuridad no terminaba de ser apartado con las fuentes de luz que llevábamos y casi hubiese sido mejor no llevar ninguna. Una alfombra de escarabajos se despertó acercándose rápidamente hacia nosotros.

- ¡Son una plaga!

Dejo caer la espada, de nada me iba a servir....ya había luchado antes contra estos bichos y corrías o les lanzabas algo que dañara al grupo para que fueran ellos los que huyeran. Del morral saco los frascos de ácido que compré y me preparo para lanzarles.  

Como si no hubiéramos tenido ya suficientes bichos durante nuestro descenso, ahora resulta que hay una auténtica plaga de insectos aquí abajo que acaban de confundirnos con su almuerzo.

No puedo evitar lanzar un chillido, mezcla de espanto y repugnancia. La luz los está atrayendo hacia nosotros y, aunque le tengo cariño a la cara linterna, le tengo más cariño a mi vida. Así pues, arrojo la linterna contra las criaturas que se acercan a nosotros y el artefacto se hace pedazos contra el suelo, haciendo surgir lenguas de fuego en todas direcciones.

Sin esperar a contemplar el resultado final de mi acción, echo a correr para arrojarme en brazos de Neli y enterrar mi rostro en su pecho. ¡Qué asco! ¿Es que esto no se va a acabar nunca?